Recomendaciones para el Día del Libro
¡Albricias, estoy actualizando el blog! No me he olvidado de él, pero reconozco que ha pasado a un segundo plano en mi vida. Aun así, de vez en cuando me entran ganas de escribir y hoy ha sido uno de esos días. ¿Por qué? Porque he estado viendo listas de libros para el Día del Libro y he pensado que podría aportar mi granito de arena. Y aquí estoy, dos meses después…
Antes de que nadie me lo eche en cara en los comentarios, porque creo que se me va a notar demasiado: sí, voy a recomendar libros de amigos míos. Pero ¿qué le voy a hacer si vivo rodeada de tantísimo talento? Pues aprovecharme y leer maravillas a todas horas. Y otra cosa: las recomendaciones no son necesariamente novedades, ni mucho menos; sencillamente son libros que han estado rondándome en los últimos meses y que, creo, merecen la pena. Y, una vez hechos estos dos apuntes, empecemos a hablar de libros.
ENSAYO Y MEMORIAS
No he sido nunca gran lectora de ensayo ni de biografías o memorias, pero en los últimos años, sobre todo por mi trabajo, me he visto obligada a leer muchos libros de ensayo y ¡qué alegría! Un buen ensayo es un regalo. Os dejo algunos títulos que a mí me han encantado.
Andrea Marcolongo: La lengua de los dioses: nueve razones para amar el griego (Taurus)
Si cualquier lengua refleja el modo de organizar el mundo que tienen sus hablantes, el de los griegos antiguos resulta en verdad fascinante. Su concepción de la vida y de la realidad se traslada a su lengua, con particularidades que no dejan de sorprendernos. Este libro le encantará a cualquier persona interesada por las lenguas, porque, además, Marcolongo contagia su pasión por el tema. No es necesario saber griego, pero ayuda mucho (aviso). Dejaos fascinar por la forma griega (antigua) de concebir el tiempo o de expresar el amor. Para mí, un caramelito de libro.
Joan Didion: El año del pensamiento mágico (Literatura Random House)
Hace unos meses se estrenó en Netflix un documental sobre Joan Didion. Se titula El centro cederá (sigue en Netflix, por si queréis verlo, es una maravilla). El documental me conmovió muchísimo y decidí, ese mismo día, empezar a leer El año del pensamiento mágico, un libro en el que Didion narra todo lo que sucedió a lo largo de un año a partir de la inesperada muerte por un infarto de su marido. Es la crónica de un duelo y de la lucha por la supervivencia posterior; y es muy bello. Tengo pendiente Noches azules, donde se cuenta lo que sucedió unos meses después, cuando Didion perdió también a su única hija; reconozco que no he estado con la disposición de ánimo necesaria para enfrentarme a él. Desde aquí os recomiendo el libro y el documental de Netflix (si lo veis, entenderéis muchas cosas).
Linda Gray Sexton: Buscando Mercy Street (Navona)
Me hacía especial ilusión que saliera este libro, quizá porque he sido testigo desde la distancia de su gestación y crecimiento. La culpa de esto, por supuesto, la tiene Ainize Salaberri (la Stephen en este blog, y sí, es una gran amiga), traductora (y algo más) de este libro imprescindible para los amantes de Anne Sexton (y digo bien, amantes, porque me consta que a esta poeta se la ama). Ainize es una de esas amantes. Y cuando leyó estas memorias en inglés, se empeñó en que tenían que salir en castellano. Y se puso a ello. Iba a decir que hoy podemos disfrutar de estas memorias, pero estaría equivocando el verbo. Porque no se disfruta: se sufre, se piensa, se reflexiona, se llora y, sobre todo, se empatiza. Con la hija. Con la madre. La poesía como salvación (temporal) de la depresión y del suicidio. La palabra como clavo ardiendo al que aferrarse cuando la enfermedad acecha. Es una historia perturbadora y, sobre todo, muy auténtica.
Adam Hochschild: España en el corazón (Malpaso)
Reconozco que no soy muy de textos históricos y que, además, tengo la sensación de que la Guerra Civil española, quizá por ser un asunto aún no superado (a pesar de todo), está enrocada en un lugar del que le cuesta salir y, aunque aparece con mucha frecuencia en textos literarios, estos no (me) aportan nada nuevo. Bueno, pues este ensayo a mí me aportó una visión de la guerra y de sus circunstancias novedosa, probablemente porque sus protagonistas eran extranjeros: los brigadistas estadounidenses que vinieron a luchar por la República. ¿Por qué esas personas dejaban la «comodidad» del otro lado del océano y se embarcaban en esta guerra? ¿Por qué luchaban? ¿Qué ideales los movían? ¿Cómo vivían en España? ¿Quiénes fueron los héroes estadounidenses (e ingleses)? Muy interesante y entretenido, me pareció savia nueva sobre la contienda.
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POESÍA
Idea Vilariño: Poesía completa (Lumen)
En los últimos meses he regresado a los poemas de Idea Vilariño, una de las poetas en lengua española que más me gustan. La muerte, la vida, la luz, el amor, el desamor, el sexo… Temas universales que toman una forma bella y sobria.
María Sánchez: Cuaderno de campo (La Bella Varsovia)
Este poemario es vida. Y tierra. Y animales. Y sangre. Es una reflexión sobre el origen de todo y sobre nuestro propio origen. Y reivindicación. Desde que llegó a mis manos hace cosa de un año, he acudido a sus páginas varias veces. Como ya señalé cuando hablé de él en el blog hace unos meses, para mí queda como testigo de un momento muy dulce de mi vida. Un libro bellísimo.
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NOVELA, RELATO Y SIMILARES
Yahvé M. de la Cavada: El deseo de repetir (Aloha)
Quienes me seguís en las redes sociales, sobre todo en Facebook, habréis visto que he hablado mucho de esta novela. Es que me gustó mucho desde la primera vez que la leí (luego, por circunstancias, cayó otra vez). Fue el verano pasado, cuando El deseo de repetir no se llamaba así y era un archivo en pdf que buscaba editorial. Por aquel entonces, yo conocía al autor, Yahvé, pero no éramos aún tan amigos como ahora. Porque sí, esta es otra de las recomendaciones que os voy a hacer en que hay algún amigo mío implicado. La novela de Yahvé habla sobre los desubicados, sobre la frustración y la lucha por conseguir algo mejor en la vida. Sirve como bálsamo generacional, y es fácil o bien sentirse directamente aludido o bien conocer a alguien que se encuentra en esas situaciones. Las reflexiones de Yahvé son lúcidas; su estilo, fluido, directo, coloquial, rápido. Y la novela, además, está llena de música, como no podía ser de otra manera viniendo de Yahvé (el tío más chalado por la música que conozco). Y no pensaba hacerlo, pero acabo de decidir que os voy a copiar la dedicatoria de la novela, porque, si os veis reflejados en estas frases, la novela es para vosotros: «A cualquiera que ha sentido que se le iba la vida entre los dedos, o que ha notado partes del corazón o de las entrañas reventando muy despacio en cada decepción. A los que quieren, pero no pueden o no saben cómo. A quienes siguen luchando, y a quienes ya no pueden más. Y, sobre todo, a cualquier persona a la que una canción, sea cual sea, le haya ayudado a seguir adelante».
Paolo Cognetti: Las ocho montañas (Literatura Random House)
Están promocionando muchísimo este libro y sé que, solo por eso, mucha gente lo rechazará. Pero se perderían una novela muy muy tierna sobre la amistad y las relaciones padres-hijos, con la montaña como protagonista contundente y discreta (si sois montañeros, esta es vuestra novela). También hay traducción al catalán, publicada por Navona (Les vuit muntanyes).
Manuel Vilas: Ordesa (Alfaguara)
Cuando he escrito el subtítulo «Novela, relato», he añadido un «y similares» precisamente por Ordesa. No sé bien cómo calificarla, porque es mezcla de realidad y ficción. Es una obra desgarradora sobre la necesidad de sobrevivir y seguir adelante. Tengo medio libro subrayado (por si eso os dice algo). Eso sí, voy a hacer una confesión: cuando me recomendaron este libro, lo empecé a leer y… lo dejé: no conseguía meterme en él; un par de meses después, por circunstancias curiosas, lo retomé… y es muy bueno. Al menos acercaos a Ordesa, y luego ya decidís.
Charles Simmons: Agua salada (Errata Naturae)
Fue leer la primera frase de esta novela y saber que me iba a encantar. Y así fue. Para los curiosos: «En el verano de 1963 yo me enamoré y mi padre se ahogó». Ese verano de 1963 es un punto de inflexión en la vida de Michael, un adolescente que, en plenas vacaciones, va a descubrir qué es la vida (al escribirlo así, me recuerda un poco a Buenos días, tristeza, con la que tiene algún punto de conexión; con esto también entendéis que me gustara tanto). Una de esas joyas poco conocidas, que verdaderamente merece la pena.
Vivian Gornick: Apegos feroces (Sexto Piso)
Estos días se ha publicado otra obra de Gornick y creo que lo suyo sería hablar de ella, pero no la he leído aún. Así que os recomiendo Apegos feroces, que es buenísima, casi no hace falta decir nada más. Una hija pasea con su madre por Nueva York y, en sus diálogos, rememora su vida y cómo ha sido su educación sentimental, la educación sentimental que le ha dado esa mujer con la que pasea. Un tema que me interesa mucho y que últimamente ha pasado a formar parte de mis propias preocupaciones. Leed a Gornick.
Lucia Berlin: Manual para mujeres de la limpieza (Alfaguara)
Creo que he llegado tarde a este libro de relatos, pero dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Relatos llenos de humor, nostalgia y melancolía, a través de los cuales Berlin se hace eco de su propia vida. Otra obra que enseña a sobrevivir. Y es otra de esas joyas que, ojalá, se leyera mucho más (aunque sí que hubo runrún cuando Alfaguara la publicó).
Line Papin: El despertar (Alianza)
El despertar no es una novela muy conocida, pero la disfruté desde la primera a la última palabra, así que no podía faltar en esta lista, sobre todo porque, junto con la siguiente novela de la que os voy a hablar, es una recomendación casi personal para una de mis amigas (A., esta y la siguiente son para ti). Os voy a confesar que este tendría que haber sido mi libro de playa del año pasado (llamo libro de playa a aquellos que puedo leer en cualquier sitio, que no exigen mucho del lector), porque, llena de prejuicios, pensé que la primera novela de una chica de apenas veintiún años, que narra andanzas amorosas de unos jóvenes (prácticamente adolescentes) en el sudeste asiático, iba a ser una lectura ligera. Y me llevé un sorpresón, porque superó con creces cualquier expectativa que yo pudiera tener. Me encontré una novela fresca, bien construida, con personajes bien dibujados (cambia la voz según cuál de ellos narre, si bien a veces me pareció un poco forzado, he de admitir), con un cierto lirismo, y, la verdad, ojalá más estrenos así en el mundo literario. Le falta, sí, pero promete mucho. Y me gustó mucho, así que por eso la incluyo aquí (y porque, como ya he dicho, es recomendación personal para A.). Por cierto, de la misma colección de Alianza (que está apostando por nuevos valores), resulta también interesante Un invierno en Sokcho, de Élisa Shua Dusapin.
Laura Ferrero: Qué vas a hacer con el resto de tu vida (Alfaguara).
Otra recomendación directa para A. Después de leer su libro de relatos Piscinas vacías, cuando me enteré de que Laura Ferrero publicaba novela me lancé a ella. Y me pareció una lectura interesante. Laura Ferrero escribe muy bien, controla el ritmo, las pausas, las metáforas (aunque pueden resultar a priori poco originales, las islas y los faros, Ferrero las usa con mucha inteligencia), y es otra novela, como la de Yahvé que he mencionado antes, que te coloca en la treintena muy perdido en la vida. A., te va a encantar, hazte con ella.
Han Kang: La vegetariana (Rata Books)
Una novela traumática sobre una persona que toma una decisión que las personas de su alrededor no entienden. Una decisión que ella va a llevar hasta las últimas consecuencias. Dividida en tres partes, con tres voces que nos dan cuenta de lo que le va sucediendo a la protagonista, es una propuesta controvertida y valiente.
Pedro Mairal: La uruguaya (Libros del Asteroide)
Incluyo esta novela aquí por varias razones. La principal: la disfruté mucho y me divertí enormemente con ella. Además, la leí la tarde del 23 de abril del año pasado. Me entusiasmó, la he recomendado todo lo que he podido y más, y no puedo esperar a que llegue el día de mi cumpleaños, fecha de salida de su nueva novela. Si queréis pasar un buen rato con las cuitas de un hombre cuyo mundo se está derrumbando y lo intenta arreglar quedando con una mujer de su pasado, leed La uruguaya. Sonrisas garantizadas.
Carson McCullers: La balada del café triste (Seix Barral)
El año pasado, con motivo del centenario de Carson McCullers, la escritora de los inadaptados y marginados del Sur de Estados Unidos, Seix Barral decidió republicar toda su obra y, para la ocasión, le encargó las cubiertas a la ilustradora Sara Morante (sí, también amiga mía). A raíz de esto, Sara me empezó a hablar de McCullers y he leído varias obras suyas desde entonces. Os recomiendo este libro de relatos, quizá su título más conocido, pero toda su obra merece mucho la pena.
Mohammed Chukri: El pan a secas (Cabaret Voltaire)
El pan a secas, novela autobiográfica de Mohammed Chukri, es el texto más duro, cruel y desestabilizador que he leído nunca, reflejo de la mezquindad del ser humano. Sin embargo, hay luz, hay esperanza, solo que no se vislumbra hasta las últimas páginas. Estoy deseando continuar con la trilogía (aunque, según me dicen, el libro verdaderamente bueno es este). Si hoy visitáis alguna librería, echadle un ojo.
Annie Ernaux: La mujer helada (Cabaret Voltaire)
Como siempre que últimamente recomiendo libros menciono a Annie Ernaux, tenía que aparecer hoy aquí. He elegido La mujer helada, pero podría haber sido también, por ejemplo, Memoria de chica. Ernaux se ha convertido en una de mis autoras predilectas. Su obra se enmarca en la autoficción, aunque le confiere a todo una distancia que la hace peculiar. Su estilo es gélido, frío, calculado. Sus historias, las de una mujer en constante lucha por reivindicarse. Imprescindble para mí ya, Annie Ernaux.
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¡Feliz Día del Libro! (Como siempre, tenéis los comentarios a vuestra disposición).
Muchas gracias por escribir esta entrada, Mónica. No sabes lo bien que me vienen estas recomendaciones.Últimamente me cuesta acertar con los libros que leo, o más bien, intento leer, porque muchos los acabo dejando. No es por ellos, probablemente sea por mí y el momento, ya sabes.
Coincido contigo en el amor a Cuaderno de campo, La uruguaya y La lengua de los dioses. El resto me los apunto, algunos muy especialmente. Seguro que me ayudan a volver al redil de las lecturas placenteras.
Un beso enorme.