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Uno erótico (30 libros)

Hoy estaba entre dos libros, Las edades de Lulú, de Almudena Grandes, y El amante, de Marguerite Duras. Al final, opto por el segundo porque su calidad literaria me parece muy superior (y, además, lo conozco mejor, que, por circunstancias, lo he tenido que leer un par de veces en dos cursos de Literatura distintos).

El amante

Portada del libro

Cuarenta y un años después de publicar su primera novela, Marguerite Duras se convierte de la noche a la mañana, con El amante, en una autora solicitada por todos los públicos. Y, además, recibe poco después, en noviembre de 1984, el prestigioso Premio Goncourt. A todos emociona sin duda esta narración autobiográfica en la que la autora expresa, con la intensidad del deseo, esa historia de amor entre una adolescente de quince años y un rico comerciante chino de veintiséis.

Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vive en Indochina, no es otra que la propia escritora quien, hoy, recuerda las relaciones apasionadas, de intensos amor y odio, que desgarraron a su familia y, de pronto, grabaron prematuramente en su rostro los implacables surcos de la madurez. Pocas personas permanecerán inmunes a la contagiosa pasión que emana de este libro.

La primera vez que leí este libro no me gustó mucho, tengo que admitirlo; me defraudó, esperaba algo más. La segunda, sí lo disfruté más, quizá porque ya sabía qué me iba a encontrar y pude detenerme más en el libro en sí. En lo que se refiere al reto, erotismo hay, así que cumple el requisito (con creces); y  es una magnífica obra, muy bien escrita. Tengo que admitir que es el único libro que he leído de Duras, pero tengo buenas referencias de otros de sus títulos, como El dolor.

Jean-Jacques Annaud rodó una película basada en el libro. Viendo el tráiler, podréis comprobar si he elegido o no bien el libro de hoy…

El amante

¿Qué títulos propondríais hoy vosotros? Como siempre, os espero en los comentarios y en Twitter.

Uno para niños que disfrutan los adultos por igual (30 libros)

Hoy voy a hablar de un libro que se suele considerar de niños por varias razones: es un cuentito, tiene ilustraciones un tanto infantiles y se suele leer en la infancia. Pero yo creo que va bastante más allá, y los adultos lo disfrutamos tanto o más que los niños. Uno de los libros de cabecera de muchísima gente: El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

El principito

‘El principito’

En este libro, un aviador —Saint-Exupéry lo fue— se encuentra perdido en el desierto del Sahara, después de haber tenido una avería en su avión. Entonces aparece un pequeño príncipe. En sus conversaciones con él, el narrador revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos. El relato viene acompañado por ilustraciones dibujadas por el autor.

El principito vive en un pequeño planeta, el asteroide B 612, en el que hay tres volcanes (dos de ellos activos y uno no) y una rosa. Pasa sus días cuidando de su planeta, y quitando los árboles baobab que constantemente intentan echar raíces allí. De permitirles crecer, los árboles partirían su planeta en pedazos. Un día decide abandonar su planeta, quizás cansado de los reproches y reclamos de la rosa, para explorar otros mundos. Aprovecha una migración de pájaros para emprender su viaje y recorrer el universo; es así como visita seis planetas, cada uno de ellos habitado por un personaje: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, los cuales, a su manera, demuestran lo vacías que se vuelven las personas cuando se transforman en adultas. El último personaje que conoce, el geógrafo, le recomienda viajar a un planeta específico, la Tierra, donde entre otras experiencias acaba conociendo al aviador que, ya habíamos comentado, estaba perdido en el desierto.

¿Quién no ha leído este libro en su infancia? ¿Y quién no lo ha releído (al menos fragmentos) ya de adulto? Creo que era una elección cantada hoy, aunque se me ocurrió algún título más. Pero por su dulzura, por sus ilustraciones (que todo el mundo conoce), por su magia… creo que se lo debía a El principito.

¿Sugerencias para la categoría de hoy? ¡Os espero en los comentarios!

Uno para gente a la que no le guste leer (30 libros)

No quería repetirme excesivamente con respecto al reto anterior, pero es que hay un libro que se suele recomendar para gente a la que no le gusta leer y, como estoy bastante de acuerdo en que puede ser una muy buena opción, he decidido que hoy volvemos a hablar de Seda de Alessandro Baricco.

Seda

‘Seda’

¿Qué puedo decir de Seda que no haya dicho ya? De hecho, es, junto con Buenos días, tristeza, uno de los libros de los que más he hablado aquí en el blog: primero, en una reseña y, más tarde, en el primer reto de los 30 libros.

Entre el cuento largo y la novela corta, es una historia bellísima, delicada, intimista, que tiene enamorados a muchísimos lectores. Creo que los viajes de Hervé Joncour a Oriente pueden muy bien «engañar» a quienes no les gusta leer (sinceramente pienso que a todo el mundo le gusta la lectura, pero quienes no leen es, probablemente, porque todavía no han encontrado su libro).

Quienes visitáis el blog y participáis en los comentarios creo que no estáis en el grupo de quienes no leen, precisamente. Pero ¿qué libro recomendaríais o regalaríais a alguien a quien los libros casi le producen urticaria? Imaginad, además, que es para un amigo invisible (porque, si se conoce a la persona, resulta un poquitín más fácil). ¿Qué propondríais para la categoría de hoy? Los comentarios y Twitter os esperan (y si vuestras propuestas siempre son muy bienvenidas, porque siempre recomendáis títulos de lo más interesantes, con la categoría de hoy reconozco que me puede la curiosidad).

Uno que compraste/pediste por sus ilustraciones (30 libros)

Cuando me propusieron esta categoría del reto, me vinieron a la mente un montón de libros con ilustraciones magníficas que tengo en casa. Pero, no sé por qué, me apetece hablaros de un libro que, aunque quizá no sea (para mi gusto) tan bonito como otros que tengo, es muy especial. Lo he regalado en una circunstancia muy concreta en un par de ocasiones. Es el Theâtre d’amour, a cargo de Carsten Peter Warncke y publicado por Taschen (creo que ya no está a la venta).

Theâtre d'amour

Portada del libro

Esta colección de emblemas amorosos de finales del siglo xvi y comienzos del xvii fue recopilada, alrededor de 1620, por un amante desconocido, sin duda con las entrañas consumidas por el fuego de la pasión, quien se lo regaló a su amado o amada como símbolo de amor y afecto. Con ilustraciones mitológicas, alegóricas e incluso eróticas, los emblemas (creados por grandes impresores como Abraham Bloemaert, Pieter I Bruefhel, Agostino Carracci y Jacob Goltzius) ilustran escenas como los asuntos de Cupido, los siete pecados capitales, las siete virtudes, las musas, los amores de Dios y los cinco sentidos. Publicar, coleccionar y juntar emblemas amorosos se convirtió en un pasatiempo popular y novedoso en los Países Bajos a comienzos del siglo xvii, y este álbum en particular es un ejemplo sin igual. Meticulosamente coloreado y realzado con oro y plata, estas ilustraciones seguro que se ganaron el corazón de su afortunado receptor.

Es un coffee-table no muy grande que recoge, como dice la sinopsis, emblemas amorosos y nos presenta todas las fases que puede haber en el amor: desde el enamoramiento inicial a cargo de Cupido, al matrimonio, los desamores, las pasiones, los engaños, el amor puro… Todo tiene cabida. Y, efectivamente, se coleccionaban y después se regalaban al amado como símbolo de ese amor. Y es cierto que, como he puesto arriba, yo lo he regalado varias veces, pero no a un amado…

Vuestro turno. ¿Qué títulos proponéis para esta categoría? Os esperan los comentarios y Twitter, como siempre.

Uno cuyo título te haya maravillado (30 libros)

Quienes me conocéis seguro que sabéis de mi obsesión por un buen título. Sí, soy capaz de comprarme un libro solamente por su título… Sé que, muchísimas veces, ni siquiera lo pone el autor; sé que es una especie de reclamo publicitario en más de una ocasión… Y, aun así, siento un cierto fetichismo por un buen título. No me enrollo más. Este es el título (y de rebote el libro) que elijo para hoy: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, de Haruki Murakami.

Crónica delo pájaro que da cuerda al mundo

Portada del libro

Tooru Okada, un joven japonés que acaba de dejar voluntariamente su trabajo en un bufete de abogados, recibe un buen día la llamada anónima de una mujer. A partir de ese momento la vida de Tooru, que había transcurrido por los cauces de la más absoluta normalidad, empieza a sufrir una extraña transformación. A su alrededor van apareciendo personajes cada vez más extraños, y la realidad, o lo real, va degradándose hasta convertirse en algo fantasmagórico. La percepción del mundo se vuelve mágica, los sueños son realidad y, poco a poco, Tooru Okada deberá resolver los conflictos que, sin sospecharlo siquiera, ha arrastrado a lo largo de toda su vida. Crónica del pájaro que da cuerda al mundo pinta una galería de personajes tan sorprendentes como profundamente reales. El mundo cotidiano del Japón moderno se nos aparece de pronto como algo extrañamente familiar.

¿Es o no un buen título? A mí me parece sublime. Y, en cuanto al libro, creo que es uno de los mejores de Murakami, aunque no resulta muy sencillo (o, al menos a mí, no me lo pareció). La mezcla de lo real y lo onírico aquí es complicada (nada que ver con otras de sus novelas). Increíble todo lo referente al pozo (quienes ya hayáis leído el libro, supongo que recordaréis a qué me estoy refiriendo; de hecho, creo que este pasaje es la razón por la que este libro ya ha sido mencionado antes en el reto, en el día del libro sensorial —podéis verlo en los comentarios—). Repito que me parece uno de los hitos de la carrera de Murakami (tan de moda, por cierto), aunque tengo que admitir que no es mi favorito. Pero sí mi título favorito.

Bueno, llega la hora de que me torturéis un poco con títulos maravillosos… Os espero en los comentarios y en Twitter.

Uno para recuperarte de un mal de amores (30 libros)

No sé si hay algún libro que ayude con el mal de amores, pero sí hay uno que cuenta un mal de amores de forma muy graciosa y, creo, todos podemos vernos reflejados en algún momento en su protagonista… El libro que he elegido para hoy es Alta fidelidad de Nick Hornby.

Alta fidelidad

‘Alta fidelidad’

Rob Fleming está a punto de cumplir treinta y seis años y tiene una tienda de discos antiguos en el norte de Londres donde sólo vende vinilos. Su negocio, destinado a un público de serios coleccionistas de frivolidades, está siempre al borde de la bancarrota. Y Laura, su última novia, le ha dejado. ¿Será porque Rob parece empeñado en prolongar su adolescencia hasta la decrepitud o, como piensa él, porque su colección de discos y la de Laura eran incompatibles? Para consolarse, Rob se refugia en la compañía de Barry y Dick, sus cómplices en la tienda, y juntos hacen innumerables listas de los top del pop: las cinco mejores películas, los cinco mejores episodios de «Cheers»… Y también comienza a salir con Marie, una cantante americana. Pero de pronto reaparece Laura. Y aunque Rob creyera al principio que esa ruptura no estaba entre las más difíciles de su vida, muy pronto comenzará a hacerse preguntas arduas sobre la familia, la monogamia, el amor y la madurez. ¿Será que por fin va a descubrir que también hay vida, y música, después de la adolescencia?

El primer capítulo, en que Rob nos va contando sus primeras rupturas amorosas, es buenísimo. El libro, que lo he leído hace muy poquito, me ha gustado. Me ha hecho sonreír en más de una ocasión. Qué patéticas pueden llegar a resultar algunas rupturas. En el fondo es un libro sobre la vida, el amor, el coger las riendas de tu propia historia y madurar. Y es graciosillo. No sé si ayuda a superar un mal de amores, pero al menos sí se puede emplear eso de «mal de muchos…». Por cierto, también hay película, protagonizada por John Cusack, para los más vagonetas.

Os toca. ¿Qué libro recomendaríais para superar una ruptura amorosa? Como siempre, os espero en los comentarios y en Twitter.

Uno que te hizo odiarte a ti mismo (30 libros)

Aunque no os lo creáis, hoy voy a hablar, de nuevo, de una obra de teatro (estoy que no me reconozco). No es que me hiciera odiarme a mí misma, pero sí que me influyó parte de su pensamiento en una etapa algo más oscura de mi vida. Estoy refiriéndome a A puerta cerrada de Jean Paul Sartre.

A puerta cerrada

‘A puerta cerrada’

La obra se inicia con el Mayordomo conduciendo a un hombre llamado Garcín hacia un cuarto, que la audiencia pronto identifica como el infierno (el infierno puede ser un hotel gigantesco, debido a los «cuartos y pasillos» mencionados en la obra). El cuarto no tiene espejos ni ventanas y solo cuenta con una puerta, tres sillones, una estatua de bronce y un abrecartas. Finalmente, una mujer, Inés, entra a la habitación de Garcín, y posteriormente otra, Estelle. Después de que ambas ingresen, el Mayordomo sale y la puerta es cerrada con llave. Todos esperan ser torturados, pero no aparece torturador alguno. En lugar de ello, ellos descubren que están ahí para torturarse entre ellos, lo cual parecen estar logrando. Al principio, los tres observan eventos que les conciernen, sucediendo en Tierra, pero finalmente (conforme su conexión con Tierra se desvanece y los vivos prosiguen) son abandonados con sus propios pensamientos y la compañía de los otros dos. Al final de la obra, Garcín exige salir; tras decirlo, la puerta se abre, pero ninguno decide salir, ya que se dan cuenta de que no pueden vivir los unos sin los otros.

Es muy fácil, en una época mala y sin fuerzas, aferrarte a ciertas líneas de pensamiento. Y la frase «El infierno son los otros» se me quedó bien grabada para utilizarla según mi propia conveniencia. Me arrepiento de ciertas actitudes que tomé en esa etapa (ya superada) y, si tengo que identificar todo aquello con un libro, siempre me viene esta obrita de teatro a la cabeza. Podría haber hablado de otro libro (que va por los mismos derroteros ideológicos), pero el de Sartre es mucho más significativo.

Os toca. Me he puesto un pelín melodramática, lo sé, pero no es necesario que vosotros lo hagáis. ¿Qué libro os hizo odiaros a vosotros mismos? Os espero en los comentarios y, como siempre, también en Twitter.

Uno ideal para leer en metro, autobús, avión… (30 libros)

Esta categoría me parece muy buena. No sé a vosotros, pero me gusta leer mientras viajo; eso sí, procuro que sean novelas ligeritas, porque hay un montón de interrupciones normalmente y, si estás leyendo algo que requiere muchísima atención, no se puede disfrutar. Son los libros que yo llamo «de playa» (otro sitio en el que me encanta leer, pero a veces no hay manera). A los libros para viajar se les suma una característica más, al menos para mí: que no pesen mucho (aunque esto, actualmente, se va solucionando con los libros electrónicos). Así que hoy voy con una novelita fácil de leer, entretenida y cortita: La amaba de Anna Gavalda.

La amaba

‘La amaba’

La amaba, primera novela de Anna Gavalda, es un conmovedor diálogo entre una joven madre a la que acaba de abandonar su marido por otra mujer, y su suegro, quien viéndose hace años en el mismo caso que su hijo no se atrevió a dar el paso, dejar a su esposa y vivir el gran amor de su vida. Es una novela alegre y triste a la vez, un fragmento de vida, una punzante historia de amor, mediante la que Anna Gavalda a través de un diálogo conmovedor nos habla de nuestras vidas, nuestras dudas, nuestras renuncias, y también de nuestras esperanzas, nuestra ironía y nuestra ternura.

La sinopsis puede parecer muy melodramática, pero a mí no me lo pareció tanto. Tengo que reconocer, como ya os he dicho alguna vez, que me gusta Gavalda. No es, ni mucho menos, la mejor escritora de la historia, pero sus novelas me entretienen y, a veces, me tocan un poquito la fibra sensible. Esta novela no es mi preferida, me gustó mucho más Juntos, nada más, pero esa es bastante voluminosa (bueno, quizá para un viaje largo; no sé si estará disponible en formato electrónico, supongo que sí). Por lo demás, son novelas que cumplen mis requisitos para leer en sitios donde no siempre puedes poner toda tu atención en el libro (aunque reconozco que yo tengo una capacidad pasmosa para meterme en la lectura y no enterarme de si se cae el mundo a mi alrededor).

¿Qué propuestas tenéis vosotros hoy? Os espero, como todos los días, en los comentarios y en Twitter.

Uno al que le habrías cambiado el sexo al protagonista (30 libros)

Categoría muy complicada la de hoy (al menos para mí). De hecho, es que nunca se me habría pasado por la cabeza pensar en que una historia podría «funcionar» mejor haciendo un rápido cambio de sexo. Además, si los autores se han imaginado así su historia, será por algo, ¿no? No sé, nunca me había parado a pensar esto y me ha costado un triunfo encontrar un título que me encajara hoy… Y, al final además, no lo he elegido porque me parezca que así la historia fuera a tener más sentido, sino porque el resultado podría ser divertido. El libro que elijo hoy es Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb.

Ni de Eva ni de Adán

Portada del libro

Reseñé el libro hace tiempo (qué raro), pero voy a volver a copiar parte de la reseña, porque me parece importante saber de qué trata el libro para explicar por qué lo saco hoy a relucir.

Un año antes de la temporada infernal en una empresa nipona vivida en Estupor y temblores, Amélie Nothomb se sube en Tokio a la montaña rusa de una hilarante educación sentimental en brazos del muy delgado y muy oriental Rinri, un ávido lector de Stendhal que sueña con entrar en la Orden del Temple. Amélie, decidida a aprender japonés enseñando francés a los autóctonos, conoce a Rinri en un bar. Pero, pocos días después, la relación entre maestra y alumno dará paso a una hermosa historia de amor. La primera noche de pasión se inicia con un cómico episodio en que profesora y alumno comparten una insípida imitación japonesa de la célebre fondue de queso francesa; le seguirán un viaje a Hiroshima y la lectura in situ de Hiroshima mon amour, un libro que Rinri detesta y no logra comprender, y el ascenso al monte Fuji, en el que la belga es poseída por el espíritu de la montaña.

Estos son solo algunos de los episodios que nos sitúan, una vez más, ante una rica y peculiar visión de Japón, la de alguien nacido allí pero cuyos orígenes son occidentales. La percepción de la alteridad de la cultura japonesa cobra en el libro los más variopintos matices. La relación de Amélie con Rinri se reviste de un barniz proustiano en una comida con los amigos de su amante en la que un okonomiyaki la catapulta a los sabores de su infancia. Y Nothomb también analiza sus experiencias desde una perspectiva casi antropológica, nunca exenta de ironía, en las reflexiones sobre la educación de los japoneses, o cuando la joven es examinada por los abuelos de Rinri, a quienes su mera presencia hace tronchar de risa.

Es decir, tenemos la visión de una mujer occidental que tiene una relación con un japonés en Japón. ¿No sería interesante y curioso saber cómo habría sido la historia cambiando las tornas? Si tuviéramos un hombre occidental (tan loco como la Nothomb, si no, no tiene gracia el experimento) y una mujer japonesa (en Japón), ¿nos encontraríamos con situaciones tan descacharrantes como en Ni de Eva ni de Adán? A mí me gustaría verlo… Podría resultar muy divertido.

Os paso la pelota. ¿Qué libro proponéis hoy? Os espero en los comentarios y en Twitter.

Uno al que le habrías cambiado el final (30 libros)

Las categorías de hoy y mañana me parecen un infierno. ¡Se me acaban las ideas! Pero, bueno, ya tengo algunos títulos rondando mi cabeza. Hoy vamos a hablar del bueno de Paul Auster y su Invisible…

Invisible

Portada del libro

En 1967, Adam Walker es un joven poeta ávido de vida y literatura, con mucho más futuro que pasado. Estudia en la Universidad de Columbia, se opone a la guerra de Vietnam y, además —esto lo dicen quienes lo conocen, porque él no parece darse cuenta—, es guapísimo. Una noche, en una fiesta de estudiantes, conoce a una pareja de franceses muy sofisticados, muy seductores. Lo primero que le llama la atención a Adam es el nombre de él, Rudolf Born, como en Bertrand de Born, el poeta provenzal que en uno de los cantos de Dante lleva su propia cabeza cortada en las manos. Tras varios días de ambigua seducción en los que la pareja va tejiendo su invisible tela de araña en torno al hermoso e inocente americano, Rudolf Born, que está en Columbia como profesor invitado en la School of International Affairs, le ofrece a Adam la dirección de una revista literaria que él financiará.

Este libro me gustó mucho en su día y una de las cosas que más me impactaron fue, precisamente, su final. Pero, a mi modo de ver, la historia se podía haber rematado de otra forma (mucho más acorde con mis gustos, claro, aunque no habría resultado tan sumamente espectacular). Lo malo es que tampoco puedo contar nada más, porque no se puede destripar el final de mala manera (¡no lo hagáis vosotros en vuestras propuestas tampoco, aunque os parezcan obras muy conocidas!). Sí que recomiendo su lectura…

Os toca. ¿A qué libro le cambiaríais el final? Twitter y los comentarios os están esperando…



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