Un libro que leíste demasiado pronto (30 libros)

Hoy no voy a dejar el primer título que se me ha pasado por la cabeza al leer el enunciado de la categoría, porque estaría repitiendo libro por enésima vez y no puede ser (hablaría, cómo no, de San Manuel Bueno, mártir, de Unamuno). Así que, por no volver a lo de siempre, he buscado otro libro que también me da esa sensación de haberlo leído muy pronto y no haberle extraído todo el meollo. Es Nada, de Carmen Laforet.

'Nada'

‘Nada’

Andrea llega a Barcelona para estudiar Letras. Sus ilusiones chocan, inmediatamente, con el ambiente de tensión y emociones violentas que reina en casa de su abuela. Andrea relata el contraste entre este sórdido microcosmos familiar —poblado de seres extraños y apasionantes— y la frágil cordialidad de sus relaciones universitarias, centradas en la bella y luminosa Ena. Finalmente los dos mundos convergen en un diálogo dramático. Comparada por la crítica con Cumbres borrascosas, Nada destaca tanto por su prosa fresca y directa como por la extraordinaria sensibilidad en la recreación de una voz femenina. Cuando el libro acaba, el lector tiene la seguridad de poder encontrar, al volver la esquina, a una muchacha pálida y triste, con toda la fuerza de su juventud condensada en el mirar. Es Andrea, absorta, queriendo algo, sin saber qué. Como el resto de los protagonistas, ha nacido a la vida real por un prodigio de la creación artística. Prodigio más que suficiente para formar parte de la Historia de la Literatura.

La elección de este título es totalmente subjetiva (bueno, como todas); a lo que me refiero es que no tengo la certeza de haber leído la novela demasiado pronto, es más bien una sensación que me pesa desde hace ya algún tiempo. La leí a los 17 años y me maravilló (bien escogido el verbo). Aun así, tengo la tremenda sensación de que no la aproveché al máximo. Creo que, si la hubiera leído tan solo dos o tres años después, la lectura hubiera sido una experiencia mucho mejor (por cómo era mi propia vida entonces).

Lo curioso es que no la he releído nunca. Quizá debería hacerlo. Pero, si a las lecturas que ya se me acumulan junto nuevas relecturas, me debería dedicar en exclusiva a la lectura por ocio y, todavía, no puedo permitírmelo (aunque no lo descarto en un futuro). My wish… 😉

Vuestro turno. ¿Tenéis la sensación o sabéis con certeza que leísteis un libro excesivamente pronto en vuestra vida? ¿Habría sido mejor que se os cruzara un poco (o un mucho) más tarde? Podéis contárnoslo en los comentarios.