Uno que te recuerde a tu serie de televisión favorita (30 libros)

El título de hoy para mí estaba cantado… Os voy a hablar de Diario de un ama de casa desquiciada, de Sue Kaufman.

Portada de 'Diario de un ama de casa desquiciada'

‘Diario de un ama de casa desquiciada’

Tina Balser es una sofisticada ama de casa que vive en Manhattan y parece tener todo cuanto podría desear: dinero, dos preciosas hijas y un marido que es un abogado de éxito. Cuando sus miedos y neurosis comienzan a atenazarla, Tina estrena un diario en el que, con sus agudas e hilarantes anotaciones sobre sí misma y su entorno, intenta arrojar un poco de luz en su aburrida vida y dar con las causas de su insatisfacción. A través de las páginas de su diario iremos descubriendo a la universitaria que intentó ser pintora pero que abandonó su carrera por una vida más convencional, al estirado marido en el que se ha convertido el hombre con el que se casó y los distintos remedios con los que intenta superar sus problemas.

Esta obra fue publicada originalmente en 1967 y está considerada como una de las novelas fundacionales y más representativas de la nueva conciencia femenina surgida a mediados del siglo pasado en Estados Unidos. Diario de un ama de casa desquiciada es un divertido e inteligente relato sobre el sentimiento de angustia al que todos nos enfrentamos alguna vez en nuestra vida.

¿La ilustración de la cubierta del libro no os recuerda a alguien? ¿A Betty Draper, quizá? Sí, Tina Balser tiene muchísimo que ver con Betty Draper, mi personaje favorito de una serie sublime: Mad Men. Y, de hecho, se inspiraron en Betty Draper para ese dibujo. Si no habéis visto Mad Men, os estáis perdiendo una de las mejores series que se emiten en la actualidad. No tiene desperdicio, es una obra de arte…

¿Por qué Tina me recuerda a Betty (y, de rebote, toda la ambientación de la novela a la serie)? Porque ambas, Tina y Betty, son mujeres de la misma época, con los mismos problemas e, incluso, las mismas neurosis. Responden a un mismo arquetipo: mujer casada con un hombre de éxito, sin problemas económicos, que se aburre soberanamente pero que vive encorsetada por la sociedad que la rodea. Sin embargo, como testigos de sus vidas, probablemente no nos sentimos igual ante los problemas de Tina que ante los de Betty. Empatizamos mucho más con Tina. Y creo que no es justo. Aquí va mi alegato pro Betty (sí, quienes veáis la serie no os lo podréis creer, pero es que yo entiendo muy bien a Betty, que no quiere decir que comparta su modo de actuar).

Vale, Betty es una auténtica arpía a veces, sobre todo con los niños (pobre Sally); eso no lo voy a discutir. Pero todos los problemas de Betty vienen porque está enamorada hasta las trancas de su marido Don. Y este se la pega con cualquiera que lleve falda y tacones (porque todas llevaban falda y tacones entonces) y la trata como si no valiera nada. ¿Por qué juzgamos tan duramente a Betty, que solo es una pobre mujer dolida? Es cierto (repito) que no me gusta nada cómo trata a los niños, pero, por lo demás, no entiendo esa animadversión hacia Betty. Y, sin embargo, a Tina le «perdonamos» cosas que quizá son mucho más graves (no os cuento para no fastidiar la novela). No sé, está poco equilibrada la cosa a mi modo de ver. Yo sigo siendo muy de Betty (a pesar de todo). Y de sus camisones… (¡quiero todos los camisones, saltos de cama, batas vaporosas y demás de Betty: no pueden ser más bonitos!). ¡Ah! Y, aunque esto pueda ser pura incongruencia, me fascina Don…

Resumiendo: Mad Men es una genialidad, tenéis que verla (por cierto, acaban de estrenar temporada, estoy como una niña con zapatos nuevos); y Diario de un ama de casa desquiciada es una novela muy entretenida y divertida, muy recomendable también.

Os toca. ¿Cuáles son vuestras series favoritas? ¿Qué libros os recuerdan a ellas? Tenéis los comentarios a vuestra disposición, como siempre…