‘El cielo es azul, la tierra blanca’ de Hiromi Kawakami

El cielo es azul, la tierra blanca

Portada del libro

Una historia de amor. Ese es el subtítulo de esta novela. La esencia del libro en cuatro palabras. Una historia de amor contada a la japonesa…

Tsukiko tiene 38 años y lleva una vida solitaria. Considera que no está dotada para el amor. Hasta que un día encuentra en una taberna a su viejo maestro de japonés. Entre ambos se establece un pacto tácito para compartir la soledad. Escogen la misma comida, buscan la compañía del otro y les cuesta separarse, aunque a veces intenten escapar el uno del otro: el maestro, en el recuerdo de la mujer que un día lo abandonó; Tsukiko, en un antiguo compañero de clase. Con una prosa sensual y despojada, Kawakami nos cuenta una historia de amor muy especial: el acercamiento sutil de dos amantes, con toda su íntima belleza, ternura y profundidad. Todo un descubrimiento literario.

Creo que uno de los mayores aciertos de este libro es cómo narra, de manera serena, los pequeños momentos, llenos de pequeños detalles aparentemente intrascendentes. Los momentos fluyen, igual que los sentimientos, pero sin cursilerías. Este no es un libro cursi, sino una historia que en su aparente sencillez esconde hondura. Porque en compartir una taza de té o un viaje en tren, cosas normales que todos hacemos, reside el deseo de compartir y encontrar un compañero para esos momentos, para la vida… Pero sin grandes aspavientos ni fuegos artificiales. Con serenidad, suavemente.

Estilo sutil, poético, lleno de lirismo, para una historia que desafía convenciones. Gusto por el detalle, que tan bien captan los autores japoneses, y una profundidad de sentimientos bien lograda. Recomendable cien por cien, sobre todo para quienes gusten de las novelas intimistas.