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Tachar y poner negrita y cursiva… en Whatsapp

Hay una novedad de la última actualización de Whatsapp que me ha vuelto loca (de contento). Desde hace pocos días, podemos poner, por fin, negritas, cursivas y tachar texto en la aplicación de mensajería. Es muy fácil, os explico cómo se hace…

Lo único que hay que hacer es encerrar el texto que deseamos marcar entre asteriscos o guiones bajos, dependiendo de lo que queramos.

Cursiva

_hola_ → hola

Negrita

*hola* → hola

Tachado

∼hola∼ → hola

Además, se pueden combinar; podemos poner una palabra en negrita y tachada o en cursiva y negrita a la vez o las tres posibilidades juntas. Por ejemplo, las tres a la vez:

*_∼hola∼_* → hola

Fácil. Seguramente la mayoría no lo uséis, pero al menos que sepáis que existe… Ya solo me falta que me lo pongan en Twitter. Y un botón para poder corregir los tuits, por favor. 😉

Meses

Aprovecho que hoy cambiamos de mes para recordaros que los meses del año y los días de la semana se escriben en minúscula (dejemos la mayúscula para el inglés). Así, hoy es jueves, 1 de octubre (juevesoctubre, como podéis apreciar, en minúscula).

Feliz mes de octubre para todos…

Vocativos

Me imagino que todo el mundo sabe qué es un vocativo (al menos la mayoría lo declinabais en clase de latín; ¿os acordáis?: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo y ablativo…). Por si acaso hay algún despistado (o alguien que no haya estudiado nunca latín), os cuento que los vocativos son aquellas palabras que sirven para llamar, apelar o invocar a una persona, animal o cosa personificada cuando nos dirigimos a ellos. Os pongo ejemplos donde os marco los vocativos en negrita…

María, ponte de pie.
¡Eh, chicos, venid a echarme un cable!
¡Sí, señor!
¡Por favor, gato loco, bájate de ahí…! 

Patricia y Silvia, volved a casa inmediatamente.

Como veis, el vocativo goza de una gran libertad de colocación (en los ejemplos están al principio, en medio de la frase y también al final). Incluso se pueden combinar varios como en el último ejemplo. No es necesario que sean nombres propios, pueden ser comunes (siempre que interpelen a quienes estamos llamando). Y, no sé si os habréis percatado de que todos tienen algo en común: están separados del resto de la frase por comas (en el segundo caso, por dos comas, totalmente separado). Y eso es así porque la coma del vocativo es una de las comas obligatorias. Por lo tanto, ya no vale escribir «Hola Juan» (incorrecto); pondremos «Hola, Juan» (correcto), con coma.

Pues nada más, queridos míos (vocativo). Como todos los días, tenéis los comentarios a vuestra disposición por si queréis decir cualquier cosa.

Coma prohibida: entre sujeto y verbo

Normalmente, cuando hablamos de puntuación, se suele decir que el castellano goza de una cierta libertad. Es cierto, pero no hay que olvidar que, a pesar de esto, existen las llamadas comas obligatorias y las comas prohibidas. Hoy vamos con una coma prohibidísima (de hecho, también se la llama coma criminal): la que se suele colocar entre sujeto y verbo.

Esto se resume de manera muy sencilla: entre el sujeto y el verbo no se pone coma. Sí se puede meter algún inciso entre ambos (y los incisos van siempre entre dos comas), pero nada más. No se escribe coma entre sujeto y verbo. Así de tajante.

María y Carmen, van de compras todos los días. ×
María y Carmen van de compras todos los días. 

Ahora metemos un inciso; en este ejemplo, primero una aposición y luego una subordinada concesiva (las de aunque). Como veréis, los incisos llevan coma antes y después para delimitarlos. Si no llevaran dos, sería incorrecto.

María y Carmen, las hijas de Juan, van de compras todos los días. 
María y Carmen, aunque no tienen dinero, van de compras todos los días. 

Como veis, hay incisos entre sujeto y verbo y aparecen comas. Pero las comas pertenecen al inciso. Y, ahora, vamos a darle la vuelta al último ejemplo: vamos a poner la subordinada concesiva al comienzo de la frase…

Aunque no tienen dinero, María y Carmen van de compras todos los días. → Como se «juntan» de nuevo sujeto y verbo, no hay coma.

¿Hay alguna excepción en que sí se pueda poner esta coma prohibida entre sujeto y verbo? Sí. La excepción que confirma la regla es el etcétera (o su abreviatura etc.). Cuando el sujeto es una enumeración que acaba en un etcétera, después del etcétera se coloca la coma.

María, Carmen, Marta, Julia, Silvia, etc., van de compras todos los días. 

En ejemplos tan cortitos, esto parece una tontería. Pero no os imagináis las dudas que pueden llegar a surgir en frases más largas, con sujetos más elaborados. Aunque no lo parezca, es una coma prohibida que aparece muchísimo y que da algún que otro quebradero de cabeza.

Si tenéis alguna duda sobre puntuación, ya sabéis que podéis dejarlas en los comentarios e intentaré resolverlas poco a poco.

Comillas y diálogo

Me preguntaron esto el otro día y me di cuenta de que no lo había explicado en el blog, así que hoy una de comillas; en concreto, de las comillas de cierre latinas (»).

Las comillas de cierre latinas tienen un uso muy útil en los diálogos. Imaginad que un personaje está hablando. Lo marcamos con raya de diálogo. Incluso podemos hacer incisos y marcarlos también con rayas. Hasta aquí, todo normal. Podéis ver todos los usos de las rayas de diálogo en esta entrada. Pero ¿qué pasa si el personaje habla mucho y necesitamos distribuir sus palabras en varios párrafos? Pues que, para marcar que en el siguiente párrafo sigue hablando el mismo personaje, colocamos al comienzo unas comillas de cierre latinas (en tantos párrafos como sea necesario). Y no hay que cerrar de ninguna forma (en todo caso, podríamos escribir algún inciso con rayas).

Como creo que estas cosas se ven mejor con ejemplos, ahí va uno:

Supongo que a estas alturas todos me habéis juzgado ya.Los dos hombres de la esquina se volvieron al oír sus palabras. La mujer se acomodó en el sofá al intuir que la confesión iba para largo. Sí, todos os habéis hecho una idea de lo que ocurrió aquella noche. Incluso os habéis atrevido a poner palabras que yo no he pronunciado en mi boca. Y no lo entiendo. ¡No lo entiendo! ¿Por qué me acusáis a mí, justo a mí? preguntó con tono desesperado.

»Sí, mi padre era el dueño de la empresa. La fundó con el dinero que heredó al morir mi abuelo. Fue su apuesta para sacar adelante a la familia y le salió bien. Empezó con un pequeño taller y, en pocos años, consiguió expandirse hasta que no hubo pueblo en toda la región que no contara con una de sus tiendas. Trabajaba de sol a sol, pero nosotros vivíamos bien. Ni siquiera mi madre le reprochaba sus largas ausencias por los incontables viajes de negocios que hacía a lo largo del año.

»Es cierto que yo me aproveché, en cierto modo, de la situación. Con una economía desahogada, pensando que tenía mi futuro asegurado al abrigo de mi padre, ¿por qué no iba a disfrutar un poco de la vida? Dejó de hablar un momento. Estaba nervioso, así que bebió un poco de agua. Después, continuó: Pero eso fueron mis años de universidad. En cuanto me licencié se acabaron las juergas. Empecé a trabajar con mi padre y el negocio se convirtió en mi prioridad. ¿Qué interés tendría yo en que se fuera a pique? Hubiese sido como tirar a la basura diez años de mi vida.

Entonces, ¿por qué cree la policía que estás involucrado en el incendio de la fábrica y en la desaparición de una gran cantidad de documentación? le preguntó el hombre de gafas.

Os he marcado las comillas y las rayas en negrita. Como veis, los incisos se hacen con rayas, igual que si el diálogo ocupara solo un párrafo, es exactamente el mismo uso. Lo único que cambia es que en los dos siguientes párrafos hay comillas de cierre latinas al inicio para marcar que el personaje sigue hablando (y estas comillas no tienen ningún tipo de cierre posterior). Cuando habla otro personaje distinto (último párrafo), se vuelve a la raya.

Es una cuestión muy simple que creo que no merece más explicación. Aun así, como siempre, podéis preguntar en caso de que tengáis alguna duda, en los comentarios.

Dos puntos

Esta es la primera entrada en el blog sobre los dos puntos. A los demás signos de puntuación ya les he dedicado artículos, algunos están bien explicados y toda su casuística desarrollada. No así los dos puntos. ¿Por qué? Porque les tengo tirria. Se usan tan mal, me dan tantos quebraderos de cabeza, habría que explicar tantas cosas… que se han convertido en uno de esos temas tabú que no me apetece tocar. No obstante, hoy voy a hacer una excepción y voy a poner sobre la mesa un uso incorrecto de los dos puntos que veo por todos sitios.

Es incorrecto emplear los dos puntos detrás de una preposición para introducir una lista de elementos. Os pongo un ejemplo para que lo veáis mejor.

El átomo se compone de: neutrones, protones y electrones. ×
El átomo se compone de neutrones, protones y electrones. √

En el ejemplo, los dos puntos tras la preposición de son incorrectos. Nunca se utilizan los dos puntos detrás de una preposición.

De momento, dejo aquí los dos puntos. Algún uso problemático más ya caerá en alguna otra entrada. Y si os han surgido dudas con alguna frase en concreto con dos puntos (o con lo que sea), sabéis que podéis dejarme un comentario y os las intento solucionar.

Se nos está yendo de las manos

Hay veces que tanto va el cántaro a la fuente que acaba por romperse. Y en la cuestión de las abreviaturas, creo que el cántaro lleva ya un tiempo roto.

Que conste que, en general, no me molestan demasiado las abreviaturas. Yo apenas las empleo, pero comprendo su uso en determinados contextos. Por ejemplo, me parece normal escribir con abreviaturas cuando se están tomando notas o apuntes, o un mensaje telefónico o casos así. También tolero que se utilicen en SMS o mensajes de Whatsapp (reconozcámoslo: escribir en el móvil es una tortura). Lo entiendo. Normalmente no son mensajes que se vayan a hacer públicos, se quiere ir rápido… Venga, aceptamos abreviatura. Incluso en Twitter, por problemas de espacio (140 caracteres es lo que tiene, aunque siempre se pueden escribir dos tuits, pero venga, seamos tolerantes). Y ya. Ni una más.

Y aquí me pongo un pelín gruñona: no me parece bien que me manden correos electrónicos (sobre todo de trabajo) con abreviaturas (¿cuánto tiempo de vida nos ahorramos por poner q en vez de que o xa en vez de para?). ¿En serio es necesario escribir a lo indio? No puedo. Y ver abreviaturas en textos de blogs y demás… me parece una broma. ¡Vagonetas! De verdad, ¿tanto cuesta escribir bien? ¿Por qué no pensamos en quien tiene que descodificar (porque a veces se trata de eso) nuestros mensajes? ¡Facilitemos la lectura, siempre!

¿Pluqría?

¿Pluqría?

Pero, cuando digo que se nos está yendo de las manos, es porque hay casos que hacen que me entren ganas de llorar directamente. Como el de la foto…

¿Creéis que esto es de recibo? ¿Abreviando en el rótulo de un comercio? ¿Les cobraban el cartel por caracteres acaso? Esta pluqría está en Bilbao y admito que se me quedaron los ojos como platos cuando vi el cartel el otro día. ¿Cómo han llegado a perpetrar semejante tortura para los ojos? ¿Esa es la imagen que quieren dar? Podría hacer un chiste malo sobre que, al menos las palabras, saben cortarlas… Pero yo no voy ahí a que me corten el pelo ni loca. Me parece muy terrible ese cartel. Pero mucho…

¿Estoy sacando yo las cosas de quicio o realmente ese rótulo es tan tremendo como a mí me parece? ¿Qué opinión tenéis al respecto? ¿Sois proabreviaturas? ¿Las usáis mucho? Tenéis, como siempre, los comentarios a vuestra disposición para decir lo que queráis…

‘Año Nuevo’ o ‘año nuevo’

No pensaba publicar esta entrada, pero después de haber visto hoy (2 de enero) a gente que deseaba un feliz Año Nuevo (con mayúsculas), he pensado que podía escribir un par de líneas…

No es lo mismo desear un feliz Año Nuevo que un feliz año nuevo. Año Nuevo, con mayúsculas, es el nombre de la festividad que se celebra el 1 de enero; los nombres de las festividades como Nochebuena, Nochevieja, Navidad, Año Nuevo… van en mayúscula. Si deseamos, por tanto, feliz Año Nuevo, estamos deseando un feliz 1 de enero (que tampoco está mal, pero no es lo mismo). Si lo que queremos es desear un año completo muy feliz, deberemos escribirlo con minúscula.

Así que, espero que hayáis pasado un feliz Año Nuevo y os deseo un muy feliz año nuevo… 😉

Otoño

«Life starts all over again when it gets crisp in the fall.»

F. S. Fitzgerald
The Great Gatsby

'The great Gatsby'

‘The great Gatsby’

O, lo que es casi lo mismo, «La vida vuelve a empezar cuando refresca en otoño». No puedo estar más de acuerdo con esta frase de El gran Gatsby. Confieso que estaba esperando el otoño (que empieza hoy) con impaciencia. Es que me encanta el otoño… y tengo que reconocer que mi verano ha sido «extraño» y tenía ganas de finiquitarlo. Y quería volver a mi «vida normal» y a la tranquilidad (vivo en un típico pueblo de veraneo, que se vuelve loco estos meses, y echaba de menos la calma y el tener la playa prácticamente para mí sola).

Me encantan los colores del otoño. Me chifla el plan de pasar la tarde leyendo en casa, con café y mantita (en mi caso, además, con una gata tarada que parece un tractor de lo mucho que ronronea en el regazo). Me gusta el otoño a pesar de la falta de luz. Y es que, como bien dice una conocida mía, la vida puede ser mucho más divertida saltando charcos con katiuskas, y eso solo pasa en otoño…

Por cierto, ¿os habéis fijado en cómo escribo la palabra otoño? ¡En minúscula! Las estaciones del año (como los días de la semana o los meses del año) van en minúscula.

Os deseo un montón de buenas lecturas otoñales. Y que estos meses, en general, os resulten mágicos, extraordinarios y… colosales. ¡Feliz otoño a todos!

‘Etc.’ + puntos suspensivos

A raíz de la última entrada que escribí sobre los puntos suspensivos, me llegaron un montón de preguntas sobre este signo de puntuación. La verdad es que está todo contestado en un artículo más largo que publiqué hace tiempo sobre toda la casuística de los puntos suspensivos, pero, dada la cantidad de dudas (y que nunca viene mal un recordatorio), he decidido escribir sobre la combinación de etcétera y los puntos suspensivos…

Aquí no hay duda posible: son incompatibles. No se puede juntar un etcétera (o su abreviatura etc.) con puntos suspensivos. Y, obviamente, no hay que matarse a pensar si se ponen tres o cuatro puntos (eso también lo explico en el artículo más largo). Hay que optar: o bien un etcétera, o bien los puntos suspensivos, pero nunca ambas cosas a la vez. 

Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan, etc…. ×
Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan…, etc. ×
Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan, etc. √
Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan



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