Marc Bernard: ‘La muerte de la bien amada’

Soy consciente de que os he estado dando un poco la chapa estos últimos días a quienes me seguís en otras redes sociales (Twitter o Facebook) con un libro que me ha dejado muy tocada y que me ha hecho reflexionar muchísimo. No sé si hago bien publicando la reseña tan poco tiempo después de haber acabado el libro; aun así, aquí está. Hoy hablamos de La muerte de la bien amada, de Marc Bernard.

'La muerte de la bien amada'

‘La muerte de la bien amada’

«Dos veces, y por mi culpa, estuve cerca de perderla. La conocí en el Louvre, ante la Venus de Milo, una mañana del otoño de 1938. Al mismo tiempo que ella rondaba la escultura, yo la rondaba a ella».

Hay que decirlo desde el primer momento: este libro es excepcional. Fue escrito en estado de gracia y desgracia a la vez. Desde el momento en que supieron que Else, la mujer del autor y narrador, iba a morir pronto, comenzó de verdad, para ella y para su marido, un nuevo y extraño periodo de felicidad. Fue la cima de su amor, el momento en el que se amaron mejor y en el que revivieron todo lo que su encuentro les había aportado a lo largo de la vida.

Gracias a esta narración —que obtuvo un gran éxito de crítica y público en Francia— descubrimos, además, la excepcional personalidad de Else Bernard. Siendo una joven judía, tuvo que huir de su país, Austria, para escapar del Holocausto, y se instaló en París durante algún tiempo. Tenía previsto partir hacia América, pero un día se encontró en el Museo del Louvre con aquel a quien no abandonaría ya. Comenzó así la historia, hoy mítica, que albergan estas páginas de Marc Bernard: su calidad humana y su eco son consecuencia de la gravedad de la temática, pero también, y sobre todo, del tono —a la vez apasionado y reflexivo, sugerente y preciso— con el que evoca la figura de su memorable esposa.

Dicen que una de las maneras de volverse inmortal es que un escritor o poeta se enamore de ti. Y eso es lo que le sucedió a Else Reichmann: el novelista Marc Bernard se enamoró de ella; y, a la muerte de Else, después de 31 años juntos, Bernard le dedicaría varias obras. La muerte de la bien amada es una de ellas. Y a mí este texto me ha dejado conmocionada.

La muerte de la bien amada son las reflexiones de Bernard a la muerte de Else, mezcladas con sus recuerdos de la historia de amor que vivieron. Y están tremendamente bien escritas (qué prosa: el tono justo para el tema tratado, el ritmo preciso, la palabra adecuada en cada ocasión… una delicia de leer). Y, además de una buena forma, un buen fondo que me ha hecho darle unas cuantas vueltas al coco.

En primer lugar, por el tema de la muerte. Más bien, la enfermedad y la muerte. Estoy excesivamente sensible con esto porque me trae muchos recuerdos (lejanos y más recientes). Y el después de la muerte… El duelo. Demasiado doloroso. Porque Bernard logra en el lector una empatía total. Sientes su dolor. Sientes su pérdida y el vacío.

Y la historia de amor… ¡Ay, señor Bernard, qué pena! Pero, a la vez, ¡qué envidia haber podido vivir algo así! Quizá porque últimamente tengo la sensación de que la gente se quiere mal (no me gusta nada lo que veo en las parejas de mi entorno), comprobar que un amor así, como el de Marc y Else (por muy «novelado» que aquí esté), es posible… me reafirma en mis convicciones y me devuelve la esperanza. Un amor tierno, dulce, profundo, pleno, en que ambos valoran al otro, ambos admiran al otro, ambos comprenden al otro… Flaco favor les hago a Marc y Else intentando calificar su amor. Es total, perfecto (en el sentido etimológico del término). Y cada vez estoy más convencida de que si no es así, si el amor no es esto, no merece la pena. Y si no se vive algo así, tampoco nada merece la pena…

Lo dejo aquí. Esta vez no hay citas en el Tumblr, porque, directamente, habría subrayado todo el libro. Así de poderoso es, así de bien escrito está. ¿Alguien lo ha leído ya? Os dejo los comentarios a vuestra disposición, como siempre.