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Un libro para la primavera (30 libros)

Hoy os voy a hablar de un libro que, más que para la primavera, me sugiere primavera él en sí mismo… Es Industrias y andanzas de Alfanhuí, de Sánchez Ferlosio.

'Industrias y andanzas de Alfanhuí'

‘Industrias y andanzas de Alfanhuí’

Como ya hablé en su día de este libro en el blog, no me voy a detener mucho en él en sí y, en su lugar, os voy a contar la lógica que he seguido para llegar a relacionar este título con la primavera (y, por cierto, también es un buen libro para leer en primavera —o en cualquier otra estación del año—).

Si pienso en primavera me viene a la cabeza la palabra «comienzos». Y de ahí, voy a «aprendizaje». Para mí estaba muy claro que hoy tenía que hablar de una novela de aprendizaje. Pero, claro, novelas de este tipo hay mil. ¿Cómo elegir una? Había que buscar más atributos a la primavera… ¿Qué tal color y luz? Yo compro. Y si tengo que pensar en una novela de aprendizaje que hace especial hincapié en el cromatismo, me viene Industrias y andanzas de Alfanhuí automáticamente a la cabeza. Un libro que me encandiló, porque es ciertamente especial…

¿Qué libros os recuerdan a la primavera? ¿O qué libros recomendaríais para leer en primavera? Da igual qué relación hagáis, lo importante es que aportéis vuestros títulos en los comentarios. ¡Gracias!

Un libro con una gran frase final (30 libros)

Por supuesto, tras los inicios de ayer, hay que rematar la jugada con finales increíbles. Y, si existe un final de novela redondo en todos los sentidos, ese es el de Cien años de soledad de García Márquez.

Cien años de soledad

‘Cien años de soledad’

Quienes no hayan leído la novela (¿a qué estáis esperando, insensatos?) pueden leer la frase sin problema, no les va a fastidiar nada ni estropear la lectura. He aquí la maravillosa frase con que García Márquez pone el punto final a Cien años: «… porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra».

Me parece la novela perfecta. La he leído un montón de veces y nunca me canso de ella, siempre le encuentro cosas nuevas. Todavía me sorprende que alguien pueda imaginar y plasmar semejante universo, con una voz narrativa tan sumamente poderosa… Esto es magia pura. Esto es literatura de la de verdad. Sé que tiene muchísimos detractores que no pueden con ella, pero a mí me parece un viaje tan alucinante, que no me entra en la cabeza que no pueda gustar. Y, como siempre digo, hay que darle las gracias a Gabo por personajes como Melquíades (¡qué grande!).

Os guste o no la novela, no me podéis decir que esa última frase no es una auténtica joya… Y ahora es vuestro turno. ¿A qué libro pertenece vuestro final favorito? ¿Qué frase final os ha tocado? Apuntadlas, por favor, en los comentarios si podéis, además del título y del autor (siempre y cuando no resulten un spoiler de proporciones mayúsculas, claro). Si puedo, las subo al Tumblr también.

Y ahora un apunte personal para Vero: ¿sabes que en esta novela mencionan a Zósimo? Resulta que fue un alquimista griego, cuyos apuntes son los escritos sobre alquimia más antiguos que se conocen. Nunca te acostarás sin saber una cosa más… (aunque para nosotras Zósimo sea alguien bien distinto, pero está bien saber de dónde viene). Un besote para ti ¡y otro para Zósimo! Ander me mata como se entere de esto… 😉

Un libro con una gran frase de inicio (30 libros)

Pues comienza el reto y yo, para variar, empiezo haciendo trampas. Y es que, si pusiera el libro que creo que tiene «la mejor» frase de inicio, tendría que repetir libro en otra categoría y, según las normas del reto, no se puede hacer (tienen que ser treinta libros distintos). Así que he buscado una frase que me gustara mucho. Pero no es la que diría como mi primera opción (la apuntaré en los comentarios). Además, en plan carambola, así aprovecho para abrir el reto con uno de mis libros fetiche (sé que siempre sale a colación y que me repito, pero es lo que hay). Hoy elijo, como gran frase de inicio, la de Brooklyn Follies, de Paul Auster.

Brooklyn Follies

‘Brooklyn Follies’

Me encanta este libro (de hecho, estoy en plena relectura en los escasos ratos libres que me quedan últimamente). Y su primera frase me parece toda una declaración de intenciones: «Estaba buscando un sitio tranquilo para morir». Porque eso es lo que quiere Nathan Glass, el protagonista de la novela: morir tranquilo. Y elige un lugar para hacerlo: Brooklyn. Pero Auster tuvo una idea muy diferente a la de su personaje y, aunque le va a llevar a Brooklyn, no va a ser para morir, sino para vivir plenamente y ser feliz gracias a la gente que va a conocer (o con la que se va a reencontrar) allí. Porque es la gente de la que nos rodeamos la que nos hace felices… (así que, ya sabéis, superconsejo de Mónica para hoy: rodeaos muy bien).

Por cierto, hoy no puedo acabar la entrada sin recordar una de allá por el mes de mayo en que se citan un montón de primeras frases geniales (gracias a Firmin). Y, según escribo esto, me estoy acordando de otra frase de inicio maravillosa (¿por qué no se me habrá ocurrido antes?). Como, sinceramente, no me apetece borrar y empezar de cero, os la menciono sin más. El comienzo de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, es lo más: «Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo». ¡Qué novelón, de lo más recomendable! Creo que le voy a dar una relectura.

Vuestro turno, que estoy deseando leeros… ¿Primeras frases magníficas? Apuntadlas, si podéis, en los comentarios (aparte del título y el autor del libro), por favor, para que podamos disfrutarlas todos… (de hecho, las puedo subir al Tumblr para tenerlas allí recopiladas incluso). 😉

Manager’s Ball

Esto me ha llegado hoy ya cuatro veces entre Facebook, foros de edición y demás, y como me ha hecho gracia y, además, para qué negarlo, me recuerda mucho a algunos de mis amigos, he decidido compartirlo en el blog. No tengo ni idea de quién lo ha escrito y pido perdón desde ya porque la ortotipografía está fatal, pero ando sin tiempo para corregirlo (¡lo siento!).

Juan Gómez Pérez, consultor de Prais Guaterjáus an Cúper (PGAC), fue detenido ayer en las oficinas de esta empresa por «desafiar a los directivos, al utilizar en repetidas ocasiones un correctísimo español en su labor profesional», según consta en la denuncia presentada en la comisaría madrileña de la calle de la Luna.

El detenido, según los testigos, habría provocado diversas escenas de terror lingüístico entre sus compañeros. Los problemas comenzaron en abril, cuando Gómez Pérez llegó a la empresa e insistió en poner ‘Jefe de Producto’ en su tarjeta de visita, en lugar del ‘Product Manager’ que aparecía en las de sus compañeros.

«Desde el primer día nos extrañó su actitud», comentó Francisco de Borja Acebo-Guindaleda y Álvarez de Las Asturias, Account Manager (director de cuentas) de PGAC, pero nunca creímos que fuera a reaccionar con la violencia verbal con que se despachó después».

Un mes más tarde, durante la presentación del catálogo comercial, Gómez Pérez proyectó sobre una pantalla varias láminas que mostraban rótulos escritos en un perfecto castellano, mientras comentaba en voz alta los gráficos y cifras de la empresa en un discurso totalmente desprovisto de anglicismos.

Ante los ojos de sus compañeros —«horrorizados», según su propio testimonio— desfilaron varias decenas de frases escritas en la lengua de Cervantes sin que el consultor mostrara ningún pudor o vergüenza por lo que estaba haciendo. «El catálogo de la empresa había sido traducido y, por lo tanto, manipulado», aseguró el Managing Director (director general), Juan Jacobo O´Callaghan García-Carrizosa de Fontejudo: «Este sujeto había sustituido todos los ‘markets’, ‘targets’, ‘inputs’, ‘slides’ y ‘sponsors’… por mercados, objetivos, entradas, diapositivas y patrocinadores, y otros varios que fueron apareciendo».

«El resultado fue que no entendíamos nada de la presentación, provocando el desconcierto general». Además, y según consta en la denuncia, el detenido habría cambiado las palabras ‘outsourcing’, ‘finances’ y ‘transactions’ por subcontratas, finanzas y transacciones. «Y se había quedado tan ancho; hasta ahí podríamos llegar», comentó indignado el responsable de PGAC.

Gómez Pérez no pudo terminar su presentación, pues fue reducido por dos compañeros de la empresa —el Phone&Door Manager (recepcionista) y el Security Surveillance Officer (vigilante jurado)— y maniatado hasta la llegada de la policía municipal, que puso al consultor a disposición judicial. «Lo ha hecho para provocar», comentaba ayer Ramón María Antúnez de Biedma y Fernández-Malvarrosa, consultor de PGAC, refiriéndose a la actitud de Gómez Pérez.

«¿Quién se cree que es?, ¿un Vicepresident (subdirector)? No se puede ser tan hortera», concluyó el Manager’s Ball (pelota del director). Debe tratarse de un morning-singer de three to the quarter.

Dedicado, sobre todo, a mis amigos de la Comercial, que, en serio, habláis así. Pero, aunque perpetréis semejantes perlas, yo os quiero igual… 😉

Recordatorio: ¡empezamos reto!

Un par de líneas solo para recordaros que el viernes 1 (festivo, por cierto) empieza el cuarto reto de los treinta libros. Cuento de antemano con vuestra colaboración; por favor, llenad los comentarios de títulos y sugerencias lectoras que tan bien nos vienen a todos… En el enlace tenéis todas las categorías para que podáis ir pensando con qué libros queréis sorprendernos. Y, por supuesto, si queréis participar en el reto desde vuestros propios blogs, decídmelo y os seguimos desde aquí también.

Me estoy pensando qué hacer esta vez con los títulos que me mandáis por Twitter, porque en abril me volví tarumba: entre las dos cuentas (porque, aunque os pedí que usarais la del blog, no hubo manera), la etiqueta, el no saber a qué día pertenecía cada título, gente que me hablaba de tres libros en un mismo tuit… loca total. Así que, o montamos otro sistema (con dos hashtags en vez de uno, por ejemplo, uno general del reto y otro del día que toque) o no me quedará más remedio que pasar de los títulos que lleguen por Twitter. ¿Alguna sugerencia? ¿Se os ocurre alguna solución?

Por cierto, esta vez tengo tal agobio de trabajo que lo llevo fatal y no tengo tantas entradas preparadas como debería a estas alturas. A ver cómo me las arreglo, porque… ¡empezamos el viernes! 😉

Reflexiones (XXXV)

Hoy, una especial para celebrar el Día del Corrector…

«El corrector siempre tiene razón. […] escribir es humano y corregir, divino».

Stephen King
Escritor

Cita extraída del ensayo Mientras escribo, una obra imprescindible para los seguidores de King y para quienes tengan curiosidad por cómo se cuecen las cosas en la cocina de la escritura del autor. Su admiración hacia su corrector (al que le da las gracias explícitamente) me llegó al alma… (y, a mis ojos, lo hace muy grande).

¡Feliz día a todos los correctores, aunque las Academias no nos quieran! 😉

Agradecida

La vida es curiosa a veces. Si antes digo que no voy a publicar en unos días, antes me paso por aquí a colgar una pequeña chapa… Imprevisible que es una. Pero es que hoy tengo que escribir sí o sí. Porque me lo han ordenado. Me han mandado escribir en un artículo lleno de cariño hacia mí que se ha publicado esta mañana en el número 25 de la revista Granite & Rainbow (que os podéis descargar pinchando el enlace), una publicación imprescindible para los amantes de la literatura. Y quizá no es esta entrada lo que me dicen que escriba, pero al menos con ella puedo expresarle todo mi agradecimiento por sus palabras a su directora, Ainize Salaberri. Y, aunque me produce muchísimo pudor, os voy a copiar lo que dice Granite & Rainbow sobre este blog:

El blog de Mónica Basterrechea es un culto a los libros. Todas los entradas están cuidadas al mínimo detalle. Ella ama los libros y así lo demuestra en todo lo que hace, en todo lo que propone. Hay reseñas, hay juegos, hay retos. Y, dios, cómo nos gustan los retos. Ella escribe. ESCRIBE. Corrige, edita, trata con las letras. Las mima, las cuida, honra el lenguaje. Y lee, lee mucho, trabaja mucho. En su blog está ella, con su diversión, con sus ganas, con su inteligencia. El blog de Mónica es un refugio para quienes, agotados tras una jornada laboral intensa, necesitan desconectar. Y los que somos obsesivos con la literatura encontramos en su blog el lugar idóneo en el que relajarse, aprender y disfrutar sin separarnos demasiado de lo que nos hace felices. Mónica os hará felices, eso también os lo puedo prometer. Ella sabe cómo llegar, cómo rellenar huecos vacíos, cómo hacer las cosas. Mónica es toda una potencia por descubrir. Escribe, Mónica. Escribe siempre. 

Estas palabras me han emocionado muchísimo cuando las he leído esta mañana. Por razones muy obvias y por razones menos obvias, que solo yo sé. Y es que llevo unos días tristona y con los nervios disparados por ciertos temas laborales (aunque trascienden a lo personal) que me preocupan y que me están haciendo cuestionarme muchas cosas sobre mi trabajo y sobre mí misma. ¿Es así como quiero hacer las cosas? ¡No lo sé! Y, después, la maldita llamada que llevo semanas esperando y que no acaba de llegar (con lo mal que yo llevo en general las esperas y los ritmos caribeños, que solo consiguen desesperarme). Y una sobrecarga de trabajo que me tiene en un agobio constante que no me deja dormir (y aquí la marmota, si no duerme, se pone triste). Siento que he entrado en un bucle del que me va a costar salir todavía unos días, en parte porque en este momento me está costando más de la cuenta confiar en mí misma…

Ayer estuve trabajando hasta las dos de la mañana y hoy a las siete ya estaba delante del ordenador, harta de dar mil vueltas en la cama de puro nervio. Y pensaba que hoy iba a ser un día fecal… Pero cuando, pasadas las nueve, he leído lo que Ainize había escrito sobre mí… mi día ha cambiado. Estoy feliz. Es una inyección de ánimo enorme. Porque el blog supone mucho esfuerzo por mi parte (y más en épocas en que, como ahora, no tengo tiempo ni para respirar), y que alguien, de manera tan explícita, diga que le gusta, que lo recomiende en su revista y que, además, lo haga con tantísimo cariño, me llena de alegría. ¡Muchísimas gracias, Ainize! Porque me impulsa a seguir y porque me dice que, quizá, no hago tan mal las cosas como mi cabeza se ha empeñado en decirme estos días. Y he decidido que, quizá, hoy es el momento de parar, de descansar la mente de las mil ideas que la han convertido en una auténtica centrifugadora y de disfrutar un rato. Así que, los textos tendrán que esperar hoy. Hoy voy a leer (que hace una semana que no toco un libro); hoy voy a quedar con mis amigas en Bilbao para tomar un café; hoy voy a ir al cine y hoy me lo voy a pasar bien y a desconectar.

Y luego hay, en las palabras de Ainize, algo que yo entiendo (si sois listos, vosotros también) y que tiene que ver con una conversación a tres bandas que tuvimos la semana pasada Ainize, Iván Repila y yo. Fue una tarde genial, que tenemos que repetir pronto (como dijo Iván, con cena). Y fue genial a pesar de que yo, ante semejantes dos talentos literarios, me sentí muy pequeñita (me pasa a menudo, me siento pequeña ante la gente a la que admiro; y si juntamos ya mi timidez a la ecuación, apaga y vámonos). Pero de aquella conversación salió algo enorme para mí: una auténtica intención de quitarme ciertos miedos y ciertos pudores de encima, y un cuaderno granate que estrené ayer y que, ahora más que nunca, quiero llegar a llenar. Y algo quizá incluso más importante: una amistad que estoy segura de que va a durar mucho tiempo.

Os recomiendo a todos que os hagáis con el último número de Granite & Rainbow, dedicado a la literatura del riesgo, a esos valientes que se atreven a desafiar los límites en todos los sentidos… ¡Interesantísimo! Y a vosotros también, por cierto, ¡gracias! Porque sois vosotros los que hacéis de este blog algo que merece la pena, al menos para mí. Y yo seguiré echándole ganas y cariño mientras sigáis ahí (y no solo seguís, sino que cada vez sois más). Y, aunque me quede alguna noche sin dormir, en noviembre disfrutaremos con otro reto…

Y no podía acabar sin unas palabras para Ainize… ¡Muchísimas gracias por lo que has escrito en Granite & Rainbow! Y por tu ánimo, tu impulso, tus mil recomendaciones lectoras, tu amistad y por, sin tú saberlo, alegrarme mucho una semana un poco complicada… Tenemos que quedar, que hay cosas que celebrar (a pesar de todo, siempre hay que celebrar). Y mañana empiezo libro… (e interprétalo como quieras). ¡Un besazo! 😉

El poder de los libros

Os dejo el enlace a la charla de Lisa Bu en Ted sobre cómo los libros pueden abrirnos la mente. Es muy cortita, es de las de menos de seis minutos… y tiene su punto.

Cómo los libros pueden abrirnos la mente…

Estos días no creo que actualice mucho el blog, tengo demasiados frentes abiertos en este momento (entre otros, el reto, que estoy preparando poco a poco y que me está costando un montón).

Cuarto reto de los 30 libros

Prometí hace cosa de dos semanas (o más, he perdido la cuenta) que, si me convencíais, montaba un reto de los 30 libros para noviembre. Y prometí también publicar las categorías cuanto antes para que pudierais empezar a pensar títulos. Y, después, silencio por mi parte. ¿Creíais que me había olvidado? Pues no. Es que se me ha complicado todo de mala manera y he estado con dudas hasta hoy, que he tomado por fin la decisión final sobre si podría o no organizar esto. Es que un reto supone muchísimo trabajo; probablemente, más del que estáis imaginando. Y no sé con cuánto tiempo cuento (problemón). Y lo peor es que, cuantos más días pasen, se complica más la cosa; así que he decidido lanzarme a la piscina. ¿Queréis jugar al reto de los 30 libros? ¡Hecho! Noviembre queda reservado para que propongáis un montón de títulos…

Porque cuento desde ya con vuestra colaboración. Esto no es como el juego anterior que había que contestar todos los días. Aquí, si queréis sugerir títulos solo de vez en cuando, no hay problema. Pero, por favor, participad (ya que hago el esfuerzo de organizar todo a la carrera, cuento con vosotros, no me falléis).

Aquí tenéis las categorías con las que vamos a jugar, para que podáis ir dándole vueltas a la cabezota. Y si algún blog quiere participar en el reto, que me lo diga, para que podamos seguirlo desde aquí también. Que conste que casi todas las categorías me las enviasteis en abril, cuando se hizo el tercer reto (y he metido todas las que me llegaron y guardé, incluso algunas que no me gustan; si alguien no ve alguna suya, lo siento: la habré perdido en mi cuaderno caótico). Ahí van:

  1. Un libro con una gran frase de inicio.
  2. Un libro con una gran frase final.
  3. Un libro para la primavera.
  4. Un libro para el verano.
  5. Un libro para el otoño.
  6. Un libro para el invierno.
  7. El libro que ocupa el número uno en tu lista de deseos ahora mismo.
  8. Un libro de un autor que tengas vetado.
  9. Último libro que has leído en una lengua que no es la tuya.
  10. Un libro que te haya dejado tocado.
  11. Un libro que te haya dado verdadero miedo.
  12. El mejor libro que has leído este año (de momento).
  13. El peor libro que has leído este año (de momento).
  14. Un libro para leer en voz alta.
  15. Un libro con un personaje que se parezca a ti.
  16. Un libro que te recomiendan muchísimo pero que tú no has leído aún.
  17. Un libro «enriquecido».
  18. Un libro que te gustaría tener firmado por su autor.
  19. Un libro para adultos protagonizado por niños (o similares).
  20. Un libro de cuyo autor hayas leído tres obras o más.
  21. Un libro que hayas prestado y que no haya vuelto…
  22. Un relato que hayas leído este año y te haya impactado.
  23. Un libro al que te gustaría poner banda sonora…
  24. Un libro que te haya ayudado en un momento personal difícil.
  25. Un libro de una editorial que te guste mucho.
  26. Un libro sobre una traición.
  27. Un libro de un autor que hayas descubierto este año.
  28. Último libro que te ha decepcionado.
  29. Un libro que te haya asqueado.
  30. El libro que recomendarías a ciegas ahora mismo.

Pues empezamos el 1 de noviembre, viernes, festividad de Todos los Santos. Espero veros por los comentarios… ¡No me falléis! 😉

Reflexiones (XXXIV)

«Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos. Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria […] Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental» (La fe nacional y otros escritos sobre España, 1912).

Benito Pérez Galdós
(1843-1920)
Escritor

Ha pasado un siglo y todo sigue igual…



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