Que conste en acta que la «culpa» de esta entrada la tienen el señor Santi Pérez Isasi y su blog, Como un libro abierto. Y, más concretamente, esto. Para quienes no conozcáis a Santi, su blog es uno de los imprescindibles, lo sigo desde hace años y aún consigue sorprenderme (el blog-culebrón que está publicando ahora me tiene enganchada). Y, además, como por aquí hablo mucho de los chicos de ULAD (Un libro al día), que sepáis que Santi es el alma de ese proyecto y quien pone un poco de orden en esa panda que se dedica a leer y reseñar como loca…
Hechas las presentaciones, toca contar de qué va el Blog Hop Project. Básicamente, tengo que responder a cuatro preguntas sobre mi forma de escribir el blog. Y, después, invitar a otros blogs a hacer lo mismo (aunque yo he decidido liar solo a una persona). Pues allá vamos.
¿Qué estoy escribiendo actualmente?
La verdad es que últimamente estoy escribiendo poco para este blog. Podría esgrimir un montón de razones: mucho lío de trabajo (hasta arriba y un poco más), poca lectura (lo que conlleva pocas entradas sobre libros), más vida social… pero no estaría siendo del todo sincera. Si estoy escribiendo menos por aquí es porque estoy gestando un nuevo blog (totalmente personal, para hablar sobre lo que yo quiera sin centrarme en un tema en concreto, porque en este blog me marco muy pocos off topics y, la verdad, mi vida no solo son libros aunque lo parezca). Y perfilar cómo va a ser, cómo van a ser las entradas, cómo quiero enfocar determinadas cosas, el diseño… está consumiendo las pocas neuronas que me quedan vivas a estas alturas de año (¡quiero vacaciones!). Y como no es algo que quiero vincular a este blog ni que se sepa que yo, Mónica Basterrechea, estoy detrás del asunto, aquí se acaban las explicaciones (pero que sepáis que, básicamente, lo que estoy escribiendo últimamente es para el nuevo blog). También tengo dos libretas llenas de anotaciones para otras historias…
Centrándome en este blog, sigo en mi línea. Tengo un par de reseñas pendientes, tengo a medias alguna entrada de la serie sobre leísmo que empecé y que, por problemas personales, dejé medio abandonada (pero la acabaré), tengo un esquema de una entrada sobre escritores y redes sociales, me gustaría hablar sobre la voz pasiva (que me trae por la calle de la amargura últimamente), no sé, siempre hay cosillas en la recámara. A ver si este verano leo más y puedo hablar más de libros. Y estaría genial que me enviaseis categorías para montar un nuevo reto de los 30 libros en noviembre (tendría que empezar a organizarlo ya, así que, por favor, dejad alguna categoría en los comentarios, que los retos son lo más divertido del blog).
¿En qué difiere mi escritura de la de otros que desarrollan el mismo género?
No tengo ni idea. La gente que me conoce bien dice que este blog es «muy Mónica». Sí, puede que sea «muy yo». Y me expreso como y sobre lo que me apetece cada vez. A veces me pongo más seria, otras soy más informal… No quiero que esto suene narcisista, porque no van por ahí los tiros, pero creo que lo que diferencia a este blog de otros precisamente soy yo, para bien y para mal. Aquí se reflejan mis intereses, mis formas de hacer y de ser, mi manera de tratar con la gente, mis ganas de divertirme con lo que hago, mis preocupaciones y quejas (también, lo sé, me quejo mucho de todo). Una vez alguien me dijo que tengo una voz (narrativa) muy marcada, producto, quizá, de una personalidad también muy marcada. No sé si es cierto. Pero, como me he acordado de este comentario, lo suelto, por si cuela (ya me diréis si creéis que es acertado o no; yo discrepo un poco).
¿Por qué escribo lo que escribo?
No lo sé. Si me centro en este blog, puede haber muchos motivos. Normalmente, cuando ahora escribo entradas sobre corrección es porque me han preguntado sobre ello (o porque veo que entra mucha gente al blog buscando la solución a tal o cual duda). Las de libros, según voy leyendo cosas que creo que merecen la pena. En los últimos meses he escrito varias entradas sobre etimología: es mi debilidad, me encanta, eso lo hago porque me apetece a mí (aunque me han dicho varias veces que esas entradas son interesantes). Y se me está ocurriendo que nunca he escrito sobre antroponimia, esto es, los nombres propios de persona (qué nombres jamás pondría a mis hijos por su etimología, por ejemplo); en este tema hay un filón, no sé si me dará por ahí en algún momento. Hay temas que me dan mucha pereza, lo reconozco. Normalmente escribo sobre lo que me apetece. Y pensar sobre qué escribir no siempre me es sencillo (así que agradezco ayuditas).
Si hablo sobre el resto de mis «escrituras»: porque me apetece, por sentirme más libre, por desahogarme, como terapia, por necesidad, por diversión…
¿Cómo es mi proceso de escritura?
No hay reglas fijas. Últimamente escribir me sirve de «descanso» entre capítulo y capítulo de novela de trabajo (ahora mismo según escribo estas líneas sin ir más lejos). Pero no sé decir cómo (ni cuándo) escribo. Por ejemplo, con respecto al cuándo, suelo escribir mucho a última hora de la noche (a horas bastante intempestivas; dejémoslo en que llevo una temporada en que no duermo mucho) o a primera de la mañana, que suelo estar de lo más inspirada. Se me suelen ocurrir ideas en mis paseos por la playa o el monte, que suelo dar a última hora de la tarde o a primera de la mañana. Vuelvo y me pongo a escribir lo que sea. Las ideas para nuevas entradas las voy apuntando en lo que yo llamo mi «cuaderno caótico»: es un batiburrillo de cosas, desde lo que tengo que hacer un día concreto, a números de teléfono, la lista de la compra, el título de no sé qué peli que me han recomendado… Caos total (pero yo lo encuentro todo). A lo que iba: apunto las ideas en mi cuaderno caótico y, cuando abro WordPress (aunque a mucha gente no le gusta, yo escribo directamente en WordPress), de todo lo que tengo ahí señalado, elijo lo que más me apetece ese día y me pongo a escribir. A menudo dejo entradas a medias o escribo varias a la vez. Y reescribo y corrijo muchísimo. Como veis, todo sin orden ni concierto. Como yo. Soy una tía bastante desastre, para qué decir lo contrario… 😉
Y, una vez contestadas las cuatro preguntas, me toca presentaros a la persona a la que he liado para que las desarrolle la semana que viene en su blog (y que se ha mostrado en todo momento muy amable a la hora de colaborar); es Patricia Millán.
Patricia Millán
Patricia es la autora de Relatos en construcción. Es un blog en el que caben cosas muy diversas, desde reseñas de libros, hasta curiosidades sobre, por ejemplo, los mercadillos de Bilbao o cursillos de encuadernación, pasando, y esto es muy importante, por sus propios relatos. Os invito desde aquí a visitarlo ¡y a seguirlo, que es de lo más interesante! Y también os recomiendo que sigáis a Patricia en Twitter (@patmimo). Porque el Twitter de Patricia es otra joya y, aparte de avisarnos siempre que actualiza el blog, retuitea muchísimos artículos que va recogiendo de otros (y desde aquí le agradezco que retuitee tantas entradas de este). Si os preocupa la productividad, que sepáis que Patricia es vuestra mujer; y además habla de las pelis que ve en el cine, de sus escapadas, de lo que está leyendo… e interactúa muchísimo con los demás tuiteros (que es lo genial de Twitter, hablar con la gente). ¡Ah! Y se me olvidaba, muy importante: es de Bilbao (con eso queda todo dicho). Y, aunque es de Bilbao, y sabemos que hemos coincidido en alguna charla alguna vez, no nos conocemos en persona (aunque estoy deseando coincidir con ella en alguno de esos cursos de encuadernación a los que ella suele ir). No me enrollo más: echadle un vistazo al blog de Patricia y seguidla en Twitter, que no os vais a arrepentir. Y, la semana que viene, supongo, colgará sus respuestas. ¡Gracias de nuevo, Patricia, por acceder!
Y a los demás os digo que, como siempre, tenéis los comentarios abiertos… ¡Feliz semana y que no se os haga muy cuesta arriba el lunes!