Blog Mobas | El blog de las comas, los sustantivos, los libros y las cursivas

Hola Mónica, yo tampoco memorizo fragmentos de libros, y ni me atrevería a decir que es porque no me sale: en principio ni siquiera lo intento. Digamos que frente a esa práctica, de mi parte hay un total desgano. Ni se me ocurriría memorizar pedazos de textos literarios.
Pero sí hay libros de los que inevitablemente recuerdo algunas partes más o menos fidedignamente. Se me ocurren dos:
– la Biblia, por razones religiosas.
– el Martín Fierro, de José Hernández, texto emblemático de mi Argentina querida, en verso, y que al estudiarlo en la escuela se suele grabar bastante en tu mente si lo lees con cierto placer.

También me sé algunos fragmentos de Rayuela. Aunque no es el libro que he elegido para este apartado. Ya te contaré el fin de semana.

Besos.

Pues en este caso debo centrarme en libros de poesía, porque hija, si no rima, no se me queda! Asiq voto por Ajo Micropoetisa y su

«Yo no vivo, yo ardo,
yo no lloro, yo lluevo,
yo no escribo, yo destilo,
y así todo todo el tiempo.»

Buenos días, Mónica:

Hoy no tengo duda porque me sé bastantes fragmentos de La voz a ti debida de Pedro Salinas. Durante mucho tiempo he tenido el libro en mi mesilla de noche y muchos días los he leído y releído.

«¡Si me llamaras, sí,
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor…»

Un beso,
África

Yo tampoco soy de memorizar textos: esa es una habilidad de que nuestra generación no ha desarollado. (En cambio, mi abuela a los 85 años podía recitar poemas enteros que había aprendido de memoria cuando era niña). Claro que me sé algunos poemas que han sido convertidos en canciones (los que ha cantado Paco Ibáñez o Serrat, por ejemplo).

En todo caso, el libro del que más textos me sé de memoria sería Inventario de Mario Benedetti. En la época en la que hacíamos recitales poéticos en la universidad, Benedetti era nuestra Biblia, y mi copia de Inventario estaba llena de papeles señalando poemas míticos como «Te quiero», «Hombre preso que mira a su hijo», «Los formales y el frío», «Señor que no me mira» o «Por qué cantamos». De todos ellos me sé fragmentos, versos sueltos, aunque no creo que pudiera reconstruir ninguno de ellos entero de principio a fin.

Bueno, los recitales los organizábamos los del Taller Literario, que no estaba compuesto única ni mayoritariamente por gente de Filología ni mucho menos: había gente de Filosofía, de Historia, de Derecho… Ya me contarás qué pasaba en vuestro curso… 🙂

Hola Mónica:
Me pasa como a casi todos, si es con rima, ¡funciona! ;).
http://misfiliasyfobias.blogspot.com.es/2014/11/30libros-11-uno-del-que-hayas.html
Besicos

¡Hola!
Llevo mucho tiempo con ganas de leer este libro, a ver si me animo pronto. Tengo que ir pensando que libro escoger para esta categoría, en estos momentos no lo tengo nada claro…
Un beso

Yo tampoco memorizo, pero sí suelo lo que yo llamo “trabajarlos”, es decir, ¡los coso a marcas y notas! Eso en papel, claro, y excluyendo a los de la bibilioteca.
Hace tiempo ya que además paso todas esas notas a formato txt. Práctico.

Por eso mi elección para hoy es uno del que he tomado tantas notas ¡que podrían acusarme de plagiarlo si vieran el txt!
Se trata de Sociofobia, de César Rendueles.
Aquí podréis saber algo más por si os interesa: Sociofobia, en El País

Os dejo unas perlas…

“En ese sentido, tampoco es muy acertada la definición de nuestras sociedades como complejas, más bien deberíamos denominarlas «confusas».”

“El ciberfetichismo y la sociofobia son las fases terminales de una profunda degeneración en la forma de entender la sociabilidad que afecta decisivamente a nuestra comprensión de la política.”

Eso sí, lo que me se de memoria es esto que leí de Jose Luís Sampedro y que me acompaña a todas partes:

«Sea Ulises tu guía
al viajar por tu vida, compañero
Tapona tus ojos contra toda sirena,
átate al duro mástil de tu barca
Y, obediente a tu brújula secreta,
pon rumbo a la aventura irrenunciable:
el viaje hacia ti mismo».
Jose Luis Sampedro

Un saludo.

Mónica, creo que comparado con los demás, me extiendo mucho. 🙁
¡Pido perdón!

¡Hola!

Tengo una extraña habilidad para memorizar textos, pero soy un desastre con los números de teléfono… Extraño, ¿no? En fin, me sé de memoria (aparte de poemas) algunos fragmentos de teatro como monólogos de Segismundo en La vida es sueño. La casa de Bernarda Alba me la sabía de memoria porque la representaron hace años unas amigas, y aunque yo actuaba, me encargaba de los decorados y presencié todos los ensayos, así que acabé aprendiéndome todos los papeles. Pepe el Romano es mío, él me lleva a los juncos de la orilla… ¡Nunca se me olvidará! 😀

De Rayuela me sé algo también… el «Toco tu boca…». Cómo no.

Y cómo anécdota, tengo que elegir hoy como libro para esta categoría del reto ‘Las aventuras de Tom Sawyer’. Me sé la primera página de memoria al completo desde niña. ¿Por qué? Tiene una explicación muy sencilla: era el único libro que había en mi casa antes de que yo empezara a leer y a pedir libros. Aún no sabía leer y me moría de ganas de saber qué querían decir aquellas letras… Mi hermana mayor, tras mucha insistencia por mi parte, empezaba a leerme prácticamente cada día por el principio, así que llegué a memorizar el inicio de tantas veces que lo escuché con atención deseando ser capaz de leerlo yo misma. Cuando ese día llegó, me sentí la niña más poderosa del universo. Felicidad.

Ana Parrilla, tu anécdota me llegó al corazón. Gracias por compartir una historia tan hermosa.

Elegir un solo libro para esta categoría me parece casi misión imposible, le tengo enorme cariño a Mobi Dick «Llamadme Ismael…», La vida es sueño «Ay, mísero de mi…» Palabras para Julia «Tú no puedes volver atrás…», la primera página de Don Quijote de La Mancha que memoricé porque durante algún tiempo decoró la caja de cereales de mi desayuno; por supuesto en esta categoría también «La canción del pirata», de la que mi profesora de cuarto EGB no nos liberó hasta que conseguimos recitarla «como Dios manda» . Pero creo que me quedaré con «Las desventuras del joven Werther», de Goethe, que fue libro de cabecera durante mi adolescencia, y cuyos fragmentos memorizaba como si su desdicha fuera en parte la mía, jajaja, la adolescencia esa etapa tan, tan…

Mi memoria es fotográfica. Mas que memorizar frases, yo puedo ubicarlas. Soy una especie de indice. El Coronel no tiene quién le escriba (mi edición) tiene una enorme errata en la página 74, linea 12. Enorme. No sabría decirte cuál. O en la página 145 de El sentido de un final, de Julian Barnes (Edición del Círculo de Lectores) aparece la palabra Alzhéimer, pero no podría hacer una reseña del libro sin releerlo.

(Qué éxito, ¿no? ¡Felicidades!)

Hola, Mónica!
Mis fragmentos de memoria desmemoriados con la elección de hoy:

fuegoycenizas19.blogspot.com.es/2014/11/30libros-11-uno-del-que-hayas.html

Pues mira, esta vez me quedo con un cantar de gesta, precisamente una obra creada para ser memorizada: el Cantar de Mio Cid. Si alguien se fija en el encabezado de mi twitter verá que la imagen es el primer folio de la digitalización del original.