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Cinco libros…

El otro día Javi de Ríos me propuso en Twitter escribir una entrada en el blog sobre los cinco libros que me gustaría que leyeran en algún momento mis hijos (cuando los tenga). De hecho, ha propuesto esto a varias personas, así que vamos a ser varios los blogs en los que hoy se va a hablar de libros para niños… Los enlazaré al final. A ver si coincidimos en algún título…

Pues ahí van los míos. Expongo un poco los motivos. No van en ningún orden concreto; más bien, según se me han ido ocurriendo…

  • Momo, de Michael Ende. Leí este libro con 9 años y me encantó. Y, por casualidades de la vida, hemos hablado últimamente de él en Twitter (os prometo que no me paso todo el día metida, aunque pueda parecerlo). Os dejo el enlace a la entrada de esta novela en la Wikipedia, donde encontraréis la sinopsis y la idea principal sobre la que gira la trama. Creo que este libro no ha envejecido nada mal (de hecho, puede resultar de lo más actual en estos tiempos, a pesar de que tiene ya la friolera de ¡40 años!). Es una de las novelas referentes de mi infancia y me gustaría que mis hijos la leyeran, porque es un clásico.
  • Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr. Ya he hablado alguna vez de este libro aquí en el blog. Lo leí con 10 años y, además de que me encantó la historia, me sirvió para empezar a conectar con el mundo adulto a través de los libros. No es, en absoluto, una mala opción para que desde niños sepan que los libros, además de para entretenernos y evadirnos, sirven para narrar historias reales, problemas, injusticias… Y que nos sirven para abrir la mente. Y si encima se hace con una historia dura pero tiernísima, pues mejor.
  • Un fantasma con asma, de Carmen Gil. Este cuentito no tiene nada que ver con los libros que he mencionado antes. Está dirigido a un público mucho más infantil, para empezar. Es una historia divertidísima de un fantasma que vive muy solo en un castillo y tiene asma. Está rimado y su moraleja es genial: «Y es que el cariño a raudales alivia todos los males». ¿Por qué conozco este libro? Porque me regalaron unos cuantos libros de la editorial Kalandraka (¡me encanta!) y, entre ellos, estaba este, que se convirtió en mi favorito del lote. Las ilustraciones son magníficas, es divertidísimo y estoy convencida de que les encantará a los enanos.
  • Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl. A este se podría añadir su secuela, Charlie y el gran ascensor de cristal. En realidad, quería poner algún libro de Dahl y no sabía por cuál decidirme, pero creo que este es el que más me gustó. No me enrollo, porque todo el mundo lo conoce. ¡Que vivan los Umpa Lumpa!
  • El pequeño Nicolás, de René Goscinny. Las historietas de Nicolás me parecen divertidísimas. A este libro le tengo un cariño especial porque fue el primero que leí en francés (il y a longtemps !). Goscinny, creador también, por ejemplo, de Asterix, era un verdadero genio. Y, si Nicolás nos pilla un poco lejano, siempre nos quedará el entrañable Manolito Gafotas de Elvira Lindo…

Supongo que podría haber muchos más títulos, me dejo muchas cosas interesantes en el tintero (me vienen a la cabeza un montón de libros que seguro que les encantarían a los más peques, pero me han pedido solo cinco; igual otro día hay que repetir lista y podemos mencionar otros cinco…). La verdad, ponerme un poco al día en LIJ no me vendría nada mal: espero coger ideas del resto de blogs para cuando llegue el momento…

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Peter Cameron: ‘Algún día este dolor te será útil’

Esta reseña llega con mucho retraso… ¡pero llega! Tengo todavía unas cuantas pendientes de libros que leí el año pasado, a ver si me voy poniendo las pilas poco a poco…

Algún día este dolor te será útil

‘Algún día este dolor te será útil’

James Sveck, el narrador de esta novela, es un adolescente inteligente y precoz, ha terminado el colegio y durante el verano trabaja en la galería de arte que su madre tiene en Manhattan y en la que casi nunca entra nadie. Pese a haber sido admitido en la prestigiosa Universidad de Brown no está seguro de querer ir; lo que de verdad le gustaría es comprarse una casa de campo y pasarse el día leyendo, sin ser molestado; detesta relacionarse con gente de su edad, a la que evita y con la que piensa que no tiene nada en común.

La narración de James nos ofrece una sarcástica y divertida mirada sobre su confusa vida, sobre cómo su desestructurada familia y su psiquiatra tratan en vano de ayudarle, o sobre cómo intenta, torpemente, aclararse y salir de su aislamiento.

Considerada por la crítica estadounidense como una de las mejores novelas que se han publicado en los últimos años sobre Nueva York, Algún día este dolor te será útil es una aguda y emotiva novela sobre un joven capaz de cuestionarse a sí mismo, a su familia y al tiempo que le ha tocado vivir.

Seguro que, si buscáis el título de esta novela en Google, os salen un montón de resultados que llevan a entusiastas reseñas sobre ella. No seré yo quien la critique o diga algo malo sobre ella; de hecho, creo que es una de las mejores novelas que leí el año pasado. Ahora, la sensación que tengo cuando leo la mayoría de esas reseñas es que mi experiencia como lectora ha sido distinta; Y, para ser sincera, no tengo muy claro por qué…

A mí me gustan mucho los libros en los que los personajes son quienes llevan el peso narrativo. Un buen personaje es una joya. Y aquí tenemos a un gran personaje, un enorme James Sveck con sus inseguridades, sus dudas, sus deseos, sus ideas… Un personaje al que comparan con mi adorado Holden Caulfield (y sí que recuerda un poco), pero con problemas bien distintos a los de Holden. Y es un personaje que, sinceramente, podría vivir en cualquier otra ciudad del mundo: sus frustraciones y miedos serían los mismos. Por eso no entiendo esa importancia desmedida que le da todo el mundo a Nueva York (y a la época post-11S, que aparece de forma casi anecdótica en la novela, no hay profundización alguna). Creo que James tendría las mismas ganas de comprarse una cabaña para dedicarse a leer si viviera en San Francisco, Chicago o, por qué no venirnos a Europa, Londres o Berlín (cosa que no creo que pasa en El guardián entre el centeno, donde sí veo que Nueva York como escenario es mucho más importante). No sé yo si enmarcar esta novela como una historia sobre la época más actual de Nueva York es acertado: para mí es una novela de aprendizaje de alguien que está entrando en la edad adulta (sin importar el sitio del mundo donde esto ocurra). Por cierto, no creo que Algún día… pudiera resistir comparaciones cualitativas con El guardián…, todo sea dicho; personalmente, El guardián entre el centeno me parece muchísimo mejor, una auténtica joya (ya sabéis que tengo especial debilidad por esta novela).

La narración de James es fresca, inteligente, reflexiva y está cargada de ironía: justo como él. Un antihéroe antisocial que se cuestiona todo (su presente, su futuro, su familia, sus relaciones…) en un momento vital de suma importancia para él (el verano antes de ingresar en la universidad, como rito de iniciación, casi casi, de la vida adulta). Yo a James le cogí cariño: me parece imposible no empatizar con él. Y para mí una de las claves de esa empatía es que no me gustaban los personajes que rodeaban a James (ni la neurótica de su madre, ni su hermana, ni su psiquiatra, ni el empleado de su madre… ¡me caían todos mal!). ¿Cómo no se va a sentir solo y mal y con ganas de perderlos a todos de vista? Bastante hace con autodefinirse y aclararse en lo que quiere y no quiere en la vida. Avanzando en la lectura, vislumbramos detalles que pueden explicar ciertas actitudes, pero sería estropear la lectura, así que no me detengo aquí. Resumiendo: James Sveck es un gran personaje, que constituye el centro de una buena novela…

Supongo que más de uno habréis leído Algún día este dolor te será útil (por cierto, del titulazo hablo en este artículo anterior). ¿Os gustó? ¡Contádnoslo en los comentarios, por favor! Están a vuestra disposición para que digáis lo que queráis…

Iván Repila: ‘Una comedia canalla’

Reconozco que este libro fue, para mí, una gran sorpresa. Conozco a su autor de la época de la universidad y, por circunstancias que no vienen al caso, acabé, casi por casualidad, en la presentación que Iván hizo de la novela en Bilbao. Esa misma noche me puse con ella… y no pude dejar de reírme hasta que la acabé.

'Una comedia canalla'

‘Una comedia canalla’

Jim, John y Jack son jóvenes mileuristas, están cansados y quieren emprender el negocio de sus vidas. El único problema: no es legal. Así que tendrán que entrar en contacto con peligrosos delincuentes, drogadictos de pandereta, bandas violentas y asesinos de primer nivel. O algo así. A su alrededor, un circo de personajes con sueños e inquietudes: Wilson, el hombre con suerte y problemas de karma; los matones de la Banda de Macois, acostumbrados a pegar primero y a pegar después; Giuseppe, el autónomo con un hobby curioso; el pequeño Tommy, ese chaval especializado en bullying; Sniffer, el farlopero medio; Morgan, Zippo, Marcus, Gincho, McArthur… y, por supuesto, la Gatoparda. Y además: ron, peleas, persecuciones, torturas, resacas, problemas existenciales, antros de perdición, taxistas y mucha, mucha, mucha marihuana. Una novela tan loca y disparatada como la sociedad que retrata.

Han salido innumerables reseñas de esta novela. Creo que la mayoría habla de su ritmo trepidante y su sentido del humor. Lógico. Yo la definiría como una gran gamberrada muy bien escrita. Con momentos de esos que recuerdas mucho tiempo después (mis amigos y yo seguimos, desde el verano pasado, hablando de la fábrica de mierda, de la china, del niño psicópata o del Nocillo). La comparan, por ejemplo, con las pelis de Guy Ritchie. Yo me quedo con un ejemplo más patrio y cercano, Airbag de Juanma Bajo Ulloa. Carcajadas aseguradas.

Pero, claro, presentada así, parece todo fácil: una ida de olla de Iván, que va soltando salvajadas para hacernos reír y punto. Pero a mí no me parece solo eso. Muy gamberra, pero, creo, muy bien pensada. Reflejo de mucho de lo malo de nuestra sociedad, solo que mezclado con grandes dosis de ron y marihuana. A ver si nos evadimos todos un poco, ¿no?

Cualquiera que ya haya leído la novela pensará que Iván está de frenopático. Pero no, increíblemente, está bastante cuerdo: como ejemplo, su última novela, El niño que robó el caballo de Atila, que reseñé hace poco. Una joya. Desde luego, un autor muy interesante al que conviene seguirle la pista… A ver con qué nos sorprende la próxima vez…

¿Alguien ha leído Una comedia canalla? ¿Conocéis a Iván? Tenéis los comentarios a vuestra disposición para decir lo que queráis…

Leer por obligación

Aunque este tema de leer por obligación ha salido alguna vez a relucir por el blog (sobre todo, en comentarios o cuando yo he contado que he leído algún libro que no me gustaba para alguna asignatura en la carrera), nunca le he dedicado una entrada. Y el tema tiene su miga, porque a todos, en el colegio, nos han hecho leer por obligación. Y no siempre libros que nos gustaran o que pudieran encajar en nuestro mundo. Y, sinceramente, estoy empezando a pensar que es peor el remedio que la enfermedad…

La otra tarde llamé por teléfono a una de mis mejores amigas, profesora de Lengua y Literatura en ESO para más señas, y me dijo que había estado preparando un «control de lectura». Solo la expresión me chirría… Control de lectura. Para mí, prácticamente es un oxímoron. Y me comentó lo mucho que les cuesta a algunos alumnos leer las lecturas propuestas, porque son muy ajenas a sus intereses…

¿Por qué se les obliga a los chavales a leer? Yo soy una firme defensora de que se debe leer por placer, siempre. Lo que se quiera. Lo que más rabia dé en ese momento. Leer por ocio, por curiosidad, porque apetece… y no porque nos han mandado tal o cual libro. ¿Qué sentido tiene leer ciertos clásicos medievales, por poner un ejemplo que nos puede resultar familiar a todos, en la adolescencia? Muchos estaréis pensando que, si no, no leeríamos jamás a los clásicos. No estoy de acuerdo: se acercarían a ellos quienes sintieran interés, que es como se debe llegar a estas cosas. Leer por obligación me parece un error. Pero confieso que tampoco tengo otra solución (se me antoja complicado dar clases de Literatura sin lecturas; aunque, claro, tampoco entiendo que el estudio de la Literatura se limite, prácticamente, a la historia de la Literatura y no a otras ramas, quizá mucho más interesantes y útiles para todo el mundo).

Siempre que hablo de este tema recuerdo los derechos del lector de Daniel Pennac (os enlazo a uno de los primeros artículos de este blog donde ya hablaba de ellos, porque no puedo estar más de acuerdo con él). El primero es el derecho a no leer. Acabáramos. Si nos «obligan» a leer, están mermando nuestros derechos como lectores, yo lo veo clarísimo. Y si a la obligación de leer le añadimos que los títulos propuestos no siempre son los más acertados, lo único que estamos consiguiendo es crear no-lectores. Muy triste.

No siempre la culpa es de los profesores de Literatura, que conste. Por ejemplo, mi amiga está haciendo un gran esfuerzo por recomendar lecturas que puedan ser del interés de sus alumnos. De hecho, os pido vuestra colaboración desde aquí para le propongáis libros (yo ando muy pez en LIJ ahora mismo). Eso sí, a la dificultad de recomendar títulos para chicos de unos 14 años (por cierto, aviso a navegantes, lo del título que recomendarías a un adolescente será una de las categorías del próximo reto), se le une el hecho, en este caso, de que trabaja en un colegio con un ideario religioso muy estricto, que dificulta aún más la elección pues no puede recomendar nada que se aparte de ciertas ideas ultracatólicas. Si sabéis de algún libro que pudiera encajar y que les vaya a gustar a los alumnos… ¡os lo agradeceríamos!

Sé que este tema da para mucho y que podríamos tener animadas discusiones al respecto. Pero prefiero dejarlo aquí por el momento. Eso sí, si queréis mostrar vuestra opinión (sea cual sea), tenéis los comentarios a vuestra disposición…

Niccolò Ammaniti: ‘Tú y yo’

Otro libro que no me duró ni un asalto. Pero esta vez más que justificadamente, porque la novela es muy breve… Por cierto, no es lo que yo esperaba; había imaginado una historia totalmente distinta…

'Tú y yo'

‘Tú y yo’

Encerrado en el sótano para pasar su semana de vacaciones lejos de todos, Lorenzo, un adolescente de catorce años, introvertido y un tanto neurótico, se dispone a vivir su sueño solipsista de felicidad: sin conflictos, sin molestos compañeros de escuela, sin comedias ni ficciones. El mundo, con sus reglas incomprensibles, ha quedado al otro lado de la puerta, mientras él disfruta de su soledad arrellanado en un sofá, entre botellas de Coca-Cola, latas de atún y novelas de terror.

Hasta que un día su hermana Olivia, nueve años mayor que él, irrumpe en su búnker llena de ruda y enfermiza vitalidad y lo obliga a cruzar la línea de sombra, a quitarse la máscara de adolescente difícil y a aceptar el juego caótico de la vida exterior.

Con esta novela de formación, Ammaniti ofrece una nueva y desgarrradora visión de ese mundo adolescente del que es cronista excepcional, creando, con Olivia, una figura femenina de una belleza fugaz y conmovedora.

Me dejó, por un lado, con ganas de más: es excesivamente breve (y, aun así, creo que le sobra un capítulo que me pareció metido con calzador); la historia daba para más, para muchísimo más y las 130 páginas (con un cuerpo enorme) se leen en un suspiro y se hacen muy cortas. Me hubiese gustado mucho que la historia tuviera algo más de recorrido, entre otras cosas porque creo que se lo merece con creces.

Y, por otro lado, no os voy a mentir: se me quedó muy mal cuerpo después de leerla. No es la historia fraternal que me había imaginado y por la que compré la novela. La sinopsis que os he copiado arriba es, en cierto modo, una estafa. Sí, no miente; pero no dice toda la verdad. Y lo que nos cuentan en el libro es duro y algo perturbador.

Me apetecía mucho leer una novela sobre una relación entre hermanos y esta prometía por un montón de elementos que se entreveían en la sinopsis. Pero, claro, la historia va por otros derroteros bien distintos (ojo, que, como historia para una novela en sí, lo que propone Ammaniti es muchísimo más interesante que mi idea inicial, dónde va a parar). Si cuento de qué va en realidad, os fastidio la novela, así que me callo ya. Pero, vamos, que no me ha maravillado, las cosas como son…

Eso sí, aunque yo me calle, vosotros podéis explayaros todo lo que queráis… ¿Alguien conoce a Ammaniti? ¿Merece la pena alguna otra de sus novelas? Tenéis los comentarios y Twitter a vuestra disposición.

Iván Repila: ‘El niño que robó el caballo de Atila’

Estoy encantada con los libros que he leído últimamente, porque he tenido la suerte de encontrarme con alguna obra muy buena. Pero, de momento, el calificativo de «joya» solo la tiene El niño que robó el caballo de Atila, de Iván Repila, una novela que me ha sorprendido, me ha emocionado y que, para ser sincera, me ha dejado tocadilla…

'El niño que robó el caballo de Atila'

‘El niño que robó el caballo de Atila’

Dos hermanos, el Grande y el Pequeño, confinados en el fondo de un pozo, se alimentan de todo aquello que logran encontrar y se esfuerzan por salir adelante y mantener a raya sus mentes abocadas a la locura. Mientras luchan por no perder la esperanza, el Grande concibe un plan para conseguir liberar a su hermano.

Tras el éxito de su debut, Una comedia canalla, Iván Repila vuelve y da un giro de ciento ochenta grados a su trayectoria: en unas coordenadas de singular despojamiento (dos personajes, un único escenario), Repila articula, con un estilo rítmico y enérgico, que avanza encadenando metáforas inesperadas y construyendo calculadísimas resonancias internas, un relato alegórico de lucha, supervivencia y solidaridad; una proclama que esconde su decidida voluntad de acción tras un hábil reciclaje de los códigos del cuento popular, que aquí es infantil solo en apariencia, y que puede leerse como el mito de origen de unos tiempos nuevos. Valiente, poderosa y emotiva, El niño que robó el caballo de Atila viene a confirmar a un autor que se revela, en esta nueva obra, tan libre como polifacético.

Tengo que confesar que estoy escribiendo esto poco después de haber acabado la lectura; no la he dejado reposar como suelo hacer, porque me ha entusiasmado. Merece muchísimo la pena.

Iván ya me sorprendió el año pasado con su primera novela, Una comedia canalla (tengo una reseña a medias, algún día de estos caerá). Y unos meses después vuelve a sorprenderme con su total cambio de registro. Esto no es la canalla; personalmente, creo que es muchísimo mejor. Es un relato duro, muy crudo, que invita a la reflexión e, incluso, a la acción. Una alegoría audaz sobre la supervivencia (muy actual en los tiempos que vivimos por desgracia) que, con su estilo poético e intimista, toca la fibra sensible (confieso que se me ha caído alguna lágrima) y remueve por dentro. Hondura y calado envueltos en una historia aparentemente sencilla. Está maravillosamente escrita…

La sinopsis es bastante explícita; os vais a encontrar justo lo que dice si os acercáis al libro: una historia valiente, poderosa y emotiva. Yo os recomiendo que lo hagáis, porque creo que no os va a dejar indiferentes. Y leedlo despacito, que es un libro para disfrutar, para sumergirse en las metáforas y para reflexionar…

Pocos lo habréis leído aún, porque está recién llegado a las librerías (en Bilbao lo encontráis fácilmente en la mesa de novedades de cualquiera, que ayer lo vi ya en todas las grandes); aun así, me consta que ya ha caído en manos de alguna lectora del blog y también le ha encantado (no sé si se pasará por los comentarios, pero ha sido muy explícita en Facebook), así que parece que no es solo cosa mía esta sensación de que el libro es una joyita. Y parece que tampoco soy la única que se ha quedado un poco pillada con él. Un muy buen libro, que os recomiendo encarecidamente…

Julian Barnes: ‘El sentido de un final’

Brutal. No encuentro otro adjetivo para calificar esta novela. Me ha durado un suspiro… No conocía a Barnes, pero ahora tengo ganas de darle un repaso a su producción…

'El sentido de un final'

‘El sentido de un final’

Tony Webster y su pandilla conocieron a Adrian en el instituto. Eran tres, como los mosqueteros, y luego cuatro, cuando se les unió Adrian. Hambrientos de sexo, de saber, de literatura, atravesaron juntos una desgarbada adolescencia con una permanente sequía de chicas, intercambiando poses, chistes y chismes, humor e ingenio. Quizá Adrian fuese un poco más serio que los demás, y desde luego el más inteligente, pero los cuatro se prometieron seguir siendo amigos para siempre. Y así fue en los primeros tiempos de universidad y las primeras novias, hasta que la vida de Adrian dio un vuelco trágico y todos, especialmente Tony, miraron hacia otro lado, se alejaron, hicieron lo posible por olvidar. Ahora Tony vive solo en un pacífico y próspero retiro, tras una vida opaca que poco tiene que ver con la que fantaseaba en su juventud. Está divorciado desde hace años, aunque mantiene una relación amistosa con su exmujer, y tiene una hija ya casada.

Y un día recibe una carta de un abogado: Sarah Ford, la madre de Veronica, su primera novia, le ha legado quinientas libras y un sobre con un manuscrito. Le entregan el dinero y una carta de Sarah, donde insinúa que es una compensación por el maltrato, la humillación que sufrió en su primera visita a la familia de Veronica. Pero el manuscrito nunca llega. Y Tony averigua que son los diarios de Adrian, que ahora están en manos de Veronica y no piensa entregárselos. Y estos diarios, que el narrador está ansioso por conseguir y el lector ansioso por leer, son el oscuro, enigmático corazón de una novela espléndida, premiada con el prestigioso Man Booker, y en la que, como afirmaba Tony en sus discusiones de estudiante, «la Historia son las mentiras de los vencedores, pero también las mentiras con que se engañan a sí mismos los vencidos». Y la memoria no es más que una construcción cambiante, versiones que adaptamos a aquello en los que nos vamos convirtiendo.

Creo que le voy a dar unas cuantas vueltas a esta novela en la cabeza los próximos días… Sí, definitivamente, es uno de esos libros que, al menos a mí, me hace pensar. De hecho, ¡he apuntado un montón de frases para releerlas! Muy interesante…

La novela en sí es un batiburrillo de cosas, pero bien traídas y con sentido (la historia sigue una lógica, no es una mezcolanza desordenada, nada de eso). Reflexiones sobre la amistad, el amor, la vida, la muerte, el suicidio, el paso del tiempo, el remordimiento, la culpa, la soledad, el recuerdo… Yo qué sé. Y todo contado a través de una historia que no es lo que parece y que acaba en un pseudoculebrón bastante irónico. Eso sí, me ha sobrado un pequeño detalle que no puedo desvelar para no chafar la novela. Aun así, me ha gustado mucho y estoy convencida de que, en breve, caerá algún otro libro de Barnes (quizá El loro de Flaubert, título genial).

El sentido de un final está todavía entre las novedades de las librerías (aunque yo llevo ya unas cuantas reseñas leídas en otros blogs), así que lo tenéis fácil para conseguirla si os ha despertado un poco la curiosidad. ¿Alguien la ha leído ya? ¿Os ha gustado? Tenéis los comentarios a vuestra disposición…

Gloria T. Dauden: ‘La galería de espejos’

A veces mi trabajo tiene sus ventajas. Como cuando un autor te regala amablemente su obra para que la leas y la reseñes… Y eso me pasó con Gloria, que ha publicado un libro de lo más interesante. Os dejo la sinopsis y luego os cuento…

'La galería de espejos'

‘La galería de espejos’

¿Qué se esconde tras los espejos? Para descubrirlo has de abrir las puertas de esta galería. Sumérgete en los reflejos cambiantes del laberinto y guíate por apariencias engañosas. No te detengas. Solo sigue adelante, de un relato a otro, de una imagen a otra. Encontrarás la salida, pero quizás no serás el mismo cuando lo logres. Ante ti aparecerán damas distinguidas, héroes, brujas, hadas, científicos perdidos, hidras, arpías, asesinos y víctimas, demonios, valquirias, artistas, buscadores de inmortalidad, monstruos y alquimistas empobrecidos. Sus historias reverberan entre las imágenes de esta galería de espejos. ¿Estás listo para perderte entre sus reflejos?

Confesión: no soy una gran lectora de literatura fantástica. No reniego de ella en absoluto (de hecho, siempre que leo algo fantástico, lo disfruto muchísimo), pero mi gusto personal va por otros derroteros… Sin embargo, tengo que admitir que este libro me cautivó (fue una buena forma de estrenar el año, pues me pasé la tarde del 1 de enero con él). Es una colección de relatos editados con un gusto exquisito. Y, además, cuenta con el extra de que cada relato está ilustrado por un ilustrador diferente, pues Gloria ha contado con la colaboración del Colectivo de Ilustradores Canarios. Es una auténtica preciosidad.

Los relatos son muy amenos y se leen con una facilidad pasmosa. Entre los que más me gustaron destacaría «El gabinete de curiosidades», «Lejos de aquí», «La tranquilidad del bosque» o «Mi reina». Pero si uno me dejó realmente maravillada fue «Plumas negras». Ya se lo comenté en su día a Gloria, quien, por cierto, es profesora de la Escuela de Fantasía (de la que os he hablado hasta la saciedad, porque me parece un proyecto interesantísimo de gente más interesante aún).

Gloria acaba de poner el libro a la venta en Bubok. Una buena opción para una tarde divertida con hadas, demonios, brujas, monstruos y demás habitantes del libro…

Mis tres libros de 2012

Como ya hice el año pasado, quería seleccionar, de todo lo que he ido leyendo en 2012, los tres libros que más me han gustado… Solo que esta vez me es muy complicado quedarme solo con tres, así que igual hago trampas y menciono alguno más.

El primer puesto lo ocupa, sí o sí, La insoportable levedad del ser de Milan Kundera. Lo reseñé hace poquito y también salió a relucir en el último reto de los 30 libros. ¿Qué más puedo decir de este libro que no haya dicho ya? Me maravilló y últimamente lo cito todo el tiempo (para prueba un botón: mi Twitter personal). Me he agenciado otro libro de Kundera para leer en breve (cuando acabe la tralla que tengo por aquí empezada: estoy leyendo cosas muy interesantes ahora mismo, por cierto). Pero, vamos, que mi libro de 2012 es La insoportable levedad del ser.

Segundo puesto, también indiscutible, para Algún día este dolor te será útil de Peter Cameron. El único pero que le puedo poner a este libro es lo poco que me duró: apenas un día y alargándolo al final, porque no quería que acabara. Inteligente adolescente neoyorquino con problemas «existenciales», muy tierno y, a mi modo de ver, algo incomprendido. ¿No os recuerda un poco a Holden Caulfield? James Sveck, que así se llama el protagonista, se cuestiona a sí mismo, a su familia y a la sociedad en la que le ha tocado vivir en esta novela que, de verdad, merece la pena. El título, por cierto, está sacado de una cita de Ovidio con la que arengaban a James y sus compañeros en un campamento de verano. Una delicia de novela de la que tengo una reseña más en condiciones pendiente…

Y aquí viene el lío. En principio tenía claro que el tercer libro importante de 2012 tenía que ser para El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon. Pero releyendo la lista de libros leídos en 2012, me encuentro, de repente, con El gran Gatsby de F. S. Fitzgerald. ¿Y ahora qué hago? Pues hablaros de los dos, porque me es imposible elegir…

El curioso incidente del perro a medianoche me sorprendió mucho y para bien. Me pareció tierno, inteligente y reconozco que el narrador tiene una asombrosa capacidad para que empaticemos con él. Y el narrador es un ser realmente especial (imposible no cogerle cariño). No puedo contar más, para no chafar la novela. Muy recomendable, me dejó un magnífico sabor de boca y, supongo, habrá reseña en condiciones. Así que, Miguel, ¡gracias! Te debo una (o varias últimamente), por los libros y por lo que tú sabes…

Con El gran Gatsby me ocurre algo curioso. No lo disfruté tanto cuando lo estaba leyendo. Ha sido a posteriori, al pensar sobre el libro, cuando me doy cuenta del novelón que he leído. ¡Qué historia de amor! ¡Qué novela! ¡Qué buena es! También sumamente recomendable…

Y… no puedo dejar de mencionar un librito cuya prosa me cautivó. Me refiero al volumen de relatos de Eloy Tizón Velocidad de los jardines. Lo que daría por ser capaz de jugar así con las palabras…

¿Cuáles han sido vuestros libros favoritos entre las lecturas del año pasado? Si queréis, tenéis a vuestra disposición los comentarios…

Leídos en 2013

Un año más, tengo la intención de ir apuntando todos los libros que vaya leyendo (no relacionados directamente con mi trabajo). Si escribo alguna reseña, la enlazaré. Y este año, por primera vez, voy a poner las relecturas, que nunca las apuntaba (marcaré que lo son). Además, dejaré un enlace permanente de esta entrada en la columna de la derecha, para que podáis localizarla fácilmente…

Enero

Febrero

  • Lucía Solaz Frasquet: Manuscrito en el tiempo.
  • Marjane Satrapi: Persépolis.
  • William Goldman: La princesa prometida.
  • Alan Sillitoe: La soledad del corredor de fondo.
  • Federico García Lorca: Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.
  • Nick Hornby: Juliet, desnuda.

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre



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