Últimos artículos

Errores que me molestan mucho (2)

Como la anterior entrada sobre errores dio tanto que hablar, me he animado a escribir otra. Además, debo reconocer que me es muy sencillo, cosa que agradezco en estos tiempos locos en los que no tengo todo el tiempo que me gustaría para el blog (aunque creo que, por fin, todo vuelve a la normalidad).

De nuevo, como la otra vez, sin orden determinado salvo lo que se me vaya ocurriendo. Probablemente algunos ya salieron en los comentarios del otro día, pero no importa. ¡Ah! Y otra cosa: son cosas muy sencillas de corregir y usar bien, no hay excusa. Allá vamos:

  • *Los puntos suspensivos………….. Los puntos suspensivos son tres (y solo tres). Únicamente hay un caso en que son cuatro y es tan raro que yo jamás me lo he encontrado en todo el tiempo que llevo trabajando con textos (por si alguien lo apunta). Así que, quedémonos con la generalidad: los puntos suspensivos son tres y solo tres. No hace falta dejar el dedo encima del punto media hora y poner treinta y cinco… Además, aprovecho para recordar que siempre llevan un espacio detrás y que son incompatibles con el etcétera.
  • La tilde en *tí. Da igual cuántas veces se recuerde esto, me lo encuentro a diario. Y siempre remito a este enlace. Porque, efectivamente, ti nunca lleva tilde. 😉
  • *En base a. Otra expresión incorrecta. Hay un montón de formas de sustituirla; la más sencilla (aunque no siempre encaja) es emplear según.
  • Coma entre el pero y un signo de interrogación o exclamación. Expliqué esto en una entrada, pero no he sido capaz de encontrarla (es de las primeras del blog). Bueno, es sencillo: si después de un pero va una pregunta o exclamación, nunca se pone coma después del pero. Es decir, que lo que voy a poner a continuación es incorrecto: *’Pero, ¿por qué?’; debería ser así: ‘Pero ¿por qué?’.
  • *Hubieron. El verbo haber, cuando es impersonal, siempre va en singular. En plural suena a rayos.
  • Deber de por deber; deber por deber de. No son sinónimos. Deber de indica probabilidad y deber designa obligación. No hay razón para mezclarlos.
  • Punto en los años. No estamos en *2.015, sino en 2015. Siempre ha sido incorrecto, pero ahora que ninguna cifra debería llevar punto como separador de los miles, más incorrecto aún. De esto último os tengo que hablar (de hecho, tengo una entrada a medio escribir).
  • Escribir con tilde el *aún así concesivo. Cuando tiene valor concesivo (es decir, cuando se puede sustituir por «aunque sea así»), el aun no lleva tilde.

Lo dejo aquí por hoy (porque me podría eternizar). Como la otra vez, podéis indicar en los comentarios aquellos errores que os molesten y hablamos sobre ellos. 🙂

Milena Michiko Flasar: ‘Le llamé Corbata’

Sé que llevo un tiempo sin publicar nada sobre libros, ya tocaba. Hoy os voy a hablar de Le llamé Corbata, de Milena Michiko Flašar: una de las novelas que leí este verano y de la que aún no os he comentado nada ni siquiera en esa entrada que dediqué a mis últimas lecturas.

'Le llamé Corbata´

‘Le llamé Corbata´

En el banco de un parque se encuentran dos perfectos desconocidos: el joven Hiro, un hikikomori, un veinteañero japonés que ha vivido recluido en su habitación los últimos años, y un hombre mucho mayor, un salaryman, un oficinista como tantos otros. ¿Qué hacen allí, fuera de sus habituales refugios? Día tras día van contándose sus vidas el uno al otro. Ambos son marginados que no soportan la presión de la sociedad y, al experimentar de nuevo el afecto y que tras la tristeza puede esconderse la risa, retoman fuerzas para la despedida definitiva y emprender un nuevo comienzo en sus vidas.

Le llamé Corbata es una novela bellamente escrita sobre gente que habla de cosas que normalmente silenciamos, que conjura el miedo a todo lo que se sale de la norma y nos muestra la enorme fuerza anárquica de la renuncia. Una historia sobre el Japón contemporáneo, que es a la vez una historia sobre la vida cotidiana de todos nosotros.

No sé si sabréis qué es un hikikomori. Os voy a copiar lo que dice el glosario del libro al respecto, porque creo que da mucha luz sobre el problema que pone sobre la mesa la novela.

Hikikomori.  Así se designan en Japón a las personas que se niegan a salir de casa de sus padres, se encierran en su habitación y reducen al mínimo el contacto con su familia. La duración del encierro varía. Algunos pasan hasta quince años o incluso más. No se sabe con certeza el número de hikikomoris existente, ya que muchos de estos casos permanecen en la sombra por miedo a ser estigmatizados. Se estima que existen entre 100 000 y 320 000, jóvenes en su mayoría. Como causa principal se señala la gran presión que provocan las tareas y la adaptación en la escuela y en la sociedad.

Una sociedad cruel y exigente que machaca a las personas: ese es el escenario en el que se desarrolla esta novela. Una novela llena de esperanza, que refleja la salida al mundo de un hikikomori tras su encierro. ¿Cómo va a conseguir Hiro volver y enfrentarse a esa sociedad que lo ha anulado? Pues gracias a la peculiar amistad que va a granjear con un individuo que, como él, también sufre la presión de la sociedad: un hombre que ha perdido su trabajo y al que él va a llamar Corbata.

El hecho de que le busque un nombre al otro es de vital importancia para el desarrollo de la historia. Al conocer el nombre de otra persona, ya no nos es indiferente, es alguien que empieza a formar parte de nuestra propia historia, de nuestra propia vida. Interactuamos con esa persona de otra manera, más cercana. Y esa persona empieza a ser diferente a nuestros ojos: más real, más vulnerable, más auténtica, más persona. Precisamente eso es lo que le ocurre a Hiro con Corbata; a partir del momento en que para él es Corbata, establece un vínculo con él que, poco a poco, se convertirá en la amistad que va a salvar a Hiro. Conocer la otredad para reconocerse a sí mismo. La bondad del individuo frente a la crudeza de la sociedad.

Me gustó la novela. Me pareció tierna y dura a la vez, si bien le pongo un pero. A pesar de que el tema tratado es lo suficientemente potente como para ahondar en el problema y hacer un ejercicio de introspección, no lo hace; se limita a presentar la situación y a mostrarnos la salida a la luz de Hiro. Pero ¿qué pasa en las sombras? Nos cuentan por qué hubo sombras; no obstante, pasa como de puntillas por ciertos aspectos que, sin duda, habrían hecho la novela más redonda. Aun así, debo reconocer que me hizo darle un par de vueltas en la cabeza a esta lucha sociedad-individuo y que, por la empatía que destilan, les cogí cariño a los dos protagonistas. Es, sin duda, una propuesta interesante.

¿Alguien conoce esta novela? ¿Os interesa el tema? ¿Sabéis algo de los hikikomoris? Tenéis los comentarios abiertos.

Reflexiones (LIV)

Sobre los libros…

«Un mundo en el que hay monstruos y fantasmas y cosas que quieren robarte el corazón es también un mundo en el que hay ángeles y sueños: un mundo en el que hay esperanza».

Neil Gaiman
Escritor inglés

‘Katiuska’

Como parece que ya ha llegado el frío, la lluvia y el otoño-invierno, vamos a sacar las katiuskas, ¿vale? Pero, antes, vamos a recordar una entrada de no hace demasiado, la de los hipocorísticos. ¿Por qué? Porque el término katiuska tiene mucho que ver con un hipocorístico.

Katiuska, en realidad, es el diminutivo de Katia, que, a su vez, es uno de los hipocorísticos de Ekaterina, la forma rusa de Catalina. Es decir, Katiuska sería, más o menos, Catalinita (o, más bien, Catita, si tomamos Cati como forma abreviada habitual del nombre y le añadimos el diminutivo: doble hipocorístico). Catalina, nombre de origen griego, significa ‘la limpia’.

Y me imagino que estaréis preguntándoos qué tiene que ver este nombre con las botas de goma, nuestras katiuskas. Pues mucho. Se empezó a llamar katiuskas a las botas a raíz de una zarzuela de Pablo Sorozábal protagonizada por una chica llamada Katiuska. La Katiuska de la zarzuela lucía unas botas altas muy características y, tras el éxito de la obra, se extendió la forma katiuska para designar esas botas.

París

«Todo se acaba, pensé. Todo menos París, me digo ahora. Todo se acaba menos París, que no se acaba nunca».

Enrique Vila-Matas
París no se acaba nunca

🙁

Errores que me molestan mucho

Perdón, perdón, perdón. Tengo la sensación de que últimamente, cada vez que publico, primero os pido perdón por haber tardado tanto, pero es que ¡no me da la vida! Tengo muchos frentes abiertos ahora mismo y estoy a tope de trabajo, así que no tengo tiempo para mucho. Lo siento de verdad. Y este fin de semana iba a preparar varias entradas, pero he estado pachucha y no he podido hacer nada, por lo que esta semana se vuelve a quedar un poco coja (hoy mismo empiezo a corregir otra novela, no voy a tener tiempo de mucho más). Intentaré sacar algún huequillo para, al menos, publicar una reseña que tengo a medio escribir. Y hay una entrada, una de esas de desahogo, que también está en marcha (me imagino que habrá alguien preguntándose qué ha pasado con esa entrada: estoy en ello).

Pues vamos al tema de hoy: errores que me molestan. No están todos los que son (igual esto acaba convirtiéndose en una serie de artículos), pero sí son todos los que están. Sin un orden particular, según me vienen a la cabeza, estos son algunos errores que odio encontrarme.

  • Punto después de interrogación o exclamación. Jamás se escribe punto ahí. Después de la interrogación y de la exclamación se puede poner cualquier signo de puntuación menos el punto, que ya va incluido tanto en la una como en la otra.
  • Prefijo + palabra que empieza por r-. A esto yo lo llamo el error del *microrelato (antes lo llamaba el del *Preromanticismo, pero dado que ahora la palabra de moda es microrrelato, pues me he adaptado a los nuevos tiempos). No entiendo que la gente cometa este error. Es como de guardería. ¿No diferenciamos entre peroperro? ¿Por qué no vemos entonces la diferencia de pronunciación entre microrrelato y *microrelato? ¿Hace falta añadir algo más? Pues fijo que si entro en Twitter en un rato, me veo el hashtag #microrelato, así escrito, con una sola r, más de una vez.
  • *Es por eso que. No creo que he tratado esta expresión en el blog. Debería hacerlo, porque campa a sus anchas y es incorrecta. Lo correcto en castellano: es por eso POR LO que. Me lo apunto para explicaros el porqué en algún momento, pero, mientras, hacedme el favor de utilizarlo bien.
  • Infinitivo en vez de imperativo. Creo que tampoco he tratado esto nunca en el blog. Pero ¡es tan molesto! ¡Se usa tan mal!
  • Meses y días de la semana en mayúscula. Os lo recuerdo a menudo, pero es que no hay forma. En castellano van en minúscula.
  • Coma en vez de dos puntos en los encabezamientos de cartas y correos electrónicos. Se pone «Hola:» y no *«Hola,». Esa coma es anglosajona (como la mayúscula de los meses y los días de la semana: desterrémosla).

Podría seguir mucho rato, pero ya tenéis un par de cosas. Se me han ocurrido un montón de errores más, así que no descarto escribir (cuando mis obligaciones laborales y personales me lo permitan) otra entrada como esta. ¿Se os ocurren errores que veáis a menudo y que odiáis? Podéis comentarlos en, valga la redundancia, los comentarios.

Letras y Fútbol 2015 (2)

Ya os hablé del Letras y Fútbol 2015 hace unas semanas, pero en aquel momento no estaba publicado el programa. Pues bien, aquí lo tenéis. Hay gente muy interesante por Bilbao esta semana para hablar de libros y fútbol. Yo aprovechaba…

Programa del Letras y Fútbol 2015

¿Alguien va? Comentarios…

«Etimología para el fornicio»

Acabo de leer un artículo de la Jotdown que me ha hecho sonreír más de una vez. Y, como tiene que ver con etimología, he decidido copiaros el enlace. ¿Queréis saber de dónde vienen términos como emoción, deseo, joder, vagina eyacular? Pues no os perdáis el artículo. Sin desperdicio.

Etimología para el fornicio, de Carlos Mayoral.

Obviamente, podéis comentar lo que queráis… 😉

Mis últimas lecturas (de julio a septiembre de 2015)

En la última entrada, me dediqué a comentar aquellos libros que leí durante la primavera pero de los que, por diversas razones, no había hablado en el blog. Hoy me toca meterme con el verano. Verano que, para mí, tiene un nombre propio: Karl Ove Knausgård. Ha sido un enorme descubrimiento, he caído rendida ante su escritura desordenada y reflexiva, me han encantado sus libros y, la verdad, tengo unas ganas locas de que salga la cuarta parte de Mi lucha. Pero, como no solo podemos vivir del noruego, hubo más libros. Algunos no me gustaron nada, aviso desde ya, aunque creo que mi estado de ánimo cuando los leí tuvo mucho que ver. Os voy explicando todo.

JULIO

En julio dejé tres novelas sin reseñar. De la primera, Le llamé Corbata, de Milena Michiko Flašar, sí va a haber reseña (a ver si me da tiempo a publicarla esta misma semana), así que la dejamos aparte por ahora. Hoy os hablo de las otras dos.

'Reina Lucía'

‘Reina Lucía’

E. F. Benson: Reina Lucía

Adorada por legiones de fans, inspiradora de una famosa serie de la BBC, Reina Lucía es la primera de la mítica serie de novelas de Mapp y Lucía, deliciosas sátiras sobre la pretenciosa y relamida burguesía rural británica. Reina Lucía nos presenta a la inimitable Emmeline Lucas (Lucía para los amigos), árbitro social y reina del pintoresco villorrio de Riseholme, que ve su trono peligrar con la aparición de Olga Braceley, una cantante de ópera sin escrúpulos. Para hacerle frente, contará con el apoyo de su fiel amigo, Georgie Pillson, un zangolotino de la mejor calaña, aficionado al cotilleo salvaje, al petit point y a las conversaciones en italiano macarrónico; o con su molesta vecina, Daisy Quantock, que revoluciona al pueblo entero cuando adquiere un «gurú» nativo de la India aficionado a las bebidas espirituosas de alta graduación, que introduce en la comarca la fiebre por el yoga. Reina Lucía es una novela deliciosa, ferozmente british, que incita a la risa desde la primera página con un humor que no tiene precio.

Muy divertida. Disfruté como una enana con las deliciosas tonterías de las pérfidas y en ocasiones malévolas vecinas de Riseholme. De hecho, estoy leyendo la segunda parte, así que, cuando la acabe (para eso habría que leer, que últimamente no lo estoy haciendo), os hablo de toda esta caterva de pijos británicos.

'Niveles de vida'

‘Niveles de vida’

Julian Barnes: Niveles de vida

«Juntas dos cosas que no se habían juntado antes. Y el mundo cambia. La gente quizá no lo advierta en el momento, pero no importa. El mundo ha cambiado, no obstante». El libro arranca con esta reflexión y en efecto reúne tres historias aparentemente inconexas que acaban mostrando secretos y sutiles lazos. Niveles de vida habla de la aventura de vivir, de los retos imposibles, del amor que todo lo desborda y del dolor de la pérdida. Y lo hace entretejiendo tres piezas independientes. La primera nos habla de los pioneros de la conquista del cielo con los globos aerostáticos y de las iniciales tentativas de fotografías aéreas realizadas por Nadar, aspirando a ser el ojo de Dios. La segunda historia retoma a un personaje de la anterior, el coronel británico Fred Burnaby (bohemio, aventurero y viajero, que murió en Jartum), del que se relata su pasión por la legendaria actriz Sarah Bernhardt. La tercera parte salta en el tiempo del siglo XIX al XX y de las historias ajenas a la propia: la muerte de su esposa. No es la primera vez que Julian Barnes experimenta con las formas literarias. En este caso la ruptura con la narrativa más tradicional está al servicio de una aventura literaria de gran calado: indagar, huyendo del sentimentalismo, en el dolor causado por la pérdida del ser amado, adentrarse con las armas de la gran literatura en el territorio de la aflicción. El resultado es un libro deslumbrante, que rompe las barreras de los géneros y consigue una hondura y una belleza iluminadoras.

Esta brevísima novela va de menos a más. De un comienzo que no me interesó mucho (por no decir casi nada) a un final de una lucidez y una belleza impresionantes. De nuevo la muerte del ser amado como tema central, pero tratado de una forma más pausada y, quizá, más reflexionada que otros títulos que inciden en ese tópico (me viene a la cabeza La muerte de la bien amada, de Marc Bernard, libro que os recomiendo con los ojos cerrados). Recomendable también el de Barnes. Y, si le dais una oportunidad y os pasa como a mí, que la primera parte os parece floja, seguid leyendo (además, es tan breve que tampoco va a suponer un gran esfuerzo).

AGOSTO

Agosto fue un mes de pesadilla para mí. Me pasó de todo, y casi nada bueno. Tuve mil problemas. La consecuencia más inmediata: que no dormí en todo el mes a cuenta del maldito insomnio. ¿Por qué os cuento esto? Porque los dos libros que quedaron sin reseñar en agosto los leí de madrugada, muerta de sueño pero sin poder dormir, y con el estado de ánimo que esa situación me crea. Vamos, que no sé si mi opinión es de fiar…

'El verano sin hombres'

‘El verano sin hombres’

Siri Hustvedt: El verano sin hombres

Cuando Boris Izcovich dijo la palabra «pausa», Mia Fredricksen, de cincuenta y cinco años, enloqueció. Porque lo que deseaba su marido era una pausa en su matrimonio, después de treinta años sin adulterios y una hija encantadora. Hay que decir que la «pausa» de Boris es francesa, compañera de trabajo, joven y con buenas tetas. Pero la locura de Mia no fue más que una breve psicosis, y ese verano regresa a Bonden, la ciudad de su infancia, donde aún vive su madre en una residencia para ancianas activas e independientes. Mia alquila una casa, se relaciona con sus vecinos, una joven recién casada con dos niños y un marido que le despierta sospechas de maltrato, y visita a su madre y a su grupo de amigas. Recupera los recuerdos de su infancia, y descubre algunos secretos de la femineidad de otras generaciones. También dirige un taller de poesía con un grupo de estudiantes. Y con todos estos incidentes, historias y vidas, Mia urde esta veloz, brillante comedia feminista, de inesperado final…

Menudo puerro… ¡Me pareció un horror! No me gustó nada: ni los personajes, ni las situaciones, ni la forma en que está escrita. Nada. El misterio de esta novela, para mí, es por qué demonios la acabé, porque no merece en absoluto la pérdida de tiempo. Por cierto, ya he olvidado el «inesperado final». Muy inesperado e impactante no sería…

'La casa de las miniaturas´

‘La casa de las miniaturas´

Jessie Burton: La casa de las miniaturas

Un día de otoño de 1686, una joven de dieciocho años llama a la puerta de una casa señorial en el barrio más acomodado de Ámsterdam. Nella Oortman se ha trasladado del campo a la ciudad para convivir con su marido, Johannes Brandt, un hombre maduro y distinguido comerciante que habita en la mansión en compañía de su hermana soltera y rodeado de fieles servidores. Como regalo de boda, Johannes obsequia a su flamante esposa un objeto muy de moda entre la gente pudiente de la época: una réplica de su propia casa en miniatura, que Nella deberá poblar con las figuras creadas por una desconocida miniaturista que ha encontrado por azar. Sin embargo, poco a poco, el amable pasatiempo se irá transformando en la clave de una serie de inquietantes revelaciones que conducirán a Nella a desenmascarar los secretos más oscuros de los actuales moradores de la casa —incluido su marido—, arrojando luz sobre los peligros que amenazan la supervivencia de su nueva familia.

Relato vibrante de ambiciones íntimas y sueños traicionados, La casa de las miniaturas logró un formidable éxito comercial en el Reino Unido —más de cien mil ejemplares vendidos—, fue galardonada con el National Book Award y nombrada Libro del Año por las librerías Waterstones. Con admirable precisión, la autora recrea el ambiente de Ámsterdam a finales del siglo XVII, un mundo áspero y riguroso donde los gremios burgueses se enfrentaban al fanatismo religioso y la intransigencia del poder establecido. Una lectura inolvidable.

Esta novela tiene mucha más miga de la que parece en un principio. Pensé, no os voy a engañar, que iba a ser una lectura ligera, ideal para la playa y mis noches en vela, pero me equivoqué un poco. A ver, sí que es una novela ligera, muy fácil de leer y que cumple mis requisitos de libro de playa; no obstante, el fondo es bastante más enjundioso del que yo me había imaginado. El problema: si sigo hablando, os destripo todo, y no es lo más deseable. Así que, solo voy a decir que, tras una trama en apariencia insulsa (luego no lo es), hay una crítica feroz a la sociedad de la época (con problemas aún vigentes en nuestro siglo) y una defensa a ultranza del papel de la mujer como elemento crítico y fundamental en esa sociedad. Lo menos interesante: la casa de las miniaturas que da el título a la novela. Lo más: los personajes, algunos, como el de la cuñada, realmente bien dibujados. Si queréis una lectura entretenida pero que va un poquito más allá, La casa de las miniaturas es una buena elección.

SEPTIEMBRE

'La vida de las paredes'

‘La vida de las paredes’

Sara Morante: La vida de las paredes

La vida de las paredes es la historia de un caserón de principios de siglo XX y de sus habitantes, una peculiar comunidad de vecinos que comparten sus vidas en torno a una escalera.

Sara Morante dibuja retratos de tinte surrealista enmarcados en un realismo casi costumbrista a través de un diálogo muy potente entre texto e imagen. Escenas muy visuales, un tanto oníricas, que se engarzan para crear una historia común: fotografías o cuadros que hablan durante la noche y se deslizan de un marco a otro, gárgolas perversas que cobran vida, una joven famélica desplumando a un jilguero para comerse hasta los huesos, una mujer que envuelve a su feto entre el hule sucio y paños de cocina…

Las paredes tienen vida y Sara Morante sabe poner palabras y color a un mundo insólito en este libro que incluye más de treinta ilustraciones. La vida de las paredes muestra el talento de la gran ilustradora en su máxima expresión.

También hablé de La vida de las paredes en el último reto, pero entonces no lo había leído. ¿Qué puedo decir de esta preciosidad? Que es una auténtica exquisitez y que, aunque conocía la faceta de Sara como ilustradora, su vena de escritora me ha sorprendido para muy bien. Espero hablaros de La vida de las paredes con más calma. Pero quedaos con que es una auténtica joya de libro.

Y hasta aquí las lecturas de las que tenía pendiente hacer una mención en el blog. En octubre apenas he leído nada, aunque creo que me va a dar tiempo a ponerme las pilas estos días que quedan y disfrutar de un libro que tengo entre manos y me está pareciendo una maravilla (bueno, tengo tantos libros al retortero en este momento que no sé cómo lo estoy haciendo; a ver si voy acabando algo).

Os toca. ¿Qué habéis estado leyendo últimamente? ¿Alguien ha leído algo que verdaderamente le haya llamado la atención y merezca la pena? ¡Compartid! Tenéis los comentarios abiertos.

Mis últimas lecturas (de marzo a junio de 2015)

En primer lugar, perdonad que no haya actualizado en tanto tiempo. No he podido. Digamos que, a veces, la vida 1.0 es tan intensa (para bien y para no tan bien, aunque reconozco que ha habido más de lo primero) que las veinticuatro horas del día no dan para nada más. Y el blog, ya os lo conté hace unos meses, dejó de ser una obligación hace tiempo para no volverme loca. Pero no lo tengo abandonado. Como parece que, de nuevo, todo está asentado y regreso a mi «rutina» (si es que tengo alguna), intentaré actualizar al ritmo habitual cuanto antes. Y ahora dejemos mi vida a un lado y hablemos de libros, que es a lo que hemos venido. 😉

Me he dado cuenta de que este año he leído unos cuantos libros de los que no os he comentado nada. Así que he pensado en recopilar todo lo que ha caído en mis manos entre marzo y junio (lo anterior, lo tenéis aquí; en otra entrada me dedicaré a las lecturas de julio-septiembre) y hablaros sobre novelas de las que no hay (ni va a haber en algunos casos) reseña en el blog. Pues allá vamos:

MARZO

'La buena vida'

‘La buena vida’

Sara Fratini: La buena vida

En marzo solo se quedó sin comentario La buena vida, de Sara Fratini. Es un libro que se lee en un tris, dirigido a un público eminentemente femenino. Historias en blanco, negro y rosa que miran la vida con optimismo. Para mi gusto, y aunque me hizo sonreír en más de una ocasión, es excesivamente buenrollista, todo es muy guay y da la sensación de que va a aparecer una frase de Mr Wonderful en cualquier momento. Si queréis un libro tierno y positivo, ¡a por él!

 

ABRIL

MAYO

En mayo dejé un par de libros en el tintero.

'Apropiación indebida'

‘Apropiación indebida’

Lena Andersson: Apropiación indebida

«La felicidad raramente se encuentra en la experiencia misma de la felicidad. Su hábitat natural, y casi exclusivo, es la expectativa de la felicidad».

Ester Nilsson es una poeta y ensayista de treinta y un años que vive resguardada en el mundo de las ideas y de una relación sin sorpresas. Un día de junio recibe una llamada telefónica: es invitada a dar una conferencia sobre el célebre artista Hugo Rask, quien, cuando llega el momento, la escuchará hechizado entre el público. Al final del acto Ester y Hugo se presentan y conversan. Ese encuentro aparentemente inocente da origen a una singular historia de amor… o de obsesión. ¿Dónde están los límites entre una y otra? Apropiación indebida se convirtió en un fenómeno en ventas en Suecia y encendió la polémica sobre un tema insólito: el amor. Cáustica y deslumbrante como las historias de Ingmar Bergman.

Esta novela es una disección con bisturí de un enamoramiento que va pasando por distintas fases de una relación muy tóxica. Tengo que admitir que no hablé del libro en su día porque me dejó mal. El estilo es frío, con una pretendida objetividad que observa todo desde la distancia. Aun así, hay párrafos que inciden donde más duele. Hay segunda parte en marcha, que no sé si leeré por el mal cuerpo y las comeduras de tarro que me dio esta. La cubierta, por si os resultan familiares esos trazos y esos colores, es de Paula Bonet.

'Trenes rigurosamente vigilados'

‘Trenes rigurosamente vigilados’

Bohumil Hrabal: Trenes rigurosamente vigilados

Trenes rigurosamente vigilados, la novela más conocida de Bohumil Hrabal, es una divertida y entrañable historia sobre la resistencia frente al invasor alemán durante la Segunda Guerra Mundial, protagonizada por los empleados de la estación de tren de un pequeño pueblo checoslovaco. El descubrimiento del amor y del deseo están presentes en la narración del despertar al mundo adulto del aprendiz y verdadero héroe de la novela, que sigue los pasos del hedonista factor de la estación tras la atractiva telegrafista. La ingenua humanidad que transmiten estos personajes se convierte en solemne cuando su forma de entender la vida, de entender lo que es un hombre, los lleva a rebelarse ante el invasor no ya con la palabra y la ironía, sino arriesgando su vida. Una imprescindible y sabia reflexión sobre lo que significa ser humano.

Esta novela me dejó sentimientos encontrados, quizá por eso no he comentado nada sobre ella aún. Me pareció tierna, amena, profunda en ocasiones… pero esto no es Una soledad demasiado ruidosa, la obra de Hrabal que leí hace un par de años y me encandiló. De todas formas, es una gran novela y no me perdono no haberla recomendado antes.

JUNIO

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‘Noches blancas’

San Petersburgo, su luz, sus casas y sus avenidas son el escenario de esta apasionada novela. En una de esas «noches blancas» que se dan en la ciudad rusa durante la época del solsticio de verano, un joven solitario e introvertido narra cómo conoce de forma accidental a una muchacha a la orilla del canal. Tras el primer encuentro, la pareja de desconocidos se citará las tres noches siguientes, noches en las que ella, de nombre Nástenka, relatará su triste historia y en las que harán acto de presencia, de forma sutil y envolvente, las grandes pasiones que mueven al ser humano: el amor, la ilusión, la esperanza, el desamor, el desengaño.

En realidad, sí que hablé de esta joyita en su día, pero se quedó enterrada entre los libros del último reto, así que he decidido rescatarla. Enlazo, de nuevo, a la entrada que le dediqué en junio. Un paseo por el alma humana de la mano de uno de los más grandes. Maravillosa. Y la edición de Nórdica, ilustrada, un lujo.

Y con esto cubro la primavera… Los libros de este verano, en otra entrada (espero no demorarme demasiado). Perdonad, de nuevo, las tres semanas sin actualizaciones del blog. Espero organizarme mejor y que no vuelva a ocurrir. Me podéis echar la bronca en los comentarios si queréis… 😉



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