‘Recordar’

Hoy, una etimología que seguro que a muchos os parecerá curiosa: la del verbo recordar. 

Recordar viene de recordari, palabra compuesta por el prefijo re- (‘volver a’) y cordari, que, a su vez, nos lleva a cordem (‘corazón’). Recordar significa, literalmente, ‘volver a pasar por el corazón’.

¿Por qué por el corazón? Porque los antiguos griegos y romanos pensaban que la mente residía no en el cerebro, sino dentro del pecho, en el corazón o cerca de este (sé que no estoy siendo muy exacta, pero más o menos esa es la idea). En esa zona del cuerpo ocurría todo lo importante, físico y espiritual (también el alma se encontraba dentro del pecho para ellos). De ahí que haya unas cuantas palabras cuya etimología nos lleva al corazón en lugar de a la mente, como cabría esperar.

Os pongo algún otro ejemplo: acordar (esta vez con el prefijo a-, ‘junto con’, es decir, ‘unir corazones’); concordia (el prefijo con- significa aquí ‘estar de acuerdo’, así que concordia quiere decir ‘corazones de acuerdo’); o discordia (dis-, ‘en desacuerdo’, luego ‘corazones en desacuerdo’). Pero, claro, aunque literalmente dicen eso, nosotros ahora usaríamos mente en lugar de corazón (y así las palabras tienen mucho más sentido: recordar, ‘volver a pasar por la mente’; acordar, ‘unir mentes’; concordia, ‘mentes de acuerdo’; discordia, ‘mentes en desacuerdo’).

Aun así, me quedo con la idea del corazón… sobre todo para recordar. Volver a pasar por el corazón… Pues muchas veces sí, ¿verdad?