Entradas archivadas en Libros

Reflexiones (XXIII)

«Cada vez que abro un libro, busco que me cambie la vida».

Paul Auster
Escritor estadounidense

Rafael Sánchez Ferlosio: ‘Industrias y andanzas de Alfanhuí’

Esta entrada se la tengo que dedicar a alguien, está clarísimo: un lector muy fiel del blog, que incluso ha colaborado como firma invitada. Me estoy refiriendo, por supuesto, a Alcaraván, quien me ha recomendado este libro en innumerables ocasiones… (de hecho, su apodo tiene mucho que ver con él).

Portada del libro

Tras abandonar Alcalá de Henares, el niño Alfanhuí inicia un camino de formación que le lleva a atravesar Castilla desde Guadalajara hasta más allá de Palencia, pasando por Madrid y la sierra. En su periplo Alfanhuí trabaja como aprendiz de taxidermista, segador, boyero o mancebo y de la mano del gallo de la veleta, el maestro disecador, la marioneta don Zana, la dicharachera doña Tere, el gigante del bosque rojo, su propia abuela y otros personajes va descubriendo un mundo al mismo tiempo fantástico y cotidiano.

No me imaginaba esta historia cuando me hablaban de Alfanhuí. Quizá porque leí hace mucho tiempo El Jarama, la otra gran novela de Sánchez Ferlosio, y no tiene absolutamente nada que ver con este libro que, sinceramente, no sé bien cómo calificar. Vaya por delante que me ha gustado y lo he disfrutado mucho… ¿Cómo no dejarse llevar por este cuento? Voy a intentar definirlo: es una especie de relato de aprendizaje, con toques picarescos y elementos fantásticos. Un relato con abundantes descripciones llenas de lirismo, en las que destacaría especialmente el cromatismo. Y es que el color es importantísimo en la novela (por ejemplo, los ojos amarillos de Alfanhuí).

Tengo que admitir que me ha gustado mucho más la primera parte (cuando es aprendiz de disecador) que las siguientes, pero el pasaje que más me ha emocionado está al final, cuando Alfanhuí trabaja de boyero. Todo lo relativo al buey Caronglo me parece de una ternura y sensibilidad increíbles.

Creo que os gustará a quienes disfrutéis con los elementos fantásticos en la literatura (que, a veces, se echan en falta). Y, a quienes no estéis muy metidos en el tema, pues también os la recomiendo, puede ser una buena forma de hincarle el diente a un género novedoso para vosotros.

¿Conocéis el libro? ¿Os gustó? ¿Lo recomendaríais? Los comentarios os esperan…

¡Felicidades, ULAD!

Tenía preparada una entrada sobre un tema muy diferente, pero me la guardo para la semana que viene y aprovecho el día de hoy para felicitar oficialmente desde aquí a los chicos de Un libro al día, magnífico blog que hoy cumple tres años.

En ULAD publican una reseña al día. ¡Y no fallan ni uno! Es un ritmo verdaderamente encomiable. Creedme que no es fácil actualizar tanto un blog: hace falta mucho tiempo y trabajo para leer, reseñar, publicar, llevar el Facebook, el Twitter, hacer encuestas… Aunque lo lleven entre varias personas, es muchísimo esfuerzo y, personalmente, yo se lo agradezco. He descubierto muchos libros gracias a ellos y siempre intento leer su opinión antes de comprar algo si tengo la suerte de que ya lo han reseñado.

Conozco a varios de los miembros del equipo de ULAD de mi época en la universidad (muchos han estudiado Filología en Deusto, como yo). No recuerdo muy bien cómo di con ellos en Internet años después. Creo que empecé a leer, aunque tampoco recuerdo bien cómo, el blog personal de Santi Pérez Isasi (actualmente, Como un libro abierto, aunque yo el que descubrí fue Bilbao-Limerick), una joyita de blog que tengo en los favoritos de mi Reader (os lo recomiendo, por supuesto). Cuando nació Un libro al día, me enganché también. Me gusta porque hay libros de todo tipo (incluso cómics, poesía…) y, más o menos, sé qué tipo de cosas les gustan a los distintos integrantes del equipo (reconozco que soy más afín a algunos y de ellos me fío muchísimo). De todas formas, si queréis saber más sobre los entresijos de cómo se gestó todo, leed la entrada de Santi de hoy, «Historia personal de ULAD».

Desde aquí, mi pequeño homenaje y mi más sincera enhorabuena. Felicidades por estos tres años que esperemos que sean muchos más, con muchísimos más libros interesantes. Y, por cierto, de parte de otra dueña de mininos, felicidades a la gata de Izas… 😉

Página 2

Suelo dedicar las mañanas de los domingos a leer. De hecho, creo que los domingos se inventaron para leer todo lo que no hemos podido leer entre semana. Pero no es lo único que hago. Por ejemplo, suelo aprovechar para ver, mientras desayuno, un programa sobre literatura que me gusta mucho. Lo veo en Internet (hace tiempo sí lo veía en la tele, pero entre que lo cambiaron de horario y que ahora apenas enciendo mi televisor, me es más cómodo así), en la página de «A la carta» de TVE. Hablo de Página 2.

No hay muchos programas sobre literatura y este me gusta especialmente, porque acerca la literatura al gran público de una manera muy natural… Dura muy poquito y su factura es impecable. A algunos colegas les he oído más de una vez que se queda en la superficie y no profundiza en las novelas. Es cierto, esto no son sesudos análisis críticos (tampoco se puede pretender eso en media hora). Es más una especie de revista cultural, con sugerencias de lectura (siempre alguna dedicada al público infantil), reportajes, entrevistas a autores, comparaciones entre películas y libros… Muy entretenido e interesante. Por ejemplo, en el que he visto hoy (el último que emitieron) hablaban sobre la novela El asesino hipocondríaco de Juan Jacinto Muñoz Rengel y, con ella como pretexto, se acercan a los mejores novelistas de humor del panorama actual (Antonio Orejudo —del que todo el mundo me habla últimamente—, Manuel Vilas y Pablo Tusset), con los que charlan sobre literatura y humor. Muy recomendable.

Os dejo el enlace al programa, por si no lo conocéis y os ha entrado la curiosidad. Y, si lo conocéis, ¿os gusta? ¿Lo seguís? ¿Habéis sacado alguna sugerencia de lectura de él? ¿Habéis descubierto a algún autor que luego os ha gustado mucho? ¿Os parece superficial? Los comentarios os esperan…

Libros para un día romántico

Quienes leáis este blog con asiduidad, pensaréis que me paso el día en Twitter. Razón no os falta… Reconozco que últimamente Twitter me está dando muchas ideas para escribir entradas. La última se la debo, cómo no, a los chicos de ULAD, quienes, esta semana, con motivo (o no) de la celebración de san Valentín, preguntaron a sus lectores lo siguiente: ¿qué libros recomendaríais para un día romántico? Aunque les contesté en Twitter, pensé que podía explayarme un poco más. Allá voy. Estas son las tres historias románticas que recomiendo (aviso a navegantes: las tres son japonesas).

1) El rumor del oleaje de Yukio Mishima. Lo reseñé hace año y medio (¡cómo pasa el tiempo!) aquí en el blog. Una delicada y tierna historia sobre el primer amor, ubicada en una civilización idílica, sensible a la hora de abordar los sentimientos y llena de lirismo. Una joya.

2) El cielo es azul, la tierra blanca de Hiromi Kawakami. Otro libro que reseñé en su día y que, por cierto, trae muchísimas visitas al blog (parece que al consultar el título en Google, estamos muy arriba; efectivamente: lo acabo de comprobar). Esto, como ya dije, es una historia de amor a la japonesa que, personalmente, me encantó. Creo que lo dejé bien claro en la reseña, que os recomiendo que volváis a leer si queréis saber sobre una novela que habla de un amor sereno lleno de gestos cotidianos…

3) Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama. Yo creo que, tras La tregua de Mario Benedetti, este es el libro con el que más he llorado en mi vida. También lo reseñé en su día (en una entrada muy especial y personal para mí). Es una historia de amor muy poderosa, pero tristísima…

Podría haber elegido muchísimos libros más. Me vienen muchos a la mente ahora mismo; pero, en ese momento, escogí estos tres. Lo que no acabo de entender es por qué seleccioné tres títulos japoneses, me parece de lo más curioso. Quizá porque, en esta época de mi vida, valoro mucho la tranquilidad y la hondura que transmiten estas historias…

Hubo gente que respondió a la pregunta de ULAD y hay títulos de lo más variado. De algunos ya he hablado en el blog… Por ejemplo, se mencionaron La mecánica del corazón de Mathias Malzieu (que personalmente creo que es un libro de lo más mediocre); Hiroshima mon amour de Marguerite Duras; La insoportable levedad del ser de Milan Kundera; Divisadero de Michael Ondaatje; El amante, también de Duras (que, como ya señalaron en Twitter, yo no consideraría un libro romántico precisamente); Seda de Baricco (qué maravilla, qué preciosidad); y Contra el viento del norte de Daniel Glattauer.

Os toca: ¿qué libros recomendaríais vosotros para un día romántico? Tenéis los comentarios a vuestra disposición. Y, sí, podéis reíros de mi obsesión nipona…

Mis tres libros de 2011

He ido retrasando la publicación de esta entrada, no sé muy bien por qué. Pero, bueno, hoy parece un buen momento para echar un poco la vista atrás y hablar de los libros que más nos han gustado de los leídos en 2011. Cogí la idea de Twitter a comienzos de enero, no os penséis. Y ya entonces contesté, aunque en 140 caracteres, cuáles habían sido mis libros favoritos del año pasado. Hoy me explayaré más…

1) Un matrimonio feliz de Rafael Yglesias.

Este libro tenía que estar sí o sí. Me revolvió todo por dentro al leerlo. Me pareció una muy buena novela (muy triste y dura, eso sí) y ya os la recomendé en su día. Pero, si hoy está aquí, no es por su calidad literaria (que la tiene, mucha), sino por lo que personalmente me supuso leer cierto pasaje del libro. No os voy a decir cuál es, pero sí os cuento que tuve la sensación de que Yglesias se había metido en mi cabeza por un momento. La protagonista dice algo que yo podría haber dicho; de hecho, me encantaría llegar a decirlo. En el momento en que leí el libro, no era posible; pero, por las vueltas que da la vida, ahora sí. Me encantaría vivir esa escena. Quién sabe, quizá algún día. Extravagancias personales aparte, es un novelón que merece la pena, de lo mejorcito que he leído en 2011.

2) El Palacio de los Sueños de Ismail Kadaré.

He dedicado ya dos entradas a este libro aquí en el blog: primero lo reseñé y, después, le dediqué un día en el reto de los 30 libros. Así que, no me voy a extender mucho. Me maravilló y, desde que lo terminé, tengo muchas ganas de hincarle el diente de nuevo a Kadaré. Recomendado 100 %.

3) Expiación de Ian McEwan.

Otro libro del que también os he hablado en varias ocasiones… Me gustó mucho. Es una historia muy sólida, muy bien escrita. Y me encantó el personaje de Briony y su evolución. Otra novela muy recomendable (por cierto, estoy con otra de McEwan y, esta vez, no me está gustando tanto; ya os contaré cuando la acabe).

Pues estos han sido mis tres libros preferidos de 2011. ¿Cuáles han sido los vuestros? Contadnos, que siempre viene bien tener recomendaciones de lectura…

‘Tamborizando’ el mundo

G. Artiach y P. Gumuzio: Tambor. El mundo según Gonzalo Artiach, Plataforma Editorial, 2010.

Hace unos meses, oí decir al hijo de Gonzalo Artiach (también llamado Gonzalo) que había que tamborizar el mundo. En aquel momento no entendí lo que quería decir, pero ese día me vine a casa con el libro del que os voy a hablar hoy bajo el brazo y, ahora, después de haberlo leído, no solo comprendo esa expresión, sino que estoy de acuerdo con ella.

Tambor

'Tambor. El mundo según Gonzalo Artiach'

Tambor es un libro de lectura muy amena. Es una curiosa mezcla de temas dispares (empresa, política, familia, suerte, amistad, gastronomía, ETA, enfermedad, Bilbao… entre otros muchos) que, a modo de gran collage, conforman el pensamiento y la forma de ver la vida de Gonzalo Artiach. Un hombre, según se refleja en las páginas de Tambor, comprometido con la sociedad en que vivía, políticamente incorrecto (es curioso y gracioso de dónde viene lo de «Tambor», os invito a descubrirlo), muy afable, fiel a sus convicciones aunque poco amigo de fanatismos… Una persona con la que, seguro, mantener una charla era de lo más interesante. Y, solo por esto, el libro ya merece la pena. Conocer la forma de entender el mundo de alguien que ha sido testigo de primer orden de tantos acontecimientos de nuestra historia reciente siempre es enriquecedor; pero si, además, está todo contado de forma tan fluida y agradable, pues la lectura se convierte en algo muy recomendable.

Sin embargo, aparte de lo dicho hasta ahora, hay dos aspectos que se ven muy bien en el libro que son con los que yo me quedo: el optimismo que destilan todos los capítulos (incluso algunos de temática más dura) y, sobre todo, el espíritu de lucha de Gonzalo (en especial, en lo que tiene que ver con la enfermedad que sufría cuando se redactó el libro: la ELA, una muy cruel enfermedad degenerativa). Y es precisamente en el capítulo dedicado a la ELA en el que he encontrado una de esas frases que conviene subrayar e interiorizar: «Unos días después del diagnóstico me di cuenta de que no tenía tiempo para ser infeliz. Y días más tarde me di cuenta de que nadie tenía tiempo para ser infeliz. La vida es demasiado corta». Creo que la frase resume muy bien el espíritu del libro. Libro, por cierto, cuyos beneficios van íntegramente a la lucha contra la ELA; por eso os invito a que lo compréis y lo disfrutéis. Y, para simplificar las cosas y que no os volváis locos buscándolo, lo podéis adquirir escribiendo un correo electrónico directamente a Gonzalo hijo.

Un apunte sobre Pedro Gumuzio, coautor del libro: recientemente ha publicado su primera novela, La herramienta comercial. Os contaré qué me ha parecido cuando la haya leído, pero, hasta entonces, os dejo con la opinión de los chicos de Un libro al día.

Siempre AdELAnte

Aunque Gonzalo Artiach falleció el año pasado, su familia sigue muy volcada y comprometida con la lucha contra la ELA. De hecho, Gonzalo hijo ha constituido, junto con varios amigos, la asociación Siempre AdELAnte, con la que pretenden conseguir fondos para ayudar a enfermos de ELA y sus familias. Os animo a que pinchéis en el enlace y aportéis lo que podáis. Y, ya de paso, visitad también la página del nadador Jaime Caballero, presidente de la asociación, porque estoy segura de que sus hazañas deportivas no os dejarán indiferentes. Yo me quedé muy impresionada cuando lo conocí, es un auténtico titán: exactamente igual que la gente para la que nada, los enfermos de ELA como Gonzalo Artiach, los verdaderos héroes de toda esta historia.

Virginia Woolf: ‘La señora Dalloway’

Aprovechando que el pasado miércoles 25 de enero fue el 130.º aniversario del nacimiento de Virginia Woolf, dedico la entrada de hoy a una de sus novelas que más me gusta, La señora Dalloway. 

La señora Dalloway

Portada del libro

La señora Dalloway relata un día corriente en la vida londinense de Clarissa Dalloway, una dama de alcurnia casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. La historia comienza una soleada mañana de junio de 1923, con un paseo de Clarissa por el centro de la ciudad, y termina esa misma noche, cuando están comenzando a retirarse de casa de los Dalloway los invitados a una fiesta. En el curso del día sucede un hecho trágico: el suicidio de un joven que vuelve de la guerra. Lo notable de la historia no es ese episodio, ni los pequeños sucesos y recuerdos que la componen, sino que toda ella esté narrada desde la mente de los personajes, esa sutil e impalpable realidad donde lo vivido se vuelve idea.

Tuve una época en que me obsesioné con la prosa de Woolf y me leí sus novelas más importantes (Al faro, Orlando y la que hoy nos ocupa), así como el ensayo Un cuarto propio. Me gusta Woolf. Me parece fascinante. A priori no es una escritora fácil, pero hay un truco para leerla: dejarse llevar. Hay que dejarse llevar por las palabras, los detalles, los pensamientos… y, como decía alguien en Twitter el otro día, con el punto final de la novela todo cobra sentido. Y no hay nada más que decir: mejor la leéis…

J. D. Salinger: ‘Franny y Zooey’

Hablé de este libro en octubre, en el reto de los 30 libros, pero ya advertí entonces de que me quedaban unas páginas para acabarlo. Bueno, pues ya está leído del todo. Y me reafirmo en lo que dije entonces: no me ha gustado.

Franny y Zooey

'Franny y Zooey'

El primer libro que leí de Salinger fue, cómo no, El guardián entre el centeno. Ya he comentado más de una vez que me parece una auténtica joya de libro; no entiendo muy bien todas esas voces que hablan de un libro sobrevalorado en exceso solo apto para adolescentes frustrados sexualmente. A pesar de que he dado pinceladas sobre El guardián y Holden Caulfield otras veces, aún no lo he reseñado en el blog, así que casi mejor me guardo mi opinión para otra ocasión.

Poco después de leer El guardián entre el centeno, cayó en mis manos Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción. Fue una auténtica decepción. Parece ser que la familia Glass (protagonista de este libro y, también, de Franny y Zooey) no es de mi agrado.

Entre Levantad, carpinteros y Franny y Zooey han pasado varios años en los que sí que me he acercado a Holden de nuevo en más de una ocasión. Y solo por El guardián entre el centeno, Salinger me parece un autor sumamente interesante. ¿Por qué no darle una oportunidad a la que dicen que es su mejor obra? Así es como llegué al libro que hoy nos ocupa.

Copié la sinopsis la otra vez que escribí sobre Franny y Zooey. Son dos relatos (el segundo bastante más extenso) en que aparecen los temas típicos de Salinger, solo que, esta vez, de manera, a mi modo de ver, bastante aburrida (e incluso poco verosímil). Porque, de nuevo, Salinger trata el tema de la angustia vital que, aquí, se mezcla con filosofías orientales. Pero, en mi opinión, no es la desazón de vivir de Holden Caulfield (que tiene un puntito entrañable y con la que es fácil identificarse). En Franny y Zooey se habla y habla (y habla) sobre crisis existenciales, pero llegan a ser cansinos en sus tribulaciones…

¿Es un mal libro? Ya dije que no, en absoluto. Pero no es lo que esperaba. Siempre pienso que la producción de Salinger va a ser como El guardián entre el centeno y, cada vez que cojo otro libro, aunque literariamente sea mejor según la crítica (caso de Franny y Zooey), me llevo una decepción. Pero es que superar El guardián es complicado. Es muy difícil que cualquier libro de Salinger (o de cualquier otro autor) llegue al puesto que ocupa El guardián entre el centeno en mi clasificación personal de libros favoritos. Al final, como todo, es una cuestión de expectativas…

Leídos en 2012

Estreno lista. Como en años anteriores, iré apuntando en esta entrada todos los libros que lea este año (que no tengan que ver directamente con mi trabajo; es decir, que no haya corregido o editado yo). Y, como siempre, tendrá un enlace directo en la columna de la derecha.

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

  • José Mauro de Vasconcelos: Mi planta de naranja lima.
  • Nick Hornby: Alta fidelidad.
  • Marc Levy: El primer día.
  • Marc Levy: La primera noche.

Julio

  • Henriette Anne Klauser: Write it down, make it happen.
  • F. Scott Fitzgerald: El gran Gatsby.
  • David Foenkinos: La delicadeza.
  • M.ª José Cabanillas: Ho’oponopono.
  • Hugh McLeod: How to be creative.
  • AIGA: Why do you design?

Agosto

  • M.ª Carmen Martínez Tomás: Ho’oponopono.
  • Jeremy Keith: HTML5 for web designers.
  • Dai Sijie: Balzac y la joven costurera china.

Septiembre

  • Mitch Albom: Martes con mi viejo profesor.
  • Marc Levy: La química secreta de los encuentros.

Octubre

  • Màxim Huerta: Una tienda en París.
  • Mark Haddon: El curioso incidente del perro a medianoche.

Noviembre

  • María Dueñas: Misión Olvido.

Diciembre

  • Ernesto Sábato: El túnel.
  • Oscar Wilde: De profundis.


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