Uno con una excelente versión cinematográfica (30 libros)
Reconozco que hoy le he dado más de un par de vueltas a la cabeza. No tenía ni idea de qué libro elegir. Dudé en si hablar de Il gattopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (una maravilla, con adaptación cinematográfica de Luchino Visconti) o de El club de la lucha de Chuck Palahniuk (me he ido al otro extremo), por poner un par de ejemplos; no escribo más títulos, a ver si se os ocurren a vosotros (si no, ya «atacaré» en los comentarios estos días). Finalmente, he optado por un librito cuya lectura me gustó (eso sí, no me impresionó, que conste), y cuya versión para el cine está entre mis películas favoritas: El club de los poetas muertos, de N. H. Kleinbaum.
En 1959, la Academia Walton sigue manteniendo el clásico modelo de educación victoriana. Los muchachos que allí estudian pertenecen a la más exquisita sociedad y lo hacen con el único fin de triunfar en el futuro. El nuevo curso cuenta con la novedad de una incorporación: un profesor de literatura, John Keating, antiguo alumno del centro, que cambiará la vida de siete de sus alumnos para siempre. Desafiando a las autoridades escolares y a sus severos padres, las enseñanzas del profesor les servirán de inspiración para hacer de su existencia algo extraordinario, buscar sus pasiones individuales en nuevos horizontes y realizarlas más allá de los estrictos planes de estudio de Welton. Para ello, recuperan una vieja tradición escolar, ’El club de los poetas muertos’, con el que darán rienda suelta a sus sueños.
Supongo que casi todo el mundo habrá visto esta película. Yo, la primera vez, la vi en el cine con mi padre, a los 13 años, y me marcó profundamente (supongo que es una edad en la que los postulados que defiende pueden calar muy hondo). La libertad, el pensar por uno mismo, el carpe diem, la literatura como fuente de ideas que pueden cambiar la manera de pensar y de vivir… Reconozco que me maravilló. Y siempre he dicho que algo (poco, eso sí, pero algo) tuvo que ver en mi decisión de estudiar Filología años más tarde. De la película destacaría, además del argumento y su trasfondo en sí, varias cosas: su fotografía, su banda sonora y, sobre todo, las magníficas interpretaciones de Robin Williams (como John Keating, soberbio), Robert Sean Leonard (Neil Perry) y Ethan Hawke (Todd Anderson).
El libro lo leí más tarde y me gustó mucho, pero creo que la película tiene un plus. ¿Cuál? No sabría decirlo exactamente, pero este es uno de esos casos raros en que me quedo con la versión cinematográfica antes que con el libro (ahora, animo a todo el mundo a leerlo).
Os dejo algunos vídeos: el tráiler, un resumen de la película entera (ojo si no la habéis visto) y algunas escenas especialmente interesantes, como la del carpe diem o la de «¡Oh, capitán, mi capitán!».
Precisamente hace unos días compartí el vídeo de «¡Oh Capitán, mi Capitán!», porque mis alumnos me hicieron sentir exactamente igual que el señor Keating en esa escena. A mí también me marcó la película en su día, pero en la decisión de estudiar Filología influyeron más mi obsesión con los libros desde los 6 años y un poema de Pedro Salinas.
Otros dos libros con excelentes versiones cinematográficas (aunque recomiendo encarecidamente la lectura de ambos):
-Muerte en Venecia, de Thomas Mann (versión cinematográfica de Visconti): leí esta novela por primera vez justo después de El perfume, y el contraste de ambas experiencias lecto-olfativas me fascinó. La película de Visconti es exquisita.
-Lolita, de Vladimir Nabokov (llevada al cine en 1962 por Stanley Kubrik; también en 1997 por Adrian Lyne, pero recomiendo encarecidamente la primera versión). Ni la novela ni la película requieren presentación, si alguien no la ha leído debería hacerlo, y pronto.
Un saludo.