Comas

Las comas, ¡todo un mundo! Hay muchos prejuicios acerca de ellas y, precisamente por eso, no se emplean siempre bien. Por ejemplo, suele decirse que la colocación de la coma es libre (verdad a medias) o que hay que poner coma siempre que se hace una pausa al hablar (tampoco es totalmente cierto). Por ello, he decidido hacer una pequeña lista de verdades sobre las comas:

  1. La colocación de la coma no siempre es libre. Aunque podemos decidir dónde y cuándo emplear muchas de ellas, debemos saber que existen las llamadas comas prohibidas y las comas obligatorias.
  2. La coma prohibida más habitual es la que se coloca entre sujeto y verbo. Es curioso, porque siempre hay pausa al hablar, pero está prohibido meter la coma ahí. Hay una salvedad en la norma: no se pone la coma excepto cuando el sujeto sea muy largo; pero ¿cómo se establece que un sujeto es muy largo o solo largo? Lo mejor, no poner nunca coma entre sujeto y verbo (a no ser que metamos un inciso con comas obligatorias entre ellos, pero eso es otro cantar, lo explicaré en otro artículo).
  3. Además de las prohibidas y las obligatorias, existen las comas recomendadas. Me resulta curioso que rara vez se escriban, cuando son comas que pueden proporcionar ritmo al discurso y mejorar mucho el texto.

Iré hablando de los distintos tipos de comas en otras entradas. De momento, por favor, fuera la coma entre el sujeto y el verbo…

Creo que debéis tener en cuenta que yo, madrugo todos los días. ×
Creo que debéis tener en cuenta que yo madrugo todos los días.