E. L. James: Trilogía de ‘Cincuenta sombras’

Empiezo esta entrada casi pidiendo perdón por publicarla. Aunque leo de todo (muy bueno, bueno, regular, malo e infame), no suelo publicar reseñas de la última categoría por respeto a quienes os acercáis a leer este blog; y estas novelas son malas a rabiar: peor que malísimas, no debería dedicarles una entrada. Pero, después del reto, que ha supuesto un subidón de visitas importante, ando como una yonqui con el mono y me vendo al mejor postor por sonreír viendo Google Analytics. Y me han asegurado que hablar de Grey multiplica las visitas…

Además, reconozco que me lo pasé teta (nunca mejor dicho) leyendo estos libros. No por los libros en sí (aunque deberían catalogarlos como libros de humor directamente), sino por cómo fue esa lectura y lo mucho que me reí. Y eso que me negaba a acercarme a ellos: ¡no me atraían nada! Todo lo que había leído sobre ellos era negativo. Para qué perder mi tiempo… Pero una vive en sociedad y tiene amigas. Y mis amigas leen. La mayoría, unos pestiños infumables con los que yo no puedo; pero, ya que leen, yo siempre les animo a ello. Lo malo es que, últimamente, no hay comida o cena a la que vaya en que no se hable de sus libros. Y, manda narices, yo que me paso el día leyendo, me siento excluida. Y encima me llaman esnob… (y, de verdad, no tengo problema con los bestsellers precisamente). Así que, en parte, decidí leer la primera novela (pensaba que no iba a pasar de ahí) para poder seguir las conversaciones con mis amigas y no sentirme un bicho raro. Y ya que estábamos, leyéndola veía si el éxito del porno para mamás está o no justificado… (sinceramente, me parece muy triste que esto tenga éxito, por muchas razones). Y fue ponerme y leerme las tres novelas del tirón en cuatro días; en parte, porque las leímos varias amigas a la vez y las íbamos comentando por Whatsapp (esas conversaciones son de guardar). No os podéis imaginar las carcajadas que echábamos. Es que es todo tan cutre, tan irreal, tan absurdo, tan tonto… que lo mejor es reírse de ello. Y ahora ya, empiezo a hablar de los libros… Hay spoilers, aviso…

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‘Cincuenta sombras de Grey’

Descubre la trilogía de la que habla todo el mundo. La romántica, sensual, erótica y totalmente adictiva historia de la apasionada relación entre una estudiante universitaria y un joven multimillonario……

Ella es una joven universitaria, inteligente, seria, estudiosa, amante de la literatura.
Él es un empresario multimillonario, culto, gourmet, exquisito y exigente sobre todo en sus preferencias sexuales.

Ella siente un amor profundo y apasionado por él, pero ha decidido que nunca podrá convertirse en la pareja que él desea.
El lado dominante y sobreprotector de él y los traumas de su infancia pondrán a prueba su relación.

Ella hará todo lo posible para liberar a su amante de su oscuro pasado.

Reconozco que la diosa que llevo dentro (ejem) se escandaliza con muy pocas cosas. Y leer textos de sexo explícito no es una de ellas; quizá porque, por trabajo, lo hago muy a menudo y, además, cosas mucho más «brutas» (¡viva Rusia!). Pero la diosa que llevo dentro sí se escandaliza con, por ejemplo, el modelo de relación que se vende en estas novelas. O con la burda justificación de ciertas preferencias sexuales que, para mí, solo denota lo sucio que le parece todo lo que escribe a quien lo escribe (en el fondo, aunque se haya hecho millonaria gracias a esto, sinceramente, su actitud no deja de parecerme en cierta forma bastante pacata). Porque, a ver, os cuento de qué va este rollo…

Una pava (porque más sinsorga no se puede ser), virgen para más señas (sin comentarios, no porque sea virgen, sino por el embolado en el que se mete la boba de ella), conoce a un tipo que la obnubila (porque, según ella [y esto leedlo con voz de lerda], «¡Uau [sic], qué bueno está, qué pectorales!»). Y resulta que él, aparte de ser un verdadero Adonis, está forradísimo (que no es asunto baladí, le dan muchísima importancia al tema pecuniario: ¿cuántos coches le regala en los primeros tres meses de relación?). Y, también, aparte de tener una cantidad de pasta indecente, tiene gustos sexuales «no muy convencionales»: a él le va el BDSM… Pero, claro, no le va porque sí, sino porque está traumatizado por su infancia (creo que no hay emoticono que exprese lo que me gustaría poner aquí), pero eso se descubre más adelante (son «sus sombras»). Entonces él se encapricha de ella y la quiere hacer su sumisa; y ella se enamora locamente y está dispuesta a hacer cualquier cosa por él… Y ella es tan angelical y tan insulsa y tan tan tan… que, cómo no, consigue enamorarlo y «redimirlo» de sus «vicios». Incluso acaban casados y con hijos… Vamos, un cuento de hadas simplón (es que la historia, en serio, no puede ser una estulticia mayor), eso sí, con sexo en cantidades industriales (por cierto, comentamos mucho en su día lo «machote» que es él, ¡menudo Superman!). Porque hay muchísimo sexo. Y es explícito. ¡Ah! Y todo eso de que es todo sadomaso… ¡prácticamente nada! Es todo, como ellos dicen, «sexo vainilla», así que tampoco es tan escandaloso como lo quieren vender (por si a alguien le echan los libros para atrás por eso: hay mil razones para no leerlos, pero no creo que esa sea una de ellas).

Historia simplona, por tanto, y escrita de manera no menos simplona. Seamos serios: esto no es literatura precisamente. Trabajo con el lenguaje: cero. Da mucha vergüenza ajena. A mí hubo algo que, de verdad, me sacó de mis casillas: el verbo musitar. No susurran, cuchichean, murmuran o bisbisean… Solo musitan, constantemente, todo el tiempo. En las escenas de sexo (yo calculo que el 75 % de los libros, mínimo), hacen lo que hacen… y se musitan cosas al oído. En serio, si cada vez que aparece el verbo maldito se bebiera algo, las borracheras serían de escándalo. De «la diosa que llevo dentro» y sus estupideces, la diosa que yo llevo dentro no me permite hablar…

Y ahora vamos a lo que realmente me parece escandaloso de estos libros: qué tipo de relación nos están vendiendo… No es una relación sana, todo lo contrario; de hecho, me parece todo bastante enfermizo. Y encima he tenido que oír a varias personas que quieren eso. Pues, en mi opinión, quien quiera eso está tan enferma como el protagonista del libro. Que no es un enfermo por lo que le gusta en la cama (o en su sala roja), sino por la obsesión que tiene de controlarla a ella. ¡Eso no es amor! ¡Eso es una locura! Pero, supongo, como es guapo y tiene pasta, da igual, ¿no? Sinceramente alucino bastante con opiniones que he oído al respecto, pero no podía dejar de escribir mi total desacuerdo con que estas novelas sean una historia de amor precisamente. Es la historia de una obsesión con mucho sexo. Y ya… Esto no es amor romántico, por mucho que se empeñen. De hecho, la historia no vale nada.

Razones para leerlas: que si las leéis con amigas (un poco abiertas de mente, eso sí), os vais a morir de la risa (y quizá podáis coger alguna idea… 😉 ). Razones para no leerlas: todas las demás. Por cierto, están preparando la película: ¿cómo van a hacer para que no tenga calificación X en Estados Unidos? Será interesante…

¿Habéis leído la infame trilogía? ¿Qué opináis? Por cierto, ¿algún chico la ha leído o la leería? Mera curiosidad…