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El curioso caso del verbo ‘enervar’

María me enerva…

Probablemente, al leer la frase anterior, casi todos habréis colegido que María me saca de quicio y me pone nerviosa. ¿Y si os dijera que lo que yo quería decir es que me debilita y me quita las fuerzas o, incluso, que me relaja? ¿Pensaríais que me he equivocado al elegir el verbo?

El verbo enervar es bastante curioso en cuanto a su significación. Originalmente, en su sentido etimológico, enervar significa ‘debilitar’ o ‘relajar’:

Se quedó tumbado, tranquilo y enervado (= relajado).

Este significado sigue vigente. Sin embargo, en el siglo xix, se introdujo una nueva acepción a través del francés, la de ‘excitar’ o ‘irritar’, que es la que se utiliza ahora con mayor frecuencia.

No puedo evitarlo, su actitud chulesca me enerva (= me irrita).

Ambos usos están aceptados en la lengua culta y pueden emplearse sin riesgo de censura (solo hay que comprobar la definición del DRAE). No obstante, por las posibles confusiones que pudiera acarrear su uso, yo recomiendo utilizarlo con prudencia y, a poder ser, contextualizando el verbo para que no puedan quedar dudas.

Con su voz chillona, María me enerva (= me irrita).
Con su hablar pausado y su voz suave, María me enerva (= me relaja).

De todas formas, lo más probable es que, ante un caso de duda, el significado que necesitemos sea el de ‘irritar’.

‘Digresión’

La acción de interrumpir un discurso e irse, como popularmente se dice, por los cerros de Úbeda, se llama digresión. Es incorrecto (y da sensación de pobreza léxica) emplear disgresión (con ese).

A ese profesor no se le sigue bien por las continuas disgresiones que hace… ×
A ese profesor no se le sigue bien por las continuas digresiones que hace…

Tendencia a alargar las palabras

Existe, hoy en día, una tendencia exagerada a alargar palabras mediante el empleo de sufijos. En ocasiones pensamos que cuanto más largas y complejas sean las palabras de nuestro discurso, este parecerá más culto. No obstante, muchas veces conseguimos el efecto contrario: un texto excesivamente pedante y recargado.

A continuación tenéis una lista de palabras que, aunque no son incorrectas, deben utilizarse con cautela y sin abusar de ellas:

  • Influenciar por influir.
  • Culpabilizar por culpar.
  • Paralización por parálisis (en determinados contextos).
  • Posicionamiento por posición.
  • Concretizar por concretar.
  • Intencionalidad por intención.
  • Regularización por regulación.
  • Peligrosidad por peligro.

Porque somos de Bilbao…

Nacer en la capital del mundo marca. Es inevitable. No todo el mundo tiene el privilegio de haber nacido en Bilbao (aunque los de Bilbao nacemos donde nos da la gana); y, cuando se respira Bilbao desde la infancia, el carácter se forja de una manera muy determinada y genuina, que nos hace fanfarrones, orgullosos, generosos… Y, por supuesto, eso se refleja al hablar. ¿Cuántos de vosotros os atreveríais a entrar en una librería y pedir un mapamundi de vuestra ciudad? Eso solo lo hacemos los bilbainos (con diptongo, que es como lo pronunciamos nosotros a pesar de que la RAE se empeñe en decirnos que es hiato y nos coloque la tilde).

Ahora ya fuera de bromas (¿o no lo son?), Bilbao tiene, como todos los lugares, su léxico propio. Palabras que todo bilbaíno entiende, pero que dejarían con la boca abierta a más de un viajero que se acercara a estas tierras… Por eso, y como buena bilbaína que soy, he decidido dedicar este artículo a esos vocablos bilbaínos (y, por ende, vizcaínos), propios, nuestros, que nos caracterizan tanto como la devoción por la Amatxu de Begoña, las salidas a tomar txikitos por las Siete Calles o el fervor por los leones de San Mamés.

Varias consideraciones previas. La primera es que en Bilbao hay dos lenguas oficiales, el castellano y el euskera, y esa convivencia de las lenguas hace que se mezclen con cierta asiduidad; de ahí que muchas de las palabras que veamos sean, en realidad, términos provenientes del euskera. La segunda es que algunas de estas palabras están en pleno uso pero otras van desapareciendo; yo las he tomado del Lexicón etimológico, naturalista y popular del bilbaino neto compilado por un chimbo (1896), de Emiliano de Arriaga (1844-1919). Y, por último, que es habitual ver estas voces con su grafía euskera, pero yo las he tomado tal como aparecen en el Lexicón, adaptadas al castellano (aviso, por si acaso, por si os duelen los ojos al ver Bocho en vez de Botxo).

Bocho: Es como llamamos a Bilbao en Bilbao. Viene de la voz castellana boche y significa ‘cavidad, agujero’. Bilbao, al estar rodeada de montañas, está como en un agujerito, un bocho.

Babasorro: Así es como llamábamos, algo despectivamente, a los oriundos de Vitoria (con los que siempre ha habido cierta rivalidad, aunque nada comparable con la que tenemos con los de San Sebastián; rivalidades sanas, no penséis mal). Viene de la voz vasca babazorro, literalmente ‘vaina de habas’.

Chimbo: A los alaveses no les gustó lo de babasorro y nos empezaron a llamar chimbos, nombre de un pájaro muy frecuente antiguamente en Bilbao. Pero a los bilbaínos, tan orgullosos de sí mismos y sus cosas, les encantó el mote y lo han perpetuado. Y no es esta la única palabra típica de Bilbao que haga referencia a los chimbos. Incluso había un barquito muy famoso (creo que ahora hay otro), que recorría la ría y se llamaba Chimbito. Por no hablar del jabón Chimbo (uno tipo Lagarto).

Chimbera: Ya hemos apuntado que en Bilbao había muchísimos ejemplares de chimbos (aves paseriformes de la familia Muscicapidae, género Sylvia). Era costumbre ir a cazarlos para después consumirlos por su agradable sabor. Los chimbos se cazaban con la chimbera, que es como llamamos a la carabina o escopeta de aire comprimido.

Chirene: Adjetivo que se le atribuye al bilbaíno gracioso, con salero, siempre orgulloso de ser de Bilbao. Las ocurrencias de los chimbos chirenes serían las chirenadas.

Goitibera: Es un carrito, fabricado artesanalmente, normalmente de forma triangular y con tres ruedas. Son, aún hoy, muy populares las carreras y bajadas de goitiberas siempre que hay un festejo. Goitibera viene del euskera, goitik behera, literalmente ‘de arriba abajo’.

Tripaundi: Significa ‘tripa grande’. Es como llamamos al típico bilbaíno tripón, glotón, gastrónomo insaciable. Y es que ya se sabe que comer bien, en Bilbao, es una religión.

Mocordo: Porque comer mucho tiene sus consecuencias… Os copio lo que decía Emiliano de Arriaga: «(Del eusk. mokordo). Humana defecación, siempre que sea producto de persona robusta y sanota y aparezca según su calibre ya a modo de chorizo, de morcilla, o de lingote ligeramente curvo, bien enjuto y solidificado…». Sin comentarios. Perdonad que me haya puesto tan escatológica (aunque era divertida la definición, ¿no?). Esta palabra es conocidísima en Bilbao y, de hecho, poca gente sabe cómo llamar a semejante elemento en castellano (mojón, por cierto).

Sirris: En palabras de Emiliano de Arriaga: «Hacer sirris a una muchacha es pasar la mano disimuladamente o no, haciéndole caricias o carantoñas más o menos intencionadas».

Ganorabako: Del euskera, ganora, ‘modo, manera’, y bako, ‘sin’. Es la persona sin cabeza ni fuste para nada.

Coitao: Viene de cuitado y es el buenazo, inofensivo…

Sinsorgo: Es mi favorita, la empleo muchísimo. Es la persona insustancial y de poca formalidad. Las cosas que hacen los sinsorgos son sinsorgadas.

Arrecho: Según de Arriaga, «bien portado, entero, varonil y enérgico».

Arlote: Aunque es palabra castellana, con el significado de ‘descuidado, desaseado’ o de ‘bribón, holgazán’, en Bilbao se le añadió una nueva acepción y se aplicaba el término a quienes se ponían el mundo por montera…

Pitolerdo: Esta también se utiliza en mi familia. Es el que se pasa de lerdo, es decir, el archilerdo.

Hay muchas más y, por supuesto, muchas no son exclusivas de Bilbao, se han ido extendiendo. Espero haberos sacado alguna sonrisilla. Y si en vuestros lugares de origen tenéis palabras propias, contádnoslas en los comentarios.

Redundancias

Redundancia es la repetición de información contenida en un mensaje. Las expresiones redundantes que voy a indicar a continuación se emplean con mucha frecuencia y, sin embargo, no son recomendables, pues ofrecen datos duplicados innecesariamente e imagen de pobreza léxica.

  • Subir arriba. Subir quiere decir ‘recorrer yendo hacia arriba, remontar’; es decir, en el significado del verbo ya está especificada la dirección, por lo que es totalmente innecesario añadir arriba. Este ejemplo nos sirve para otras expresiones como bajar abajo, entrar adentro, salir afuera…
  • Proyecto de futuro. Agregar el de futuro no es necesario, puesto que este matiz ya está incluido en el significado del término proyecto, ‘designio o pensamiento de ejecutar algo’.
  • Protagonista principal. El diccionario define protagonista como ‘personaje principal de la acción en una obra literaria o cinematográfica’; es evidente, por tanto, que todos los protagonistas son principales.
  • Volver a releer, volver a revisar. El prefijo re- ya indica repetición; esto es, releer significa ‘volver a leer’; revisar, ‘volver a ver’…
  • Bifurcarse en dos direcciones/caminos/carreteras… Son numerosas las ocasiones en que nos podemos encontrar frases como La carretera se bifurca en dos caminos al cruzar el puente; pero bifurcarse quiere decir ‘dividirse en dos’, por lo que La carretera se bifurca al cruzar el puente es suficiente.

‘Avestruz’

¿El avestruz o la avestruz? ¿Los avestruces o las avestruces?

Avestruz es voz masculina, a pesar de que muchas veces se utiliza en femenino (¿quizá por influjo del término ave?).

Las avestruces ×
Los avestruces

¿Usamos ‘y’ o ‘e’?

Todos sabemos que la conjunción copulativa y toma la forma e delante de palabras que comienzan por el sonido /i/ (es decir, no importa si lleva o no hache).

No te preocupes por el siete que te has hecho: nada que no pueda arreglarse con aguja y hilo. ×
No te preocupes por el siete que te has hecho: nada que no pueda arreglarse con aguja e hilo. √

Esta regla tiene dos excepciones:

1) Cuando a ese sonido /i/ le sigue una vocal con la que forma diptongo, se usa y.

Un conductor en estado de embriaguez mata a una persona e hiere a dos más. ×
Un conductor en estado de embriaguez mata a una persona y hiere a dos más.

2) En oraciones interrogativas, hay veces en que la conjunción adquiere un valor adverbial (y se hace tónica). En ese caso, tampoco se cambia por e ante el sonido /i/.

¿Y Iñigo? [= ¿Dónde está Iñigo? ¿Qué pasa con Iñigo?]. √

Esta es la norma básica. Después hay casuística que puede hacernos dudar, lo trataremos en un próximo artículo.

Palabras comodín: el ejemplo de ‘tema’

En numerosas ocasiones, el desconocimiento de vocabulario específico provoca que usemos palabras vacías de significado para referirnos a muchos conceptos; por supuesto, es obligación del corrector de estilo encontrar el léxico oportuno para enriquecer el texto.

Uno de los ejemplos más extendidos actualmente es el de la palabra tema, término recurrente que empleamos como comodín y que, sin embargo, deberíamos sustituir en muchas ocasiones por otro más preciso. Con los siguientes ejemplos, se puede comprobar cómo el estilo del texto mejora considerablemente con palabras más apropiadas.

El tema de la droga preocupa a los padres de hijos adolescentes. → El problema de la droga preocupa a los padres de hijos adolescentes.

Debemos buscar soluciones para seguir adelante con el tema. → Debemos buscar soluciones para seguir adelante con el proyecto.

Ese tema no me concierne. → Ese asunto no me concierne.

No respondió al tema, pese a la insistencia del periodista. → No respondió a la cuestión, pese a la insistencia del periodista.

Expresiones latinas

En numerosas ocasiones, cuando hablamos o escribimos en un registro culto, recurrimos a fórmulas latinas, la mayoría de ellas muy conocidas. Sin embargo, no siempre son bien empleadas, lo que puede dar al traste con nuestra intención primera. He aquí una pequeña lista de expresiones que suelen dar problemas:

A grosso modo × → Grosso modo √
Contra natura × → Contra naturam √
De corpore insepulto × → Corpore insepulto √

De motu propio × → Motu proprio √ (más información en este artículo)
En albis × → In albis √
En articulo mortis × → In articulo mortis √
Ex proceso × → Ex profeso √

Status quo × → Statu quo √
Stricto senso × → Strictu sensu √
Suis generis × → Sui generis √
Urbi et orbe × → Urbi et orbi √


‘Credibilidad’

La única acepción de la palabra credibilidad es la de ‘calidad de creíble’. Por lo tanto, son incorrectos los siguientes usos:

1) Es incorrecto utilizar credibilidad por crédito:

No hay que dar ninguna credibilidad a estos rumores. ×
No hay que dar ningún crédito a estos rumores.

2) También es una impropiedad léxica emplear esta palabra con el sentido de ‘confianza, garantía o calidad’:

Ese equipo de fútbol ha perdido credibilidad después de su actuación en los últimos partidos. ×



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