Entradas archivadas en Ortotipografía

Puntos suspensivos al comienzo de una frase

Hacía mucho tiempo que no escribía ninguna entrada relacionada con la corrección, así que ya iba tocando. Y he decidido retomarla con un asunto que me han preguntado un par de veces últimamente: ¿los puntos suspensivos, al comienzo de frase, se pegan a la palabra que los sigue?

En realidad, esto ya lo traté en un artículo más amplio sobre los puntos suspensivos. Pero no me importa repetirme si así queda más claro. A los puntos suspensivos siempre les sigue un espacio (con una salvedad, pero que solo afecta a cuando los puntos suspensivos cierran frase, así que no me voy a detener). Luego, si siempre les sigue un espacio, da igual que esos puntos suspensivos estén encabezando un enunciado (para marcar, por ejemplo, que no está completo): se deja un espacio —sí o sí— entre ellos y la palabra que los sigue. Pongo un ejemplo sacado de La insoportable levedad del ser de Kundera.

«… aspiraba el perfume de su libertad. Detrás de cada esquina se escondía la aventura. El futuro había vuelto a convertirse en un secreto. Disfrutaba de la dulce levedad del ser».

Como puede apreciarse, hay un espacio entre los puntos y el aspiraba… Realmente, es algo tan sencillo que no hace falta mayor explicación. Aun así, si tenéis dudas al respecto (o sobre cualquier otro tema), sabéis que os podéis poner en contacto conmigo e intentaré solventarlas en la medida de lo posible.

El papa

Después de leer papa con mayúscula mil veces ayer en todos sitios, me veo obligada a escribir unas líneas para recordar que, en castellano, los nombres de cargos van en minúscula, por muy importantes que puedan ser o parecer. Así, papa va en minúscula (al igual que rey, por ejemplo), porque son nombres comunes. Normalmente, ante la duda, siempre minúscula… (más probabilidades de acertar).

Y, ya puestos, el papa no dimite, sino que renuncia Por si queremos decirlo con propiedad… 😉

Títulos y mayúsculas

Parece ser que se está poniendo cada vez más de moda escribir todas las palabras (o palabras plenas; a veces se dejan de lado determinantes y preposiciones) con mayúscula inicial en los títulos de publicaciones, películas, etc. Supongo que es algo que está sucediendo, como la coma al comienzo de cartas y correos electrónicos (tema del que ya hablamos aquí), por influencia del inglés.

No obstante, no es una práctica recomendable. Los títulos, en castellano, por tradición, siempre han llevado únicamente su primera palabra con mayúscula inicial, y así se deberían seguir escribiendo. Os pongo unos ejemplos:

Está leyendo Cien Años de Soledad. ×
Está leyendo Cien años de soledad. √

La nueva novela parece una copia de El Guardián entre el Centeno. ×
La nueva novela parece una copia de El guardián entre el centeno. 

Por supuesto, si el título tiene algún nombre propio, este, como es habitual, se escribirá con mayúscula.

Esta semana han programado La decisión de Sophie en el cinefórum. 

Como digo, emplear estas mayúsculas en todo el título no es algo recomendable y es mejor ceñirse a las normas del castellano.

Uso ¿dudoso? de las comillas

Para que empecéis el fin de semana con buen humor, no podía dejar pasar uno de los últimos artículos del WTF de Microsiervos. Risas aseguradas… y un poco de miedo.

El buen uso de las «comillas».

¡Buen fin de semana a todos!

Saludo en cartas

Aunque escribí sobre él hace ya un tiempo, creo que está más que justificado que vuelva a traer este tema al blog porque veo errores a diario relacionados con él.

En la apertura de cartas y correos electrónicos, se deben usar los dos puntos y no la coma como se hace habitualmente por influencia del inglés. Pongo ejemplos:

Estimado Sr. García: √
Estimado Sr. García,
×

Hola, Marta: √
Hola, Marta, ×

 

 

Idiomas

La entrada de hoy va a ser muy breve. Solamente quiero recordaros que los nombres de los distintos idiomas, en castellano, se escriben en minúscula.

Habla con fluidez francés, inglés y alemán. √
Está estudiando chino mandarín.

Le ha costado mucho lograr hacerse entender en ruso.

Aprender esperanto
es muy sencillo. √

Por lo tanto, debemos desechar la costumbre de escribirlos con mayúscula, cada vez más de moda posiblemente por influencia del inglés (y no del Inglés).

Direcciones electrónicas y de correo electrónico

¿Alguna vez os habéis preguntado si existe alguna forma específica para expresar las direcciones electrónicas o de correo electrónico en nuestros textos? Sí que la hay, sobre todo cuando el texto es plano, sin formatos.

Para expresar estas direcciones, debemos encerrarlas entre diples o antilambdas, es decir, los «menor que» y «mayor que» de toda la vida (que se llaman así, diples o antilambdas). Además, esto nos permite seguir con la puntuación normal en caso de necesitarlo (escribir un punto final o una coma después). Por lo tanto, escribiremos las direcciones como sigue:

Podéis encontrar información sobre mi trabajo en <http://mobas.es>. (Como veis, incluso puedo acabar la frase con su punto final).

Si queréis poneros en contacto conmigo, podéis hacerlo escribiendo a <monica@mobas.es>; la dirección para asuntos relativos al blog o para dejar dudas, cuestiones o sugerencias es <blog@mobas.es>. (Como se puede apreciar, usamos la puntuación como deberíamos y podemos emplear un punto y coma, punto, etc.).

Esto sirve, como ya he apuntado, para texto plano, así como para las referencias bibliográficas (en que, cada vez con mayor frecuencia, tenemos que mencionar artículos aparecidos en la red).

Estados Unidos

Como siempre la veo mal escrita, he decidido dedicar una entrada a la abreviatura correcta para Estados Unidos. Es EE. UU.

En realidad, son dos abreviaturas. En primer lugar, se abrevia Estados, que, como es plural, se hace duplicando la letra e: EE. Después, punto (por ser abreviatura). Luego, el espacio que escribimos normalmente en Estados Unidos entre las dos palabras. Y, por último, la abreviatura de Unidos; al ser plural, se duplica, como pasaba con Estados. En resumen: EE. UU.

Existe también la sigla (que no abreviatura) EUA, sin puntos y todo junto, que sería el equivalente de USA (cuyo uso está censurado por ser inglés) y que no se emplea tanto como la abreviatura.

Así que, a partir de ahora, EE. UU.

Símbolo del porcentaje (segunda entrada)

El pasado mes de julio dediqué una entrada al símbolo del porcentaje. La norma ha cambiado con las nuevas propuestas ortográficas de la RAE y, aunque lo añadí en un comentario, para que no quede olvidado, prefiero rescatarlo. Así me aseguro de que todo el mundo se ha enterado de cómo se escribe ahora.

Si bien antes comentábamos que el símbolo del porcentaje se escribía pegado a la cifra a la que acompañaba (y destacábamos que se trataba de una excepción), la RAE ahora dice que esa excepción no tiene razón de ser, así que, a partir de ahora, debemos escribir el símbolo separado de la cifra, a poder ser por un espacio fino —con los programas de maquetación es bastante sencillo escribir un espacio fino, pero, al menos yo, no tengo ni idea de si es posible hacerlo con un procesador de textos corriente—. Ya había voces que defendían esta postura…

Así que, aquí está el mismo ejemplo que escribí allá por julio, pero ahora el correcto es el que lleva el símbolo separado…

La etiqueta de ese producto dice que elimina el 99,99% de los agentes patógenos. ×
La etiqueta de ese producto dice que elimina el 99,99 % de los agentes patógenos. 

Galletas maría

Cuando le comenté a mi hermano el otro día que, mientras desayunaba, se me había ocurrido escribir una entrada sobre galletas, me dijo que me estoy empezando a obsesionar un poco con el blog. Pero me pareció que el tema podía tener su intríngulis, así que, aquí lo tenéis.

Aunque soy más de pan tostado, últimamente he variado mi desayuno habitual y me ha dado por las galletas, en concreto, las galletas maría. Y entonces, un día me da por pensar, mientras las mojo en leche, en cómo se escribe ese maría y por qué, y de dónde viene el nombre. Y, una vez descubierto todo esto, lo comparto aquí con todo el mundo… ¡Lo que da de sí un buen desayuno!

Galleta maría

Galletas maría

Las galletas maría son una creación del repostero inglés Peek Freans, quien las elaboró por primera vez en 1874 para conmemorar la boda entre la gran duquesa María Alexandrovna de Rusia y Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha, duque de Edimburgo. Se hizo rápidamente muy popular por toda Europa, especialmente en España y Portugal. Curioso que un dulce con un origen tan aristocrático haya evolucionado a algo tan común y cotidiano…

Por supuesto, el nombre de la galleta viene del nombre de la novia, la gran duquesa María. Sin embargo, y aunque provenga de un nombre propio, en la expresión que nos ocupa maría se escribe en minúscula.

Realmente, los nombres de alimentos, platos elaborados, cócteles, etc. se escriben con minúscula (paella marinera), aunque si la denominación incluye algún nombre propio, este conserva la mayúscula (tarta de Santiago). No obstante, cuando el nombre pasa a designar por sí solo ese plato o la bebida en cuestión, se escribe con minúscula (macedonia, magdalena, bloody mary).

Precisamente eso es lo que ha pasado con las galletas maría, cuyo nombre se ha lexicalizado (se ha vuelto «común») y ahora podemos hablar de marías, en minúscula y plural, para referirnos a ellas sin problemas.

Tomó para merendar cuatro marías mojadas en café.
La base de la tarta se elabora a base de galletas maría machacadas mezcladas con mantequilla.
Tiene antojo de tomar una (galleta) maría con leche condensada.



Copyright © 2009–2015. Todos los derechos reservados.

Canal RSS. This blog is proudly powered by Wordpress and uses Modern Clix, a theme by Rodrigo Galindez modified by Arturo Martín.