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‘Sunset Park’ de Paul Auster

Me regalaron este libro por Reyes y lo he disfrutado muchísimo. Creo que 2011 ha empezado muy bien en lo que a lecturas se refiere…

Sunset Park

Portada española del libro

Miles Heller tiene veintiocho años y a los veinte desanudó los lazos que lo unían al mundo que hasta entonces había conocido. Abandonó la universidad, se despidió con nocturnidad y una breve nota de sus padres, dejó Nueva York y nadie ha vuelto a saber nada de él. Desde entonces, ha rodado por lugares y trabajos poco calificados, moviéndose siempre en ese oscuro espacio entre el suelo y el primer peldaño de la escalera laboral y social. Ahora vive en Florida y trabaja para una empresa al servicio de los bancos de la zona que se encarga de vaciar las viviendas de los desahuciados que en plena crisis no pudieron seguir pagando su hipoteca, y las prepara para una nueva venta.

El solitario, hermoso, desolado Miles, además de acarrear bultos y repintar paredes, saca fotos de todas las cosas abandonadas, registra las huellas de esas vidas dispersas para probar que esas familias desaparecidas estuvieron alguna vez allí, que los fantasmas de esa gente que él nunca verá ni conocerá aún están presentes en los objetos abandonados de esas casas ahora vacías. Miles no tiene ambiciones, vive con lo mínimo, mantiene relaciones muy escasas con la gente y con el mundo, y sus únicos lujos son los libros, que compra en ediciones baratas, y la cámara digital con la que documenta a los fantasmas.

Si algo ha logrado en estos siete años, ha sido poder vivir en un presente perpetuo, sin deseos y sin futuro. Y habría seguido así de no haber sido por una chica, Pilar Sánchez. La conoció en un parque cuando ambos estaban leyendo El gran Gatsby. Miles por tercera vez, porque se lo había regalado su padre cuando cumplió dieciséis años. Que es, precisamente, la edad de Pilar, una menor. Y como Miles puede ir a la cárcel por su relación con ella, cuando la feroz, codiciosa hermana de Pilar comienza a chantajearlos, él vuelve a Nueva York para esperar allí la mayoría de edad de la joven. Su vuelta es el retorno al pasado y a sus secretos; a su padre, un brillante editor; a su madre, una actriz implacablemente seductora hasta con su hijo; a su madrastra, una intelectual cuyo juicio no pudo soportar. Pero es también la vuelta al mundo, a la comunidad de Sunset Park y a sus compañeros okupas; a la vida, con todos sus horrores y esplendores.

«Con una trama que va de la guerra en Oriente Medio a la recesión de la economía y los riesgos de la industria editorial, la última novela de Paul Auster destaca por su vitalidad y su actualidad. Y, desde luego, volverá a seducir a sus fans de siempre, pero también atraerá a una multitud de nuevos lectores» (Kirkus Review).

«En tiempos de crisis y cambios abrumadores, Auster nos recuerda las cosas duraderas: el amor, el arte y la «extraña sensación de estar vivo»» (Donna Seaman, Booklist).

La sinopsis de Anagrama parece que cuenta mucho, pero no cuenta nada, se queda muy corta (no hay nada que no podamos leer en las primeras páginas). Pero esta novela es mucho más. Es una novela coral, que, aunque pivota sobre Miles, nos muestra, a veces solo de soslayo, las vidas de Miles, Pilar, Bing, Ellen, Alice, Mary-Lee y Morris (padre editor de Miles por quien el autor parece sentir una especial predilección). Y, en el fondo, lo que hace Auster es lo mismo que metafóricamente hacía Miles con sus fotografías de fantasmas: acercarse a personajes, acabados por el tiempo que les ha tocado vivir, y sacar algunas fotos que, si bien no nos dejan ver todo lo que nos gustaría, sí nos proporcionan la imagen de unas vidas destartaladas.

La prosa de Auster fluye ligera, sin obstáculos. Una lectura fácil, que, sin embargo, nos acerca a una realidad no tan fácil, con la crisis económica mundial como telón de fondo. Los temas de siempre de Auster, fácilmente reconocibles para sus lectores (Nueva York y el béisbol, por ejemplo) se funden aquí con una mirada cercana a la realidad: a la crisis, a las hipotecas, al movimiento PEN American Center y la reivindicación del preso chino Liu Xiaobo, actual premio Nobel de la Paz, a jóvenes preparados pero sin futuro, casi sin presente, anclados en la total desesperanza.

Pero no es, aunque pueda parecerlo, una novela reflexiva, pues no es ese el estilo de Auster. Como ya he apuntado, es una mirada casi fugaz de ciertos hechos que, a modo de puzle, nos componen esta realidad (en la que, repito, Auster no nos sumerge, sino que nos pasa de puntillas; quizá es el único reproche que podemos hacerle). Para mí, esta historia y estos personajes se merecerían más páginas y más hondura. Pero esto es lo que tenemos y yo, al menos, lo he disfrutado mucho.

Mano izquierda

‘Habilidad o astucia para manejarse o resolver situaciones difíciles’. Esto es lo que dice el DRAE que significa la expresión mano izquierda. Una cualidad indispensable para todo buen corrector.

Nuestro trabajo es delicado. En el fondo, nos dedicamos a destacar fallos ajenos y eso, claro está, puede herir muchas susceptibilidades. Es obvio que nuestras correcciones no siempre caen bien. Yo he tenido que oír de todo. Desde pataletas del tipo «me vas a decir tú, niñata, a mí, profesor de universidad, cómo se escribe» a, incluso, rechazos totales de mi trabajo. Están en su derecho de hacer lo que quieran con sus textos, si bien las descalificaciones personales sobran.

Sin embargo, creo que no es el afán de un buen corrector cambiar por cambiar o hacer prevalecer su criterio (aunque a mí me resulta lógico que la opinión de alguien con una formación específica en ese tema tenga un peso mayor, porque, probablemente, está mejor fundamentada). Si se da la vuelta a una frase o se cambia la puntuación, no es para lucimiento del corrector, sino del autor, que es quien, en última instancia, se va a llevar los laureles por ese texto correcto y bien escrito. Somos meros ayudantes: ayudamos a que los textos se lean con facilidad, ayudamos a que la imagen escrita de nuestros clientes sea impecable (o lo más cercana a la «perfección», si es que existe, que sea posible). Y si destacamos fallos, carencias o lagunas, no es por fastidiar ni por hacernos los importantes, sino para que los autores sean conscientes de esos problemas y puedan remediarlos.

Escribir no es fácil. Corregir tampoco lo es. Y presentar las correcciones y explicar por qué algo está mal o por qué es mejor de otro modo requiere un ejercicio (a veces) extraordinario de mano izquierda, una habilidad de lo más aconsejable para un buen corrector. Para que los autores no se vean heridos en su ego. Para no provocar problemas innecesarios de autoestima. Para que los escritores confíen en nosotros, como profesionales, casi como artesanos de la palabra, que buscan lo mejor para ellos.

‘Junto’

Aunque se mezclan y se utilizan casi indistintamente, incluso por muchos profesionales, junto a y junto con no significan lo mismo, así que vamos a ver qué quiere decir cada expresión para emplearlas con propiedad.

Junto a quiere decir ‘al lado’ o ‘cerca’.

La farmacia se encuentra junto a la caja de ahorros (= al lado, cerca).

Junto con significa ‘en compañía de’ o ‘en colaboración con’.

El director presentó la película junto con su protagonista y el productor ejecutivo (= con, en colaboración, en compañía de).

Si bien no queda nada elegante, por la repetición, podríamos, rizando el rizo, combinar ambas expresiones:

El director presentó la película junto con su protagonista, que accedió a posar junto a él.

La diéresis

Pensaba que esta entrada sobraría un poco, por obvia, pero no os imagináis la cantidad de veces que he visto la palabra paraguas escrita con diéresis últimamente. Un auténtico puñetazo al ojo totalmente censurable. Y, por desgracia, también se encuentran con cierta frecuencia casos que deberían llevar la diéresis y no lo hacen…

La diéresis son los dos puntitos que se colocan sobre la letra u en las secuencias güe y güi (exclusivamente, nada de gua) para marcar que se debe pronunciar la u, como en lengüeta o pingüino. Recalco que solamente pasa con la e y la i (no con el resto de vocales). Si no pusiéramos la diéresis en estos casos y dejáramos gue y gui, la nueva secuencia se pronunciaría como en guerrero y guitarra.

La diéresis tiene otro uso, no obligatorio y bastante raro, limitado a textos poéticos, para recalcar que en una secuencia vocálica, cada vocal pertenece a una sílaba distinta. Es importante para el recuento de sílabas a efectos métricos, pero no se requiere fonológicamente. En este caso, la diéresis puede ir sobre cualquier vocal, no necesariamente la u.

Mandar adjuntos pesados por correo electrónico

No sé si a vosotros os habrá sucedido alguna vez que os habéis visto obligados a enviar algo muy pesado por correo electrónico (una presentación en Power Point, por ejemplo) y no habéis podido. Pues os voy a dar algunas soluciones. Siento desviarme un poco del tema habitual del blog (ortotipografía, gramática, ortografía, libros, etc.), pero creo que esto puede resultar realmente útil.

Yo habitualmente utilizo una aplicación que se llama Pando, pero hay otras opciones, como el We Transfer o el ge.tt. Os doy algunos datos de cada una de ellas.

Pando es una pequeña aplicación que nos permite mandar correos electrónicos con adjuntos de hasta 1 GB. Funciona como una red peer-to-peer. Es bastante rápido y la persona que recibe el correo puede empezar a bajarse el adjunto aunque nosotros no lo hayamos subido por completo. Problema del Pando: hay que instalarse la aplicación (es muy pequeña, pero hay que meter cosas en el ordenador). Más información (y la aplicación en sí) en la página oficial de Pando. Por cierto, si el receptor del mensaje no tiene el Pando, se lo puede bajar al momento con el primer adjunto.

Igual que el Pando, pero sin necesidad de instalar nada es el We Transfer. Aplicación en línea, basta con entrar en su página web y mandar el mensaje. Permite enviar hasta 2 GB por correo. No lo he probado personalmente, pero me han asegurado que funciona muy bien. Podéis descubrir todos sus entresijos en su web.

Y, por último, el ge.tt. Es muy parecido al We Transfer: no es necesario instalarse nada, basta con entrar en su web. Se carga el archivo que se quiera enviar y listo. Una ventaja del ge.tt es que permite compartir el archivo en Facebook, Twitter y por correo electrónico. Y, según dice la página, no hay límite de tamaño para el archivo. Sí lo he probado y la única pega que le he encontrado es que me ha parecido un pelín lento (quizá dependa también de lo ocupados que estén en ese momento los servidores).

Las tres aplicaciones dejan un margen suficiente para que dé tiempo a descargarse el adjunto (quince días el Pando y treinta el We Transfer y el ge.tt). Muy fáciles de utilizar, ya no hay excusas para no compartir o enviar por correo electrónico archivos enormes…

Por cierto, tengo que agradecer a JC de Poolga desde aquí el que me haya puesto sobre la pista de We Transfer y ge.tt. Y, hablando de Poolga, un día de estos le dedicaré un artículo a la página, porque si tenéis un iPhone o un iPad os va a gustar…

Títulos de publicaciones

A raíz de una pregunta que alguien me dejó el otro día en Formspring, se me ha ocurrido que podría ser buena idea recordar cómo se escriben los nombres de las publicaciones o los títulos de los libros.

Los nombres de periódicos, diarios, revistas, etc. se escriben en cursiva (por ejemplo, El País, El Mundo, El Correo, Hola, Muy interesante, etc.). También los títulos de los libros van en cursiva, pero no así los nombres de los capítulos o los artículos de cualquier tipo de publicación. Estas partes del todo van entrecomilladas; es decir, el todo lo ponemos en cursiva y la parte, entre comillas.

Esto es importante tenerlo en cuenta, por ejemplo, cuando estamos confeccionando bibliografías.

Insultos

Hoy, domingo, os voy a dejar el enlace a un artículo bastante interesante sobre insultos aparecido hoy en el diario El País.

Siento no estar actualizando el blog como a mí me gustaría, pero estamos preparando cosillas que llevan su trabajo… Espero poder contaros más sobre ello muy pronto.

Noche de Reyes

Espero que hayáis sido muy buenos este año y los Reyes os traigan muchos regalos esta noche. Y si entre los regalos encontráis algún libro, mejor que mejor. 😉

A sacar brillo a los zapatos. ¡Feliz noche de Reyes!

‘Enero’

Se me ha ocurrido que podría ser una buena idea aprovechar los primeros días de cada mes para explicar el origen de su nombre. Así que, empezamos con enero.

Enero nos llega del latín januarius, en concreto de su forma vulgar jenuarius: januarius> jenuarius > enero. Significa ‘mes de Jano’. ¿Y por qué se le dedica al dios Jano el primer mes del año?

Jano era un dios con dos caras que miraban a ambos lados de su perfil. A él se consagraban las puertas, los comienzos y los finales. Precisamente por ser el dios al que se le consagraban los comienzos (la primera cara mira «al inicio»), existía la tradición de invocarle el primer día del mes. Cuando en la Edad Media se pasó del calendario de diez meses al de doce, se decidió que fuera enero el primero del año.

Conviene recordar que los meses del año se escriben en minúscula.

Propósitos

Parece que, en estas fechas, se estila hacer listas con miles de propósitos para el año. Como soy doña Listas, no voy a dejar pasar esta oportunidad, aunque el alcance de mis deseos/intenciones va a ser bastante más reducido, porque me voy a limitar a lo que espero hacer en enero en el blog. Por supuesto, cualquier sugerencia es bienvenida…

—Quiero terminar varias series de artículos inacabadas, como la de corregir archivos en pdf con tableta digitalizadora o la de los guiones (faltan algunos usos todavía).

—Me gustaría mucho presentaros nuevas funcionalidades del blog. Lo malo es que no depende por completo de mí, porque, como ya os he comentado alguna vez, yo no me ocupo de la parte técnica todavía (soy optimista al respecto) y, claro, que las personas que lo llevan saquen el tiempo necesario para ir haciendo todo lo que les voy pidiendo no es fácil. Vaya desde aquí mi agradecimiento por lo mucho que me facilitan mis labores…

—Enlazado con lo anterior, me he empeñado en crear una especie de club de lectura (por cierto, habrá que buscarle un nombre a esta sección: las sugerencias son bienvenidas). Lo tengo todo ya muy organizado. Si vais pensando en algún título que os gustaría leer «en compañía», mejor que mejor. Os iré explicando todo poco a poco cuando pueda estrenar esta parte nueva de la web.

—Quiero daros una sorpresa que tiene relación con el primer año del blog. Estoy dándole vueltas al asunto, a ver cómo puedo hacerlo (sé que, si no digo qué es, tampoco me podéis ayudar a buscar soluciones, pero creo que es mejor así).

—Me quiero empollar la nueva Ortografía de arriba abajo. Por supuesto, habrá artículos sobre los cambios, algunos más interesantes (y que realmente hacen que tengamos que aprender la nueva norma) de los tan publicitados en los medios de comunicación (se me ocurre, por ejemplo, la nueva forma de expresar los porcentajes, que ha dejado de hacerse como era habitual para evitar la excepción en el uso del símbolo).

—Seguiré resolviendo dudas vía Formspring, Twitter, correo electrónico… Ya sabéis que, con vuestra participación, me ayudáis muchísimo.

—Por desgracia (o por suerte, según se mire), no puedo comprometerme a escribir más artículos de los ya habituales. Publicar uno al día supone mucho trabajo (de hecho, pido disculpas por si algún día fallo, porque no os imagináis lo difícil que resulta a veces). Así que, si alguien quiere ayudarme y escribir una reseña de algún libro o si algún valiente conoce alguna curiosidad lingüística que le gustaría compartir, por favor, que se ponga en contacto conmigo por correo electrónico para participar como firma invitada.

Creo que ya os he dicho todo lo que quería contaros (me doy cuenta de que, quizá, he sido un poco ambigua y no muy clara, pero es para no estropear sorpresas). Ya sabéis, si tenéis cualquier sugerencia, hacédmela llegar. Feliz mes de enero a todos…



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