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Uno que te recuerde a tu padre (30 libros)

Desde ahora os aviso de que no he leído el libro del que voy a hablar hoy. Pero, si hay un libro que me recuerde a mi aita, ese es Sinuhé, el egipcio, de Mika Waltari.

Portada de 'Sinuhé, el egipcio'

‘Sinuhé, el egipcio’

En el ocaso de su vida, el protagonista de este relato confiesa: «Porque yo, Sinuhé, soy un hombre y, como tal, he vivido en todos los que han existido antes que yo y viviré en todos los que existan después de mí. Viviré en las risas y en las lágrimas de los hombres, en sus pesares y temores, en su bondad y en su maldad, en su debilidad y en su fuerza». Sinuhé el egipcio nos introduce en el fascinante y lejano mundo del Egipto de los faraones, los reinos sirios, la Babilonia decadente, la Creta anterior a la Hélade…, es decir, en todo el mundo conocido catorce siglos antes de Jesucristo. Sobre este mapa, Sinuhé dibuja la línea errante de sus viajes; y, aunque la vida no sea generosa con él, en su corazón vive inextinguible la confianza en la bondad de los hombres.

Creo que acabo de leer de qué va por primera vez. Este libro no me ha llamado nunca la atención y jamás he sentido la curiosidad de ver ni siquiera de qué iba. Pero esta novela era la favorita de mi padre. La leía puntualmente todos los veranos (ya sabéis de quién he heredado mi manía de repetir libro todos los años, aunque el mío no tenga absolutamente nada que ver con Sinuhé, el egipcio). Lo tenemos en una edición en dos volúmenes horrorosos, mal encolados, un cuerpo de letra minúsculo y, tantos años después, con las hojas completamente amarillas. Creo que leer esos libros tiene que ser una auténtica tortura…

Pero aita, según llegábamos a Bakio en verano, lo cogía de la estantería y lo devoraba… ¿Por qué le gustaba tanto? No lo sé. Y entre que no me llama la atención y que creo que igual me haría acordarme un poco demasiado de ciertas cosas, no estoy muy por la labor de acercarme a él, para ser sincera.

¿Alguien lo ha leído? Creo que hay peli también, pero tampoco la he visto. ¿Merece la pena este libro (aunque yo no lo vaya a leer, al menos por ahora)? ¿Qué libros os recuerdan a vosotros a vuestros padres? Ya sabéis que se pueden usar dos criterios aquí: uno que os recuerde por la historia o uno que tenga vinculación directa con ellos; da igual cuál utilicéis, los comentarios (y Twitter) os esperan…

Una buena novela con un mal título (30 libros)

Conseguir un buen título no siempre es fácil. Hay muchos componentes, incluso de marketing, a la hora de elegir el título de una obra. Y no siempre es el autor quien decide; suele ser, más bien, cosa del editor. Y, claro, a veces el editor no acierta. Y, otras veces, el editor extranjero la fastidia más aún. Como en el caso del libro de hoy: Tokio blues, de Haruki Murakami.

Tokio blues

‘Tokio blues’

Sigue siendo mi libro favorito de Murakami. Como lo reseñé en su día, no voy a detenerme mucho en el libro en sí, que desde ahora os digo que es una preciosidad (creo que se merece una relectura por mi parte). Hoy me voy a centrar en el título absurdo que le pusieron en la edición española (y, si no estoy equivocada, de rebote en la italiana).

¿De dónde sale ese Tokio blues? El título original de la novela es la traducción al japonés del título de la canción de los Beatles «Norwegian wood». Canción de suma importancia en la trama, pues precipita todo (Watanabe empieza a recordar su historia al escuchar de nuevo la canción); y hay múltiples referencias a ella en toda la novela (para empezar, es la canción favorita del protagonista). ¿No habría sido mejor seguir la idea inicial de Murakami y dejar como título solo Norwegian wood? ¿Tanto costaba? ¿Por qué no es Norwegian wood un título lo suficientemente bueno? A mí me parece mucho mejor que Tokio blues (sigo sin entender el motivo de este título, no le veo el sentido). Además, ya puestos a buscar un título mejor, ¿por qué se mete ese blues por ahí? ¿Por qué se deja el título de los Beatles en pequeñito como subtítulo? Personalmente, no lo entiendo. Yo prefiero mil veces Norwegian wood, con todas sus referencias. Y dirán que quizá haya gente que no sepa que eso es una canción de los Beatles o que al estar en inglés es más complicado de pronunciar… ¡Tonterías! Excusas baratas…

No descarto que haya a quien le encante el título de Tusquets (de hecho, el editor italiano lo copió si no estoy mal informada); pero, aparte de que no me gusta, me parece poco respetuoso. Y en este caso no solo me parece poco respetuoso con respecto a la elección del autor, sino con la novela en sí, que pierde parte de su universo con el título nuevo (que no aporta nada; o al menos a mí, no). ¿Es más comercial? Tengo mis dudas. ¿Es más fácil de pronunciar? Si esa fuera la razón, ¿por qué no usar el castellano? Para mí es una metedura de pata. Y, con mi fetichismo por los buenos títulos, tengo que admitir que este estuvo a punto de hacer que no leyera la novela… Y me hubiese perdido un libro precioso por un título mediocre (tirando a malo para mi gusto).

La pelota está en vuestro tejado. ¿Una buena novela con un mal título? Los comentarios y Twitter os esperan…

Último libro que has abandonado porque no te gustaba (30 libros)

¡Empezamos reto! Con categoría fácil, todo sea dicho… ¡Espero vuestra colaboración! Cuantos más participemos, ¡mucho mejor!

Tengo que admitir que, últimamente, me estoy acabando todos los libros, aunque no me gusten mucho. Pero sí hay un título que dejé, tras varios intentos, así que ya tengo título para hoy. Lo que pasa es que no descarto retomarlo… Se trata de Amor perdurable, de Ian McEwan.

Amor perdurable

‘Amor perdurable’

Joe y Clarissa son una pareja feliz. Él se dedica a escribir sobre temas científicos; ella es una profesora de literatura inglesa que regresa a Inglaterra tras un breve período de investigación en Harvard. Joe ha ido a esperarla al aeropuerto, y desde allí se han marchado a los verdes prados de las colinas de Chiltern, a un delicioso almuerzo campestre que aúna los placeres del vino francés, la naturaleza y el reencuentro amoroso. Pero en medio de aquel civilizado paraíso, y casi sin que ellos se den cuenta, se introducirá una serpiente, inesperada e inocente, pero no por ello menos terrible. Los tripulantes de un globo, un anciano y su nieto, se ven en serias dificultades. El aerostato, incontrolado, sube en el aire con el niño dentro, y Joe y otros hombres presentes en el lugar van a socorrerlo. En aquel extraño nudo de encuentros urdido por el destino, el muy racional Joe conoce a Jed Parry, un fanático religioso que se enamorará obsesiva e implacablemente del cada vez más horrorizado Joe… Ian McEwan, con una sutil ironía y su peculiar gusto por la comicidad más ominosa, urde una ambigua fábula moral, un thriller apasionante acerca de la naturaleza misma del amor, y su localización en la encrucijada entre la racionalidad y la locura.

Pintaba muy bien, pero se me empezó a hacer pesado… y lo dejé. De todas formas, creo que mi mente me dice que no lo dejé del todo, porque lleva sobre mi mesilla año y medio (y, si lo hubiera abandonado por completo, casi seguro que estaría enterrado por la estantería). ¿Lo retomaré en algún momento? No lo sé. Era un poco rollo todo. Quizá no me enganchó desde el principio y luego ya se me hizo cuesta arriba. Quizá si empezara de cero otra vez… Si en algún momento lo hago, lo reseñaré; si no, no pasa nada: no nos tiene que gustar todo. Eso sí, me da pena que sea justo en una novela de Ian McEwan, que me suele gustar mucho (aunque, claro, también tardé ni sé el tiempo en leer Expiación).

Vuestro turno. ¿Abandonáis los libros cuando no os gustan? En ese caso, ¿cuál ha sido el último? Os espero en los comentarios y Twitter (con la etiqueta #30libros).

Tercer reto de los 30 libros

El año pasado, al acabar el segundo reto de los 30 libros, prometí que habría más. Realmente, creo que hacerlo una vez al año está bien (y es factible), así que, mientras pueda y nos acompañe la imaginación, seguiré dedicando un mes al año a esta locura (no tanto para vosotros como para mí). Por supuesto, como hice las otras veces, os pido abiertamente vuestra colaboración a la hora de proponer títulos y lecturas. Esto no es más que una excusa para hablar de libros, hacer sugerencias y conocer a otra gente que disfrute leyendo…

Y, para que vayáis pensando ya títulos, os dejo la lista de categorías de este año. Algunas se parecen sospechosamente a otras de los retos anteriores, pero recomendaremos otros libros. ¡Ah! Esta vez no puedo prometer no repetirme ni repetir autor (que siempre he procurado hacer). Bastante complicado es esto ya de por sí… No me enrollo más, aquí tenéis la lista: id preparándoos para abril…

  1. Último libro que has abandonado porque no te gustaba.
  2. Una buena novela con un mal título.
  3. Un libro que te recuerde a tu padre.
  4. Un libro que te recuerde a tu madre.
  5. Un libro que te apetece mucho leer en este momento.
  6. Un clásico que tengas pendiente de leer.
  7. Un libro que hayas leído pero que no recuerdes.
  8. Un libro que te recuerde a alguien (por la persona o por la historia en sí…).
  9. Último libro que has regalado.
  10. Uno que recomendarías/regalarías a un adolescente.
  11. Uno que te apetezca releer.
  12. Una novela que te recuerde a tu actual serie de televisión favorita.
  13. Una novela que te recuerde a tu actual película favorita.
  14. Un libro con una gran historia de amor.
  15. Un libro sobre la amistad.
  16. Un libro que te recuerde a tu primer amor.
  17. Un libro que no te gustó de un autor que normalmente te gusta mucho.
  18. Un libro ambientado en tu ciudad de origen.
  19. Un libro que se tachara de escandaloso y a ti no te lo pareciera.
  20. Un libro sobre una relación entre hermanos.
  21. Último libro que te ha hecho llorar.
  22. Un libro que te haya hecho reír a carcajadas.
  23. Un libro para Sant Jordi.
  24. Un libro perturbador.
  25. Un éxito de ventas reciente que hayas leído.
  26. Un libro de un autor de tu ciudad de origen.
  27. Último libro que te han recomendado a ti.
  28. Un libro sobre la valentía.
  29. Un libro que te recuerde a tu actual canción favorita.
  30. El libro que estás leyendo ahora mismo.
  31. El libro que mejor (crees que) te representa.

¡Espero vuestra colaboración! Por favor, llenad los comentarios de títulos y sugerencias, que siempre son bienvenidos. Empezamos el 1 de abril…

Actualización: he metido el día 31… (que se resolverá en mayo).

Cinco libros…

El otro día Javi de Ríos me propuso en Twitter escribir una entrada en el blog sobre los cinco libros que me gustaría que leyeran en algún momento mis hijos (cuando los tenga). De hecho, ha propuesto esto a varias personas, así que vamos a ser varios los blogs en los que hoy se va a hablar de libros para niños… Los enlazaré al final. A ver si coincidimos en algún título…

Pues ahí van los míos. Expongo un poco los motivos. No van en ningún orden concreto; más bien, según se me han ido ocurriendo…

  • Momo, de Michael Ende. Leí este libro con 9 años y me encantó. Y, por casualidades de la vida, hemos hablado últimamente de él en Twitter (os prometo que no me paso todo el día metida, aunque pueda parecerlo). Os dejo el enlace a la entrada de esta novela en la Wikipedia, donde encontraréis la sinopsis y la idea principal sobre la que gira la trama. Creo que este libro no ha envejecido nada mal (de hecho, puede resultar de lo más actual en estos tiempos, a pesar de que tiene ya la friolera de ¡40 años!). Es una de las novelas referentes de mi infancia y me gustaría que mis hijos la leyeran, porque es un clásico.
  • Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr. Ya he hablado alguna vez de este libro aquí en el blog. Lo leí con 10 años y, además de que me encantó la historia, me sirvió para empezar a conectar con el mundo adulto a través de los libros. No es, en absoluto, una mala opción para que desde niños sepan que los libros, además de para entretenernos y evadirnos, sirven para narrar historias reales, problemas, injusticias… Y que nos sirven para abrir la mente. Y si encima se hace con una historia dura pero tiernísima, pues mejor.
  • Un fantasma con asma, de Carmen Gil. Este cuentito no tiene nada que ver con los libros que he mencionado antes. Está dirigido a un público mucho más infantil, para empezar. Es una historia divertidísima de un fantasma que vive muy solo en un castillo y tiene asma. Está rimado y su moraleja es genial: «Y es que el cariño a raudales alivia todos los males». ¿Por qué conozco este libro? Porque me regalaron unos cuantos libros de la editorial Kalandraka (¡me encanta!) y, entre ellos, estaba este, que se convirtió en mi favorito del lote. Las ilustraciones son magníficas, es divertidísimo y estoy convencida de que les encantará a los enanos.
  • Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl. A este se podría añadir su secuela, Charlie y el gran ascensor de cristal. En realidad, quería poner algún libro de Dahl y no sabía por cuál decidirme, pero creo que este es el que más me gustó. No me enrollo, porque todo el mundo lo conoce. ¡Que vivan los Umpa Lumpa!
  • El pequeño Nicolás, de René Goscinny. Las historietas de Nicolás me parecen divertidísimas. A este libro le tengo un cariño especial porque fue el primero que leí en francés (il y a longtemps !). Goscinny, creador también, por ejemplo, de Asterix, era un verdadero genio. Y, si Nicolás nos pilla un poco lejano, siempre nos quedará el entrañable Manolito Gafotas de Elvira Lindo…

Supongo que podría haber muchos más títulos, me dejo muchas cosas interesantes en el tintero (me vienen a la cabeza un montón de libros que seguro que les encantarían a los más peques, pero me han pedido solo cinco; igual otro día hay que repetir lista y podemos mencionar otros cinco…). La verdad, ponerme un poco al día en LIJ no me vendría nada mal: espero coger ideas del resto de blogs para cuando llegue el momento…

Enlaces:

Reflexiones (XXIX)

«¿Lo que más admiro de un escritor? Que maneje fuerzas que lo arrebaten, que parezcan que van a destruirlo. Que se apodere de ese reto y disuelva la resistencia. Que destruya el lenguaje y que cree el lenguaje. Que durante el día no tenga pasado y que por la noche sea milenario. Que le guste la granada, que nunca ha probado, y que le guste la guayaba, que prueba todos los días. Que se acerque a las cosas por apetito y que se aleje por repugnancia».

José Lezama Lima
(1910-1976)
Escritor

Peter Cameron: ‘Algún día este dolor te será útil’

Esta reseña llega con mucho retraso… ¡pero llega! Tengo todavía unas cuantas pendientes de libros que leí el año pasado, a ver si me voy poniendo las pilas poco a poco…

Algún día este dolor te será útil

‘Algún día este dolor te será útil’

James Sveck, el narrador de esta novela, es un adolescente inteligente y precoz, ha terminado el colegio y durante el verano trabaja en la galería de arte que su madre tiene en Manhattan y en la que casi nunca entra nadie. Pese a haber sido admitido en la prestigiosa Universidad de Brown no está seguro de querer ir; lo que de verdad le gustaría es comprarse una casa de campo y pasarse el día leyendo, sin ser molestado; detesta relacionarse con gente de su edad, a la que evita y con la que piensa que no tiene nada en común.

La narración de James nos ofrece una sarcástica y divertida mirada sobre su confusa vida, sobre cómo su desestructurada familia y su psiquiatra tratan en vano de ayudarle, o sobre cómo intenta, torpemente, aclararse y salir de su aislamiento.

Considerada por la crítica estadounidense como una de las mejores novelas que se han publicado en los últimos años sobre Nueva York, Algún día este dolor te será útil es una aguda y emotiva novela sobre un joven capaz de cuestionarse a sí mismo, a su familia y al tiempo que le ha tocado vivir.

Seguro que, si buscáis el título de esta novela en Google, os salen un montón de resultados que llevan a entusiastas reseñas sobre ella. No seré yo quien la critique o diga algo malo sobre ella; de hecho, creo que es una de las mejores novelas que leí el año pasado. Ahora, la sensación que tengo cuando leo la mayoría de esas reseñas es que mi experiencia como lectora ha sido distinta; Y, para ser sincera, no tengo muy claro por qué…

A mí me gustan mucho los libros en los que los personajes son quienes llevan el peso narrativo. Un buen personaje es una joya. Y aquí tenemos a un gran personaje, un enorme James Sveck con sus inseguridades, sus dudas, sus deseos, sus ideas… Un personaje al que comparan con mi adorado Holden Caulfield (y sí que recuerda un poco), pero con problemas bien distintos a los de Holden. Y es un personaje que, sinceramente, podría vivir en cualquier otra ciudad del mundo: sus frustraciones y miedos serían los mismos. Por eso no entiendo esa importancia desmedida que le da todo el mundo a Nueva York (y a la época post-11S, que aparece de forma casi anecdótica en la novela, no hay profundización alguna). Creo que James tendría las mismas ganas de comprarse una cabaña para dedicarse a leer si viviera en San Francisco, Chicago o, por qué no venirnos a Europa, Londres o Berlín (cosa que no creo que pasa en El guardián entre el centeno, donde sí veo que Nueva York como escenario es mucho más importante). No sé yo si enmarcar esta novela como una historia sobre la época más actual de Nueva York es acertado: para mí es una novela de aprendizaje de alguien que está entrando en la edad adulta (sin importar el sitio del mundo donde esto ocurra). Por cierto, no creo que Algún día… pudiera resistir comparaciones cualitativas con El guardián…, todo sea dicho; personalmente, El guardián entre el centeno me parece muchísimo mejor, una auténtica joya (ya sabéis que tengo especial debilidad por esta novela).

La narración de James es fresca, inteligente, reflexiva y está cargada de ironía: justo como él. Un antihéroe antisocial que se cuestiona todo (su presente, su futuro, su familia, sus relaciones…) en un momento vital de suma importancia para él (el verano antes de ingresar en la universidad, como rito de iniciación, casi casi, de la vida adulta). Yo a James le cogí cariño: me parece imposible no empatizar con él. Y para mí una de las claves de esa empatía es que no me gustaban los personajes que rodeaban a James (ni la neurótica de su madre, ni su hermana, ni su psiquiatra, ni el empleado de su madre… ¡me caían todos mal!). ¿Cómo no se va a sentir solo y mal y con ganas de perderlos a todos de vista? Bastante hace con autodefinirse y aclararse en lo que quiere y no quiere en la vida. Avanzando en la lectura, vislumbramos detalles que pueden explicar ciertas actitudes, pero sería estropear la lectura, así que no me detengo aquí. Resumiendo: James Sveck es un gran personaje, que constituye el centro de una buena novela…

Supongo que más de uno habréis leído Algún día este dolor te será útil (por cierto, del titulazo hablo en este artículo anterior). ¿Os gustó? ¡Contádnoslo en los comentarios, por favor! Están a vuestra disposición para que digáis lo que queráis…

Iván Repila: ‘Una comedia canalla’

Reconozco que este libro fue, para mí, una gran sorpresa. Conozco a su autor de la época de la universidad y, por circunstancias que no vienen al caso, acabé, casi por casualidad, en la presentación que Iván hizo de la novela en Bilbao. Esa misma noche me puse con ella… y no pude dejar de reírme hasta que la acabé.

'Una comedia canalla'

‘Una comedia canalla’

Jim, John y Jack son jóvenes mileuristas, están cansados y quieren emprender el negocio de sus vidas. El único problema: no es legal. Así que tendrán que entrar en contacto con peligrosos delincuentes, drogadictos de pandereta, bandas violentas y asesinos de primer nivel. O algo así. A su alrededor, un circo de personajes con sueños e inquietudes: Wilson, el hombre con suerte y problemas de karma; los matones de la Banda de Macois, acostumbrados a pegar primero y a pegar después; Giuseppe, el autónomo con un hobby curioso; el pequeño Tommy, ese chaval especializado en bullying; Sniffer, el farlopero medio; Morgan, Zippo, Marcus, Gincho, McArthur… y, por supuesto, la Gatoparda. Y además: ron, peleas, persecuciones, torturas, resacas, problemas existenciales, antros de perdición, taxistas y mucha, mucha, mucha marihuana. Una novela tan loca y disparatada como la sociedad que retrata.

Han salido innumerables reseñas de esta novela. Creo que la mayoría habla de su ritmo trepidante y su sentido del humor. Lógico. Yo la definiría como una gran gamberrada muy bien escrita. Con momentos de esos que recuerdas mucho tiempo después (mis amigos y yo seguimos, desde el verano pasado, hablando de la fábrica de mierda, de la china, del niño psicópata o del Nocillo). La comparan, por ejemplo, con las pelis de Guy Ritchie. Yo me quedo con un ejemplo más patrio y cercano, Airbag de Juanma Bajo Ulloa. Carcajadas aseguradas.

Pero, claro, presentada así, parece todo fácil: una ida de olla de Iván, que va soltando salvajadas para hacernos reír y punto. Pero a mí no me parece solo eso. Muy gamberra, pero, creo, muy bien pensada. Reflejo de mucho de lo malo de nuestra sociedad, solo que mezclado con grandes dosis de ron y marihuana. A ver si nos evadimos todos un poco, ¿no?

Cualquiera que ya haya leído la novela pensará que Iván está de frenopático. Pero no, increíblemente, está bastante cuerdo: como ejemplo, su última novela, El niño que robó el caballo de Atila, que reseñé hace poco. Una joya. Desde luego, un autor muy interesante al que conviene seguirle la pista… A ver con qué nos sorprende la próxima vez…

¿Alguien ha leído Una comedia canalla? ¿Conocéis a Iván? Tenéis los comentarios a vuestra disposición para decir lo que queráis…

El inglés de Urdangarin

Ayer Patricia Lluberas me pasó un artículo (que enlazo abajo) de un blog de El País cuyo autor analiza, no sin cierta mofa, el inglés de los correos electrónicos de Iñaki Urdangarin. No tiene desperdicio: así acabamos la semana con risas…

Estoy ‘sementaleando’ tu propuesta.

¡Buen fin de semana!

La frase del fin de semana

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Nada más que añadir. ¡Feliz fin de semana a todos! 🙂



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