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‘Madrid, te comería a versos’

Está todo el mundo hablando de esto, pero no quería dejar de hacerme eco de una iniciativa que me ha parecido de lo más interesante. Resulta que hace un par de semanas, una amiga de Madrid me envió tres fotos porque, según me dijo, «te van a encantar». Eran frases, minipoemas, pintados sobre los pasos de peatones. En las fotos que recibí, se podían leer estas frases: «Mi más sentido bésame», «No hay mejor skyline que verte tumbada» y «Estás en mi lista de sueños cumplidos». En aquel momento no sabíamos muy bien qué era todo aquello, pero por Twitter se empezó a decir que quizá era una campaña publicitaria de Coca-Cola.

No es eso. Es un proyecto de un colectivo de artistas llamado Boa Mistura. Se titula Madrid, te comería a versos y, la verdad, desde aquí invito a alguien a que haga un Bilbao, te comería a versos. Me encantaría.

Las fotos las he sacado de la web de Boa Mistura, donde, además, podéis encontrar un vídeo de cómo han hecho todo y un mapa con todas las frases marcadas. Por cierto, ojo a las frases, que algunas son muy buenas…

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‘Duerme menos y sueña más’

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‘Lo mejor no ha pasado…’

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‘Fuimos a hacer el amor…’

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‘Me sentí astronauta perdido en tus lunares’

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Granite & Rainbow 28

Ayer salió, por fin, Granite & Rainbow (lo que se han hecho de rogar esta vez). El tema central de este número es el sexo, y hablan de Angela Carter, Henry Miller, Marguerite Duras, Guillaume Apollinaire, Milan Kundera, Isaac Rosa o Charles Bukowski, entre otros autores. Os dejo el enlace en el que podéis conseguir el pdf. Es el último número de 2014, yo no me lo perdería.

Granite & Rainbow 28

Comentarios

Me siento un poco incómoda escribiendo esta entrada, pero creo que es necesario para poner las cosas en su sitio después de un problema que ha surgido con alguien que comenta en el blog.

En prácticamente todas las entradas que publico hay una invitación al final para que me dejéis vuestros comentarios. Para mí son muy importantes (probablemente más de lo que pensáis): alguien se ha tomado la molestia de entrar en mi blog, leer una entrada y dedicar un tiempo a mostrarme que esa publicación le ha gustado o que no le ha gustado o que cuenta conmigo para que le resuelva alguna duda o, sencillamente, es alguien que me quiere saludar. Es como si os invitara a una fiesta en mi casa y, además de venir y llenarme la sala de gente, algunos me trajerais un regalo. No os podéis imaginar la ilusión que me hacen los comentarios. Muchísima. Y los agradezco infinito. Por eso procuro contestarlos todos, porque me siento tremendamente agradecida de que estéis y de que participéis en esta locura mía.

Pero en la fiesta no todo va como la seda. Hace un tiempo, alguien se empeñó en torpedearla y sabotearla. Personalmente consideraba sus comentarios totalmente inapropiados. Llegué a sentirme insultada por ellos. Y todo pasó el límite cuando otras personas que habían entrado a comentar se sintieron asimismo insultadas por esta persona. Así que le hice una amable invitación a que abandonara la fiesta, a que se fuera de mi casa (porque, a pesar de lo que él decía, esto es mi casa y este espacio de internet sale de mi bolsillo; lo pago muy gustosamente, es cierto, pero que quede claro que esto es mío). Le pedí por favor que no volviera a comentar en el blog. No me hizo caso, así que borré todos los comentarios que esa persona iba dejando hasta que se cansó. Y me sentí fatal. ¿Era censura? En cierta forma sí, pero no podía dejar que los demás se sintieran mal. Creo que fue la decisión acertada.

Dos años y pico después, esta persona ha vuelto a dejar comentarios. Y, como no me parece que tiene respeto por los lectores al comentar lo que le da la gana donde le viene en gana, he vuelto a borrar comentarios suyos. Y cuando le dije que no me gustaba lo que estaba haciendo, me sentí tremendamente insultada por el tono de su réplica. Le he vuelto a pedir que no vuelva a comentar. Y, esta vez, he metido todos sus datos en la lista negra: cuando el filtro los detecte le va a impedir publicar nada.

Como me imagino que te estarás dando por aludido, me dirijo a ti directamente: no vuelvas, por favor, a intentar comentar. No vas a poder. Y si, por casualidad, los filtros fallaran, que sepas que voy a borrar personalmente todo lo que intentes publicar. Porque tú te creerás muy gracioso y serás muy tolerante, pero yo no tolero ciertas faltas de respeto hacia mí en mi propia casa. Así que te agradezco (y te pido por favor) que no vuelvas a intentar comentar. Casi estaría más tranquila si supiera que ni siquiera entras en el blog, pero eso no puedo controlarlo, como tú comprenderás.

A los demás os quiero pedir perdón por esto. Va a ser la última vez que trate este tema en público (ya sabéis, don’t feed the troll). Y, por supuesto, vosotros estáis más que invitados a comentar. De hecho, ahora ya sabéis que me hace mucha ilusión recibir vuestros comentarios. Ahí lo dejo. 😉

Unamuno: 150 años

Hoy se celebra el 150.º aniversario del nacimiento de Miguel de Unamuno. Quienes sigáis el blog desde hace tiempo seguro que ya sabéis que es uno de mis escritores favoritos, al que acudo, leo y releo con mucha frecuencia.

Confieso que me costó que me gustara Unamuno. Empecé a leer sus obras en la adolescencia, y me temo que no las leí como debía. Y ahora me pregunto a menudo cómo es posible que no me gustaran Niebla o San Manuel Bueno, mártir la primera vez que las leí. Me resulta insólito. Tuvieron que pasar unos cuantos años (tampoco demasiados) para que empezara a disfrutar y a apreciar la obra de Unamuno en su justa medida. Y Unamuno es enorme, con sus luchas internas razón-corazón que tanto juego y calado proporcionan a su escritura.

Os invito desde aquí a leer a don Miguel. Desde su poesía, con gran influencia de Whitman, hasta sus ensayos más filosóficos (Del sentimiento trágico de la vida, por ejemplo). Y sus novelas, por supuesto. Yo me quedo, además de con las que ya he mencionado, que me resultan imprescindibles, con Amor y pedagogía, una tragedia disfrazada de comedia que es muy importante para mí.

De verdad, retomad a Unamuno. Y contadme en los comentarios qué os parece. ¿Conocéis su obra? ¿Lo leéis y releéis como yo?

Por cierto, acabo de ver un vídeo sobre el Bilbao de Unamuno que os enlazo como curiosidad (encima era de Bilbao, ¿qué más se puede pedir?). 😉

¡Respiro!

Supongo que más de uno se estará preguntando a ver dónde me he metido, que llevo demasiado tiempo sin publicar nada (ha sido el mayor lapso sin actualizaciones del blog). Os prometo que no era lo planeado cuando a finales de julio dije que daba vacaciones al blog. Y digo bien, daba vacaciones al blog, porque pensaba que yo me iba a quedar sin días libres este año.

Al final no ha sido así. Metí el turbo y pude cogerme unos días a finales de agosto (lo malo es que no he podido escaparme a ningún sitio, pero bueno, a ver si este otoño). Y esos días se están alargando y sigo en plan perezoso y vacacional hasta nuevo aviso. Y no estoy encendiendo el ordenador, por lo que no hay actualizaciones en el blog de momento (pensaba haber vuelto ya para estas fechas, prácticamente a la vez que vosotros, que, por el número de visitas, sé que estáis casi todos al pie del cañón otra vez). Eso sí, os adelanto que este verano he leído mucho y cosas interesantísimas, así que poco a poco irán llegando reseñas. Y tengo alguna que otra idea de asuntos de corrección y etimología sobre los que también voy a escribir. Pero, poco a poco. No sé si será a partir de esta semana, la que viene o la siguiente. Sobre la marcha.

Nada más. Solo quería saludaros y deciros que volveré prontito. Si tenéis algún tema que queréis que trate, apuntadlo en los comentarios (y se hará lo que se pueda). Nos leemos enseguida otra vez. ¡Saludos a todos!

Vacaciones

He decidido que le voy a dar unos (cuantos) días de vacaciones al blog. En estas fechas hay muy poco movimiento por aquí (las visitas bajan muchísimo), así que creo que es mejor parar una temporada para descansar todos un poco. No sé exactamente cuándo volveré a publicar, sobre la marcha. Eso sí, os deseo a todos muy buenas vacaciones. Y, si podéis, leed mucho y bien, y me contáis a la vuelta… ¡Feliz verano a todos! 🙂

Reflexiones (XLII)

«Los libros son peligrosos. Los buenos deberían llevar una etiqueta: «Esto podría cambiar tu vida»».

Helen Exley
Escritora

Reflexiones (XLI)

«Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño…».

«La gente que me gusta»
Mario Benedetti
(1920-2009)
Escritor y poeta uruguayo

Blog Hop Project: así escribo mi blog

Que conste en acta que la «culpa» de esta entrada la tienen el señor Santi Pérez Isasi y su blog, Como un libro abierto. Y, más concretamente, esto. Para quienes no conozcáis a Santi, su blog es uno de los imprescindibles, lo sigo desde hace años y aún consigue sorprenderme (el blog-culebrón que está publicando ahora me tiene enganchada). Y, además, como por aquí hablo mucho de los chicos de ULAD (Un libro al día), que sepáis que Santi es el alma de ese proyecto y quien pone un poco de orden en esa panda que se dedica a leer y reseñar como loca…

Hechas las presentaciones, toca contar de qué va el Blog Hop Project. Básicamente, tengo que responder a cuatro preguntas sobre mi forma de escribir el blog. Y, después, invitar a otros blogs a hacer lo mismo (aunque yo he decidido liar solo a una persona). Pues allá vamos.

¿Qué estoy escribiendo actualmente?

La verdad es que últimamente estoy escribiendo poco para este blog. Podría esgrimir un montón de razones: mucho lío de trabajo (hasta arriba y un poco más), poca lectura (lo que conlleva pocas entradas sobre libros), más vida social… pero no estaría siendo del todo sincera. Si estoy escribiendo menos por aquí es porque estoy gestando un nuevo blog (totalmente personal, para hablar sobre lo que yo quiera sin centrarme en un tema en concreto, porque en este blog me marco muy pocos off topics y, la verdad, mi vida no solo son libros aunque lo parezca). Y perfilar cómo va a ser, cómo van a ser las entradas, cómo quiero enfocar determinadas cosas, el diseño… está consumiendo las pocas neuronas que me quedan vivas a estas alturas de año (¡quiero vacaciones!). Y como no es algo que quiero vincular a este blog ni que se sepa que yo, Mónica Basterrechea, estoy detrás del asunto, aquí se acaban las explicaciones (pero que sepáis que, básicamente, lo que estoy escribiendo últimamente es para el nuevo blog). También tengo dos libretas llenas de anotaciones para otras historias…

Centrándome en este blog, sigo en mi línea. Tengo un par de reseñas pendientes, tengo a medias alguna entrada de la serie sobre leísmo que empecé y que, por problemas personales, dejé medio abandonada (pero la acabaré), tengo un esquema de una entrada sobre escritores y redes sociales, me gustaría hablar sobre la voz pasiva (que me trae por la calle de la amargura últimamente), no sé, siempre hay cosillas en la recámara. A ver si este verano leo más y puedo hablar más de libros. Y estaría genial que me enviaseis categorías para montar un nuevo reto de los 30 libros en noviembre (tendría que empezar a organizarlo ya, así que, por favor, dejad alguna categoría en los comentarios, que los retos son lo más divertido del blog).

¿En qué difiere mi escritura de la de otros que desarrollan el mismo género?

No tengo ni idea. La gente que me conoce bien dice que este blog es «muy Mónica». Sí, puede que sea «muy yo». Y me expreso como y sobre lo que me apetece cada vez. A veces me pongo más seria, otras soy más informal… No quiero que esto suene narcisista, porque no van por ahí los tiros, pero creo que lo que diferencia a este blog de otros precisamente soy yo, para bien y para mal. Aquí se reflejan mis intereses, mis formas de hacer y de ser, mi manera de tratar con la gente, mis ganas de divertirme con lo que hago, mis preocupaciones y quejas (también, lo sé, me quejo mucho de todo). Una vez alguien me dijo que tengo una voz (narrativa) muy marcada, producto, quizá, de una personalidad también muy marcada. No sé si es cierto. Pero, como me he acordado de este comentario, lo suelto, por si cuela (ya me diréis si creéis que es acertado o no; yo discrepo un poco).

¿Por qué escribo lo que escribo?

No lo sé. Si me centro en este blog, puede haber muchos motivos. Normalmente, cuando ahora escribo entradas sobre corrección es porque me han preguntado sobre ello (o porque veo que entra mucha gente al blog buscando la solución a tal o cual duda). Las de libros, según voy leyendo cosas que creo que merecen la pena. En los últimos meses he escrito varias entradas sobre etimología: es mi debilidad, me encanta, eso lo hago porque me apetece a mí (aunque me han dicho varias veces que esas entradas son interesantes). Y se me está ocurriendo que nunca he escrito sobre antroponimia, esto es, los nombres propios de persona (qué nombres jamás pondría a mis hijos por su etimología, por ejemplo); en este tema hay un filón, no sé si me dará por ahí en algún momento. Hay temas que me dan mucha pereza, lo reconozco. Normalmente escribo sobre lo que me apetece. Y pensar sobre qué escribir no siempre me es sencillo (así que agradezco ayuditas).

Si hablo sobre el resto de mis «escrituras»: porque me apetece, por sentirme más libre, por desahogarme, como terapia, por necesidad, por diversión…

¿Cómo es mi proceso de escritura?

No hay reglas fijas. Últimamente escribir me sirve de «descanso» entre capítulo y capítulo de novela de trabajo (ahora mismo según escribo estas líneas sin ir más lejos). Pero no sé decir cómo (ni cuándo) escribo. Por ejemplo, con respecto al cuándo, suelo escribir mucho a última hora de la noche (a horas bastante intempestivas; dejémoslo en que llevo una temporada en que no duermo mucho) o a primera de la mañana, que suelo estar de lo más inspirada. Se me suelen ocurrir ideas en mis paseos por la playa o el monte, que suelo dar a última hora de la tarde o a primera de la mañana. Vuelvo y me pongo a escribir lo que sea. Las ideas para nuevas entradas las voy apuntando en lo que yo llamo mi «cuaderno caótico»: es un batiburrillo de cosas, desde lo que tengo que hacer un día concreto, a números de teléfono, la lista de la compra, el título de no sé qué peli que me han recomendado… Caos total (pero yo lo encuentro todo). A lo que iba: apunto las ideas en mi cuaderno caótico y, cuando abro WordPress (aunque a mucha gente no le gusta, yo escribo directamente en WordPress), de todo lo que tengo ahí señalado, elijo lo que más me apetece ese día y me pongo a escribir. A menudo dejo entradas a medias o escribo varias a la vez. Y reescribo y corrijo muchísimo. Como veis, todo sin orden ni concierto. Como yo. Soy una tía bastante desastre, para qué decir lo contrario… 😉

Y, una vez contestadas las cuatro preguntas, me toca presentaros a la persona a la que he liado para que las desarrolle la semana que viene en su blog (y que se ha mostrado en todo momento muy amable a la hora de colaborar); es Patricia Millán.

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Patricia Millán

Patricia es la autora de Relatos en construcción. Es un blog en el que caben cosas muy diversas, desde reseñas de libros, hasta curiosidades sobre, por ejemplo, los mercadillos de Bilbao o cursillos de encuadernación, pasando, y esto es muy importante, por sus propios relatos. Os invito desde aquí a visitarlo ¡y a seguirlo, que es de lo más interesante! Y también os recomiendo que sigáis a Patricia en Twitter (@patmimo). Porque el Twitter de Patricia es otra joya y, aparte de avisarnos siempre que actualiza el blog, retuitea muchísimos artículos que va recogiendo de otros (y desde aquí le agradezco que retuitee tantas entradas de este). Si os preocupa la productividad, que sepáis que Patricia es vuestra mujer; y además habla de las pelis que ve en el cine, de sus escapadas, de lo que está leyendo… e interactúa muchísimo con los demás tuiteros (que es lo genial de Twitter, hablar con la gente). ¡Ah! Y se me olvidaba, muy importante: es de Bilbao (con eso queda todo dicho). Y, aunque es de Bilbao, y sabemos que hemos coincidido en alguna charla alguna vez, no nos conocemos en persona (aunque estoy deseando coincidir con ella en alguno de esos cursos de encuadernación a los que ella suele ir). No me enrollo más: echadle un vistazo al blog de Patricia y seguidla en Twitter, que no os vais a arrepentir. Y, la semana que viene, supongo, colgará sus respuestas. ¡Gracias de nuevo, Patricia, por acceder!

Y a los demás os digo que, como siempre, tenéis los comentarios abiertos… ¡Feliz semana y que no se os haga muy cuesta arriba el lunes!

Los Tumblr de El Hematocrítico

Confieso que llevo toda la mañana muerta de la risa a cuenta de cierto Tumblr. Lo he comentado con mis amigos por Whatsapp y también en Twitter. Y, aunque no es el tema del blog, no me resisto a compartir las carcajadas con vosotros, que además es viernes (y, al menos yo, que he tenido una semana muy dura en muchos sentidos, necesito esta sesión de risas). 😉

Os cuento. Supongo que, si estáis metidillos en Twitter, conoceréis a El Hematocrítico, un personaje genial; fue, por ejemplo, el que empezó a llamar «tróspidos» a los participantes de cierto concurso de la tele (creo que fue ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, aunque luego ha habido tantos programas tróspidos que me pierdo, y eso que me los trago todos porque hasta los vamos comentando por Whatsapp —y os sorprendería mucho si os diera nombres de gente con la que he comentado estos programas en petit comité—; como dice una amiga mía: «No se puede ir de cultureta todo el tiempo»). Pues El Hematocrítico tiene varios Tumblr. A cada cual mejor…

En El Hematocrítico de arte pone títulos a cuadros. Algunos son tronchantes. Y las traducciones a italiano, francés… delirantes. Muy recomendable.

Más divertido aún, al menos para mí, es Drama en el portal: son las típicas notas que aparecen a veces en los portales para llamar la atención a algún vecino. Os prometo que no tienen desperdicio (¡y son todas reales!).

Y ya, lo más de lo más, su último Tumblr (el que ha sido objeto de tantas risas esta mañana). Se llama A-cero Azul. Por favor, visitadlo. Y si lloráis de la risa, luego me lo contáis. Él explica perfectamente lo que hace al comienzo, pero os lo cuento yo también. Coge una foto del blog de moda de cierto arquitecto muy «famoso» en que este esté posando con su look del día como cualquier egoblogger que se precie, y le pone un título al conjunto. Atentos a «CalippoMan vuelve al cole», «Toma moreno», «Me he metido en una piscina hasta el ombligo», «Listo para la abducción», «Primavera en las pelotas», «Di NO a la circulación de las piernas» y demás… Brutal (por lo cruel). Y que conste que, para mí, la chispa está en los títulos, no en las fotos…

¡Hala, pues a reírse todo el mundo! ¡Feliz fin de semana!



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