Últimos artículos

Insultos

Vamos a empezar la semana con un poco de humor, que falta hace… Ayer vi por Facebook un artículo de la GQ sobre insultos. Como me eché unas risas, he decidido enlazarlo, para que busquéis esos que podríais guardaros en la recámara para cuando sea menester. 😉

Por cierto, no están mis insultos favoritos. Me encantan pazpuerca, tolete (que es como llaman a los bobos en Canarias) y, por supuesto, sinsorgo (que es el sinsustancia versión bilbaína).

Hala, pues a elegir insulto favorito. ¡Buen lunes!

221 insultos en castellano que deberías saber

Sara Mesa: ‘Cicatriz’

No sé qué me está pasando últimamente con Anagrama que, novela suya que elijo, novela que devoro y me encanta. Hoy, una que me ha parecido un auténtico novelón: Cicatriz, de Sara Mesa.

'Cicatriz'

‘Cicatriz’

Sonia conoce a Knut en un foro literario de internet y, a pesar de los setecientos kilómetros que los separan, establece con él una particular relación marcada por la obsesión y la extrañeza. Entre la atracción y la repulsión, no puede evitar sentirse fascinada por este personaje insólito y perfeccionista, que vive fuera de toda norma social y que la corteja a través de suntuosos regalos robados. «Le gustaba ir siempre bien vestido, incluso para ir a robar una simple lata de conservas. Tan joven y hablando de escritores del XIX. Filosofando. Cuestionándolo todo. Teorizando sobre el individuo y el grupo, y la hipocresía social, y los chivos expiatorios, y Dios y el destino, la virginidad y el sexo. Solía decir que no hay placer comparable a pensar. Y no, no era petulante ni vanidoso. Era simplemente… exhaustivo». Su necesidad de poner distancia cuando Knut se vuelve demasiado absorbente, pero también su irrefrenable curiosidad y el ansia de vivir experiencias más allá de una existencia excesivamente reglada, llevarán a Sonia a una doble vida secreta en la que quedará atrapada durante años sin posibilidad de exculparse.

En esta inusitada historia, Sara Mesa recupera temas que ya aparecieron en sus primeras obras narrativas, dándoles forma a través de un estilo conciso y ecléctico en un mundo —frío, escasamente comunicativo— cuyas reglas establecen únicamente los propios personajes que lo habitan. Cicatriz no es solo una inquietante historia de amor descompensado protagonizada por dos seres muy distintos pero a la vez complementarios, es también una reflexión sobre la sociedad de consumo y los robos a gran escala en grandes almacenes, la sumisión y el poder, la anulación del deseo y la carnalidad, el refugio de la infancia, la fantasía como alternativa, la culpa y la expiación, la escritura y la vocación literaria.

Podría empezar (y terminar) esta entrada diciendo lo siguiente: en mi próxima vida, quiero ser escritora y escribir como Sara Mesa. Creo que queda todo dicho. De verdad que me ha parecido una novela buenísima. Eso sí, un rato inquietante también.

Cicatriz es la historia de dos personas que se conocen a través de internet porque, en teoría, tienen un interés en común: la literatura. A partir de ahí se establece un vínculo entre ellas, bastante extraño y perturbador, marcado, sobre todo, por la obsesión que él siente por ella. Y ella, viviendo una doble vida (cosa fácil cuando nos parapetamos tras pantallas), se deja arrastrar por una curiosidad morbosa que la lleva a situaciones que rechaza y anhela por igual.

Knut se enamora (¿es amor, qué narices es esto?) de Sonia y empieza a escribirle y mandarle regalos. Empieza con libros. Después llegan los perfumes. Y los zapatos. La ropa. La lencería. Todo de marca. Todo robado. Pero ella no se niega. Al contrario, no se puede resistir a lo que él le da. Quiere rechazarlo a temporadas, pero siempre vuelve a él. Es todo una locura. Y se intuye que es algo turbio, que no puede llevar a buen puerto.

En Cicatriz hay una crítica a lo desconectados que vivimos los unos de los otros en este siglo. Las relaciones son efímeras, muchas veces ni siquiera físicas. El anonimato de internet tiene sus peligros (ojito, a ver a quiénes conocéis por la red). Y, además, estamos anclados en el mundo del consumo (es la novela en la que más nombres de marcas aparecen que he leído en mi vida): otra crítica muy explícita.

Desde luego, leyendo la novela da la sensación de que vivimos rodeados de mierda, que nada merece la pena. Y esa sensación de constante acoso, casi de intrusión en nuestras vidas a través del personaje de Knut, que es un chalado en toda regla… ¡es angustioso a ratos! Pero la novela engancha. Y quieres saber más. A pesar de que, por el desorden cronológico, conoces detalles de la historia desde el comienzo. Y, aun así, no se puede dejar de leer. Merece mucho la pena esta novela.

La autora, Sara Mesa, me parece un auténtico descubrimiento. Me han hablado muy bien de Cuatro por cuatro, su anterior novela, intentaré hacerme con ella cuanto antes. Y, ya sabéis, yo en mi próxima vida quiero ser escritora y escribir historias perturbadoras con la solvencia y buen hacer de Sara Mesa.

¿Alguien ha leído Cicatriz? ¿Os llama la atención? ¿Alguien ha leído Cuatro por cuatro y me puede decir si realmente es tan buena? Tenéis los comentarios para lo que queráis, como siempre.

‘Tres cosas que aprendí mientras mi avión se estrellaba’

El otro día estuve hablando con mis amigos de una charla TED que se debe de estar poniendo de moda, porque varias personas me la han mencionado en poco tiempo. Como a todos nos pareció interesante (reconozco que a veces nos ponemos intensitos), he pensado que igual estaría bien traerla al blog. Dura solo cuatro minutos y hace pensar… Aunque está en inglés, tiene subtítulos, así que no hay problemas.

Charla de Ric Elias

¿Qué cambiaríais de vuestras vidas si os vierais en una situación como la de Ric Elias? Ahí lo dejo… Si queréis, tenéis los comentarios abiertos.

Michel Houellebecq: ‘La posibilidad de una isla’

A la espera de que nos llegue a España la última novela de Michel Houellebecq (ahora creo que la anuncian para mayo), cayó en mis manos La posibilidad de una isla. Y, aunque no me ha gustado tanto como otras novelas del autor, vuelve a poner el dedo en la llaga.

'La posibilidad de una isla'

‘La posibilidad de una isla’

«¿Quién, entre vosotros, merece la vida eterna?».

La posibilidad de una isla es la historia de Daniel, famoso por sus monólogos cáusticos en los que mezcla la provocación con una visión fría y cruel de la existencia. El protagonista narra los últimos años de su vida, sus relaciones sexuales y amorosas con Isabelle y con Esther, y su contacto con una secta cuyos miembros aseguran que el ser humano alcanzará la inmortalidad.

Temas filosóficos, sociales, políticos y científicos, clonación y sexo, juventud y vejez, violencia y deseo… Toda la fuerza del pensamiento de Houellebecq se da cita en las narraciones de Daniel1, Daniel24 y Daniel25, que, separadas por dos mil años, se cruzan en una trama donde las ideas tiran a dar.

Alguien me dijo una vez que, leída una novela de Houellebecq, leídas todas. Y tengo que reconocer que, en parte, esa persona tenía razón. Y lo he comprobado una vez más con La posibilidad de una isla, que no deja de ser una variación de todo lo que había leído antes de él a la que incorpora un elemento de ciencia ficción y un final apocalíptico.

Y es que Houellebecq trata sus temas habituales y llega a las mismas conclusiones que en otras de sus obras. La sociedad está enferma. Una vez que envejecemos o que nuestros cuerpos se marchitan, ya no valemos. Nos relacionamos mal: el amor no existe y, si aparece, siempre lo hace en desequilibrio (hago un inciso aquí, porque sí hay una relación de afecto sincero: la de los hombres con sus mascotas; Daniel siente verdadero cariño por su perro Fox y siente más su muerte que la de algunas de sus parejas). La única forma de relacionarse es el sexo (también de forma poco equilibrada a veces; por cierto, esto sobra pero, por si acaso, aviso de que hay mucho sexo explícito en la novela). Hay crítica a cualquier expresión artística o humanística. La religión es una pantomima. Y, de hecho, la religión, la creación de una secta en realidad, es el detonante de todo lo que ocurre en la novela. Vamos a morir solos. ¿Quieres cambiar tu vida y ser inmortal? Síguenos, te vamos a ayudar. La ciencia te va a ayudar. Se crea una nueva «raza» más avanzada, la de los neohumanos, cuyos miembros no necesitan relacionarse con los demás, vidas asépticas.

He mezclado todo mucho, para que os quedéis con ideas sueltas y acudáis a la novela si os han llamado la atención. Houellebecq no deja indiferente. Para bien o para mal, es difícil acabar una novela del autor francés y no haber sentido nada (aunque sea repulsión o tristeza o soledad o desesperanza…). Eso sí, esta novela es la más floja del autor (me queda una por leer, pero me han asegurado que esta es la peor). Yo sigo esperando Sumisión

Vuestro turno. ¿Queréis comentar algo de la novela, de Houellebecq, de Sumisión, de cualquier cosa? Pues tenéis los comentarios abiertos para lo que queráis.

‘Asesino’

Vuelta de las vacaciones con una palabra supercuriosa: asesino. ¿Sabéis de dónde viene y qué significa el término asesino?

Asesino viene del árabe hassasin y significa, literalmente, ‘adicto al hachís’. ¿Cómo se explica esto? ¿Cómo llegamos al significado actual desde su origen?

Tenemos que retrotraernos hasta la época de las Cruzadas. Por aquel entonces, existía una secta musulmana, la de los nizaríes, que se hizo muy conocida por su estrategia de acabar con la vida de dirigentes políticos o militares de forma selectiva. Según parece, perpetraban estos actos bajo la influencia del hachís (más bien, ahora se dice que se relajaban después de sus acciones con el hachís, bastante más plausible). Esta costumbre de los nizaríes empezó a ser muy conocida, por lo que sus enemigos comenzaron a llamarlos hassasin, es decir, ‘los adictos al hachís’.

La forma de matar de este grupo, de manera selectiva y siempre planeándolo, tiene mucho que ver con el actual concepto de asesinato (distinto, por cierto, al de homicidio, término que viene del latín homicidium y significa ‘que mata (cadere) a un ser humano (homo)‘ sin que tenga que haber premeditación y alevosía de forma necesaria).

Dos de abril: Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil

Hoy es el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Se celebra el 2 de abril para conmemorar el nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, autor de algunos de los cuentos infantiles más famosos de la historia (por poner solo algunos ejemplos que todos conocéis: «El soldadito de plomo», «El príncipe feliz», «La princesa y el guisante», «La sirenita» o «El traje nuevo del emperador»).

Y este día es la excusa perfecta para que les regaléis algún libro a vuestros enanos (y no tan enanos). Estaréis potenciando su imaginación y su creatividad, ejercitando su cerebro, mejorando su concentración, desarrollando su empatía… Aprenderán sobre el mundo, tendrán mejores habilidades lingüísticas y conseguiréis un ratito de ocio y relajación. La lectura es buena a cualquier edad, pero aún más en la infancia. Así que, ya sabéis, hoy toca un ratito de lectura con los pequeñajos. Y a disfrutar.

Reflexiones (XLVII)

«Forma parte de la belleza de la literatura. Descubres que tus deseos son deseos universales, que no estás solo ni aislado de nadie. Que perteneces».

F. Scott Fitzgerald
(1896-1940)
Escritor estadounidense

No puedo estar más de acuerdo. Estamos todos en el mismo barco… (Y si no habéis leído El gran Gatsby, ¡hacedlo!).

Jean-Paul Didierlaurent: ‘El lector del tren de las 6.27’

Pues resulta que leí una novela de Houellebec y, después de su lectura, decidí que tenía que cambiar a algo amable, humano, bonito, optimista… Y me recomendaron El lector del tren de las 6.27, de Jean-Paul Didierlaurent.

'El lector del tren de las 6.27'

‘El lector del tren de las 6.27’

Guibrando Viñol no es ni guapo ni feo, ni gordo ni flaco. Su trabajo consiste en destruir lo que más ama: es el encargado de supervisar la Cosa, la abominable máquina que tritura los libros que ya nadie quiere leer. Al final de la jornada, Guibrando saca de las entrañas del monstruo las pocas páginas que han sobrevivido a la carnicería. Cada mañana, en el tren de las 6.27, se dedica a leerlas en voz alta para deleite de los pasajeros habituales. Un día descubre por casualidad una pieza de literatura atípica que le cambiará la vida.

La amistad une a un grupo de personajes aparentemente anodinos, probables compañeros invisibles de nuestros viajes cotidianos en tren, que esconden mundos extraordinarios donde todo es posible: un vigilante de seguridad que habla en verso, una princesa cuyo palacio es un aseo público y un mutilado que encuentra sus piernas en el lugar más extraño. En una mezcla insólita de humor negro y dulzura, celebramos con ellos el triunfo de los incomprendidos.

Pues voy a ser muy clara: si esto es lo humano, bonito y amable… ¡qué aburrimiento! No me ha convencido nada esta novela y, si la he acabado, ha sido solo porque es muy breve (unas 200 páginas con un cuerpo enorme).

Ya desde el principio me pareció una mezcla curiosa y desequilibrada, que yo relacioné con dos referentes: la película Amélie y la maravillosa novela de Bohumil Hrabal Una soledad demasiado ruidosa (si no la habéis leído, ya estáis tardando). Pero, ni logra el encanto de Amélie, ni la hondura y la factura de Una soledad demasiado ruidosa. (El otro día comenté esto por Twitter y me preguntaron el porqué de estos dos referentes. Amélie, porque la novela quiere ser buenrollista e ir «ayudando» personaje a personaje, pero no tiene el sentido del humor ni la magia de la película. Una soledad demasiado ruidosa, por la trituradora de libros de los que se salvan páginas; pero ya le gustaría a esto ser la historia de Hanta).

La novela, para mí, no funciona. La primera parte es pesada y, después, hay una desconexión total entre las historias, que casi parecen compartimentos estancos, no da sensación de novela. Y, además, las tramas no resultan interesantes. Los textos que se leen (y se reproducen) son terriblemente tediosos. Vamos, que me ha resultado todo un auténtico tostón.

No sé si alguien habrá leído la novela. Si alguien lo ha hecho y tiene una opinión distinta, por favor que me lo cuente. A mí, desde luego, no me ha podido decepcionar más.

Acrósticos

Hoy, entrada divertida. Vamos a jugar un poco. ¿Sabéis qué es un acróstico? 🙂

B-B8InTIAAAuMo1.jpg-large

Julio, eres…

Un acróstico es una composición (puede ser poética, pero no es necesario que sea así), cuyas letras iniciales, medias o finales forman una frase. Los pusieron de moda los poetas provenzales en la Edad Media, pero en la poesía castellana tenemos ejemplos muy conocidos de acrósticos. Quizá uno de los más famosos sea el prólogo de La Celestina, donde vemos el nombre del autor de la Tragicomedia de Calisto y Melibea.

Actualmente, buscando, también podemos encontrar acrósticos (recuerdo un episodio de Los Simpson en el que la madre de Homer le deja mensajes secretos de esta forma en el periódico). Yo hoy os voy a poner un ejemplo que apareció hace poco más de un mes en el periódico La Razón; es probable que ya lo hayáis visto porque ha estado rulando por Twitter y Facebook, pero con esto ya no se os va a olvidar nunca qué es un acróstico. Os dejo la foto (la podéis ampliar pinchando en ella, que ahora está muy chiquitita), leéis la primera letra de cada fila… y os echáis unas risas (solo le falta un «Y lo sabes» al final). 😀

¡Feliz jueves, putos amos! 😉

Estrella

00436563

‘Cause in a sky full of stars, I think I see you…

Esta entrada, probablemente, la entienden muy pocas personas. Va dedicada a ellas y, sobre todo, a ella. Os quiero todo y más. Un abrazo muy apretado. Un beso gigantesco.



Copyright © 2009–2015. Todos los derechos reservados.

Canal RSS. This blog is proudly powered by Wordpress and uses Modern Clix, a theme by Rodrigo Galindez modified by Arturo Martín.