Iván Repila: ‘Una comedia canalla’
Reconozco que este libro fue, para mí, una gran sorpresa. Conozco a su autor de la época de la universidad y, por circunstancias que no vienen al caso, acabé, casi por casualidad, en la presentación que Iván hizo de la novela en Bilbao. Esa misma noche me puse con ella… y no pude dejar de reírme hasta que la acabé.
Jim, John y Jack son jóvenes mileuristas, están cansados y quieren emprender el negocio de sus vidas. El único problema: no es legal. Así que tendrán que entrar en contacto con peligrosos delincuentes, drogadictos de pandereta, bandas violentas y asesinos de primer nivel. O algo así. A su alrededor, un circo de personajes con sueños e inquietudes: Wilson, el hombre con suerte y problemas de karma; los matones de la Banda de Macois, acostumbrados a pegar primero y a pegar después; Giuseppe, el autónomo con un hobby curioso; el pequeño Tommy, ese chaval especializado en bullying; Sniffer, el farlopero medio; Morgan, Zippo, Marcus, Gincho, McArthur… y, por supuesto, la Gatoparda. Y además: ron, peleas, persecuciones, torturas, resacas, problemas existenciales, antros de perdición, taxistas y mucha, mucha, mucha marihuana. Una novela tan loca y disparatada como la sociedad que retrata.
Han salido innumerables reseñas de esta novela. Creo que la mayoría habla de su ritmo trepidante y su sentido del humor. Lógico. Yo la definiría como una gran gamberrada muy bien escrita. Con momentos de esos que recuerdas mucho tiempo después (mis amigos y yo seguimos, desde el verano pasado, hablando de la fábrica de mierda, de la china, del niño psicópata o del Nocillo). La comparan, por ejemplo, con las pelis de Guy Ritchie. Yo me quedo con un ejemplo más patrio y cercano, Airbag de Juanma Bajo Ulloa. Carcajadas aseguradas.
Pero, claro, presentada así, parece todo fácil: una ida de olla de Iván, que va soltando salvajadas para hacernos reír y punto. Pero a mí no me parece solo eso. Muy gamberra, pero, creo, muy bien pensada. Reflejo de mucho de lo malo de nuestra sociedad, solo que mezclado con grandes dosis de ron y marihuana. A ver si nos evadimos todos un poco, ¿no?
Cualquiera que ya haya leído la novela pensará que Iván está de frenopático. Pero no, increíblemente, está bastante cuerdo: como ejemplo, su última novela, El niño que robó el caballo de Atila, que reseñé hace poco. Una joya. Desde luego, un autor muy interesante al que conviene seguirle la pista… A ver con qué nos sorprende la próxima vez…
¿Alguien ha leído Una comedia canalla? ¿Conocéis a Iván? Tenéis los comentarios a vuestra disposición para decir lo que queráis…