Entradas archivadas en

Recordatorio: mañana empezamos juego

Un juego un poco tonto, pero que puede ser divertido si participáis y contestáis lo primero que se os pase por la cabeza… Consiste en responder a la pregunta «¿Qué libro le recomendarías a…?» (con un personaje que yo propondré). Algunos días son complicadillos, pero otros os prometo que nos vamos a reír… Si queréis participar, solo tenéis que empezar a dejar vuestras respuestas mañana mismo (o cuando podáis a lo largo de septiembre) en los comentarios del blog. Tenéis toda la información aquí. ¡Os espero mañana!

‘Etc.’ + puntos suspensivos

A raíz de la última entrada que escribí sobre los puntos suspensivos, me llegaron un montón de preguntas sobre este signo de puntuación. La verdad es que está todo contestado en un artículo más largo que publiqué hace tiempo sobre toda la casuística de los puntos suspensivos, pero, dada la cantidad de dudas (y que nunca viene mal un recordatorio), he decidido escribir sobre la combinación de etcétera y los puntos suspensivos…

Aquí no hay duda posible: son incompatibles. No se puede juntar un etcétera (o su abreviatura etc.) con puntos suspensivos. Y, obviamente, no hay que matarse a pensar si se ponen tres o cuatro puntos (eso también lo explico en el artículo más largo). Hay que optar: o bien un etcétera, o bien los puntos suspensivos, pero nunca ambas cosas a la vez. 

Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan, etc…. ×
Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan…, etc. ×
Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan, etc. √
Todos sus amigos vinieron a la fiesta: María, Pedro, Juan

Septiembre es para… jugar

Pues sí, en septiembre, al menos aquí en el blog, vamos a jugar un poco para que la vuelta al cole se nos haga un poco más llevadera. Un juego un poco tonto, todo sea dicho, pero que, dependiendo de si colaboráis (y de cómo lo hagáis), puede ser divertido. No tenía muy claro cómo plantearlo y todavía no sé si la solución por la que he optado es la mejor, pero bueno… Os voy contando.

El juego es tan sencillo como decir qué libro recomendaríais a un personaje que yo os voy a proponer. Va a haber personajes de todo tipo: históricos, de dibujos animados, escritores famosos, gente del mundo de la farándula… Un poco de todo, muy variado. Y se trata, sin más, de responder con el título de un libro y justificar brevemente vuestra elección. Habrá un personaje diario a lo largo de todo el mes de septiembre (¡ojo, que empezamos este domingo, que ya es día 1!). Y, aunque no hace falta que vayáis al día (tenéis hasta el día 5 de octubre para completar vuestras respuestas, os doy unos días extra por si acaso), esta vez, entre todos los que acabéis el juego sortearé un lote de libros. Varias consideraciones al respecto:

  • Solo se podrá participar en los comentarios del blog. Esta vez no valen las respuestas a través de Twitter.
  • Por problemas logísticos, y sintiéndolo mucho, solo podré enviar los libros a territorio español. Sé que el blog tiene muchísimos lectores en Colombia, México, Perú y Argentina (sobre todo), pero esta vez los libros se tienen que quedar por aquí: ¡lo siento!
  • El día 6 de octubre publicaré la lista de quienes hayan completado el juego y, por tanto, participan en el sorteo. Cada participante llevará un número. El ganador lo elegiré con <random.org>, totalmente al azar… Y aviso de que pueden participar familiares y amigos míos: si completan el juego tienen exactamente las mismas posibilidades que el resto, así que considero que no es necesario vetarlos. Por cierto, el ganador, el martes 8 de octubre…
  • Obviamente, si participáis estaréis aceptando las reglas del juego (reglas que yo misma he puesto y que podría cambiar, previo aviso, aunque no tengo intención de hacerlo).

Por cierto, yo no voy a sugerir títulos esta vez; me voy a limitar a proponer los personajes. Quizá, algún día, os deje algún título en los comentarios, pero eso será todo. Por favor, participad, colaborad y, sobre todo, pasadlo muy bien; hay personajes con los que os aseguro que nos vamos a echar unas risas todos. ¡Ah! Y con este juego no se paraliza el blog: además del juego diario, habrá entradas «normales». Empezamos el domingo 1… (lo sé, mal día para empezar, por ser domingo, pero es lo que hay, el calendario ha pillado así). ¡Os espero! ¡No me falléis, que esta vez, además, hay premio!

Niccolò Ammaniti: ‘No tengo miedo’

Aunque esta semana estaré todavía a medio gas, he pensado que podía empezar a «despertar» un poco el blog justo un mes después de cerrarlo por vacaciones (¿os lo habéis pasado bien?, ¿habéis desconectado?). Y lo hago con una reseña: segunda novela de Niccolò Ammaniti de este año… Y no descarto que caiga una tercera después de lo mucho que me gustó No tengo miedo. 

'No tengo miedo'

‘No tengo miedo’

El verano más caluroso del siglo. Cuatro casas perdidas entre los trigales. Seis niños, en sus bicicletas, se aventuran por entre los campos. En medio de ese mar de espigas, hay un secreto espeluznante que cambiará para siempre la vida de uno de ellos, Michele. Para afrontarlo deberá encontrar fuerzas precisamente en sus fantasías de niño, mientras el lector asiste a una doble historia: una que es vista con los ojos de Michele, y otra, trágica, que afecta a los mayores de Acqua Traverse, miserable caserío perdido entre los campos de trigo. El resultado es un relato poderoso y de una absoluta felicidad narrativa, donde se respiran atmósferas emparentadas con Las aventuras de Tom Sawyer o los Cuentos populares italianos de Italo Calvino y que mereció en su momento los premios Viareggio y Strega. Novela del descubrimiento de uno mismo a través del peligro más extremo, y de la necesidad de afrontarlo, No tengo miedo es un adiós desolador a la edad de los juegos.

Cuando, allá por el mes de enero, leí Tú y yo del mismo autor y publiqué la reseña pertinente, dos personas (Maria y Raquel, ¡gracias!) me recomendaron No tengo miedo. Y no se equivocaban, ¡menudo novelón!

Me gustan mucho las novelas que no son lo que parecen, las que cuentan sin contar, las que denuncian y ponen el dedo en la llaga, las que se sirven de la ternura para llegar al lector… Y todo esto funciona muy bien en No tengo miedo. Empieza con su tono costumbrista, describiendo el verano de unos niños en Italia en los años setenta (los «años de plomo» italianos) y, a partir de la peripecia de uno de ellos, la historia se acaba convirtiendo en una auténtica pesadilla. El niño protagonista, Michele, es, además, el narrador en primera persona, y este recurso narrativo le viene muy bien a Ammaniti para «decir sin decir»: el niño observa y narra desde su perspectiva infantil, pero nosotros somos capaces de ir mucho más allá y ver la miseria moral de todos los adultos (e incluso de otros niños) que lo rodean. Lo que pensábamos que podía ser la historia de un verano de aventuras en el sur de Italia es, en realidad, un relato duro e, incluso, cruel, que no tiene nada que ver con su premisa inicial. Una auténtica novela sobre la valentía, por cierto, que sabéis que es uno de mis temas favoritos… (Michele tiene mucho miedo, con razón, pero se enfrenta a todo y a todos por hacer lo que cree que es correcto: es la valentía personificada). Si cuento más, os estropeo la novela (aunque he dado alguna pista), así que mejor que la leáis, que no es muy larga (me duró una tarde), y estoy convencida de que os va a sorprender a más de uno. Por cierto, todas las reseñas que he visto sobre ella (después de haberla leído) son muy positivas…

¿Alguien ha leído esta o alguna otra novela de Ammaniti? ¿Os ha gustado? ¿Alguien ha leído Que empiece la fiesta? Sería la siguiente a la que me gustaría hincar el diente… Podéis dejar, como siempre, vuestros comentarios.

Blog ‘off’

Tengo un montón de cosas que contaros con respecto al blog, pero, la verdad, solo me he acercado un momento para deciros que voy a estar unos días sin pasarme por aquí (sí moderaré comentarios si los hay, pero nada más). No va a haber entradas o reseñas en unos cuantos días. Creo que el blog se merece vacaciones (y la que lo escribe mucho más).

Los últimos días han sido un poco locura (aunque muchos no os habréis enterado; otros, de algo por Twitter): hemos tenido que cambiar de nuevo de servidor, lo que ha hecho que no se hayan publicado algunas entradas que tenía programadas para esta semana (la última antes de mis vacaciones, que no sé aún cuánto van a durar, sobre la marcha). Las entradas me las guardo para la vuelta. Y me guardo para la vuelta también un juego que estamos ideando Miguel y yo... A ver cómo lo organizamos (ando dándole vueltas a la cabezota). Y, sobre todo, a ver si resulta tan divertido como creemos que puede llegar a ser (creo que el sol nos hace desvariar bastante en la playa por las tardes).

También estoy preparando ya un nuevo reto de los 30 libros, aunque para esto no hay fecha (y tardará todavía, no os sulfuréis, que os conozco ;)). Pero si se os ocurre alguna categoría que os gustaría ver reflejada en el próximo reto, estáis a tiempo todavía de enviármela y que forme parte de las 30 elegidas. Tenéis la dirección de correo del blog en la columna de la derecha (ahora quizá tarde en contestar, lo siento).

Y hay más cosas en el tintero que os contaré a su debido tiempo. Eso sí, os voy a dar una pista: ¿alguien tan enganchado a Tumblr como yo por la sala? 😉

Nada más de momento. Si veo que se me ha olvidado comentar algo importante, me volveré a pasar por aquí. Quienes tengáis vacaciones, disfrutad mucho y desconectad… ¡Yo prometo hacerlo! ¿Nos leemos a mi vuelta? Siento no poder dar una fecha… Ya veremos (igual os empiezo a echar de menos y me dejo caer algún día por aquí, nunca se sabe). Besos a todos y felices vacaciones…

PS.: Ya sé que el plugin de Twitter sigue sin funcionar. Prometo solucionarlo en algún momento…

Kirmen Uribe: ‘Lo que mueve el mundo’

Tenía mucha curiosidad por ver por dónde saldría Kirmen Uribe en su segunda novela, después de la magnífica Bilbao-New York-Bilbao. Y tengo que admitir que Lo que mueve el mundo me ha gustado mucho…

'Lo que mueve el mundo'

‘Lo que mueve el mundo’

En mayo de 1937, tras el bombardeo de Gernika, miles de niños vascos partieron del puerto de Bilbao rumbo al exilio. Entre ellos se encontraba Karmentxu, una niña de ocho años que fue acogida en Gante, Bélgica, por el escritor Robert Mussche. La vida de Robert cambiará con la llegada de la niña, su implicación en la resistencia durante la Guerra Civil y el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.

Heredera de Sostiene Pereira de Tabucchi, El último encuentro de Sándor Márai o El lector de Bernhard Schlink, esta novela es la historia que el propio autor le cuenta a su mejor amigo, recientemente fallecido, «la historia de un héroe, un héroe anónimo, de esos que vemos por la calle». Una novela sobre la amistad y el amor, el compromiso y la lealtad, y la irreversibilidad de las decisiones que marcan toda una vida.

La voz cálida que da forma a Lo que mueve el mundo susurra lo esencial para recuperar lazos familiares perdidos, en un relato que hilvana con mimo las escenas, guarda los silencios del olvido y recrea el instante fugaz con la sensibilidad, la ternura y el talento narrativo del Premio Nacional de Narrativa Kirmen Uribe.

Narrativamente, esto no es Bilbao-New York-Bilbao; Lo que mueve el mundo tiene, quizá, una estructura más al uso, lo cual puede que guste a un público más general. Y no creo que sea malo. Repetir Bilbao-New York-Bilbao habría sido, probablemente, un error (quién sabe). Personalmente, aunque me quedo con la forma fragmentada de la primera, no reniego de esta segunda que, como ya he dicho, me ha gustado mucho (y, ojo, que tiene muchos elementos en común con Bilbao-New York-Bilbao).

En Lo que mueve el mundo me he encontrado una forma de narrar llena de ternura. Con los niños de la guerra como punto de partida, la novela es, sobre todo, la historia de una gran amistad, la de Robert y Hermann (casi un trasunto de la de Kirmen Uribe y Aitzol Aramaio), y un homenaje a todos esos héroes anónimos que luchan por hacer del mundo y de la vida de los demás algo mejor…

No me quiero extender más, aunque os podría comentar un montón de curiosidades, como, por ejemplo, el porqué de los títulos tan dispares en castellano y en euskera (en euskera se titula Mussche). Pero casi prefiero recomendaros la novela (muy buena lectura para este verano) y, si acaso, en otro momento y si tenéis interés, os cuento cosillas en los comentarios que, a partir de este momento, son vuestros… ¿Alguien ha leído la novela? ¿Os ha gustado? ¿Más o menos que Bilbao-New York-Bilbao? ¿Sentís curiosidad? Os espero más abajo…

Puntos suspensivos al comienzo de una frase

Hacía mucho tiempo que no escribía ninguna entrada relacionada con la corrección, así que ya iba tocando. Y he decidido retomarla con un asunto que me han preguntado un par de veces últimamente: ¿los puntos suspensivos, al comienzo de frase, se pegan a la palabra que los sigue?

En realidad, esto ya lo traté en un artículo más amplio sobre los puntos suspensivos. Pero no me importa repetirme si así queda más claro. A los puntos suspensivos siempre les sigue un espacio (con una salvedad, pero que solo afecta a cuando los puntos suspensivos cierran frase, así que no me voy a detener). Luego, si siempre les sigue un espacio, da igual que esos puntos suspensivos estén encabezando un enunciado (para marcar, por ejemplo, que no está completo): se deja un espacio —sí o sí— entre ellos y la palabra que los sigue. Pongo un ejemplo sacado de La insoportable levedad del ser de Kundera.

«… aspiraba el perfume de su libertad. Detrás de cada esquina se escondía la aventura. El futuro había vuelto a convertirse en un secreto. Disfrutaba de la dulce levedad del ser».

Como puede apreciarse, hay un espacio entre los puntos y el aspiraba… Realmente, es algo tan sencillo que no hace falta mayor explicación. Aun así, si tenéis dudas al respecto (o sobre cualquier otro tema), sabéis que os podéis poner en contacto conmigo e intentaré solventarlas en la medida de lo posible.

Reflexiones (XXXII)

«Nunca tuve una tristeza que una hora de lectura no consiguiera disipar».

Montesquieu
(1689-1755)
Pensador y filósofo

Google Reader (recordatorio)

A todos los que me leéis y seguís a través de Google Reader (que sois unos cuantos, por cierto), un pequeño recordatorio: hoy es el último día que funciona Google Reader. Supongo que la mayoría ya habréis encontrado alternativas (Feedly o alguna similar), pero, si no, tenéis hoy para buscar algo y no perder todos vuestros feeds. Nos seguimos leyendo… donde sea. ¡Buen domingo a todos!

Georges Perec: ‘Un hombre que duerme’

Perdonad que no me esté pasando mucho por el blog últimamente… ¡Vaya días! ¡¡Me ha pasado de todo…!! Pero, aunque no me haya sentado a escribir ninguna entrada, sí que he leído muchísimo últimamente, y cosas interesantísimas, además. Como la novela de hoy, Un hombre que duerme, de Georges Perec, todo un descubrimiento.

'Un hombre que duerme'

‘Un hombre que duerme’

Novela cumbre de la «literatura Bartleby», auténtico símbolo generacional, Un hombre que duerme narra la peripecia de un estudiante que decide no levantarse de la cama el día de sus exámenes de Sociología, abandonar sus estudios, romper toda relación amigos y parientes, y recluirse en sí mismo y en su chambre de bonne, donde todo es gris. Más tarde se dedicará a deambular incansable por París, a ir al cine, a leer los titulares de los periódicos, pero como lo haría un sonámbulo. Para el estudiante todo forma parte de una vaga estrategia encaminada a alejarse de los deseos materiales, de la ambición y de su dependencia de los objetos, los ambientes, los sonidos y aromas de París, la ciudad que lo ha acogido y que lo acabará fagocitando.

Un hombre que duerme constituye una de las cumbres de la narrativa francesa de los sesenta, recuperada ahora en una magistral traducción de Mercedes Cebrián.

«Entre los libros que me cambiaron la vida estuvieron siempre los de Perec. Recuerdo haberlos leído con fascinación» (Enrique Vila-Matas).

Es el segundo libro de Perec que leo en mi vida. Hace muchos (muchos) años, leí La disparition, una novela de intriga en forma de lipograma: en su original en francés, no aparece la letra e; en la traducción en castellano, prescinden de la a (vocales más utilizadas en uno y otro idioma respectivamente). Os podéis imaginar la dificultad y el virtuosismo técnico necesario. Pero Un hombre que duerme (Un homme qui dort) me ha gustado muchísimo más…

Me fascinan las narraciones en segunda persona; no entiendo por qué este recurso no se utiliza más a menudo, porque el lector se convierte en protagonista y vive mucho más la novela. Que es justo lo que ocurre aquí (la novela está escrita en segunda persona). De repente somos ese estudiante que decide dejarlo todo, no actuar, no participar en la sociedad, abandonar sus relaciones sociales, deshacerse de su vida rutinaria para establecer unas nuevas rutinas que lo desmarquen de todo lo que le rodea. Y somos testigos directísimos de su indiferencia y de su abulia. Incluso participamos en la conclusión final a la que llega el estudiante.

La propuesta estilística y narrativa de Perec hace que nos veamos totalmente atrapados en su temática existencialista. Y, por supuesto, esto lleva a reflexiones por parte del lector. ¿Comparte el lector la tesis final de Perec y su estudiante de Sociología (qué irónico)? ¿El lector se deja llevar por la indiferencia en su vida real, o vive realmente? ¿Actúa o sobrevive pasivamente? ¿Y qué pasa cuando no actuamos, no hacemos, no vivimos…?

Interesantísima novela. Qué pena que me durara tan poquito (se merece una relectura con creces). Tengo que confesar que ya tengo otro libro de Perec esperándome, porque este me ha encantado (mucho más allá de sus experimentos técnicos, que aquí se limitan a esa segunda persona narrativa que tanto me gusta y que tan bien funciona aquí al convertir al lector en actor de esta historia de inacción). Os copio un pequeño fragmento:

Deambulas, deambulas, deambulas. Caminas. Todos los momentos son iguales, todos los espacios se parecen. Nunca tienes prisa, nunca estás perdido. No miras la hora en los relojes. No tienes sueño. No tienes hambre. Nunca bostezas. Nunca te ríes a carcajadas.

Y otro, del final (por si no queréis leerlo):

Durante mucho tiempo has construido y destruido tus refugios: el orden o la inacción, la deriva o el sueño, las rondas nocturnas, los instantes neutros, la fuga de las luces y las sombras. Quizás podrías, aún durante mucho tiempo, continuar mintiéndote, embruteciéndote, emperrándote. Pero el juego ha terminado, la gran juerga, la ebriedad falaz de la vida suspendida. El mundo no se ha movido y tú no has cambiado. La indiferencia no te ha dejado indiferente. No estás muerto. No te has vuelto loco.

¿Habéis leído Un hombre que duerme? ¿Os gustó? Si no lo conocíais, ¿os llama la atención? Como siempre, podéis comentar lo que queráis…



Copyright © 2009–2015. Todos los derechos reservados.

Canal RSS. This blog is proudly powered by Wordpress and uses Modern Clix, a theme by Rodrigo Galindez modified by Arturo Martín.