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Coma prohibida: entre sujeto y verbo

Normalmente, cuando hablamos de puntuación, se suele decir que el castellano goza de una cierta libertad. Es cierto, pero no hay que olvidar que, a pesar de esto, existen las llamadas comas obligatorias y las comas prohibidas. Hoy vamos con una coma prohibidísima (de hecho, también se la llama coma criminal): la que se suele colocar entre sujeto y verbo.

Esto se resume de manera muy sencilla: entre el sujeto y el verbo no se pone coma. Sí se puede meter algún inciso entre ambos (y los incisos van siempre entre dos comas), pero nada más. No se escribe coma entre sujeto y verbo. Así de tajante.

María y Carmen, van de compras todos los días. ×
María y Carmen van de compras todos los días. 

Ahora metemos un inciso; en este ejemplo, primero una aposición y luego una subordinada concesiva (las de aunque). Como veréis, los incisos llevan coma antes y después para delimitarlos. Si no llevaran dos, sería incorrecto.

María y Carmen, las hijas de Juan, van de compras todos los días. 
María y Carmen, aunque no tienen dinero, van de compras todos los días. 

Como veis, hay incisos entre sujeto y verbo y aparecen comas. Pero las comas pertenecen al inciso. Y, ahora, vamos a darle la vuelta al último ejemplo: vamos a poner la subordinada concesiva al comienzo de la frase…

Aunque no tienen dinero, María y Carmen van de compras todos los días. → Como se «juntan» de nuevo sujeto y verbo, no hay coma.

¿Hay alguna excepción en que sí se pueda poner esta coma prohibida entre sujeto y verbo? Sí. La excepción que confirma la regla es el etcétera (o su abreviatura etc.). Cuando el sujeto es una enumeración que acaba en un etcétera, después del etcétera se coloca la coma.

María, Carmen, Marta, Julia, Silvia, etc., van de compras todos los días. 

En ejemplos tan cortitos, esto parece una tontería. Pero no os imagináis las dudas que pueden llegar a surgir en frases más largas, con sujetos más elaborados. Aunque no lo parezca, es una coma prohibida que aparece muchísimo y que da algún que otro quebradero de cabeza.

Si tenéis alguna duda sobre puntuación, ya sabéis que podéis dejarlas en los comentarios e intentaré resolverlas poco a poco.

‘Asesino’

Vuelta de las vacaciones con una palabra supercuriosa: asesino. ¿Sabéis de dónde viene y qué significa el término asesino?

Asesino viene del árabe hassasin y significa, literalmente, ‘adicto al hachís’. ¿Cómo se explica esto? ¿Cómo llegamos al significado actual desde su origen?

Tenemos que retrotraernos hasta la época de las Cruzadas. Por aquel entonces, existía una secta musulmana, la de los nizaríes, que se hizo muy conocida por su estrategia de acabar con la vida de dirigentes políticos o militares de forma selectiva. Según parece, perpetraban estos actos bajo la influencia del hachís (más bien, ahora se dice que se relajaban después de sus acciones con el hachís, bastante más plausible). Esta costumbre de los nizaríes empezó a ser muy conocida, por lo que sus enemigos comenzaron a llamarlos hassasin, es decir, ‘los adictos al hachís’.

La forma de matar de este grupo, de manera selectiva y siempre planeándolo, tiene mucho que ver con el actual concepto de asesinato (distinto, por cierto, al de homicidio, término que viene del latín homicidium y significa ‘que mata (cadere) a un ser humano (homo)‘ sin que tenga que haber premeditación y alevosía de forma necesaria).

Infinitivo de generalización

Hoy me pongo más seria y me voy a la gramática, que hace mucho que no explico nada gramatical. Y he decidido hacerlo con un uso poco recomendable del infinitivo: el de generalización (también denominado fático, introductorio, radiofónico… tiene muchos nombres). Lo curioso del infinitivo de generalización es que estamos tan habituados a escucharlo a diario que a mucha gente no le chirría. Y debería hacerlo. Os cuento cuál es este infinitivo.

Poneos en situación: encendéis la televisión y elegís un informativo cualquiera. Y, cuando el programa está acabando, los presentadores dicen algo así: «Por último, comentar(les) que podrán seguir informados a lo largo de la tarde en nuestra página web». Comentar: infinitivo. ¿Os suena rara la frase?

Ese comentar es un infinitivo de generalización. Es el infinitivo que se utiliza como si fuera el verbo principal de la oración. Pero, claro, eso no puede ser: toda oración ha de tener como núcleo un verbo en forma personal. El infinitivo es una de las formas no personales del verbo, por lo que en nuestro ejemplo el infinitivo está desempeñando una función que no le corresponde. Ergo, poco recomendable, a pesar de su empleo, muy extendido.

Características habituales del infinitivo de generalización:

  • Suelen ser verbos de habla: anunciar, comentar, decir, destacar, expresar, señalar, añadir… También tienen cabida otros como desear o recordar.
  • Aparecen tanto para iniciar como para concluir un comentario: «Antes de la charla en sí, agradecer a la universidad que me haya invitado», «Para finalizar, desearles un buen fin de semana».
  • Su empleo está tan extendido que es habitual tanto en el habla como por escrito. Lo usan mucho los periodistas (de ahí que adquiriera el nombre de radiofónico).

¿Es correcto? Dejémoslo en que es poco recomendable (y muy poco elegante: si leéis los ejemplos despacio os parecerá casi que os habla Yoda). Para mí, es totalmente censurable. ¿Qué pasa? Que siempre se puede alegar que, en realidad, no está funcionando como verbo principal, sino que este está elidido y el infinitivo sería su complemento o la segunda parte de una perífrasis. Os pongo de nuevo un ejemplo:

Antes de la charla en sí, [quiero] agradecer a la universidad que me haya invitado.

Aun así, no hay razón para esa elipsis, con lo cual se recomienda utilizar un verbo en forma personal antes del infinitivo o bien utilizar ese mismo verbo en forma personal en vez de en infinitivo:

Por último, recordarles que las entradas saldrán a la venta el jueves (infinitivo de generalización). ×
Por último, debo recordarles que las entradas saldrán a la venta el jueves (perífrasis: verbo en forma personal + infinitivo). √
Por último, les recordamos que las entradas saldrán a la venta el jueves (verbo en forma personal). √

Y esto es. Repito que no es nada recomendable, así que evitadlo (y afinad el oído, que seguro que ahora os lo encontraréis por todos sitios). ¡Ah! Y antes de que alguien me lo diga en los comentarios, no he sido muy estricta a la hora de emplear la terminología, pero prefiero que se me entienda. Espero que así haya sido.

‘Inmundo’

El otro día me preguntaron por el significado del término inmundo y si tenía algo que ver con mundo. Habían intentado montarse una teoría sobre la suciedad (os recuerdo que inmundo quiere decir ‘sucio’) y el mundo en que vivimos que, tengo que reconocer, tampoco estaba del todo mal. Pero casi prefiero contaros bien de dónde viene.

Inmundo, como he dicho, significa ‘sucio’; viene del latín y está formada por el prefijo negativo in más el sustantivo mundo (del latino mundus). A pesar del origen latino, en realidad debemos ir a Grecia para entender bien el concepto. El concepto del mundus latino se corresponde con el kosmos griego. Tanto el kosmos como el mundus son el mundo, pero siempre siguiendo un orden. Es un universo ordenado. Ese orden es armónico, bello. El mundus es lo que se corresponde con la belleza ordenada, lo puro, lo limpio, lo perfecto. ¿Qué pasa con lo que no es mundus, lo que es inmundus? Que carece de esa belleza, de ese orden, de esa perfección, de esa limpieza. Es lo sucio, lo desagradable. De ahí viene el concepto de inmundo.

Con la llegada del cristianismo, el concepto cambió un poco. Si en el mundus latino (kosmos griego) cabían cielo y tierra, más adelante solo el cielo tiene categoría de bello, ordenado y perfecto; la tierra queda relegada a lo inmundo: es un lugar desagradable porque en ella hay pecado. Aun así, aunque cambia ligeramente el concepto, no lo hace el significado, pues lo inmundo continúa siendo lo sucio y desagradable.

Bienvenido. Bien hallado

Me preguntan bastante por una expresión que, aunque creo que está cayendo en desuso (o, al menos, yo no la escucho demasiado), no siempre se emplea con corrección. Se trata de la respuesta «Bien hallado» cuando nos dan la bienvenida. ¿Con qué (o con quién, más bien) debe concordar: con quien habla o con la/s persona/s a la/s que se dirige?

La respuesta debe concordar no con la persona que está hablando, sino con el interlocutor (o interlocutores). Como solo hay cuatro casos, os pongo ejemplos y acabamos antes.

Pongamos por caso que soy yo (femenino singular) quien habla todo el tiempo (así veréis que da igual).

  • Juan (masculino singular) me da la bienvenida. Responderé: «Bien hallado».
  • María (femenino singular) me da la bienvenida. Mi respuesta será «Bien hallada».
  • Juan y Pedro (masculino plural) o Juan y María (masculino plural también) me dan la bienvenida. Contestaré: «Bien hallados».
  • María y Paula (femenino plural) me dan la bienvenida. Os imagináis que mi respuesta será «Bien halladas».

Esto no tiene mayor misterio. Es como decir «Te encuentro bien», luego si os acordáis del «te», ya sabéis cómo tenéis que hacer la concordancia.

Y ahora podéis comentar lo que queráis (salvo lo del masculino genérico, que hay uno por ahí arriba y es un tema que me resulta muy cansino y ya sabéis lo que os voy a decir, ¿vale?).

‘Freelance’

'Freelance'

‘Freelance’

Me he enterado del origen de la palabra freelance y me ha parecido tan curioso que no me resisto a escribir sobre ello.

El término freelance apareció por primera vez en una novela, en Ivanhoe de Walter Scott para ser exactos. Con él se referían a los caballeros que, como no guardaban lealtad a ningún rey o señor, luchaban como mercenarios, ofreciendo sus servicios al mejor postor. Digamos que su lanza estaba libre para irse con cualquiera (free, ‘libre’, y lance, ‘lanza’).

Siguiendo la analogía, el actual freelance (o freelancer) es un profesional que no trabaja para alguien fijo, sino que ofrece sus servicios a quien los quiera contratar.

La RAE lo escribe en dos palabras (free lance) y desaconseja su uso (por muy extendido que esté), que sustituye por las expresiones autónomo, independiente o por libre.

Bárbaros

Hoy os voy a hablar sobre el origen de una palabra que me encanta: bárbaro. ¿Sabéis de dónde viene y qué significa?

Bárbaro, voz griega, significa ‘extranjero’ y siempre ha tenido una connotación peyorativa. De hecho, su forma tiene mucho que ver con esa connotación.

Los antiguos griegos decían que todos los que no hablaran su idioma (o, en su defecto, el latín) eran unos ignorantes que hablaban bar-bar (como si nosotros ahora utilizáramos bla-bla), es decir, balbuceaban. Al no entender el idioma extranjero lo reducían a una onomatopeya para ridiculizarlo. De aquellos sonidos onomatopéyicos, llega el barbaroi, ‘los que balbucean’. Para los griegos, todos los pueblos extranjeros de alrededor, como «balbuceaban» (porque ellos no comprendían sus idiomas), eran bárbaros. Y así se ha mantenido la palabra prácticamente hasta nuestros días.

Dos pequeños trucos: ‘a ver’ y ‘por qué’

Resulta que me han metido en un multitudinario grupo de Facebook en el que escribe todo el mundo mucho y a la vez y… están consiguiendo que me quede sin ojos. Porque no hay forma humana de ver un comentario sin faltas y aquí una sufre muchísimo. 😉

Y lo del a ver y el por qué, con lo fácil que es, no lo perdono. Os voy a dar dos pequeños trucos que funcionan siempre. Al menos así, quienes os paséis por aquí podréis escribirlo correctamente y sin dudas.

Del a ver ya hablé en su día, pero os lo recuerdo. Si se puede añadir por delante un vamos y no cambia el significado, es separado y con uve.

A ver si acabo esta tarea ya = Vamos a ver si acabo esta tarea ya.

Sencillo, ¿no? Igual de sencillo que reconocer el por qué (separado y con tilde) del resto de su «grupo de la muerte» (porque, por que, por qué, porqué: os daré trucos para todos algún día, espero que pronto). Si a por qué se le puede añadir después el sustantivo razón y no cambia el significado, separado y con tilde.

No sé por qué está eso ahí = No sé por qué razón está eso ahí.
Quiere saber por qué se ha ido sin avisar = Quiere saber por qué razón se ha ido sin avisar.

Como veis, es muy fácil. Y funciona siempre. Ya no tenéis excusa para dudar… ¿Conocéis algún truco similar para estas u otras expresiones? Dejadlos en los comentarios y hablamos sobre ellos si queréis.

Comillas y diálogo

Me preguntaron esto el otro día y me di cuenta de que no lo había explicado en el blog, así que hoy una de comillas; en concreto, de las comillas de cierre latinas (»).

Las comillas de cierre latinas tienen un uso muy útil en los diálogos. Imaginad que un personaje está hablando. Lo marcamos con raya de diálogo. Incluso podemos hacer incisos y marcarlos también con rayas. Hasta aquí, todo normal. Podéis ver todos los usos de las rayas de diálogo en esta entrada. Pero ¿qué pasa si el personaje habla mucho y necesitamos distribuir sus palabras en varios párrafos? Pues que, para marcar que en el siguiente párrafo sigue hablando el mismo personaje, colocamos al comienzo unas comillas de cierre latinas (en tantos párrafos como sea necesario). Y no hay que cerrar de ninguna forma (en todo caso, podríamos escribir algún inciso con rayas).

Como creo que estas cosas se ven mejor con ejemplos, ahí va uno:

Supongo que a estas alturas todos me habéis juzgado ya.Los dos hombres de la esquina se volvieron al oír sus palabras. La mujer se acomodó en el sofá al intuir que la confesión iba para largo. Sí, todos os habéis hecho una idea de lo que ocurrió aquella noche. Incluso os habéis atrevido a poner palabras que yo no he pronunciado en mi boca. Y no lo entiendo. ¡No lo entiendo! ¿Por qué me acusáis a mí, justo a mí? preguntó con tono desesperado.

»Sí, mi padre era el dueño de la empresa. La fundó con el dinero que heredó al morir mi abuelo. Fue su apuesta para sacar adelante a la familia y le salió bien. Empezó con un pequeño taller y, en pocos años, consiguió expandirse hasta que no hubo pueblo en toda la región que no contara con una de sus tiendas. Trabajaba de sol a sol, pero nosotros vivíamos bien. Ni siquiera mi madre le reprochaba sus largas ausencias por los incontables viajes de negocios que hacía a lo largo del año.

»Es cierto que yo me aproveché, en cierto modo, de la situación. Con una economía desahogada, pensando que tenía mi futuro asegurado al abrigo de mi padre, ¿por qué no iba a disfrutar un poco de la vida? Dejó de hablar un momento. Estaba nervioso, así que bebió un poco de agua. Después, continuó: Pero eso fueron mis años de universidad. En cuanto me licencié se acabaron las juergas. Empecé a trabajar con mi padre y el negocio se convirtió en mi prioridad. ¿Qué interés tendría yo en que se fuera a pique? Hubiese sido como tirar a la basura diez años de mi vida.

Entonces, ¿por qué cree la policía que estás involucrado en el incendio de la fábrica y en la desaparición de una gran cantidad de documentación? le preguntó el hombre de gafas.

Os he marcado las comillas y las rayas en negrita. Como veis, los incisos se hacen con rayas, igual que si el diálogo ocupara solo un párrafo, es exactamente el mismo uso. Lo único que cambia es que en los dos siguientes párrafos hay comillas de cierre latinas al inicio para marcar que el personaje sigue hablando (y estas comillas no tienen ningún tipo de cierre posterior). Cuando habla otro personaje distinto (último párrafo), se vuelve a la raya.

Es una cuestión muy simple que creo que no merece más explicación. Aun así, como siempre, podéis preguntar en caso de que tengáis alguna duda, en los comentarios.

Surrealismo

No dejo de ver por todos sitios un error muy común que tiene que ver con la palabra surrealismo y el adjetivo derivado surrealista. ¿No habéis leído alguna vez *subrealismo y *subrealista? ¿Verdad que sí? Pues es incorrectísimo. Os explico por qué.

Surrealismo, en realidad, es la equivalencia que buscaron en castellano de Surréalisme, un movimiento artístico surgido en Francia en los años veinte del siglo pasado. Viene de sur, que significa ‘encima’, y realité, esto es, ‘realidad’. Lo surrealista es lo que está por encima de la realidad, lo que sobrepasa lo real. Y, si está por encima y la sobrepasa, ¿por qué se emplea a veces el prefijo sub-, que quiere decir todo lo contrario? No es lo que está por debajo de la realidad, sino lo que está por encima. Por supuesto, dado el significado real de los términos surrealismo y surrealista, es un total contrasentido emplear el sub-, de ahí que sea incorrecto. Sí es correcto, en cambio, superrealismo (con el mismo significado que surrealismo).

Lo dejo aquí, porque me siento un poco como Coco en Barrio Sésamo explicando arriba y abajo. 😉

Solo una cosa más: mañana, aunque sea festivo, empieza el reto. ¡Os espero! ¡No me falléis!



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