Entradas archivadas en Léxico

‘A día de hoy’

¿Os suena bien la expresión a día de hoy? Muchos diréis que sí; de hecho, es relativamente fácil encontrarla en textos «cultos». No obstante, su uso no está recomendado en castellano.

La expresión a día de hoy, es un galicismo; es la traducción literal del aujourd’hui (‘hoy’) francés y no deberíamos emplearla porque tenemos propuestas para expresar exactamente lo mismo mucho más apropiadas. Os cito unas cuantas, así tenéis para elegir: hoy, en el día de hoy, ahora, hoy por hoy, hoy en día, hasta hoy, hasta el momento… Desde luego, no será por falta de alternativas.

Ratio

No recuerdo, porque han sido muchas, la cantidad de discusiones que he tenido por corregir esta palabra en textos de empresa y científicos. Ratio, palabra muy empleada, pero no del todo bien.

Ratio, a pesar de usarse mucho en masculino, es un sustantivo femenino (de hecho, si siguiéramos la evolución fonética nos lleva a razón) y debe, por lo tanto, emplearse en femenino a pesar de que acabe en o (que parece ser la causa de este uso incorrecto).

Los ratios de crecimiento en las ventas dan lugar a un moderado optimismo. ×
Las ratios de crecimiento en las ventas dan lugar a un moderado optimismo.  

‘Febrero’

El pasado mes de enero comencé una nueva serie de artículos que va a durar todo el año. Quería explicar, a comienzos de cada mes, la etimología de su nombre. Lo hice en enero y, este mes, entre unas cosas y otras, me he retrasado un poco (un poco más y llega marzo). Pero aquí está la entrada correspondiente a febrero.

Febrero viene de februarius, es decir, ‘el de la februa‘. ¿Y qué era la februa? La februa era una tira de cuero con la que los sabinos se azotaban en los rituales de las Lupercales, que perseguían la purificación y se celebraban el 15 de febrero (y de ahí que el mes tomara el nombre). Februa, en la mitología etrusca, era el dios de la muerte y la purificación; los romanos más tarde adoptaron estas festividades. Con estos rituales, además de purificarse, se aumentaba la fertilidad de las mujeres y se facilitaban los partos. Febrero es, por tanto, el mes de las purificaciones.

Februarium > febrarium > febrero


Estados Unidos

Como siempre la veo mal escrita, he decidido dedicar una entrada a la abreviatura correcta para Estados Unidos. Es EE. UU.

En realidad, son dos abreviaturas. En primer lugar, se abrevia Estados, que, como es plural, se hace duplicando la letra e: EE. Después, punto (por ser abreviatura). Luego, el espacio que escribimos normalmente en Estados Unidos entre las dos palabras. Y, por último, la abreviatura de Unidos; al ser plural, se duplica, como pasaba con Estados. En resumen: EE. UU.

Existe también la sigla (que no abreviatura) EUA, sin puntos y todo junto, que sería el equivalente de USA (cuyo uso está censurado por ser inglés) y que no se emplea tanto como la abreviatura.

Así que, a partir de ahora, EE. UU.

Editorial

Es frecuente ver la confusión entre una editorial y un editorial, cuando son cosas distintas. Vamos a escribir un truquito para diferenciar ambos casos.

Un artículo (masculino) de opinión es un editorial (masculino).
Una casa (femenino) de publicaciones es una editorial (femenino).

Así, no confundiremos frases como las siguientes:

El periódico publicó un editorial (= un artículo) sobre la reforma de las pensiones.
Esa escritora ha publicado una novela con una editorial
(= una casa editora) madrileña.

Podéis comprobar las distintas definiciones en la entrada editorial del DRAE.

‘Actually’ ≠ ‘actualmente’

Hoy vamos con otro falso amigo, uno que produce muchísimas confusiones. Se trata de actually.

Aunque al leerlo podemos caer en la tentación de traducirlo por ‘actualmente’, actually significa ‘realmente, de verdad, a decir verdad’. Si quisiéramos expresar la palabra actualmente en inglés, deberíamos emplear el término currently.

She actually thinks he’s stupid.
Ella en realidad cree que él es estúpido.
Ella actualmente cree que él es estúpido.  ×
(Falso amigo)

Este producto no se encuentra disponible actualmente.
This product is not currently available.
This product is not actually available. ×
(Falso amigo)

Galletas maría

Cuando le comenté a mi hermano el otro día que, mientras desayunaba, se me había ocurrido escribir una entrada sobre galletas, me dijo que me estoy empezando a obsesionar un poco con el blog. Pero me pareció que el tema podía tener su intríngulis, así que, aquí lo tenéis.

Aunque soy más de pan tostado, últimamente he variado mi desayuno habitual y me ha dado por las galletas, en concreto, las galletas maría. Y entonces, un día me da por pensar, mientras las mojo en leche, en cómo se escribe ese maría y por qué, y de dónde viene el nombre. Y, una vez descubierto todo esto, lo comparto aquí con todo el mundo… ¡Lo que da de sí un buen desayuno!

Galleta maría

Galletas maría

Las galletas maría son una creación del repostero inglés Peek Freans, quien las elaboró por primera vez en 1874 para conmemorar la boda entre la gran duquesa María Alexandrovna de Rusia y Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha, duque de Edimburgo. Se hizo rápidamente muy popular por toda Europa, especialmente en España y Portugal. Curioso que un dulce con un origen tan aristocrático haya evolucionado a algo tan común y cotidiano…

Por supuesto, el nombre de la galleta viene del nombre de la novia, la gran duquesa María. Sin embargo, y aunque provenga de un nombre propio, en la expresión que nos ocupa maría se escribe en minúscula.

Realmente, los nombres de alimentos, platos elaborados, cócteles, etc. se escriben con minúscula (paella marinera), aunque si la denominación incluye algún nombre propio, este conserva la mayúscula (tarta de Santiago). No obstante, cuando el nombre pasa a designar por sí solo ese plato o la bebida en cuestión, se escribe con minúscula (macedonia, magdalena, bloody mary).

Precisamente eso es lo que ha pasado con las galletas maría, cuyo nombre se ha lexicalizado (se ha vuelto «común») y ahora podemos hablar de marías, en minúscula y plural, para referirnos a ellas sin problemas.

Tomó para merendar cuatro marías mojadas en café.
La base de la tarta se elabora a base de galletas maría machacadas mezcladas con mantequilla.
Tiene antojo de tomar una (galleta) maría con leche condensada.

Los templarios

Tengo estos días entre manos un libro sobre batallas medievales que me está trayendo por la calle de la amargura. La traducción no está muy bien y me las estoy viendo y deseando para que quede algo decente. Lo «bueno» es que me han surgido algunas dudas sobre aspectos lingüísticos que he podido resolver y hoy os voy a hablar de una de ellas.

¿Cómo se escriben los nombres de las órdenes militares religiosas? ¿Se debe escribir los templarios o los Templarios? ¿Hay que usar la mayúscula al hablar del Temple o dejarlo en minúscula, temple? ¿El sustantivo orden va en mayúscula o minúscula? Pues vamos por partes…

1) Nombres de las órdenes: se escriben con mayúscula todos los sustantivos y adjetivos que formen parte de él.

La Orden del Hospital de San Juan fue fundada originalmente para cuidar de los peregrinos.
Los caballeros de la Orden del Temple
usaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada.

2) Nombre «abreviado» especificativo de las órdenes: se escriben con mayúscula inicial.

Los caballeros del Temple usaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada.

3) Sustantivo orden: se utiliza la mayúscula cuando forma parte del nombre de la orden, pero no para referencias genéricas (en esos casos va en minúscula).

El último gran maestre de la orden (templaria) fue fray Jacques de Molay.

4) Nombres derivados de los miembros de la orden: se escriben en minúscula.

El último gran maestre de los templarios fue fray Jacques de Molay.
Los caballeros teutones
sufrieron una terrible derrota en la batalla de Tannenberg.
Los hospitalarios,
en un principio, cuidaban de los peregrinos.

Estas normas no solo se aplican a las órdenes religioso-militares, sino a cualquier tipo de orden religiosa. Así, hablaremos de los jesuitas (con minúscula), nos referiremos genéricamente a la orden jesuita (en minúscula), pero escribiremos en mayúscula el nombre «oficial» de la orden, esto es, Compañía de Jesús (que es como se llama realmente esta en concreto).

‘Enero’

Se me ha ocurrido que podría ser una buena idea aprovechar los primeros días de cada mes para explicar el origen de su nombre. Así que, empezamos con enero.

Enero nos llega del latín januarius, en concreto de su forma vulgar jenuarius: januarius> jenuarius > enero. Significa ‘mes de Jano’. ¿Y por qué se le dedica al dios Jano el primer mes del año?

Jano era un dios con dos caras que miraban a ambos lados de su perfil. A él se consagraban las puertas, los comienzos y los finales. Precisamente por ser el dios al que se le consagraban los comienzos (la primera cara mira «al inicio»), existía la tradición de invocarle el primer día del mes. Cuando en la Edad Media se pasó del calendario de diez meses al de doce, se decidió que fuera enero el primero del año.

Conviene recordar que los meses del año se escriben en minúscula.

¿Se escribe ‘Navidad’ o ‘navidad’?

Había pensado escribir sobre esto y, además, me lo preguntaron también en Formspring el otro día. Navidad, ¿con mayúscula o minúscula? Antes de contestar, por si acaso y para no meter la pata, quería consultar la nueva Ortografía de la RAE, porque podía haber cambios al respecto. Y, por fin, ya puedo dar una respuesta que no esté desfasada (aunque, al menos esto, no ha cambiado).

Navidad va en mayúscula, por ser el nombre propio de una festividad religiosa. Escribiremos, por tanto, «feliz Navidad».



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