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Un libro que devolverías (30 libros)

En realidad, la categoría era más larga, pues añadía la coletilla «por mal editado, etc.». Y, aunque no os lo creáis, he tenido serios problemas para elegir libro. Al final me quedo con Regreso a tu piel, de Luz Gabás.

'Regreso a tu piel'

‘Regreso a tu piel’

Brianda de Lubich, única heredera del señor más importante del condado de Orrun, ve como el mundo a su alrededor se desmorona tras la muerte de su progenitor. En una tierra convulsionada por las guerras, en la que ella y otras veintitrés mujeres serán acusadas de brujería, solo podrá aferrarse a un hombre: aquel a quien juró amar más allá de la muerte.

El desenlace de esta historia de amor inquebrantable llegará siglos después, cuando una joven ingeniera comience a recuperar fragmentos de un mundo pretérito y a sentir un amor irracional hacia un extranjero llegado a un recóndito lugar de las montañas para reconstruir la mansión familiar heredada de sus ancestros.

Que conste que no hay libro sin errata (es la maldición de los correctores). Y podría haber escogido cualquier libro para hoy. Cualquiera. De hecho, me estoy acordando de cierta editorial que me encanta y que tiene un serio problema con los cortes de palabra (no dan ni una). O de otra que presenta los signos de puntuación a la francesa (con espacios). Un horror. Pero al final he optado por este libro.

Es el típico culebrón playero que pensé que me iba a divertir muchísimo este verano. Me lo dejó una amiga y, por varios motivos (algunos mucho más importantes de lo que voy a mencionar a continuación), no consigo pasar de la página 200. Y uno de esos motivos es que me he encontrado un montón de erratas y alguna falta de ortografía grave. Y algo que me pone de los nervios: el nombre de la protagonista está mal escrito varias veces (no puedo con eso). En vez de Brianda, ponen Brainda en más de una ocasión. Y como es el último libro en el que me he encontrado estos problemas (otra pasada de corrección no le habría venido nada mal), pues yo devolvería el libro y me quejaría a la editorial (que, encima, es de las enormes y tienen recursos si quieren).

Ya digo que podría haber elegido muchísimos libros para hoy. Pero, como este es uno de los que tengo entre manos y tiene estos problemas, he decidido que sea el elegido hoy.

Os toca. ¿Qué libro devolveríais? Espero que nadie cite alguno corregido por mí. Por favor… 😉

El último libro que lees de un autor (30 libros)

No tenía ni idea sobre qué libro hablar hoy, porque soy muy de segundas y terceras oportunidades a autores (incluso, a veces, a libros). Pero he encontrado uno: Maldito karma, de David Safier.

'Maldito karma'

‘Maldito karma’

La presentadora de televisión Kim Lange está en el mejor momento de su carrera cuando sufre un accidente y muere aplastada por el lavabo de una estación espacial rusa. En el más allá, Kim se entera de que ha acumulado mal karma a lo largo de su vida: ha engañado a su marido, ha descuidado a su hija y ha amargado a cuantos la rodean. Pronto descubre cuál es su castigo: está en un agujero, tiene dos antenas y seis patas… ¡es una hormiga! Kim no tiene ganas de ir arrastrando migas de pastel. Además, no puede permitir que su marido se consuele con otra. Solo le queda una salida: acumular buen karma para ascender por la escalera de la reencarnación y volver a ser humana. Pero el camino para dejar de ser un insecto y convertirse en un ser bípedo es duro y está plagado de contratiempos.

Al leer Maldito Karma decidí que «una y no más». David Safier no es para mí. Porque ¡a mí este libro no me gustó nada! Me pareció una gran sinsorgada. Aun así, me consta que a muchísima gente le ha divertido muchísimo. Pero a mí no, nada de nada (de hecho, estuve a un tris de dejarlo por la mitad, no sé ni por qué lo acabé).

Os toca. ¿Un autor del que no queráis saber más? Tenéis los comentarios abiertos y estaré pendiente de Twitter (usad el hashtag #30libros, por favor, y anotad el día).

Un libro que te ayudó a perdonar (30 libros)

Para el día de hoy no he tenido ninguna duda: toca hablar de Misión Olvido, de María Dueñas.

'Misión Olvido'

‘Misión Olvido’

Incapaz de recomponer sus propios pedazos, la profesora Blanca Perea acepta a la desesperada lo que anticipa como un tedioso proyecto académico. Su estabilidad personal acaba de desplomarse, su matrimonio ha saltado por los aires. Confusa y devastada, la huida a la insignificante universidad californiana de Santa Cecilia es su única opción.
El campus que la acoge resulta, sin embargo, mucho más seductor de lo previsto, agitado en esos días por un movimiento cívico contrario a la destrucción de un paraje legendario a fin de construir en él un enorme centro comercial. Y la labor que la absorbe —la catalogación del legado de su viejo compatriota Andrés Fontana, fallecido décadas atrás— dista enormemente de ser tan insustancial como prometía.
Una novela luminosa, un tributo a las segundas oportunidades, la reconciliación y la reconstrucción.

Este es el típico libro de playa (que llamo yo). Un seudoculebrón con historia de amor y de superación y esas cosas… Lo leí por dos motivos. Uno: me gustó El tiempo entre costuras, la novela anterior de Dueñas (muy superior a esta, todo sea dicho). Dos: soy muy supersticiosa a la hora de leer (de esto creo que no os he hablado nunca). Cuando supe que Dueñas sacaba nueva novela, mi superstición me hizo hacerme con ella de inmediato. Básicamente porque tenía que cerrar un círculo que había empezado justo después de la lectura de El tiempo entre costuras. Ya veis, qué bobada. Pero… soy así. Y encima me encontraba con un libro que hablaba de «segundas oportunidades, reconciliación y reconstrucción»: básicamente, lo que yo necesitaba después de la temporada chunga que pasé entre las dos lecturas. Todavía no sé hasta qué punto Misión Olvido cumplió con su misión de cerrar el círculo (es posible que lo hiciera, aunque el círculo no haya quedado cerrado del todo). Todavía le doy vueltas a esto. Pero, desde luego, su lectura sirvió para que yo, de repente, entendiera. Y, al entender, pude perdonar. No lo comparto, pero lo entiendo. Y no puedo entender las «formas» de lo que me pasó, pero sí el «fondo». Y está todo explicado en un párrafo:

A través de ellos entendí algo tan simple, tan orgánico y elemental como que la única causa que le guio para apartarse de mi lado fue la fuerza de un amor sobrevenido que se le cruzó en el camino como tal vez se me habría podido cruzar a mí. Un sentimiento que le sobrepasó. A pesar de su torpeza conmigo, de todo lo reprochable y censurable y del dolor que me llegó a causar, el amor ajeno (…) me hizo entender que, ante las jugadas que el destino nos pone insospechadamente por delante, a veces no se puede aplicar la razón. Solo entonces fui consciente de que nada había terminado. De que, de hecho, casi todo estaba todavía por empezar.

Sí, estaba todo por empezar. Y lo que es un hecho es que hubo cambios en mí que me ayudaron mucho. Y pude perdonar y eso me hizo dormir bien por las noches. Volviendo a citar el libro:

A las cosas hay que darles siempre el final que necesitan aunque resulte desolador, para que todo termine curándose sin dejar cicatrices.

Todo pasa, créeme. Cuesta lo que no está escrito y nada vuelve a ser nunca lo mismo, pero al final, y sé de lo que hablo, llega la reconstrucción. Te vuelves a abrir a la vida, avanzas, progresas.

Sé que he sido un tanto críptica. Hay gente que habrá entendido todo lo anterior a la perfección. Los demás, quedaos con el hecho de que la lectura de este libro me sirvió para perdonar. ¿Qué libro os ayudó a vosotros a perdonar? Os espero en los comentarios y en Twitter.

Un libro con un párrafo especialmente significativo (30 libros)

Segundo día del reto. Y ya me las he visto y deseado para encontrar el párrafo significativo. Por fin, he optado por uno de Qué hacer cuando en la pantalla aparece THE END, de Paula Bonet.

'Qué hacer cuando en la pantalla aparece THE END'

‘Qué hacer cuando en la pantalla aparece THE END’

El primer párrafo de lo más significativo en que pensé pertenece a un libro de Houellebecq. Pero, viendo el panorama más general del reto, es posible que hable de ese libro en otra categoría; así que, párrafo descartado (aunque, si buscáis Houellebecq en mi Tumblr, anda por ahí; no doy más pistas). Tuve una segunda idea: Baricco. Pero creo que Baricco también va a entrar en otra categoría: no me servía, y menuda pena, porque es un párrafo soberbio (también muy importante y descriptivo; y, también, cómo no, copiado en el Tumblr). Y se me ocurrió un tercer párrafo, uno de lo más significativo ahora mismo para mí, pero, cómo no, pertenece a una novela de la que quiero hablar en otra categoría (el párrafo anda por mi Tumblr también, pero como es el único de esa novela, prefiero mantener el misterio). Descartados mis párrafos estrella, tenía que buscar algún otro.

Y, entonces, vi por la estantería el libro de Paula Bonet. Hay un montón de párrafos preciosos (y el texto de la contra es una maravilla). Pero hay, además, un párrafo muy cortito (en realidad es una frase, pero está en un solo párrafo) que, para mí, tiene un significado muy especial (y de eso se trata, ¿no?). Os lo copio:

Para cruzar un río sin que nadie salga malherido ni se produzca una catástrofe no valen las prisas ni las líneas rectas.

Es el comienzo de uno de los relatos del libro con el que me siento especialmente identificada, porque me recuerda a cosas vividas (se titula «Cómo cruzar un río» y da instrucciones sobre cómo meterse en una relación para que no te hagan daño). El párrafo final también me gusta mucho (aunque el que he elegido para el reto es el primero, que conste):

Ignoro qué era lo que F. pensaba entonces, pero ahora sé que, como si tuviera hilo y aguja, me ha vuelto a coser, con puntadas muy juntas, amarrando mis dos mitades como si estuvieran soldadas por una cadena kilométrica de uves.

Y, como no hay dos sin tres, os copio el último párrafo del texto de la contra: toda una declaración de intenciones (en realidad, todo ese texto merece mucho la pena, lo tenéis en la entrada que dediqué en su día al libro en sí):

Y de repente un día nos despertamos y sentimos el vacío: en la pantalla aparece THE END y decidimos empezar otra historia. Una en la que nunca tengamos que fingir que no nos conocemos.

¿Algún libro con un párrafo especial para vosotros? Sería genial que, además de título, pudierais compartir el párrafo también. Tenéis los comentarios a vuestra disposición (me imagino que, en Twitter, es más complicado copiar un párrafo, pero sí que podéis dejar el título junto con el hashtag #30libros). ¡Participad!

Un libro que te haya acompañado en un viaje (30 libros)

Empezamos reto. Y lo hacemos con una categoría fácil, para que no haya que pensar mucho (que hoy, además, es festivo). ¿Uno que me haya acompañado en un viaje? Pues, por ejemplo, El Palacio de los Sueños, de Ismaíl Kadaré.

El Palacio de los Sueños

‘El Palacio de los Sueños’

No es, en absoluto, la primera vez que hablo de esta novela en el blog. ¡Cómo no repetir, si es inmensa! Y si la traigo hoy al reto (el primer día nada menos) no es solo porque me acompañó en un viaje e hizo que mi vuelo durara un tris, es que me hubiera gustado que durara mucho más para no tener que soltarla (y eso no suele ser muy habitual en mí, bueno ni en la mayoría de la gente, ¿no?). Además fue un viaje algo especial, tengo muy buenos recuerdos de todo.

Es una de las novelas más interesantes que he leído en mi vida. Toca dos temas: falta de libertad y sueños. ¿Y si nos quitaran los sueños? Sería terrible… Muy recomendable. Y de una calidad indudable (Kadaré es delicatessen). De verdad, merece mucho la pena ( estoy pensando en darle una relectura y todo ahora al recordarla).

Os enlazo a las otras veces que he hablado del libro en el blog: reseña y reto. Y os animo a leerla, que es buenísima.

Vuestro turno. ¿Un libro que os haya acompañado en un viaje? Puede ser un viaje reciente, uno que os marcara, uno que fue un desastre… pero que hicisteis acompañados de algún libro. ¡Queremos títulos! Tenéis los comentarios a vuestra disposición y estaré pendiente de Twitter (usad el hashtag #30libros, por favor, para que pueda enterarme de todo aunque no os siga).

Surrealismo

No dejo de ver por todos sitios un error muy común que tiene que ver con la palabra surrealismo y el adjetivo derivado surrealista. ¿No habéis leído alguna vez *subrealismo y *subrealista? ¿Verdad que sí? Pues es incorrectísimo. Os explico por qué.

Surrealismo, en realidad, es la equivalencia que buscaron en castellano de Surréalisme, un movimiento artístico surgido en Francia en los años veinte del siglo pasado. Viene de sur, que significa ‘encima’, y realité, esto es, ‘realidad’. Lo surrealista es lo que está por encima de la realidad, lo que sobrepasa lo real. Y, si está por encima y la sobrepasa, ¿por qué se emplea a veces el prefijo sub-, que quiere decir todo lo contrario? No es lo que está por debajo de la realidad, sino lo que está por encima. Por supuesto, dado el significado real de los términos surrealismo y surrealista, es un total contrasentido emplear el sub-, de ahí que sea incorrecto. Sí es correcto, en cambio, superrealismo (con el mismo significado que surrealismo).

Lo dejo aquí, porque me siento un poco como Coco en Barrio Sésamo explicando arriba y abajo. 😉

Solo una cosa más: mañana, aunque sea festivo, empieza el reto. ¡Os espero! ¡No me falléis!

Recordatorio: reto de los treinta libros

Como octubre está ya en las últimas, os quería recordar que el mes de noviembre el blog estará ocupado con el quinto reto de los treinta libros. Ya sabéis, treinta libros distintos en treinta días consecutivos siguiendo treinta categorías diferentes.

Os enlazo a las categorías de este año, para que vayáis pensando títulos. Podéis participar de varias maneras: los propios comentarios del blog, Twitter (con el hashtag #30libros e indicando el día al que os referís), vuestros propios blogs (siempre que me deis las direcciones) y, si ninguna de estas opciones os viene bien, también me podéis enviar un correo electrónico o decírmelo directamente.

Participad, por favor, que cuantos más juguemos, más divertido y más títulos y sugerencias de lectura conseguimos. Quedan dos días… ¿Le estáis dando ya vueltas a vuestras cabecitas?

‘Salario’

Hoy, etimología de nuevo, en concreto voy a hablar del origen de la palabra salario. ¿Sabéis de dónde viene?

Sal

Sal

Salario viene de salarium, que, a su vez, viene de sal. El salario era el pago en forma de sal que se realizaba bien a los soldados que trabajaban en la Via Salaria (una calzada desde unas salinas cercanas a Ostia hasta la ciudad de Roma), bien a los esclavos en las casas.

¿Por qué se les pagaba con sal? Porque la sal era un elemento muy preciado. Por un lado, servía, como en la actualidad, para condimentar. Pero ese no era, ni mucho menos, su uso más importante, sino el de conservar la comida: tener productos en salazón permitía que los alimentos duraran más. Y había un tercer uso de la sal: se empleaba como antiséptico.

Y de estos pagos, nuestros actuales salarios, aunque ya no se nos pague con sal.

Recordad que, si queréis decir cualquier cosa, tenéis los comentarios a vuestra disposición.

‘To judge a book by its cover’

No, no vamos a dar una clase de inglés, solo me voy a aprovechar de este dicho para comentar una foto que lleva meses por internet y que me parece curiosa. Porque, efectivamente, to judge a book by its cover es un dicho que, aunque literalmente se traduciría por ‘juzgar un libro por su portada’ (cubierta, en realidad; algún día haré una entrada sobre las partes del libro), nosotros lo traduciríamos como ‘juzgar por las apariencias’.

¿Juzgamos por las apariencias? O, yendo a la frase en inglés y quedándonos en su significado literal, ¿juzgamos los libros por su portada? Pues algún librero considera que sí y ha hecho esto:

¿Compraríais estos libros?

¿Compraríais estos libros?

Fuera portada/cubierta; fuera texto de la contra escrito por la editorial (que a veces nos engañan de forma escandalosa). Tan solo una pequeña descripción propia. Incluso ha ido más allá y ni siquiera se sabe quién es el autor o el título de la obra. ¿Compraríais así?

Es cierto que hay elementos del libro que responden mucho a exigencias del marketing. La portada, la sinopsis de la contra o, incluso a veces, el título sirven para vender. Y, como en todo, se puede hacer bien, mal o regular. Hay cubiertas maravillosas (y me estoy acordando de un par de amigas mías que se dedican a diseñar o ilustrar cubiertas) y cubiertas que dan vergüenza ajena. Pero ¿compramos un libro solo por estos elementos? Yo diría que no, pero entonces me acuerdo de otra foto muy famosa de otros libreros (pobres libreros, con lo majos que suelen ser):

'No recuerdo el título, pero es azul'

‘No recuerdo el título, pero es azul’

«No recuerdo el título, pero es azul» (por cierto, en internet encontráis esto mismo con todos los colores de libros imaginables). Pues sí, parece que a veces nos guiamos más por el libro físico (que no es nada malo, que hay libros que, como objetos, son verdaderas obras de arte) que por el contenido. Vuelvo a mi pregunta, ¿comprarías los libros si vinieran como en la primera fotografía? Yo tengo mis dudas.

Por cierto, en una de mis librerías de referencia en Bilbao, Cámara, hicieron esto mismo hace poquito (supongo que a quienes vayáis por allí os sonará el estampado del asiento de la entrada). Os subo la foto (la he cogido de su Facebook) para que veáis qué libros ponen, muchos son joyitas (están ¡Melisande! ¿Qué son los sueños? o Canciones de amor a quemarropa, por ejemplo). Y, sí, son todos azules, pero de todo tipo y condición.

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«No recuerdo el título, pero la portada es AZUL» en librería Cámara (Bilbao)

Yo creo que para comprar un libro hay que curiosear mucho, bien sea el propio libro, bien reseñas en revistas e internet o, cómo no, preguntar a los libreros. Y saber, más o menos, qué se está comprando (y, aun así, nos solemos llevar sorpresas). Y tener identificadas editoriales que suelan publicar cosas interesantes que tengan que ver con nuestros gustos personales… Y si, además, resulta que el libro en cuestión tiene una portada maravillosa, pues mucho mejor.

¿Qué opináis? ¿Cómo compráis los libros? Tenéis los comentarios a vuestra disposición.

‘Madrid, te comería a versos’

Está todo el mundo hablando de esto, pero no quería dejar de hacerme eco de una iniciativa que me ha parecido de lo más interesante. Resulta que hace un par de semanas, una amiga de Madrid me envió tres fotos porque, según me dijo, «te van a encantar». Eran frases, minipoemas, pintados sobre los pasos de peatones. En las fotos que recibí, se podían leer estas frases: «Mi más sentido bésame», «No hay mejor skyline que verte tumbada» y «Estás en mi lista de sueños cumplidos». En aquel momento no sabíamos muy bien qué era todo aquello, pero por Twitter se empezó a decir que quizá era una campaña publicitaria de Coca-Cola.

No es eso. Es un proyecto de un colectivo de artistas llamado Boa Mistura. Se titula Madrid, te comería a versos y, la verdad, desde aquí invito a alguien a que haga un Bilbao, te comería a versos. Me encantaría.

Las fotos las he sacado de la web de Boa Mistura, donde, además, podéis encontrar un vídeo de cómo han hecho todo y un mapa con todas las frases marcadas. Por cierto, ojo a las frases, que algunas son muy buenas…

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‘Duerme menos y sueña más’

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‘Lo mejor no ha pasado…’

FUIMOS-A-HACER-EL-AMOR...-_1818

‘Fuimos a hacer el amor…’

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‘Me sentí astronauta perdido en tus lunares’

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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