El libro que estás leyendo ahora mismo (30 libros)
Hoy me veo obligada a hacer trampa: no puedo hablar de un único libro. Mi forma caótica de leer hace que vaya picando de aquí y de allá, y siempre estoy con varios libros a la vez. Me acostumbré a leer así en los tiempos de la universidad, en que, como tenía varias asignaturas de literatura distintas a la vez, había que ir leyendo de todo al mismo tiempo. Después, por mi trabajo, también leo desordenadamente. Al final, mi cerebro se ha hecho a ello y no mezclo las historias (todo un logro, porque no os imagináis lo desastre que soy a veces). En este momento estoy con «solo» cuatro libros (lo normal es que esté con cinco o seis al retortero): La inmortalidad de Milan Kundera, Ya solo habla de amor de Ray Loriga, Ensayo sobre la ceguera de Saramago y La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares.
‘La inmortalidad’
A partir del gesto encantador de una mujer de cierta edad, el escritor crea el personaje de Agnes, alrededor de la cual aparecerán su hermana Laura, su marido Paul, y todo nuestro mundo contemporáneo en el que se rinde culto a la tecnología y la imagen. Pero ¿y si el hombre no fuera sino su imagen?, pregunta otro personaje, Rubens, quien comprueba finalmente que de la más excitante de sus amantes solo le quedan dos o tres fotografías mentales. Esta novela transforma todos los aspectos del mundo moderno en cuestiones metafísicas. Su forma es polifónica: las aventuras de los personajes imaginarios se mezclan con la historia de dos candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina von Armin; la reflexión sobre el nacimiento del homo sentimentalis en la historia de Europa alterna con las peripecias parisienses del singular profesor Avenarius, para quien el mundo de hoy no sirve sino como objeto de juego. Kundera tiene el don de decir del modo más cristalino lo que a uno le resulta más difícil decirse, y en esta novela alcanza la cima de esta facultad.
Después de leer La insoportable levedad del ser el año pasado, decidí que iba a seguir leyendo a Kundera. Realmente, a la novela que le tengo más ganas es a La identidad pero, como conseguí esta, pues he empezado con ella. Os podéis hacer una idea del tipo de reflexiones que encierra la novela: sobre todo destacan los deseos de trascender más allá de la muerte a través del arte… Interesante, aunque reconozco que me está costando un poquito…
‘Ya solo habla de amor’
Incapaz de superar la pérdida del amor, Sebastián se entrega con entusiasmo a su fracaso, a la inútil corrección compulsiva de traducciones de poemas de Blake, a observar a las mujeres con dedicada atención, a abusar de la paciencia de sus amigos y a dar vida a Ramón Alaya, su álter ego imaginario, jugador de polo argentino, leal, fuerte, atractivo e ignorante de todo ese absurdo territorio de ficción que consuela a los locos en su derrota. En una sola noche se verá obligado a caminar más de lo que ha caminado durante los últimos años…
El comienzo me encantó, pero está yendo a peor… Espero que remonte. Es lo primero que leo de Loriga y no sé si su prosa será siempre así, pero me está pareciendo terriblemente original. La novela es muy cortita y no creo que me dure mucho más, así que supongo que escribiré su reseña en breve (bueno, no prometo pasarme mucho por aquí en mayo, la verdad; no sé si cambiaré de idea después). En el reto Elvira ha sugerido otro título de Loriga que le fascinó: Lo peor de todo.
‘Ensayo sobre la ceguera’
Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. Ensayo sobre la ceguera es la ficción de un autor que nos alerta sobre «la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron». José Saramago traza en este libro una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos que estamos viviendo. En un mundo así, ¿cabrá alguna esperanza? El lector conocerá una experiencia imaginativa única. En un punto donde se cruzan literatura y sabiduría, José Saramago nos obliga a parar, cerrar los ojos y ver. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, también, una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad.
Este es uno de esos libros que siempre tenía pendientes, pero que al final nunca elegía. Pero, claro, después de animarme a leerlo de manera tan vehemente un día por aquí (y, después, todo sea dicho, de alguna bronca que me cayó por no haberlo leído), cualquiera lo dejaba en la lista de pendientes más tiempo. ¿Qué puedo decir? Que me está gustando muchísimo… Y que me alegro de que me hayáis empujado a él (aunque es duro, ¿eh?).
‘La invención de Morel’
Un fugitivo acosado por la justicia llega en un bote de remos a una isla desierta sobre la que se alzan algunas construcciones abandonadas. Pasado el tiempo, el protagonista descubre el fin de su soledad absoluta, ya que en la isla han aparecido otros seres humanos. Los observa, los espía, sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones. Ese es el punto de partida del misterio, del tránsito continuo de la realidad a la alucinación que poco a poco lleva al fugitivo hasta el esclarecimiento de todos los enigmas.
Este libro puede compararse, por derecho propio, con los relatos más perfectos de Edgar Allan Poe. Su trama ingeniosa y, sobre todo, la admirable originalidad de la idea en torno a la cual gira la acción han convertido a La invención de Morel en una de las obras maestras indiscutibles de la literatura fantástica de todos los tiempos.
Siempre digo que este blog, además de muchísimo trabajo, me ha aportado algo increíble, que no me esperaba cuando lo empecé y que hace que todo merezca muchísimo la pena: sus lectores. Algunas de las personas que se han acercado a este rinconcito se han convertido en indispensables hoy por hoy en mi vida, he logrado reencontrarme con gente con la que hacía tiempo que no tenía relación y me ha unido a otros lectores o personas preocupadas por el lenguaje y sus intríngulis… Solo que me visitéis y me leáis ya es un premio para mí (y si comentáis, ni os cuento). Pero, claro, si encima un día llama el cartero a mi puerta y me trae un regalo de parte de una de las lectoras del blog… ¡felicidad absoluta! Y eso pasó la semana pasada: que me llegó este libro desde Sevilla, regalo de África (suele andar por los comentarios). África, te lo dije el otro día pero ¡muchísimas gracias de corazón! No era necesario, ni mucho menos, pero me hizo una ilusión loca… ¡Ya te contaré!
¡Os toca! ¿Qué libro(s) estáis leyendo ahora mismo? Como siempre, podéis contestar por Twitter o en los comentarios…
Y, colorín colorado, este reto se ha acabado. ¿Sí? ¿Seguro? Pues no… Quienes sigáis muy de cerca los comentarios sabréis que me hicieron una propuesta: un día 31 con un libro muy especial. Mañana descanso, pero el jueves o el viernes me paso de nuevo por aquí para contaros de qué va el asunto. ¡Gracias por un mes increíble!
Buenos días, Mónica:
Esta mañana cuando he visto la categoría me he dicho: «Hoy sí que sí», jajaja, y es que la mitad de los días no he tenido ningún libro con el que responder, pero hoy es muy facilito y aquí que me he colado de nuevo. Mi sorpresa ha sido enorme cuando veo que me dedicas unas palabras… Me ha hecho mucha ilusión, Mónica, mucha ilusión. Te doy las gracias, no solo por estas palabras sino por la ayuda que siempre me has brindado sin conocerme de nada, desde el principio, desde el primer día que me atreví a enviarte un correo para preguntarte todas aquellas dudas que rondaban por mi mente para poder iniciarme con la tarea que me gusta. Tal vez, no llegues a coger la dimensión de lo que eso ha significado para mí, pero te diré que gracias a eso ha vuelto la ilusión a mi vida, algo bueno por lo que luchar, con lo que sentirme bien. Así que el libro es solo un pequeño detalle… Al decirme que no lo habías leído, y como me gusta tanto…, quería que tuvieras algo que veo como un «pequeño tesoro». Gracias a ti, Mónica, por tu amabilidad y por el cariño con el que haces todas las cosas, como por ejemplo este reto con el que nos tienes enganchados. 🙂
Y bueno, respondo al reto de hoy ( perdón si estoy enrollándome hoy mucho pero tenía que decirlo). Estoy leyendo en este momento «El cuaderno de Maya» de Isabel Allende, pero como no me está gustando mucho he comenzado a leer «Rayuela», y sí, Mónica, como me decías es «dificilillo». 🙂
Un beso,
África