Blog Mobas | El blog de las comas, los sustantivos, los libros y las cursivas

¡Qué gran libro Mónica!
Estoy de acuerdo contigo, ¿cómo puede alguien decir que no le gusta? Es increíble, tengo que releerlo.
Yo hoy me he decantado por Las olas.
Te pongo el enlace para que no tengas que hacerlo tú.
http://palabrasenmialmohada.blogspot.com.es/2013/11/2-un-libro-con-una-gran-frase-final.html
O aquí:
http://vecinoleon.blogspot.com.es/2013/11/2-un-libro-con-una-gran-frase-final.html

Buenos dias!Pues algo he leido de Gabo pero no este Cien años de soledad (podeis ajusticiarme 🙁 ) pero prometo ponerle solucion pronto…
Un beso

«Cien años de soledad» da para la mitad de categorías del reto por lo menos!
Yo me quedo con otro clásico:
«Así seguimos, golpeándonos, barcas contracorriente, devueltos sin cesar al pasado»
«El Gran Gatsby» de Francis Scott Fitzgerald»

¡Hola otra vez!
Por aquí yo también tengo que confesar que no he leído Cien años de soledad. Desde que alguien me recomendó leerlo con papel y boli en mano para ir desentrañando el árbol genealógico, me dio un poco de pereza y lo he ido aplazando. Creo que hay un día del reto para libros que me han recomendado muchísimo, así que éste irá de cabeza.
Para la frase final genial voy a elegir la de Hotel New Hampshire, de John Irving.
«Tienes que obsesionarte y mantener la obsesión. Y pasar de largo ante las ventanas abiertas».
No quiero reventar el argumento demasiado, pero las increibles y grotescas desventuras de la familia Berry atrapan desde la primera página. Y entre hoteles, culebrones, osos, prostitutas y anarquistas, contiene una sabiduría vital bestial. Es una novela de esas con frases y personajes que se te quedan enganchados hasta mucho tiempo después de haberla terminado.

¡Noooooooo!
Efectivamente, hay una adaptación, pero es un auténtico horror. La madre de todos los horrores en cuanto a adaptaciones al cine de libros se refiere.
Si la has visto, olvídala. Jodie Foster y Rob Lowe casi se cargan todo mi amor por la historia…

Grande Melquíades. Un gran personaje.

Ahora mismo no se me ocurre ninguna novela, pero sí un relato: «Los largos años», de Ray Bradbury. Se encuentra en «Crónicas marcianas» y el final es simplemente perfecto.

Pues sin ningún género de duda y por todo lo que significó en mi infancia me quedo con la Historia Interminable y su «Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión», qué gran final!

«La niña del faro», de Jeanette Winterson:

«Te quiero. Las dos palabras más difíciles del mundo. ¿Pero qué más puedo decir?»

¿Valdría? 😉

¡Oh, me las has quitado! El final de Cien años de soledad es apoteósico, es como si todas las piezas encajaran de repente en tu mente y ante ti quedara de golpe la colosal obra que es. Recuerdo la sensación que tuve al leer ese final: pensé esto es obra de un genio, ¿qué lechugas hago yo escribiendo si no voy a llegar ni a la mitad de esto en mi vida?

En fin, membranzas aparte, no tengo ahora mi biblioteca cerca como para indagar libros con buenos finales, pero sin consultar lecturas me quedaría con el final de La Regenta, todo un clásico:

«Ana volvió a la vida rasgando las nieblas de un delirio que le causaba náuseas.
Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo».

Final rotundo para mi gusto.

Esos superpoderes van un poco regular, pero no me voy a quejar porque he descubierto que las lamentaciones son la criptonita de la magia azul y debilita su poder. Que nos entienda quien pueda, Mónica. Un besazo.

El final de ‘El oficio de vivir’, el diario de Cesare Pavese:

«Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más.»

La frase la tengo, pero no tiene sentido si no has leído el relato, por eso o la puse. Es una frase que no tiene por qué llamar la atención pero que contiene una carga enorme si te has leído el relato :).
Ahí la dejo de todas maneras: «Noche tras noche, año tras año, la mujer, sin ningún motivo, sale de la casa y mira largamente el cielo con las manos en alto, mira la Tierra, la luz verde y brillante, sin saber por qué mira, y después entra y echa al fuego un trozo de leña, y el viento sigue soplando y el mar muerto sigue muerto».

Wow, cómo lloré con el final de Cien Años de Soledad, como dicen acá, fue como si todas las piezas encajaran, era chica cuando lo leí y no entendí muy bien todo, me entreveraba con los personajes, pero estaba tan bien escrito que me llevaba y me llevaba, y siempre amé, por sobre las historias, una buena narración.
Lo mismo me pasó años después con Las Palmeras Salvajes, de William Faulkner, fue seguir y seguir leyendo, atravesando tristezas, soledades, dolores y letras, muchas letras, para llegar a otro de los mejores finales de novelas que leí:
«No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de que se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la ceremonia dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.»
Después de todo lo que pasan los personajes, cerrar con esa conclusión es como PAH. Toda una lección filosófica, poética, narrativa… ¡Eso es lo que hacen los buenos escritores! En ambos libros lloré mucho al terminar, terminé abrazándome en la cama (qué lindo leer en la cama, de noche, con el pañuelo, llorando, parezco una bridget jones que se hace la culta), abrazando al libro y llorando de alegría y tristeza a la vez.

Les dejo un abrazo!

Es final es desgarrador… demasiada profundidad en tan pocas palabras…. quisiera en mi vida alcanzar una fraccion de su contundencia… hasta parece la historia de mi pais… o de mi vida, la cual tambien resumo en esas palabras… que grande gabo.

Bello Libro! Solo tengo 16 años He Leiido Muchos Liibros pero sin duda esta es la mejor obra literaria de Gabo! Lastima hemos perdido a un escritor soñador en su mundo de fantasia exquisitamente atractivo llamado «Macondo» El lugar donde Gabo plasmaba las ideas de su mente soñadora e ilusiionada sin duda transformo nuestra forma de leer.! Les recomendaría Que leyeran «El Coronel no tiene quien le escriba» de Gabo Es Un Buen Libro! Lean también a Froylan Turcios un hondureño con una mente siimpatiica & con locuras amorosas eso lo resume en su libro «Almas Tragicas» Un romantiico & conmovedor libro Paara los Amantes de las novelas En donde las pasiones prohibidas son el pilar de la atención.!

-Buenas Noches!Amigos lectores!
-Desde Honduras!

No me entra en la cabeza que alguien pueda escribir así, como Gabo hizo en <>. Da la sensación de que escribió la novela en un solo día…
A mí me conmovió mucho la novela <>, de Delibes. La escena en que los campesinos esperan su ruina en la cantina entre el silencio de la madrugada me emocionó.

Quería decir «Cien años de soledad» de gabo y Las ratas» de Delibes…
Perdón.

Recuerdo el donde estaba cuando lei el fnal de cien años de soledad, recuerdo haberlo leido sin parar, como dentro de un huracan jeje, otro que me gusto fue El perfume , al final una pregunta queda flotando en el aire como un perfume, ¿que es el amor? y si Jean Baptiste habria encontrado la respuesta.

«Desde luego, nada de lo que aquí dije, es cierto; pero es verdad» Chamanes Somos

[…] años de soledad de Gabriel García Márquez Sinopsis de http://mobas.es/blog/2013/11/02/un-libro-con-una-gran-frase-final-30-libros :” Me parece la novela perfecta. La he leído un montón de veces y nunca me canso de ella, […]

De Cien Años de Soledad, odié cada una de sus páginas, pero no lo pude dejar de ojear, como si me persiguiera a donde fuera, como una pesadilla asfixiante de 300 hojas de las que no puedes escapar, entre más absurda la historia más me parecía real, llena de una paradoja, dibujando la infancia como un espejismo, – me encontré intentando descubrir las cosas y poniendo nombre a cada sentimiento como si no hubieran existido antes, ¿te das cuenta?,… parece haber estado allí,
–Mc hostigará mientras queden emociones por nombrar y a punta de dedos descubrir, no importa como lo llamen los demás -, es una espera imprudente, sin saber ni importar a quién, ni porque, mientras el tiempo pasa, -creo que inventaron el tiempo-.

«Ogni tanto, nelle giornate di vento, scendeva fino al lago e passava ore a guardarlo, giacché, disegnato sull’acqua, gli pareva di vedere l’inspiegabile spettacolo, lieve, che era stata la sua vita.»