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Viudas y huérfanas

Aunque a muchos os pueda sorprender el título, hoy el artículo va de líneas… De líneas incorrectas en composición, para ser exactos, y que se denominan viudas y huérfanas.

Una viuda es la última línea de un párrafo que aparece al comienzo de una página (es decir, todo el párrafo queda en una página salvo esta última línea, que queda aislada en la página siguiente).

Ejemplo de línea viuda:

Línea viuda

La marcada en amarillo es una línea viuda.

La huérfana es el caso contrario a la viuda. La línea de comienzo de un párrafo queda en una página aislada, porque el resto del párrafo se encuentra en la página siguiente.

Ejemplo de línea huérfana:

Línea huérfana

La marcada en amarillo es una línea huérfana.

Estas líneas son incorrectas y hay que eliminarlas. En los procesadores de texto más comunes, como Word, existe una opción (que suele venir marcada por defecto) que las elimina automáticamente. En los programas de maquetación, como Quark o InDesign, resulta más problemático, puesto que muchas veces hay que deshacerse de ellas manualmente. Lo importante es saber que no son correctas.

La primera imagen la he tomado prestada de Wikipedia y la segunda, de un blog sobre tipografía llamado Glifos & ligaduras.

Actualización: Tengo un lío considerable con estas líneas, porque tengo información contradictoria sobre cuál es cuál. Primero lo puse tal cual está ahora y varias personas me dijeron que estaba al revés y lo cambié. Pero no, según Sousa, era correcto al principio, por lo que lo vuelvo a corregir y así se queda, según Sousa… (¡Gracias, Nuria, por el chivatazo!).

Concordancia ‘ad sensum’

Desde muy pequeñitos sabemos que, en un sintagma nominal, debemos concordar todas las palabras en género y número. Así, una frase como la siguiente, sería incorrecta:

Los niña bueno van al colegio. ×

Si tomamos como referencia el núcleo (niña) del sintagma nominal que hace de sujeto (los niña bueno), los componentes del sintagma deberían concordar con niña e ir en femenino singular; asimismo, al ser el sujeto, el verbo debería concordar en número con ese núcleo.

La niña buena va al colegio.

Sin embargo, hay ocasiones en que podemos encontrar oraciones que nos suenan bien, pero que no cumplen con esta última concordancia de número entre sujeto y verbo. Os pongo un ejemplo:

La mayoría de los vecinos consideran que en el edificio hace falta un ascensor.

No nos chirría el verbo en plural, aunque el núcleo del sujeto (mayoría) va en singular. Aquí tenemos un caso de concordancia ad sensum o concordancia por sentido. Como mayoría de vecinos hace referencia a varios vecinos, es decir, un grupo plural, hacemos concordar el número del verbo con esta idea plural del significado real de mayoría de vecinos.

Este tipo de concordancia ad sensum está admitida; de hecho, existía ya en latín. Si quisiéramos ser estrictos gramaticalmente, deberíamos concordar el verbo con el núcleo del sujeto (singular en este caso), pero podemos dejarlo concordado por sentido sin temor a ser censurados.

‘Aun así’

En la locución aun así, con el sentido concesivo de a pesar de, el aun no lleva tilde.

Trataré los distintos tipos de aun más adelante en el blog, pero esta expresión la veo demasiado frecuentemente con tilde y es incorrecta, de ahí que haya pensado que esta avanzadilla puede venir bien.

‘Ex profeso’

Normalmente, entro todos los días en Google Analytics para consultar las visitas y vicisitudes del blog; me proporcionan muchísima información sobre la procedencia de los lectores, cuántas veces visitan el blog, qué sistema operativo emplean para entrar o qué están buscando en Google para llegar aquí… Por supuesto, esto último es lo más interesante. Y, aunque está dando lugar a ciertas bromas familiares (cierta persona escribe frases ocurrentes con las que sabe que va a llegar aquí para que me ría), sin duda es una fuente de ideas, pues da muchas pistas sobre qué tipo de dudas tiene la gente.

En el último mes, varias personas han entrado al blog con dudas acerca de la locución ex profeso. Una no estaba segura de si la expresión era ex profeso o ex proceso. Obviamente, la opción correcta es la primera. También había alguien que se preguntaba por su significado: ex profeso quiere decir ‘intencionadamente’.

Según la actriz protagonista, el director escribió el papel ex profeso para ella. √

Además, a pesar de su origen latino (en que, por cierto, se escribía con dos eses, ex professo), la expresión está admitida ya en castellano por la RAE, por lo que la escribiremos (además de con una única ese) en redonda.

‘Hacerse el sueco’

La entrada de hoy se la tengo que agradecer a la primera firma invitada que decide participar. La ha escrito Javier, un fiel lector del blog que me aporta muchísimas ideas y hoy ha querido ayudarme un poco (y yo se lo agradezco muchísimo). Y, viendo lo bien que lo hace, ojalá se anime a ayudarme más días…

Seguro que en multitud de ocasiones todos habéis empleado la archiconocida expresión hacerse el sueco, pero ¿sabéis a ciencia cierta su origen? Probablemente, más de uno os hayáis topado incluso con disparatadas explicaciones que circulan por Internet. Algunas de ellas hacen referencia a la llegada de marineros suecos a las costas andaluzas en busca de aceite; otras simplemente quitan importancia al término sueco y lo sustituyen por cualquier otro gentilicio —hacerse el ruso, el noruego, el chino, etc.—  para dar a entender que ningún extranjero puede comprender bien la lengua castellana.

No obstante, hacerse el sueco, cuyo significado real es ‘hacerse el loco o el despistado’, no atañe en absoluto a las personas oriundas de Suecia, sino que proviene de la palabra latina soccus (‘tronco, tocón’). El mencionado soccus era, de hecho, una especia de pantufla usada por mujeres y comediantes en el teatro romano antiguo —en oposición al coturno empleado por los actores trágicos para parecer más altos—. De esta manera, hacerse el sueco nos remite a los zuecos de los cómicos, es decir, a aquellos que se hacen los torpes, los necios y  los faltos de entendimiento.

México

He pensado que hoy podríamos viajar de nuevo, aunque sea con la imaginación. Y esta vez… ¡nos vamos a México!

Chichen-Itza

Chichen-Itza

La forma que la RAE recomienda para escribir este topónimo es México, con x, aunque se pronuncia igual que si se escribiera con j. Por extensión, todas las palabras de la misma familia (mexicano) se escriben también con x. Esta grafía x conserva aquí un antiguo valor fonético, equivalente a nuestra actual letra j, que ha quedado en este sustantivo y otros de origen similar (Oaxaca y Texas).

Aunque la grafía Méjico también está aceptada, se recomienda emplear México, forma mayoritaria en ese país. ¿Nos hacemos un viajecito a México…? ¡Ándele, güey!

La fotografía la he tomado prestada de la Wikipedia.

Color castaño claro…

¿Cómo se llama este color? Espero que lo veáis bien y los monitores no nos jueguen una mala pasada…

Beis

Castaño claro...

¿Y cómo se escribe el nombre de este color…?

Es beis (o castaño claro). Conviene emplear la forma castellanizada beis que la afrancesada de origen beige (si bien en Hispanoamérica aún se utiliza más beige). El término beis es invariable en plural:

Para la decoración de su salón utilizó tonos beis y azules. √

Abreviaturas y símbolos

Pues ya ha llegado septiembre: vuelta al trabajo, vuelta al cole, vuelta a la rutina. Y también vuelta del blog con fuerzas renovadas después de un agosto un tanto escaso en lo que a número de entradas se refiere. Espero poder seguir el ritmo…

Vamos a empezar el nuevo curso con un tema que, en ocasiones, puede ser un tanto peliagudo: la diferencia entre las abreviaturas y los símbolos. Primero voy a intentar definir los conceptos y, después, hacer una pequeña lista con las diferencias entre ellos.

Las abreviaturas son la representación reducida de una palabra, normalmente por haber eliminado alguna letra. Por ejemplo: tel. por teléfono; admón. por administración; M.ª por María.

Los símbolos son asimismo abreviaciones de palabras, constituidas por letras o signos no alfabetizables (por ejemplo, por euro); suelen ser de carácter científico-técnico y tener validez internacional al ser establecidos por instituciones de normalización. Son símbolos las unidades de medida, los puntos cardinales, las monedas, elementos químicos, etc.

Abreviaturas

  • Siempre llevan punto (tel., D., Dr., etc.).
  • Puede haber variaciones de género (Sr./Sra. por señor/señora).
  • Puede haber variaciones de número (Sr./Sres. por señor/señores).
  • Si la palabra que se va a abreviar lleva tilde y la letra sobre la que recae aparece en la abreviatura, la abreviatura también lleva tilde (por ejemplo: administración se abrevia como admón.).
  • Son más libres (aunque hay un listado de abreviaturas oficiales, que se puede consultar en el apéndice 2 del DPD).

Símbolos

  • No llevan punto (km, h, S, Fe, g).
  • No varían el morfema de género.
  • No varían el morfema de número (km tanto para kilómetro como para kilómetros).
  • No llevan tilde aunque aparezca la letra sobre la que recaería en el símbolo (ha por hectárea).
  • Son fijos (se pueden consultar en los apéndices 3 y 4 del DPD).

Dedicaré algún artículo más a este tema, porque no siempre es fácil saber cómo abreviar las palabras (y no siempre es correcto hacerlo).

Santos

Como hoy, 27 de agosto, es santa Mónica (nombre de cuya etimología y significado quizá hable algún día aquí en el blog), he pensado que sería apropiado comentar la forma correcta de mencionar a los santos por escrito. Me refiero al uso de mayúscula o minúscula en el sustantivo san(to) o santa que presenta al santo en cuestión.

Los tratamientos, en general, se escriben en minúscula y el caso de los santos no es una excepción:

Leyó la hagiografía de Santa Marta. ×
Leyó la hagiografía de
santa Marta. √

Si se emplea la abreviatura para introducir el nombre, esta va en mayúscula.

Según el santoral, el 3 de diciembre es s. Francisco Javier. ×
Según el santoral, el 3 de diciembre es
S. Francisco Javier. √

Esta norma de los tratamientos completos en minúscula y las abreviaturas en mayúscula se da con otros nombres, como señor, usted, fray, don, etc. Lo trataremos en otra entrada.

La excepción de la norma vendría cuando, por tradición, el nombre (con el tratamiento incluido) se ha lexicalizado, ambos elementos funcionan como una unidad indivisible y, por tanto, se considera nombre propio al conjunto. El ejemplo que pone la RAE es el de Santa Teresa para referirse a santa Teresa de Jesús (en que, incluso, se ha acortado el nombre en la denominación más popular).

Reflexiones (III)

«El escritor corrige con la cabeza, en efecto, pero escribe con el corazón. Escribe con su vida, sus viernes soleados, sus besos, sus astillas, sus zozobras, sus huecos. Escribe con las cosas más extrañas imaginables, pero no con la cabeza. La fantasía es en nosotros más primitiva que la realidad. Ahora bien, ni en el puro fantaseo, ni en la corrección a secas, reside exactamente la esencia de la creatividad. Los momentos auténticamente creativos de la escritura literaria tienen lugar en una zona intermedia también; allí donde el pensamiento dirigido y el pensamiento fantaseador se equilibran, se alternan, y lejos de oponerse comienzan a trabajar al unísono».

Mijaíl Batjin
1895-1975
Crítico literario y filósofo del lenguaje



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