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‘Digresión’

La acción de interrumpir un discurso e irse, como popularmente se dice, por los cerros de Úbeda, se llama digresión. Es incorrecto (y da sensación de pobreza léxica) emplear disgresión (con ese).

A ese profesor no se le sigue bien por las continuas disgresiones que hace… ×
A ese profesor no se le sigue bien por las continuas digresiones que hace…

Tendencia a alargar las palabras

Existe, hoy en día, una tendencia exagerada a alargar palabras mediante el empleo de sufijos. En ocasiones pensamos que cuanto más largas y complejas sean las palabras de nuestro discurso, este parecerá más culto. No obstante, muchas veces conseguimos el efecto contrario: un texto excesivamente pedante y recargado.

A continuación tenéis una lista de palabras que, aunque no son incorrectas, deben utilizarse con cautela y sin abusar de ellas:

  • Influenciar por influir.
  • Culpabilizar por culpar.
  • Paralización por parálisis (en determinados contextos).
  • Posicionamiento por posición.
  • Concretizar por concretar.
  • Intencionalidad por intención.
  • Regularización por regulación.
  • Peligrosidad por peligro.

Porque somos de Bilbao…

Nacer en la capital del mundo marca. Es inevitable. No todo el mundo tiene el privilegio de haber nacido en Bilbao (aunque los de Bilbao nacemos donde nos da la gana); y, cuando se respira Bilbao desde la infancia, el carácter se forja de una manera muy determinada y genuina, que nos hace fanfarrones, orgullosos, generosos… Y, por supuesto, eso se refleja al hablar. ¿Cuántos de vosotros os atreveríais a entrar en una librería y pedir un mapamundi de vuestra ciudad? Eso solo lo hacemos los bilbainos (con diptongo, que es como lo pronunciamos nosotros a pesar de que la RAE se empeñe en decirnos que es hiato y nos coloque la tilde).

Ahora ya fuera de bromas (¿o no lo son?), Bilbao tiene, como todos los lugares, su léxico propio. Palabras que todo bilbaíno entiende, pero que dejarían con la boca abierta a más de un viajero que se acercara a estas tierras… Por eso, y como buena bilbaína que soy, he decidido dedicar este artículo a esos vocablos bilbaínos (y, por ende, vizcaínos), propios, nuestros, que nos caracterizan tanto como la devoción por la Amatxu de Begoña, las salidas a tomar txikitos por las Siete Calles o el fervor por los leones de San Mamés.

Varias consideraciones previas. La primera es que en Bilbao hay dos lenguas oficiales, el castellano y el euskera, y esa convivencia de las lenguas hace que se mezclen con cierta asiduidad; de ahí que muchas de las palabras que veamos sean, en realidad, términos provenientes del euskera. La segunda es que algunas de estas palabras están en pleno uso pero otras van desapareciendo; yo las he tomado del Lexicón etimológico, naturalista y popular del bilbaino neto compilado por un chimbo (1896), de Emiliano de Arriaga (1844-1919). Y, por último, que es habitual ver estas voces con su grafía euskera, pero yo las he tomado tal como aparecen en el Lexicón, adaptadas al castellano (aviso, por si acaso, por si os duelen los ojos al ver Bocho en vez de Botxo).

Bocho: Es como llamamos a Bilbao en Bilbao. Viene de la voz castellana boche y significa ‘cavidad, agujero’. Bilbao, al estar rodeada de montañas, está como en un agujerito, un bocho.

Babasorro: Así es como llamábamos, algo despectivamente, a los oriundos de Vitoria (con los que siempre ha habido cierta rivalidad, aunque nada comparable con la que tenemos con los de San Sebastián; rivalidades sanas, no penséis mal). Viene de la voz vasca babazorro, literalmente ‘vaina de habas’.

Chimbo: A los alaveses no les gustó lo de babasorro y nos empezaron a llamar chimbos, nombre de un pájaro muy frecuente antiguamente en Bilbao. Pero a los bilbaínos, tan orgullosos de sí mismos y sus cosas, les encantó el mote y lo han perpetuado. Y no es esta la única palabra típica de Bilbao que haga referencia a los chimbos. Incluso había un barquito muy famoso (creo que ahora hay otro), que recorría la ría y se llamaba Chimbito. Por no hablar del jabón Chimbo (uno tipo Lagarto).

Chimbera: Ya hemos apuntado que en Bilbao había muchísimos ejemplares de chimbos (aves paseriformes de la familia Muscicapidae, género Sylvia). Era costumbre ir a cazarlos para después consumirlos por su agradable sabor. Los chimbos se cazaban con la chimbera, que es como llamamos a la carabina o escopeta de aire comprimido.

Chirene: Adjetivo que se le atribuye al bilbaíno gracioso, con salero, siempre orgulloso de ser de Bilbao. Las ocurrencias de los chimbos chirenes serían las chirenadas.

Goitibera: Es un carrito, fabricado artesanalmente, normalmente de forma triangular y con tres ruedas. Son, aún hoy, muy populares las carreras y bajadas de goitiberas siempre que hay un festejo. Goitibera viene del euskera, goitik behera, literalmente ‘de arriba abajo’.

Tripaundi: Significa ‘tripa grande’. Es como llamamos al típico bilbaíno tripón, glotón, gastrónomo insaciable. Y es que ya se sabe que comer bien, en Bilbao, es una religión.

Mocordo: Porque comer mucho tiene sus consecuencias… Os copio lo que decía Emiliano de Arriaga: «(Del eusk. mokordo). Humana defecación, siempre que sea producto de persona robusta y sanota y aparezca según su calibre ya a modo de chorizo, de morcilla, o de lingote ligeramente curvo, bien enjuto y solidificado…». Sin comentarios. Perdonad que me haya puesto tan escatológica (aunque era divertida la definición, ¿no?). Esta palabra es conocidísima en Bilbao y, de hecho, poca gente sabe cómo llamar a semejante elemento en castellano (mojón, por cierto).

Sirris: En palabras de Emiliano de Arriaga: «Hacer sirris a una muchacha es pasar la mano disimuladamente o no, haciéndole caricias o carantoñas más o menos intencionadas».

Ganorabako: Del euskera, ganora, ‘modo, manera’, y bako, ‘sin’. Es la persona sin cabeza ni fuste para nada.

Coitao: Viene de cuitado y es el buenazo, inofensivo…

Sinsorgo: Es mi favorita, la empleo muchísimo. Es la persona insustancial y de poca formalidad. Las cosas que hacen los sinsorgos son sinsorgadas.

Arrecho: Según de Arriaga, «bien portado, entero, varonil y enérgico».

Arlote: Aunque es palabra castellana, con el significado de ‘descuidado, desaseado’ o de ‘bribón, holgazán’, en Bilbao se le añadió una nueva acepción y se aplicaba el término a quienes se ponían el mundo por montera…

Pitolerdo: Esta también se utiliza en mi familia. Es el que se pasa de lerdo, es decir, el archilerdo.

Hay muchas más y, por supuesto, muchas no son exclusivas de Bilbao, se han ido extendiendo. Espero haberos sacado alguna sonrisilla. Y si en vuestros lugares de origen tenéis palabras propias, contádnoslas en los comentarios.

Más ≠ mas

Para saber cuándo debemos emplear la forma más y cuándo mas, hay un truco muy sencillo. Cuando mas puede sustituirse por pero, nunca lleva tilde; en el resto de los casos, siempre deberemos colocarla.

Vamos a verlo con unos cuantos ejemplos:

No come mucho, mas está gorda. ↔ No come mucho, pero está gorda.
Vino corriendo, mas llegó tarde.  ↔ Vino corriendo, pero llegó tarde.

Como vemos, en estos casos el mas se puede sustituir por pero, así que no lleva tilde. No ocurre lo mismo en las frases que siguen:

Cinco mas dos son siete. ↔ Cinco pero dos son siete. × → Cinco más dos son siete.
No tienes mas dinero que yo. ↔ No tienes pero dinero que yo. × → No tienes más dinero que yo.
Nada mas llegar, me robaron la cartera. ↔ Nada pero llegar, me robaron la cartera. × → Nada más llegar, me robaron la cartera.
No tendré mas remedio que repetirlo. ↔ No tendré pero remedio que repetirlo. × → No tendré más remedio que repetirlo.

‘De arriba abajo’

El error del que os voy a hablar en este artículo es muy frecuente, pero creo que la explicación de por qué está mal usado es bastante convincente (con lo cual, seguro que os empieza a chirriar cada vez que lo veáis).

Es bastante habitual encontrar la expresión de arriba a abajo:

María no se cortó nada en mirar el modelo de Marta de arriba a abajo. ×

Sin embargo, como he anunciado, es incorrecto. Abajo ya lleva la preposición a dentro de sí, así que es redundante e innecesaria. La expresión correcta es, por tanto, de arriba abajo:

María no se cortó nada en mirar el modelo de Marta de arriba abajo. √

Redundancias

Redundancia es la repetición de información contenida en un mensaje. Las expresiones redundantes que voy a indicar a continuación se emplean con mucha frecuencia y, sin embargo, no son recomendables, pues ofrecen datos duplicados innecesariamente e imagen de pobreza léxica.

  • Subir arriba. Subir quiere decir ‘recorrer yendo hacia arriba, remontar’; es decir, en el significado del verbo ya está especificada la dirección, por lo que es totalmente innecesario añadir arriba. Este ejemplo nos sirve para otras expresiones como bajar abajo, entrar adentro, salir afuera…
  • Proyecto de futuro. Agregar el de futuro no es necesario, puesto que este matiz ya está incluido en el significado del término proyecto, ‘designio o pensamiento de ejecutar algo’.
  • Protagonista principal. El diccionario define protagonista como ‘personaje principal de la acción en una obra literaria o cinematográfica’; es evidente, por tanto, que todos los protagonistas son principales.
  • Volver a releer, volver a revisar. El prefijo re- ya indica repetición; esto es, releer significa ‘volver a leer’; revisar, ‘volver a ver’…
  • Bifurcarse en dos direcciones/caminos/carreteras… Son numerosas las ocasiones en que nos podemos encontrar frases como La carretera se bifurca en dos caminos al cruzar el puente; pero bifurcarse quiere decir ‘dividirse en dos’, por lo que La carretera se bifurca al cruzar el puente es suficiente.

Símbolo del porcentaje

El símbolo del porcentaje (%), según la RAE, y a pesar de las normas que habitualmente se siguen para la expresión de los símbolos, se escribe pegado al número al que acompaña.

La etiqueta de ese producto dice que elimina el 99,99 % de los agentes patógenos. ×
La etiqueta de ese producto dice que elimina el 99,99% de los agentes patógenos.

La propia RAE lo marca como una excepción. Debemos evitar, por tanto (y a pesar de lo que puedan decir los manuales de ortotipografía) escribirlo separado.

‘Avestruz’

¿El avestruz o la avestruz? ¿Los avestruces o las avestruces?

Avestruz es voz masculina, a pesar de que muchas veces se utiliza en femenino (¿quizá por influjo del término ave?).

Las avestruces ×
Los avestruces

Corregirse a uno mismo

La semana pasada, una amiga me comentaba lo difícil que le resulta corregir sus propios textos. Nunca hemos tratado este tema en el blog y creo que puede resultar interesante, porque es un hecho que, al autocorregirnos, incurrimos en muchos más errores. Creo que aquí no hay trucos mágicos, pero sí os voy a contar lo que yo hago:

1) Conviene usar el corrector ortográfico ¡aunque sin fiarnos! Igual es una perogrullada, pero a mí a veces se me olvida que existe esta herramienta (quizá porque no me parece muy buena, pero eso es otro tema). Aunque no es, ni mucho menos perfecto, quizá pueda avisarnos de alguna errata.

2) Hay que intentar reposar el texto. Desde el momento en que se escribe hasta que se corrige, es conveniente que pase algo de tiempo. Si es posible dejarlo hasta el día siguiente, mejor, sobre todo si tenemos la sensación de que, al haberle dado tantas vueltas, casi nos sabemos el texto de memoria.

3) Resulta oportuno, asimismo, intercalar la lectura de textos de muy diversa temática. Es como un cambio de aire para la mente, un respiro… Después cogeremos nuestro texto descansados y con más ganas (lo que se traducirá en más atención).

4) Por supuesto, si tenemos la posibilidad de pasar el texto a otra persona después de haberlo corregido nosotros, mejor. Cuatro ojos ven más que dos… ¡Pero a ver a quién se lo damos! Lo siento, pero no todo el mundo sirve para corregir (y esto, por muy duro que sea, hay que tenerlo en cuenta).

¿Usamos ‘y’ o ‘e’?

Todos sabemos que la conjunción copulativa y toma la forma e delante de palabras que comienzan por el sonido /i/ (es decir, no importa si lleva o no hache).

No te preocupes por el siete que te has hecho: nada que no pueda arreglarse con aguja y hilo. ×
No te preocupes por el siete que te has hecho: nada que no pueda arreglarse con aguja e hilo. √

Esta regla tiene dos excepciones:

1) Cuando a ese sonido /i/ le sigue una vocal con la que forma diptongo, se usa y.

Un conductor en estado de embriaguez mata a una persona e hiere a dos más. ×
Un conductor en estado de embriaguez mata a una persona y hiere a dos más.

2) En oraciones interrogativas, hay veces en que la conjunción adquiere un valor adverbial (y se hace tónica). En ese caso, tampoco se cambia por e ante el sonido /i/.

¿Y Iñigo? [= ¿Dónde está Iñigo? ¿Qué pasa con Iñigo?]. √

Esta es la norma básica. Después hay casuística que puede hacernos dudar, lo trataremos en un próximo artículo.



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