Entradas archivadas en Libros

¿Qué libro le recomendarías a…? (6)

¿Qué libro le recomendarías a… Lady Gaga? ¿Algo extravagante como ella o algo más «normalito»? ¿Más contemporáneo, más clásico, más vanguardista…? Hay mil opciones, podéis dejar vuestras propuestas en los comentarios (y recordad que este juego tiene premio).

¿Qué libro le recomendarías a…? (5)

Ahora mismo, ¿qué libro le recomendarías a… Mafalda? Tenéis los comentarios a vuestra disposición para completar el juego hoy…

¿Qué libro le recomendarías a…? (4)

¿Qué libro le recomendarías a… Steve Jobs? Un, dos, tres, responda otra vez (en los comentarios, por favor). Y recordad que contestar puede tener premio…

¿Qué libro le recomendarías a…? (3)

Hoy viajamos en el tiempo unos cuantos siglos atrás. Lo genial sería que recomendarais libros actuales, pero… como gustéis. Ahí va el personaje de hoy: ¿qué libro le recomendarías a… Cervantes? ¡Recordad que en este juego hay premio! ¡Contestad en los comentarios, por favor!

Milan Kundera: ‘La identidad’

Después de leer La insoportable levedad del ser el año pasado, me prometí a mí misma que seguiría leyendo a Kundera. Y, aunque lo que he leído hasta ahora (La inmortalidad y La identidad) no me ha acabado de convencer, me sigue pareciendo un autor interesantísimo. Tengo pendiente La broma, que me han comentado que es incluso mejor que La insoportable levedad… Ya os contaré. Hoy, os dejo mis impresiones sobre La identidad.

'La identidad'

‘La identidad’

Chantal y Jean-Marc viven juntos en París y se quieren. Se quieren tanto que, en ocasiones, por un instante, ninguno de los dos se reconoce a sí mismo, y la identidad del otro se disuelve. Es un proceso vertiginoso que todo el que ama ha experimentado. Kundera atrapa al lector y lo conduce por el extravío que lleva a los protagonistas a traspasar los límites entre lo real y lo irreal, el mundo exterior y el mundo íntimo.

Una novela en torno a las fronteras de lo real y la pérdida del yo en las relaciones amorosas.

Aunque no me ha parecido, en absoluto, un mal libro (Dios me libre, nada más lejos), lo voy a poner a caldo… A ver, ¿por dónde empiezo? Esta es la historia de dos raros, muy raros, que no sé si se quieren o qué, pero, de verdad, qué cansinos ambos… O al menos eso me han parecido a mí. No he entendido nada del planteamiento (¿para qué esas pruebas de amor estúpidas?, ¿para qué ese ocultar al otro lo que está pasando en realidad?), no me parece en absoluto una relación amorosa sana, ni siquiera me parece una relación amorosa. Pero Kundera nos la vende como tal. ¿Estar enamorado de otra persona supone comportarse así? No lo creo. Ahora, allá ellos con sus comeduras de tarro a cuenta de unas cartas misteriosas que empiezan a aparecer y lo que ocurre a raíz de todo… (en serio, acabé muy cansada de todo, qué dos personajes más ajenos a mí…).

Lo mejor de la novela, ya que la historia en sí me parece tontuna y, además, no he logrado empatizar con los personajes, son las reflexiones de Kundera. Aunque debo admitir que me esperaba más… Pero, si os gusta subrayar frases, citas y sentencias, Kundera es vuestro autor. Aquí reflexiona, cómo no, sobre el amor, sobre la identidad, sobre lo imposible que resulta esconderse de los sentimientos… Interesante, como siempre (aunque debo admitir que, en este sentido, me ha parecido mucho más brillante en La inmortalidad; para reflexiones sobre el amor me sigo quedando con algunas de la maravillosa La insoportable levedad del ser).

Total, que, aunque no es una mala opción, a mí este libro no me ha llenado del todo (pasará sin pena ni gloria por las lecturas de este año). Supongo que es, en realidad, una cuestión de expectativas: esperaba mucho de esta novela y no ha cumplido, ni más ni menos.

¿Conocéis La identidad? ¿Estáis de acuerdo conmigo o a vosotros os ha parecido una maravilla? Como siempre, tenéis los comentarios a vuestra disposición…

¿Qué libro le recomendarías a…? (1)

Empezamos juego… ¿Preparados para sugerir títulos en los comentarios? Pues ahí va el personaje de hoy: ¿qué libro le recomendarías a la reina de Inglaterra?

Recordad que entre todos los que completéis los 30 días del juego sortearé un lote de libros… ¡Los comentarios os esperan!

Niccolò Ammaniti: ‘No tengo miedo’

Aunque esta semana estaré todavía a medio gas, he pensado que podía empezar a «despertar» un poco el blog justo un mes después de cerrarlo por vacaciones (¿os lo habéis pasado bien?, ¿habéis desconectado?). Y lo hago con una reseña: segunda novela de Niccolò Ammaniti de este año… Y no descarto que caiga una tercera después de lo mucho que me gustó No tengo miedo. 

'No tengo miedo'

‘No tengo miedo’

El verano más caluroso del siglo. Cuatro casas perdidas entre los trigales. Seis niños, en sus bicicletas, se aventuran por entre los campos. En medio de ese mar de espigas, hay un secreto espeluznante que cambiará para siempre la vida de uno de ellos, Michele. Para afrontarlo deberá encontrar fuerzas precisamente en sus fantasías de niño, mientras el lector asiste a una doble historia: una que es vista con los ojos de Michele, y otra, trágica, que afecta a los mayores de Acqua Traverse, miserable caserío perdido entre los campos de trigo. El resultado es un relato poderoso y de una absoluta felicidad narrativa, donde se respiran atmósferas emparentadas con Las aventuras de Tom Sawyer o los Cuentos populares italianos de Italo Calvino y que mereció en su momento los premios Viareggio y Strega. Novela del descubrimiento de uno mismo a través del peligro más extremo, y de la necesidad de afrontarlo, No tengo miedo es un adiós desolador a la edad de los juegos.

Cuando, allá por el mes de enero, leí Tú y yo del mismo autor y publiqué la reseña pertinente, dos personas (Maria y Raquel, ¡gracias!) me recomendaron No tengo miedo. Y no se equivocaban, ¡menudo novelón!

Me gustan mucho las novelas que no son lo que parecen, las que cuentan sin contar, las que denuncian y ponen el dedo en la llaga, las que se sirven de la ternura para llegar al lector… Y todo esto funciona muy bien en No tengo miedo. Empieza con su tono costumbrista, describiendo el verano de unos niños en Italia en los años setenta (los «años de plomo» italianos) y, a partir de la peripecia de uno de ellos, la historia se acaba convirtiendo en una auténtica pesadilla. El niño protagonista, Michele, es, además, el narrador en primera persona, y este recurso narrativo le viene muy bien a Ammaniti para «decir sin decir»: el niño observa y narra desde su perspectiva infantil, pero nosotros somos capaces de ir mucho más allá y ver la miseria moral de todos los adultos (e incluso de otros niños) que lo rodean. Lo que pensábamos que podía ser la historia de un verano de aventuras en el sur de Italia es, en realidad, un relato duro e, incluso, cruel, que no tiene nada que ver con su premisa inicial. Una auténtica novela sobre la valentía, por cierto, que sabéis que es uno de mis temas favoritos… (Michele tiene mucho miedo, con razón, pero se enfrenta a todo y a todos por hacer lo que cree que es correcto: es la valentía personificada). Si cuento más, os estropeo la novela (aunque he dado alguna pista), así que mejor que la leáis, que no es muy larga (me duró una tarde), y estoy convencida de que os va a sorprender a más de uno. Por cierto, todas las reseñas que he visto sobre ella (después de haberla leído) son muy positivas…

¿Alguien ha leído esta o alguna otra novela de Ammaniti? ¿Os ha gustado? ¿Alguien ha leído Que empiece la fiesta? Sería la siguiente a la que me gustaría hincar el diente… Podéis dejar, como siempre, vuestros comentarios.

Kirmen Uribe: ‘Lo que mueve el mundo’

Tenía mucha curiosidad por ver por dónde saldría Kirmen Uribe en su segunda novela, después de la magnífica Bilbao-New York-Bilbao. Y tengo que admitir que Lo que mueve el mundo me ha gustado mucho…

'Lo que mueve el mundo'

‘Lo que mueve el mundo’

En mayo de 1937, tras el bombardeo de Gernika, miles de niños vascos partieron del puerto de Bilbao rumbo al exilio. Entre ellos se encontraba Karmentxu, una niña de ocho años que fue acogida en Gante, Bélgica, por el escritor Robert Mussche. La vida de Robert cambiará con la llegada de la niña, su implicación en la resistencia durante la Guerra Civil y el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.

Heredera de Sostiene Pereira de Tabucchi, El último encuentro de Sándor Márai o El lector de Bernhard Schlink, esta novela es la historia que el propio autor le cuenta a su mejor amigo, recientemente fallecido, «la historia de un héroe, un héroe anónimo, de esos que vemos por la calle». Una novela sobre la amistad y el amor, el compromiso y la lealtad, y la irreversibilidad de las decisiones que marcan toda una vida.

La voz cálida que da forma a Lo que mueve el mundo susurra lo esencial para recuperar lazos familiares perdidos, en un relato que hilvana con mimo las escenas, guarda los silencios del olvido y recrea el instante fugaz con la sensibilidad, la ternura y el talento narrativo del Premio Nacional de Narrativa Kirmen Uribe.

Narrativamente, esto no es Bilbao-New York-Bilbao; Lo que mueve el mundo tiene, quizá, una estructura más al uso, lo cual puede que guste a un público más general. Y no creo que sea malo. Repetir Bilbao-New York-Bilbao habría sido, probablemente, un error (quién sabe). Personalmente, aunque me quedo con la forma fragmentada de la primera, no reniego de esta segunda que, como ya he dicho, me ha gustado mucho (y, ojo, que tiene muchos elementos en común con Bilbao-New York-Bilbao).

En Lo que mueve el mundo me he encontrado una forma de narrar llena de ternura. Con los niños de la guerra como punto de partida, la novela es, sobre todo, la historia de una gran amistad, la de Robert y Hermann (casi un trasunto de la de Kirmen Uribe y Aitzol Aramaio), y un homenaje a todos esos héroes anónimos que luchan por hacer del mundo y de la vida de los demás algo mejor…

No me quiero extender más, aunque os podría comentar un montón de curiosidades, como, por ejemplo, el porqué de los títulos tan dispares en castellano y en euskera (en euskera se titula Mussche). Pero casi prefiero recomendaros la novela (muy buena lectura para este verano) y, si acaso, en otro momento y si tenéis interés, os cuento cosillas en los comentarios que, a partir de este momento, son vuestros… ¿Alguien ha leído la novela? ¿Os ha gustado? ¿Más o menos que Bilbao-New York-Bilbao? ¿Sentís curiosidad? Os espero más abajo…

Georges Perec: ‘Un hombre que duerme’

Perdonad que no me esté pasando mucho por el blog últimamente… ¡Vaya días! ¡¡Me ha pasado de todo…!! Pero, aunque no me haya sentado a escribir ninguna entrada, sí que he leído muchísimo últimamente, y cosas interesantísimas, además. Como la novela de hoy, Un hombre que duerme, de Georges Perec, todo un descubrimiento.

'Un hombre que duerme'

‘Un hombre que duerme’

Novela cumbre de la «literatura Bartleby», auténtico símbolo generacional, Un hombre que duerme narra la peripecia de un estudiante que decide no levantarse de la cama el día de sus exámenes de Sociología, abandonar sus estudios, romper toda relación amigos y parientes, y recluirse en sí mismo y en su chambre de bonne, donde todo es gris. Más tarde se dedicará a deambular incansable por París, a ir al cine, a leer los titulares de los periódicos, pero como lo haría un sonámbulo. Para el estudiante todo forma parte de una vaga estrategia encaminada a alejarse de los deseos materiales, de la ambición y de su dependencia de los objetos, los ambientes, los sonidos y aromas de París, la ciudad que lo ha acogido y que lo acabará fagocitando.

Un hombre que duerme constituye una de las cumbres de la narrativa francesa de los sesenta, recuperada ahora en una magistral traducción de Mercedes Cebrián.

«Entre los libros que me cambiaron la vida estuvieron siempre los de Perec. Recuerdo haberlos leído con fascinación» (Enrique Vila-Matas).

Es el segundo libro de Perec que leo en mi vida. Hace muchos (muchos) años, leí La disparition, una novela de intriga en forma de lipograma: en su original en francés, no aparece la letra e; en la traducción en castellano, prescinden de la a (vocales más utilizadas en uno y otro idioma respectivamente). Os podéis imaginar la dificultad y el virtuosismo técnico necesario. Pero Un hombre que duerme (Un homme qui dort) me ha gustado muchísimo más…

Me fascinan las narraciones en segunda persona; no entiendo por qué este recurso no se utiliza más a menudo, porque el lector se convierte en protagonista y vive mucho más la novela. Que es justo lo que ocurre aquí (la novela está escrita en segunda persona). De repente somos ese estudiante que decide dejarlo todo, no actuar, no participar en la sociedad, abandonar sus relaciones sociales, deshacerse de su vida rutinaria para establecer unas nuevas rutinas que lo desmarquen de todo lo que le rodea. Y somos testigos directísimos de su indiferencia y de su abulia. Incluso participamos en la conclusión final a la que llega el estudiante.

La propuesta estilística y narrativa de Perec hace que nos veamos totalmente atrapados en su temática existencialista. Y, por supuesto, esto lleva a reflexiones por parte del lector. ¿Comparte el lector la tesis final de Perec y su estudiante de Sociología (qué irónico)? ¿El lector se deja llevar por la indiferencia en su vida real, o vive realmente? ¿Actúa o sobrevive pasivamente? ¿Y qué pasa cuando no actuamos, no hacemos, no vivimos…?

Interesantísima novela. Qué pena que me durara tan poquito (se merece una relectura con creces). Tengo que confesar que ya tengo otro libro de Perec esperándome, porque este me ha encantado (mucho más allá de sus experimentos técnicos, que aquí se limitan a esa segunda persona narrativa que tanto me gusta y que tan bien funciona aquí al convertir al lector en actor de esta historia de inacción). Os copio un pequeño fragmento:

Deambulas, deambulas, deambulas. Caminas. Todos los momentos son iguales, todos los espacios se parecen. Nunca tienes prisa, nunca estás perdido. No miras la hora en los relojes. No tienes sueño. No tienes hambre. Nunca bostezas. Nunca te ríes a carcajadas.

Y otro, del final (por si no queréis leerlo):

Durante mucho tiempo has construido y destruido tus refugios: el orden o la inacción, la deriva o el sueño, las rondas nocturnas, los instantes neutros, la fuga de las luces y las sombras. Quizás podrías, aún durante mucho tiempo, continuar mintiéndote, embruteciéndote, emperrándote. Pero el juego ha terminado, la gran juerga, la ebriedad falaz de la vida suspendida. El mundo no se ha movido y tú no has cambiado. La indiferencia no te ha dejado indiferente. No estás muerto. No te has vuelto loco.

¿Habéis leído Un hombre que duerme? ¿Os gustó? Si no lo conocíais, ¿os llama la atención? Como siempre, podéis comentar lo que queráis…

Veinticinco años de ‘Obabakoak’

Sé que estos días ando un pelín desaparecida (¡lo siento!), pero es que estoy a mil cosas a la vez (eso sí, estoy leyendo muchísimo y habrá reseñas pronto). A pesar de todo, no podía dejar de pasarme hoy por aquí para hablaros del 25.º aniversario de Obabakoak, la novela de Bernardo Atxaga, que se celebra esta misma semana.

Sobre Obabakoak ya he escrito en el blog, así que no me detengo mucho más (por supuesto, os recomiendo la novela con los ojos cerrados; de hecho, todo el ciclo de Obaba me parece lo más interesante de lo que he leído de la producción de Atxaga). Lo que sí quería es comentaros que van a celebrarse un montón de actos que giran en torno a Obabakoak para conmemorar el aniversario, sobre todo en Bilbao. Lo más interesante, quizá, la lectura ininterrumpida de la novela mañana en la plaza del Arriaga; la comienza el propio Atxaga a las 8 h. Y en la carpa que han colocado en el Arriaga también puede verse una selección de cubiertas de la obra, para los más curiosos…

Si estáis en Madrid y os interesaría escuchar a Atxaga, tenéis la oportunidad de hacerlo el próximo miércoles 26 a las 19.30 h en Matadero Madrid (para que no me echéis en cara que solo hablo de Bilbao).

A pesar de lo muchísimo que me gustó Obabakoak cuando la leí (hace muchísimos años, aunque no tantos como 25), particularmente me quedo con un relato de ese mismo ciclo, ubicado también en Obaba, que me parece una auténtica preciosidad: Bi anai (Dos hermanos). Si tenéis oportunidad, leedlo… Y si queréis opinar sobre Obabakoak, Bernardo Atxaga o lo que queráis, tenéis los comentarios a vuestra disposición.



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