Un libro para el otoño (30 libros)
Son las once de la noche del 4 de noviembre (es decir, el día anterior a que esta entrada salga publicada) y no tengo ni idea de sobre qué libro «para el otoño» hablar. Normalmente, para cuando empieza el mes del reto, suelo tener muchos de los artículos ya escritos y programados, y todos (o casi todos) los libros de los que voy a escribir elegidos. Pero esta vez se me han atragantado algunas categorías del principio y no hay forma. No se me ocurre libro para el otoño, no se me ocurre libro para el invierno, no se me ocurre un libro que me haya dado miedo (porque, como soy una cagueta, no leo nada de terror), no se me ocurre un libro sobre una traición… y así unas cuantas más. Si a esto le sumamos mi absoluto agobio de trabajo (no os voy a contar cuál ha sido mi media de horas de sueño de las últimas dos semanas, porque es demencial; anoche no dormí, directamente), la cabeza no me rige bien para encontrar los títulos que sé que andan por ahí enterrados. Pero tengo que hablar de algún libro. Vale, ¿de cuál?
A priori, quería que mi libro para el otoño tuviera ciertas características. Sobre todo una: que fuera una historia de amor feliz. ¿Por qué? Porque a mí el otoño me parece una estación de lo más adecuada para esto, es de lo más tontorrona… Y quería que fuera una novela un poco larga. Y que no fuera ligerita, sino algo con enjundia. Una novela para pasar la tarde en el sofá con la mantita, el café, los gatos… Una tarde comme il faut. Pero ¿dónde está ese novelón, que no lo encuentro? Seguro que hay miles, cientos de miles, pero mi cabeza da para lo que da. He estado a un tris de tirar la toalla…
Entonces resulta que se me ocurre que, quizá, en vez de hablar de un libro «para el otoño», podría hablar del libro «del otoño». Y no porque trate de la estación precisamente, sino porque parece que, de repente, todo el mundo me habla de él (o yo le hablo de él a todo el mundo, que se ha dado en los dos sentidos). El libro en cuestión es La mujer justa, de Sándor Márai. Y no se ajusta a lo que yo quería, pero tampoco le va mal al otoño (aunque yo lo leyera en verano). Os cuento cómo ha ido la historia estos últimos días…
He hablado de este libro con varias personas por varios motivos. Primero, subí algunas frases que tenía subrayadas al Tumblr, y eso hizo que una persona sintiera curiosidad (creo que la hundí en la miseria ese domingo) y se convenció para leer la novela. Además, este sábado, a ratitos, me he leído La herencia de Eszter del mismo autor (es cortísima); lo comenté en Twitter y ahí comenzó un debate a muchas bandas (no me acuerdo de cuántos estuvimos en el ajo) sobre Márai y su obra. ¿Cuál es mejor, La mujer justa o El último encuentro (que es su novela más conocida)? Creo que ganó La mujer justa, por cierto… Y de La herencia de Eszter también subí frases al Tumblr y, esta vez, alguna a mi Facebook personal. Y me empezaron a preguntar por la novela, por el autor… Y hubo algún convencido más. Por cierto, después del reto, habrá reseña de La herencia…
¿Se adapta La mujer justa a lo que yo quería de mi libro para el otoño? Pues sí, salvo por un «pequeñísimo» detalle sin importancia: esto no es una historia de amor feliz, sino todo lo contrario. Es una historia de desamor, celos, pasiones, soledad y decadencia… Como ya hablé de ella en su día, no me enrollo más (vaya chapa os estoy metiendo, lo siento). No obstante, a excepción de lo de la felicidad, que yo quería un otoño feliz, el resto lo cumple con creces. Así que, media hora después de empezar a escribir esta chapa, he cumplido. Ya hay entrada y el reto gana una buena recomendación. Todos contentos; yo, al menos, sí, que me voy a la cama a la voz de ya a ver si recupero algo del sueño perdido estos días. Pero, antes, os animo a que comentéis hoy también. ¿Un libro para vuestro otoño? ¡Sorprendednos!
Pue syo voy a hablar de Viento del Este Viento del Oeste, que lo he leido este otoño y me ha parecido de lo más acertado, con esa historia de amor asfixiante y un poco tristona. Muy otoñal 😉