Uno escandaloso que a ti no te lo pareciera (30 libros)
Bueno, espero que hoy creemos un poco de polémica y se enciendan los comentarios… Sin más preámbulos, mi título de hoy: Memoria de mis putas tristes, de Gabriel García Márquez.
Al igual que con María dos Prazeres en Doce cuentos peregrinos, el protagonista, un hombre viejo, encuentra el amor en el final de su vida, cuando la única aventura que le quedaba era la muerte. Esta es la historia de una relación de amor y obsesión entre un anciano periodista y una niña de clase obrera que vende su virginidad para ayudar a su familia.
La acción de la historia comienza a partir del 90.º cumpleaños del narrador en la ciudad de Barranquilla.
Pues sí, un nonagenario que decide contratar a una niña (creo, si no recuerdo mal, que tiene 13 años) para pasar una noche. Reconozco que sí, que es escandaloso: una menor, prostituirse para ayudar a la familia, etc. Vale. Pero es que, al final, yo creo que esto tiene poco de sexo y mucho de un amor extraño (en que no se tocan; solo duermen en la misma cama, ¿no?).
Reconozco que leí este libro hace muchos años (cuando salió) y hablo de memoria (lo cual es un peligro). Pero la idea que tengo yo de este libro, la que me ha quedado, es que se trata de una relación de amor supertierna. Con una diferencia de edad salvaje (y sí, ella es una menor), pero relación amorosa al fin y al cabo. Y sin sexo. Porque, aunque en principio iba a haber sexo, no lo hay. Y se explica todo muy bien en esta cita de la novela:
El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor con una adolescente virgen.
Esto es algo nuevo para mí. […] Esa noche descubrí el placer inverosímil de contemplar el cuerpo de una mujer dormida sin las urgencias del deseo o los obstáculos de la modestia.
No sé si cambiaría de opinión si ahora mismo releyera el libro. No tengo intención de hacerlo al menos de momento (aunque sí que me gustó), así que me quedo con el recuerdo que tengo de él… Una historia de amor que, personalmente, no me pareció tan escandalosa al final como la premisa de la que partía…
Os toca. Hoy podéis explayaros todo lo que queráis y estaría genial que hubiese un poco de debate, ¿no? Tenéis los comentarios a vuestra disposición, como todos los días.
Hola de nuevo.
Para esta propuesta, lo primero que me ha venido a la cabeza no ha sido temática sexual sino algo bastante diferente.
El libro que elijo es El código Da Vinci.
Como con la mayoría de libros del fenómeno best-seller, estuve oyendo hablar de este libro durante meses por tierra, mar y aire sin que me llamase ni tener las más mínimas ganas de cogerlo: Otra estrategia de marketing más, avivada por su correspondiente polémica de la señorita Pepis… En fin, ese rollo.
Hasta que llegó ese día en el que el Vaticano lanzó un comunicado declarando malo ese libro o recomendando a los católicos que no lo leyesen, algo así. Y esto ya no era marketing con debate televisado, sino otra cosa.
Si lo prohibía la Iglesia entonces es posible que el libro tuviese realmente ‘algo’. Fue ese día cuando lo pillé y comencé a leerlo.
Y, de escandaloso, cero. El libro se deja leer de forma agradable, sí; tiene ideas interesantes y novedosas, y la verdad es que la trama te engancha.
Pero no encontré anatema ni nada por lo que rasgarse las vestiduras. Solo una bonita historia de acción y aventuras.
Jose