J. D. Salinger: ‘Franny y Zooey’
Hablé de este libro en octubre, en el reto de los 30 libros, pero ya advertí entonces de que me quedaban unas páginas para acabarlo. Bueno, pues ya está leído del todo. Y me reafirmo en lo que dije entonces: no me ha gustado.
El primer libro que leí de Salinger fue, cómo no, El guardián entre el centeno. Ya he comentado más de una vez que me parece una auténtica joya de libro; no entiendo muy bien todas esas voces que hablan de un libro sobrevalorado en exceso solo apto para adolescentes frustrados sexualmente. A pesar de que he dado pinceladas sobre El guardián y Holden Caulfield otras veces, aún no lo he reseñado en el blog, así que casi mejor me guardo mi opinión para otra ocasión.
Poco después de leer El guardián entre el centeno, cayó en mis manos Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción. Fue una auténtica decepción. Parece ser que la familia Glass (protagonista de este libro y, también, de Franny y Zooey) no es de mi agrado.
Entre Levantad, carpinteros y Franny y Zooey han pasado varios años en los que sí que me he acercado a Holden de nuevo en más de una ocasión. Y solo por El guardián entre el centeno, Salinger me parece un autor sumamente interesante. ¿Por qué no darle una oportunidad a la que dicen que es su mejor obra? Así es como llegué al libro que hoy nos ocupa.
Copié la sinopsis la otra vez que escribí sobre Franny y Zooey. Son dos relatos (el segundo bastante más extenso) en que aparecen los temas típicos de Salinger, solo que, esta vez, de manera, a mi modo de ver, bastante aburrida (e incluso poco verosímil). Porque, de nuevo, Salinger trata el tema de la angustia vital que, aquí, se mezcla con filosofías orientales. Pero, en mi opinión, no es la desazón de vivir de Holden Caulfield (que tiene un puntito entrañable y con la que es fácil identificarse). En Franny y Zooey se habla y habla (y habla) sobre crisis existenciales, pero llegan a ser cansinos en sus tribulaciones…
¿Es un mal libro? Ya dije que no, en absoluto. Pero no es lo que esperaba. Siempre pienso que la producción de Salinger va a ser como El guardián entre el centeno y, cada vez que cojo otro libro, aunque literariamente sea mejor según la crítica (caso de Franny y Zooey), me llevo una decepción. Pero es que superar El guardián es complicado. Es muy difícil que cualquier libro de Salinger (o de cualquier otro autor) llegue al puesto que ocupa El guardián entre el centeno en mi clasificación personal de libros favoritos. Al final, como todo, es una cuestión de expectativas…
Pues yo estoy acabando de leer Franny y Zooey y me está entrando como el agua, me encanta cómo reflexionan o hasta divagan los personajes, en dos días lo voy a dejar casi acabado. Me parecen como dos relatos que podrían estar perfectamente en su libro «Nueve cuentos», por cierto recomendable hasta la saciedad. «El Guardían entre el centeno» no deja de ser como un compendio de los mejores rasgos de Salinger, pero vamos, hasta ahora yo no he leído nada de él que no me parezca algo digno de alguien que siempre está entre el Muy Bueno y Genial.