Últimos artículos

Granite & Rainbow 28

Ayer salió, por fin, Granite & Rainbow (lo que se han hecho de rogar esta vez). El tema central de este número es el sexo, y hablan de Angela Carter, Henry Miller, Marguerite Duras, Guillaume Apollinaire, Milan Kundera, Isaac Rosa o Charles Bukowski, entre otros autores. Os dejo el enlace en el que podéis conseguir el pdf. Es el último número de 2014, yo no me lo perdería.

Granite & Rainbow 28

Nickolas Butler: ‘Canciones de amor a quemarropa’

Otro asteroide que me ha encantado…. Menudo año de aciertos que llevo con esta editorial. Hoy, con un libro sobre amistad, amor, música y pueblecitos nevados: Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler.

'Canciones de amor a quemarropa'

‘Canciones de amor a quemarropa’

Henry, Lee, Kip y Ronny crecieron juntos en el mismo pueblo de Wisconsin, Little Wing. Amigos desde niños, sus vidas comenzaron de forma similar pero han tomado caminos distintos. Henry se quedó en el pueblo y se casó con su primera novia, mientras que el resto se marchó en busca de algo más: Ronny se convirtió en un vaquero de rodeo, Kip en exitoso agente de bolsa y Lee en una estrella de rock de fama mundial. Cuando se vuelven a reunir en una boda, todos tratan de recuperar su vieja amistad pese a lo mucho que han cambiado. Tras la alegría del encuentro las antiguas rivalidades renacen y los viejos secretos amenazan con destrozar amistades y amores.

Un relato maravilloso, emotivo y profundo que trata de un viejo tema: ¿podemos llegar a sentirnos alguna vez de verdad en casa? Una novela sobre las cosas que importan: el amor y la amistad, el poder de la música y la belleza de la naturaleza. 

Resulta terriblemente difícil empezar a leer Canciones de amor a quemarropa y no tener una cierta sensación de familiaridad con lo que nos están contando. O, al menos, así lo viví yo. Como si estuviera leyendo sobre mis propios amigos. Aunque el escenario fuera distinto y entre mis amigos no haya ninguna estrella del indie. Os aseguro que los protagonistas de esta novela, con sus vidas, sus sentimientos y sus problemas, al final se parecen mucho a mis amigos. Y, probablemente, también a los vuestros.

Esta es la historia de una amistad de esas de las de verdad. De las que crean lazos irrompibles, de las que ni el tiempo ni la distancia ni los errores que cometemos pueden destrozar. Una amistad forjada en la infancia y en la adolescencia y que supera todo. Y que ata sin remedio a sus protagonistas en un lugar muy concreto; en este caso, un pequeño pueblo de Wisconsin, perdido en mitad de la nada, y sin nada salvo su gente, esas personas que se quieren, se apoyan mutuamente, se enfadan, se desencuentran, se encuentran, ríen juntas, lloran juntas, viven juntas en definitiva. Y viven juntas a pesar de distancias, a pesar de que hayan optado por caminos distintos en la vida.

Y hay una historia de amor. Bueno, hay varias, pero una es especial. Es un triángulo. ¿Qué haces cuando la chica de la que estás enamorado se casa con tu mejor amigo? Pues, si eres músico, un disco de éxito. Y la novela se llena de música. La de Bon Iver para ser exactos. El personaje de Lee está inspirado en Justin Vernon, líder de Bon Iver, y la música se convierte en un elemento importante de la novela. No siempre aparece explícitamente, pero es evidente que está.

Y sigue nevando, y sigue sin pasar nada especial en Wisconsin (ese sitio que, de tan anodino a ratos, se vuelve universal), y siguen estrechándose algunas relaciones. Y, con ellas, suman mil anécdotas más a su historia. Como en todos los grupos de amigos, ¿no?

Me ha encantado. Es la típica novela que me ha dado muchísima pena terminar. Quiero saber más de los personajes: quiero saber qué ocurre con Henry y Lee, con Beth y Felicia. Y con Ronny… Con todos. Os la recomiendo con los ojos cerrados. Te deja con buen cuerpo, como reconciliada con la vida y con tus propios amigos y con tus decisiones… De los mejores libros que he leído este año y de los que más sonriente me han dejado.

¿Alguien lo ha leído? Podéis comentar lo que queráis.

Por cierto, chico de Bon Iver (ahora que sé que andas por aquí alguna vez), como te dije el otro día por Whatsapp, léelo, que te va a gustar. Y esto sí que reconcilia con la vida… 😉

Quinto reto de los 30 libros

Después de mucho pensarlo, pues no sabía si me iba a dar tiempo a organizarlo, he decidido que voy a dedicar el mes de noviembre al reto de los 30 libros. Y todo porque, o lo hago entonces, o 2014 se queda sin su reto (y me da pena). Sé que esta vez os aviso con poca antelación, pero hay tiempo para ir dándole vueltas a la cabeza y pensando títulos (¡llenad los comentarios!). Como siempre, si alguien lo quiere seguir en su blog, perfecto, avisadme para que esté pendiente; y, esta vez, prometo estar de nuevo pendiente de Twitter (usad el hashtag #30libros y especificad a qué día os referís, por favor).

Pues aquí van los enunciados con los que vamos a jugar esta vez (algunos se parecen sospechosamente a otros anteriores, pero es lo que hay):

  1. Un libro que te haya acompañado en un viaje.
  2. Uno con un párrafo especialmente significativo para ti.
  3. Uno que te ayudó a perdonar.
  4. El último que lees de un autor.
  5. Uno que devolverías (por mal editado, etc.).
  6. Uno ambientado en una ciudad a la que quieras ir.
  7. El más corto que has leído este año hasta el momento.
  8. El más largo que has leído este año hasta el momento.
  9. Uno de un autor que hayas descubierto este año.
  10. Uno que te recuerde un suceso concreto de tu vida.
  11. Uno del que hayas memorizado fragmentos.
  12. Uno cuyo protagonista te gustaría que existiera en la vida real.
  13. Uno basado en un hecho real.
  14. Uno que no llegaste a entender del todo.
  15. Uno «de adultos» que leíste de niño.
  16. El próximo que vas a empezar.
  17. El próximo que vas a comprar.
  18. Uno que te hizo cambiar de idea sobre algo (lo que sea).
  19. Uno rojo.
  20. Uno naranja.
  21. Uno que hayas heredado.
  22. Uno déjà-vu (que te parezca que ya lo has leído).
  23. Uno con banda sonora incorporada.
  24. Uno que no hayas devuelto a su propietario.
  25. Uno verde.
  26. Uno amarillo.
  27. Uno de un autor al que te hubiera gustado conocer.
  28. Uno de un autor al que te gustaría conocer.
  29. Uno de un autor al que hayas conocido.
  30. Uno azul.

Lecturas de julio, agosto y septiembre

Aunque iré publicando alguna reseña de las lecturas de estos meses, os cuento qué he leído y si me ha gustado o no. No ha sido un mal verano lector (por cierto, he leído mucho más de lo que voy a reflejar aquí, que solo escribo de libros cuya lectura he terminado; hubo algún abandono por ahí y estoy con varios ladrillos de unas mil páginas que no los acabo ni por casualidad, todo llegará).

Julio

'La pasión'

‘La pasión’

Jeanette Winterson: La pasión

Este libro llevaba meses por casa, pero, como este invierno ha sido bastante duro y complicado emocionalmente para mí, la persona que me recomendó esta novela me dijo que la dejara en barbecho hasta que me encontrara un poco más fuerte, para que no me afectara demasiado. Y esperé hasta julio. Comprendo que esa persona me advirtiera, pero a mí este libro, aunque me encantó, no me ha tocado como le tocó a ella en su día (he leído novelas mucho más contundentes para mí este invierno). Aun así, repito, me encantó. Habrá reseña (no sé cuándo), así que no me entretengo más. Pero, de verdad, buenísima.

 

 

'Plataforma'

‘Plataforma’

Michel Houellebecq: Plataforma

Tenéis la reseña en la entrada anterior y ahí ya os cuento que me gustó mucho. Es Houellebecq en estado puro. Y, aunque yo recomiendo la lectura de la novela, advierto, por si acaso, de que el tema es muy duro y hay muchísimas escenas de sexo explícito (que sé que a mucha gente le echa para atrás). Porque, en la línea de otras de sus obras, Houellebecq toca temas de lo más provocadores en esta novela: turismo sexual, prostitución, terrorismo… Y pone sobre la mesa algunos problemas que ve en la sociedad y llega a una conclusión desesperanzadora.

Como dije en la reseña, a mí me ha gustado mucho. Y, además, creo que fue una lectura adictiva, de esas que no puedes soltar una vez que has empezado (el libro me duró un suspiro). Para mí, muy recomendable. Pero leed el párrafo anterior por si acaso.

Agosto

'La historia del amor'

‘La historia del amor’

Nicole Krauss: La historia del amor

Leo Gursky, cerrajero polaco jubilado en Nueva York, cuya obsesión es «no morirme un día en que nadie me haya visto», recibe misteriosamente el manuscrito de un texto que creía perdido, acompañado de una enigmática carta. Instalado en el ocaso de su vida, esta sorpresa lo lleva a bucear en los recuerdos de su lejana juventud, recuperando emociones que suponía enterradas. No muy lejos de allí, la quinceañera Alma Singer padece los dilemas y conflictos de su edad. Hace ya ocho años que su padre murió de cáncer y ella ha decidido que es hora de que su madre deje de estar triste, o sea, se dispone a encontrarle un nuevo marido. Cuando en su camino aparece La historia del amor, una novela rara, escrita en yidis, publicada en español y comprada por su padre en una librería de Buenos Aires, los interrogantes se suceden. ¿Por qué su padre se la regaló a su madre muy poco después de conocerla? ¿Quién era su autor? ¿Y quién es el misterioso hombre que ha encargado a su madre que traduzca el libro al inglés? Como en una afinada composición musical, la intensidad de la historia va aumentando progresivamente hasta que los pasos del anciano que busca reconciliarse con su pasado y la adolescente que quiere poner remedio a la soledad de su madre se entrecruzan mediante una ingeniosa y compleja trama cuyos hilos convergen en un final inolvidable. 

Os copio la sinopsis porque no creo que vaya a escribir reseña de esta novela. Y no porque no me gustara, pero me pareció un poco flojilla (claro, leerla después de los dos novelones anteriores, que son ambos de quitarse el sombrero, pues igual tuvo algo que ver). Es una historia muy entretenida, relacionada con dos historias de amor y un libro misterioso (la trama del libro es, para mí, lo mejor de la novela). Para pasar un par de tardes tranquilas y amenas.

 

Buenos días, tristeza

‘Buenos días, tristeza’

Françoise Sagan: Buenos días, tristeza

Cómo no, como todos los veranos, he releído uno de mis libros: Buenos días, tristeza. De este libro he hablado tanto en el blog que me da hasta vergüenza volver a mencionarlo, pero una es de costumbres fijas para ciertas cosas. Y Cécile vuelve a mí todos los veranos puntualmente.

De esta novela escribí reseña en su día. Y, después, ha aparecido también varias veces en los retos (por cierto, ¿queréis reto en noviembre? ¡Me lo tendríais que decir ya!), así que no me voy a entretener más. Para mí es una lectura imprescindible. La película es buenísima también (para los más vagonetas).

¡Ah! Y esto es para mis amigos: esta es la novela de los chinitos. Fin de la cita.

 

'Indigno de ser humano'

‘Indigno de ser humano’

Osamu Dazai: Indigno de ser humano

Como no sé aún si escribiré reseña de esta novela, os copio la sinopsis y, después, os hablo brevemente de ella.

Publicada por primera vez en 1948, Indigno de ser humano es una de las novelas más célebres de la literatura japonesa contemporánea. Su polémico y brillante autor, Osamu Dazai, incorporó numerosos episodios de su turbulenta vida a los tres cuadernos que conforman esta novela y que narran, en primera persona y de forma descarnada, el progresivo declive de Yozo, joven estudiante de provincias que lleva una vida disoluta en Tokio. Repudiado por su familia tras un intento de suicidio e incapaz de vivir en armonía con sus hipócritas semejantes, Yozo malvive como dibujante de historietas y subsiste gracias a la ayuda de mujeres que se enamoran de él pese a su alcoholismo y adicción a la morfina.

Esta es la historia de una autodestrucción. Es una novela dura, donde se nos muestran todas las vilezas de las que es capaz un ser humano por satisfacer sus propias necesidades (algunas buscadas) y deseos, aprovechándose de los demás y de sus buenos sentimientos. Creo que debería hablaros de ella con más detenimiento, pero, repito, no sé si lo haré. El título me parece brillante, por cierto.

 

'Stoner'

‘Stoner’

John Williams: Stoner

Si buscáis información sobre Stoner, leeréis en todos sitios que estamos ante una novela magnífica. Y, es curioso, porque, aunque reconozco que lo es, mis expectativas estaban tan altas que, luego, me decepcionó un poco. Y, curiosamente también, ahora que la recuerdo creo que me estoy dando cuenta de que todas esas reseñas que yo había leído antes de acercarme al libro estaban en lo cierto: es magnífica.

Stoner narra la vida de un chico sin recursos que un buen día consigue ir a la universidad. Esto le cambiará para siempre. Una historia de superación donde no pasa nada, pero pasa todo, porque pasa la vida en sí.

Creo que sí escribiré reseña, así que lo dejo aquí. Muy recomendable.

 

'El cielo de Lima'

‘El cielo de Lima’

Juan Gómez Bárcena: El cielo de Lima

Esta novela, para mí, ha sido el sorpresón del verano. La compré por casualidad (me llamó estando en la librería), sin saber absolutamente nada ni de la novela ni del autor (que, por circunstancias que no vienen al caso, aún me preguntó cómo es posible que yo no supiera nada ni de la novela ni de Juan, pero así es). Acerté de pleno. ¡Qué buena novela! ¡Qué bien escrita está!

Sí que voy a escribir reseña de El cielo de Lima (a ver si puedo publicarla la semana que viene, aunque no prometo nada porque ando a tope de curro otra vez). Eso sí, os adelanto que, a partir de una anécdota real (dos estudiantes y aspirantes a poetas peruanos le escribieron a Juan Ramón Jiménez haciéndose pasar por una mujer y conseguir así que Jiménez les enviara libros), Juan ha escrito una novela redonda y de lo más recomendable. Y como hay aspectos de la novela sobre los que me quiero explayar, prefiero dejarlo aquí hoy. 😉

Septiembre

Aunque en septiembre he leído muchísimo, solo he terminado un libro, por eso solo aparece uno. Le podéis echar la culpa de no haber acabado nada más a Donna Tartt y El jilguero, que está siendo como un parto, y algún que otro libro más que no me acaba de enganchar. A ver si la semana que viene puedo darles un empujón a todos (aunque están llegando lecturas nuevas que prometen mucho).

'La muerte de la bien amada'

‘La muerte de la bien amada’

Marc Bernard: La muerte de la bien amada

El único libro que conseguí acabar en septiembre fue La muerte de la bien amada, de Marc Bernard, del que os hablé ya el otro día. Sigo emocionándome cada vez que recuerdo su lectura. Y me he quedado con ganas de leer alguna de las otras novelas que Bernard le dedicó a Else (su mujer) tras su muerte. Tengo que averiguar si están publicadas en castellano o hacerme con ellas en francés o algo. (¿Alguien en la sala sabe si hay alguna más publicada, si Errata Naturae o cualquier otra editorial ha editado esas novelas? Porque, si no estoy mal informada, escribió tres sobre ese tema).

Y, cuanto más recuerdo este libro, más pienso que nos queremos mal y que tenemos que amarnos bien. ¡Qué buen libro!

 

Pues esto es todo lo que ha dado de sí mi verano lector. Iré publicando reseñas y, también, iré terminando los libros que tengo entre manos (a ver si la semana que viene, que parece que va a ser un poco más tranquila, finiquito El jilguero y puedo meterme con otras lecturas que me atraen más en este momento). ¿Qué habéis leído vosotros este verano? ¿Algo interesante? ¿Recomendaciones, por favor? Llenad los comentarios de títulos… 😉

Michel Houellebecq: ‘Plataforma’

Después de leer (e incluso «sufrir» con) dos novelas suyas el año pasado (El mapa y el territorio y Las partículas elementales), este verano he vuelto a Michel Houellebecq y su Plataforma. No me ha decepcionado en absoluto.

'Plataforma'

‘Plataforma’

Michel, parisino, funcionario, cuarentón, apocado y apático, incapaz de experimentar ninguna emoción, parte de vacaciones a Tailandia para olvidarse de todo y sumergirse en un paraíso de placer en el oasis del turismo sexual. Allí conoce a Valérie, directiva de ‘Nouvelles Frontières’ y con ella decide crear una red mundial de colonias turísticas en las que el sexo se practique libremente, los deseos estén en venta y la prostitución sea legal. Pero tras el éxito inicial la tragedia se precipita, motivada por integristas de toda laya… Una novela que ha conmocionado a Francia por su provocadora visión del cinismo erótico de la sociedad de consumo.

Aunque no me encuentro en ninguna crisis vital, leyendo a Houellebecq le doy vueltas al coco. Quizá porque creo que todo lo que he leído de él me lleva a la misma conclusión: estamos solos. La soledad impera. Y no hay esperanza. Y eso asusta.

Plataforma no es una excepción a esta conclusión. Estamos muy solos. Intentando relacionarnos de cualquier manera, sea o no aceptable. Y normalmente son relaciones egoístas, encaminadas a nuestro propio interés (¿placer?). Y entonces va Houellebecq y, ante este panorama que él mismo nos pinta, aprovecha para criticar todo, provocando, escandalizando a parte de la sociedad francesa, o de la manera que haga falta. ¿Que tengo que hablar de prostitución? Pues lo hago. ¿Que tengo que escribir sobre turismo sexual? Pues me saco esta novela de la chistera y a quien le choque que diga que hay franceses que se follan a niñitas tailandesas que se lo haga mirar porque vive en la inopia. ¿Que en la novela tiene que haber mucho sexo explícito? Pues no os escandalicéis quienes luego leéis el infame Grey y encima os gusta (porque, además, esto es mucho más real).

A mí me ha parecido una muy buena novela. Bien construida, buenos personajes, poniendo el dedo en la llaga y con una buena historia y un buen trasfondo detrás. La conclusión, como ya he dicho arriba, demoledora. Pero es lo que hay. Estamos, según Houellebecq (¿solo Houellebecq?), en una sociedad enferma para la que ya no hay solución. Estamos solos. Y moriremos todos solos. Fin del asunto.

¿Habéis leído Plataforma? ¿Qué os ha parecido? Como siempre, los comentarios son vuestros.

Dos puntos

Esta es la primera entrada en el blog sobre los dos puntos. A los demás signos de puntuación ya les he dedicado artículos, algunos están bien explicados y toda su casuística desarrollada. No así los dos puntos. ¿Por qué? Porque les tengo tirria. Se usan tan mal, me dan tantos quebraderos de cabeza, habría que explicar tantas cosas… que se han convertido en uno de esos temas tabú que no me apetece tocar. No obstante, hoy voy a hacer una excepción y voy a poner sobre la mesa un uso incorrecto de los dos puntos que veo por todos sitios.

Es incorrecto emplear los dos puntos detrás de una preposición para introducir una lista de elementos. Os pongo un ejemplo para que lo veáis mejor.

El átomo se compone de: neutrones, protones y electrones. ×
El átomo se compone de neutrones, protones y electrones. √

En el ejemplo, los dos puntos tras la preposición de son incorrectos. Nunca se utilizan los dos puntos detrás de una preposición.

De momento, dejo aquí los dos puntos. Algún uso problemático más ya caerá en alguna otra entrada. Y si os han surgido dudas con alguna frase en concreto con dos puntos (o con lo que sea), sabéis que podéis dejarme un comentario y os las intento solucionar.

Comentarios

Me siento un poco incómoda escribiendo esta entrada, pero creo que es necesario para poner las cosas en su sitio después de un problema que ha surgido con alguien que comenta en el blog.

En prácticamente todas las entradas que publico hay una invitación al final para que me dejéis vuestros comentarios. Para mí son muy importantes (probablemente más de lo que pensáis): alguien se ha tomado la molestia de entrar en mi blog, leer una entrada y dedicar un tiempo a mostrarme que esa publicación le ha gustado o que no le ha gustado o que cuenta conmigo para que le resuelva alguna duda o, sencillamente, es alguien que me quiere saludar. Es como si os invitara a una fiesta en mi casa y, además de venir y llenarme la sala de gente, algunos me trajerais un regalo. No os podéis imaginar la ilusión que me hacen los comentarios. Muchísima. Y los agradezco infinito. Por eso procuro contestarlos todos, porque me siento tremendamente agradecida de que estéis y de que participéis en esta locura mía.

Pero en la fiesta no todo va como la seda. Hace un tiempo, alguien se empeñó en torpedearla y sabotearla. Personalmente consideraba sus comentarios totalmente inapropiados. Llegué a sentirme insultada por ellos. Y todo pasó el límite cuando otras personas que habían entrado a comentar se sintieron asimismo insultadas por esta persona. Así que le hice una amable invitación a que abandonara la fiesta, a que se fuera de mi casa (porque, a pesar de lo que él decía, esto es mi casa y este espacio de internet sale de mi bolsillo; lo pago muy gustosamente, es cierto, pero que quede claro que esto es mío). Le pedí por favor que no volviera a comentar en el blog. No me hizo caso, así que borré todos los comentarios que esa persona iba dejando hasta que se cansó. Y me sentí fatal. ¿Era censura? En cierta forma sí, pero no podía dejar que los demás se sintieran mal. Creo que fue la decisión acertada.

Dos años y pico después, esta persona ha vuelto a dejar comentarios. Y, como no me parece que tiene respeto por los lectores al comentar lo que le da la gana donde le viene en gana, he vuelto a borrar comentarios suyos. Y cuando le dije que no me gustaba lo que estaba haciendo, me sentí tremendamente insultada por el tono de su réplica. Le he vuelto a pedir que no vuelva a comentar. Y, esta vez, he metido todos sus datos en la lista negra: cuando el filtro los detecte le va a impedir publicar nada.

Como me imagino que te estarás dando por aludido, me dirijo a ti directamente: no vuelvas, por favor, a intentar comentar. No vas a poder. Y si, por casualidad, los filtros fallaran, que sepas que voy a borrar personalmente todo lo que intentes publicar. Porque tú te creerás muy gracioso y serás muy tolerante, pero yo no tolero ciertas faltas de respeto hacia mí en mi propia casa. Así que te agradezco (y te pido por favor) que no vuelvas a intentar comentar. Casi estaría más tranquila si supiera que ni siquiera entras en el blog, pero eso no puedo controlarlo, como tú comprenderás.

A los demás os quiero pedir perdón por esto. Va a ser la última vez que trate este tema en público (ya sabéis, don’t feed the troll). Y, por supuesto, vosotros estáis más que invitados a comentar. De hecho, ahora ya sabéis que me hace mucha ilusión recibir vuestros comentarios. Ahí lo dejo. 😉

Marc Bernard: ‘La muerte de la bien amada’

Soy consciente de que os he estado dando un poco la chapa estos últimos días a quienes me seguís en otras redes sociales (Twitter o Facebook) con un libro que me ha dejado muy tocada y que me ha hecho reflexionar muchísimo. No sé si hago bien publicando la reseña tan poco tiempo después de haber acabado el libro; aun así, aquí está. Hoy hablamos de La muerte de la bien amada, de Marc Bernard.

'La muerte de la bien amada'

‘La muerte de la bien amada’

«Dos veces, y por mi culpa, estuve cerca de perderla. La conocí en el Louvre, ante la Venus de Milo, una mañana del otoño de 1938. Al mismo tiempo que ella rondaba la escultura, yo la rondaba a ella».

Hay que decirlo desde el primer momento: este libro es excepcional. Fue escrito en estado de gracia y desgracia a la vez. Desde el momento en que supieron que Else, la mujer del autor y narrador, iba a morir pronto, comenzó de verdad, para ella y para su marido, un nuevo y extraño periodo de felicidad. Fue la cima de su amor, el momento en el que se amaron mejor y en el que revivieron todo lo que su encuentro les había aportado a lo largo de la vida.

Gracias a esta narración —que obtuvo un gran éxito de crítica y público en Francia— descubrimos, además, la excepcional personalidad de Else Bernard. Siendo una joven judía, tuvo que huir de su país, Austria, para escapar del Holocausto, y se instaló en París durante algún tiempo. Tenía previsto partir hacia América, pero un día se encontró en el Museo del Louvre con aquel a quien no abandonaría ya. Comenzó así la historia, hoy mítica, que albergan estas páginas de Marc Bernard: su calidad humana y su eco son consecuencia de la gravedad de la temática, pero también, y sobre todo, del tono —a la vez apasionado y reflexivo, sugerente y preciso— con el que evoca la figura de su memorable esposa.

Dicen que una de las maneras de volverse inmortal es que un escritor o poeta se enamore de ti. Y eso es lo que le sucedió a Else Reichmann: el novelista Marc Bernard se enamoró de ella; y, a la muerte de Else, después de 31 años juntos, Bernard le dedicaría varias obras. La muerte de la bien amada es una de ellas. Y a mí este texto me ha dejado conmocionada.

La muerte de la bien amada son las reflexiones de Bernard a la muerte de Else, mezcladas con sus recuerdos de la historia de amor que vivieron. Y están tremendamente bien escritas (qué prosa: el tono justo para el tema tratado, el ritmo preciso, la palabra adecuada en cada ocasión… una delicia de leer). Y, además de una buena forma, un buen fondo que me ha hecho darle unas cuantas vueltas al coco.

En primer lugar, por el tema de la muerte. Más bien, la enfermedad y la muerte. Estoy excesivamente sensible con esto porque me trae muchos recuerdos (lejanos y más recientes). Y el después de la muerte… El duelo. Demasiado doloroso. Porque Bernard logra en el lector una empatía total. Sientes su dolor. Sientes su pérdida y el vacío.

Y la historia de amor… ¡Ay, señor Bernard, qué pena! Pero, a la vez, ¡qué envidia haber podido vivir algo así! Quizá porque últimamente tengo la sensación de que la gente se quiere mal (no me gusta nada lo que veo en las parejas de mi entorno), comprobar que un amor así, como el de Marc y Else (por muy «novelado» que aquí esté), es posible… me reafirma en mis convicciones y me devuelve la esperanza. Un amor tierno, dulce, profundo, pleno, en que ambos valoran al otro, ambos admiran al otro, ambos comprenden al otro… Flaco favor les hago a Marc y Else intentando calificar su amor. Es total, perfecto (en el sentido etimológico del término). Y cada vez estoy más convencida de que si no es así, si el amor no es esto, no merece la pena. Y si no se vive algo así, tampoco nada merece la pena…

Lo dejo aquí. Esta vez no hay citas en el Tumblr, porque, directamente, habría subrayado todo el libro. Así de poderoso es, así de bien escrito está. ¿Alguien lo ha leído ya? Os dejo los comentarios a vuestra disposición, como siempre.

Histeria

Hoy os  voy a hablar de una palabra cuyo origen me parece ciertamente curioso (de hecho, creo que más de uno se va a sorprender). ¿Sabéis qué es la histeria y de dónde viene el nombre?

histeria

Histeria

La histeria es un trastorno neurótico en el que el paciente manifiesta angustia al suponer que padece ciertos problemas físicos o psíquicos (y, en la actualidad, por extensión, también se usa el término para cualquier estado de excitación nerviosa). Aunque los profesionales ya no utilizan la palabra histeria para designar este tipo de afección, su origen resulta sumamente peculiar.

Fueron los antiguos griegos quienes identificaron los síntomas de la histeria: convulsiones, desmayos, etc. Y los identificaron, principalmente, en mujeres. De ahí que la histeria fuera para ellos una enfermedad de mujeres y que tuviera que estar localizada en algún órgano femenino. ¿Qué tal el útero? Además, por aquel entonces, se pensaba que el útero era un órgano móvil, que deambulaba por el cuerpo de la mujer; si llegaba al pecho, se producían las convulsiones y las crisis nerviosas. Y de ahí empezaron a emplear el nombre de útero también para designar la enfermedad. Porque histeria viene de hystear (ὑστέρα), que significa, literalmente, ‘útero’.

Unamuno: 150 años

Hoy se celebra el 150.º aniversario del nacimiento de Miguel de Unamuno. Quienes sigáis el blog desde hace tiempo seguro que ya sabéis que es uno de mis escritores favoritos, al que acudo, leo y releo con mucha frecuencia.

Confieso que me costó que me gustara Unamuno. Empecé a leer sus obras en la adolescencia, y me temo que no las leí como debía. Y ahora me pregunto a menudo cómo es posible que no me gustaran Niebla o San Manuel Bueno, mártir la primera vez que las leí. Me resulta insólito. Tuvieron que pasar unos cuantos años (tampoco demasiados) para que empezara a disfrutar y a apreciar la obra de Unamuno en su justa medida. Y Unamuno es enorme, con sus luchas internas razón-corazón que tanto juego y calado proporcionan a su escritura.

Os invito desde aquí a leer a don Miguel. Desde su poesía, con gran influencia de Whitman, hasta sus ensayos más filosóficos (Del sentimiento trágico de la vida, por ejemplo). Y sus novelas, por supuesto. Yo me quedo, además de con las que ya he mencionado, que me resultan imprescindibles, con Amor y pedagogía, una tragedia disfrazada de comedia que es muy importante para mí.

De verdad, retomad a Unamuno. Y contadme en los comentarios qué os parece. ¿Conocéis su obra? ¿Lo leéis y releéis como yo?

Por cierto, acabo de ver un vídeo sobre el Bilbao de Unamuno que os enlazo como curiosidad (encima era de Bilbao, ¿qué más se puede pedir?). 😉



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