Blog Mobas | El blog de las comas, los sustantivos, los libros y las cursivas

Buenos dias Monica. Yo también pensé al prncipio en un libro infantil pero después caí en la cuenta de los audiolibros. ¿Los conoces? Aqui te dejo mi elección para una lectura en voz alta. Feliz dia
http://misfiliasyfobias.blogspot.com.es/2013/11/reto-de-los-30-libros-14-un-libro-para.html?m=1

Sin duda «El rayo que no cesa» de Miguel Hernandez. Me ha salido la vena poética!

A mí me gusta leer en voz alta, para mí o para otros. Mi pareja y yo casi todos los años en verano escogemos un libro de poesía y nos lo leemos en voz alta. El año pasado, por ejemplo, fue el poemario de Nicanor Parra: «Poemas y antipoemos». Este año fue «Hojas de hierba» de Whitman.

Yo también elegiría uno de poesía. No sé si algo de Fray Luis o San Juan de la Cruz, que se presta a ello. O algo de Neruda o Benedetti.

¡Ay! Por lo que veo debo ser un bicho raro porque… a mí me gusta leer en voz alta. No todo, claro. Pero hay lecturas (las mejores) que me lo exigen. Cuando algo está muy bien escrito tengo la necesidad de escuchar el sonido de las palabras, de pronunciarlas y regodearme en su música. Lógicamente, no puedo leer todo el libro en voz alta porque me quedaría afónica, pero sí hay fragmentos o capítulos que me lo piden, no sé explicarlo pero así es. Incluso cuando hay diálogos hago las voces de los distintos personajes… es algo que he hecho desde siempre y no pensé que fuera tan poco común. Será que me sale la vena teatrera cuando leo.

En fin, para ejemplificar con un título, un libro para leer en voz alta para mí es «Seda» de Baricco. Hay prosas que merecen ser oídas, pronunciadas, como si fueran poesía. Porque, en el fondo, algo de poesía hay en ellas 😉

Muchos besos.

¡Yo leeeeeeeeeentísima! Y esta tarde tengo una presentación de un libro, así que voy fatal. Odio eterno a los jueves de mi vida.

Pero para consolarnos usaré una letra flamenca que descubrí en un azulejo en Granada:

«Nadie hable mal del día hasta que la noche llegue,
yo he visto mañanas tristes tener las tardes alegres».

Hola Mónica:
Llevo unos días que no paro y aún no me había dado tiempo a escribir nada, así que me has adelantado en la elección de libro infantil, je, je. También he escogido un cuento, porque realmente todos los días dedico casi una hora a la lectura en voz alta. A mi hijo le encantan y he de reconocer que yo lo disfruto tanto o más.

http://palabrasenmialmohada.blogspot.com.es/2013/11/14-un-libro-para-leer-en-voz-alta.html
http://vecinoleon.blogspot.com.es/2013/11/14-un-libro-para-leer-en-voz-alta.html

¡Ah! ¡Me encanta el fantasma con asma!

Un abrazo.

A mí es que me gusta mucho la parte oral de la literatura. Lo cierto es que la literatura leída en soledad y en silencio es una cosa muy moderna (de la era moderna, se me entienda). Antes siempre se ha leído acompañado y en voz alta. Y es una experiencia enriquecedora, no solo por lo que puedes compartir después, sino por la intimidad a la que se llega.
Lo vivo cada día en mis clases porque los alumnos tienen que leer en voz alta sus relatos. Y, sí, se pasa mal, pero también se crea una camaradería a la que es difícil llegar si no se ha vivido la experiencia de la lectura en voz alta.

NO, NO, NO. Los libros no son para leer en voz alta. Sólo los de literatura infantil. Ni la poesía se debería leer en voz alta. Peeeeero, propongo para leer en voz alta: «Escrito en el cuerpo», de Jeanette Winterson. Fluye.