Cerrando 2013…

Aquí, doña listas y doña fechas tiene la mala costumbre de, en determinadas épocas, hacer balance y comprobar cómo han ido las cosas… Y, obviamente, el fin de año se presta demasiado a esto (también lo hago por mi cumpleaños). Así que hoy voy a «cerrar» el año contando cómo ha sido mi 2013.

Empezamos por las lecturas, capítulo que di por finalizado el sábado al acabar el que va a ser mi último libro del año, Mr Gwyn de Alessandro Baricco. Buen cierre (supongo que, en un futuro, aunque no sé cuándo, escribiré la reseña). Y, en general, muy buen año lector. He tenido la suerte de leer cosas buenísimas, estoy encantada este año. A ver si en 2014 seguimos igual. Y a ver si en 2014 saco tiempo para leer tranquila, que últimamente parece que es misión imposible. Si me da tiempo la semana que viene, igual hago una lista de los libros que más me han gustado este año. Creo que va a haber muchos títulos esta vez…

En cuanto al blog, no sé cómo daros las gracias por un año increíble. Acabo de estar viendo las estadísticas de las visitas desde enero y me dan auténtico vértigo. ¿Cómo podéis ser tantísimos? Mil millones de gracias, de verdad. Aun así, seguiré imaginándome que sois cuatro gatos a la hora de escribir, porque, si no, me quedaría petrificada por el miedo (y no habría ni una entrada más). Que una tímida patológica como yo llegue a tanta gente es de hacérselo mirar… 😉

En el terreno laboral, la palabra que mejor define el año es altibajos. Ha sido un año muy irregular, con meses muy buenos y meses nefastos (¡menudo verano!). Me quedo con un par de proyectos muy importantes en los que he participado y que me han hecho especial ilusión. Y espero que en 2014 las cosas vayan como en el último trimestre de este año. Eso sí, con más horas de sueño, por favor.

Lo del sueño está siendo un verdadero problema. No duermo nada. Normalmente, porque estoy dedicando demasiadas horas al trabajo. Pero, cuando por fin podría dormir, estoy tan pasada de rosca que me cuesta muchísimo conciliar el sueño (¡no me había pasado nunca!). Y estoy muy muy muy bajita anímicamente. Y no sé si hacer  balance de mi vida personal sería buena idea en este momento, porque igual vería las cosas más «oscuras» de lo que realmente han sido. Porque, de hecho, como no se cansa de repetirme una amiga a todas horas, mi vida es de novela. Me pasa de todo, locura tras locura, y sin proponérmelo. Esta semana de Navidades ha sido increíble en ese sentido… (y cuando digo increíble, lo digo en sentido literal: no os creeríais las cosas que me han pasado esta semana). Mentiría si dijera que 2013 ha sido un año malo; pero tampoco creo que haya sido para echar cohetes (y yo quiero un año así ya…). El otro día sí que estuve centrifugando un rato la cabeza con Alicia (a la mayoría de quienes me conocéis en persona os habré hablado de ella, por eso la menciono) y la conclusión a la que llegué sobre mi 2013 fue relativamente positiva. Eso sí, me quedo con la misma sensación de siempre: soy una cobardica y me gustaría ser mucho más valiente. Con esa frase resumo mi año (y se convierte, casi, en un propósito para el año nuevo; espero que os paséis por aquí a partir del día 1 y veáis la entrada que tengo preparada al respecto). Aprovecho, ya que al final todo me lleva a hablar de la dichosa valentía, para copiaros al final de la entrada unos versos de Rainer Maria Rilke que me pasó un amigo el día de Navidad, porque, cómo no, estuvimos hablando de ciertos miedos… Él decía, y con razón, que todos tenemos en nuestro interior la fuerza para acabar con nuestros miedos, porque el miedo no existe, lo inventamos nosotros. Y quizá nos están esperando cosas maravillosas y una vida plena y feliz a la vuelta de la esquina, pero nos tenemos que atrever a ir allí. Y de ahí los versos. Y os los copio por si os ayudan (como espero que me ayuden a mí). Y, para cerrar el círculo, os enlazo a una de las primeras entradas de este año, que habla de atreverse a soñar

Espero que el 2014 sea un año grandioso. Nos leemos el día 1. Feliz entrada de año…

Quizá los dragones que amenazan nuestra vida
no sean sino princesas anhelantes
que solo aguardan
un indicio de nuestra apostura y valentía.
Quizás en lo más hondo
lo que más terrible nos parece
solo ansía nuestro amor.

Rainer Maria Rilke