Wallace Stegner: ‘En lugar seguro’

Si hay una editorial relativamente reciente que me llama la atención es Libros del Asteroide. No solo porque su catálogo me parece de lo más interesante, sino porque el diseño de sus libros me tiene totalmente hipnotizada, es sobresaliente (¡hasta las guardas son una maravilla!).

En lugar seguro

'En lugar seguro'

Leí En lugar seguro allá por el mes de enero. Me gustó mucho y, la verdad, el tiempo que ha pasado ha ayudado a que mi opinión ahora sea incluso mejor que cuando lo acabé (he reposado ciertas cosas, como el carácter insufrible por momentos de una de las protagonistas, Charity). Es un verdadero canto a la amistad exquisitamente escrito.

Y esto es todo lo que voy a decir de la novela en sí. Para que tengáis más datos, os voy a copiar el texto de la contraportada y, si queréis más opiniones, la red está plagada de comentarios sobre la novela, todos muy positivos y entusiastas, por cierto (hecho que me animó a comprarla), como no podía ser de otra forma porque, repito, la novela es magnífica.

Cuando durante la Gran Depresión dos jóvenes parejas se conocen surge entre ellas una amistad que durará toda la vida. Son muchas las cosas que inicialmente los unen: Charity Lang y Sally Morgan están esperando su primer hijo, y sus maridos Sid y Larry son profesores de Literatura en la Universidad de Wisconsin; aunque su relación se va haciendo más compleja a medida que comparten décadas de lealtad, amor, fragilidad y desacuerdos.

Treinta y cuatro años más tarde del inicio de esta amistad, los Morgan visitan la colonia de veraneo de sus amigos en Vermont para el que saben será su último fin de semana junto a Charity. Durante esa visita Larry rememora todos sus años de amistad: las alegrías, las penas, las ilusiones y también los sueños que quedaron por cumplir; pero por encima del relato de los hechos late una profunda reflexión sobre el amor y la amistad, sobre los intentos de cuatro personas por hacer frente a las tribulaciones de la vida.

Una novela maravillosa… y un libro con faltas de ortografía, cortes de palabra incorrectos, errores ortotipográficos y de traducción (la traductora parece no haberse enterado de que Sally es un personaje femenino y se empeña en que «camine ufano»). Problemas que se podrían haber solventado contratando a un buen corrector. Me duele gastarme 22 euros en una novela y que no esté editada con el mimo que se merece. Y esta, muy a mi pesar, no lo está. No es de recibo. Si pudiera hacerse, exigiría que me devolvieran parte del dinero, porque esto no está bien acabado. Y no creo que esta editorial, que a priori está haciendo un esfuerzo por hacer las cosas bien, se pueda permitir estos fallos. Sí, un corrector encarece la edición; sí, las editoriales independientes tienen que luchar como sea para aguantar a flote y sus presupuestos son ajustados. Pero yo, al menos ahora, voy con pies de plomo con ellos. ¡Una auténtica pena! Como tengo intención de leer más libros suyos, espero que esto haya sido un problema puntual y que, en unas semanas, os pueda decir que he leído tal o cual novela de la editorial y que estaba magníficamente editada. Y, si no, ¡que me contraten!