Paul Auster: ‘Invisible’

Normalmente, suelo esperar un tiempo después de haber acabado un libro para dar mi opinión sobre él. A veces, porque «en caliente» las opiniones, tanto para bien como para mal, suelen ser mucho más vehementes y apasionadas, poco ajustadas a la realidad. También porque me gusta reposar las cosas, procesarlas en mi mente, sacar todas las conclusiones posibles… y para eso hace falta tiempo. El problema viene cuando, de tanto esperar, las tramas se desdibujan, los personajes se confunden, las historias se vuelven una nebulosa en la memoria y escribir una reseña se convierte en una misión imposible… Como no quiero que me ocurra esto, y a pesar de que apenas acabé el libro hace tres días, quiero hablaros de Invisible, de Paul Auster.

Portada española de 'Invisible'

Portada española de 'Invisible'

Invisible es un libro que se lee muy fácilmente (a pesar de los juegos narrativos), pero que es muy complejo. De hecho, es más lo que no se cuenta que lo que se cuenta, de ahí su título, Invisible. Partiendo de una premisa sencilla (una pareja conoce a un universitario, escritor en ciernes, en una fiesta y, a partir de ahí, la vida de este último toma un giro de 180 grados), se nos compone una mezcla de thriller y novela erótica (incesto incluido) que nos deja con una terrible sensación de desasosiego y angustia (la escena final es terriblemente impactante). Conocemos la vida de Adam Walker (el joven escritor) y, a través de ella, vislumbramos la de Rudolf Born. Pero ¿quién es este personaje? ¿Cómo ha sido su vida? ¿Qué esconde su personalidad? ¿Logrará Walker desenmascararlo? Son preguntas cuyas respuestas podemos intuirlas en la novela, pero que, en gran medida, las componemos nosotros mismos tras la lectura. Desde luego, nadie puede negar que engancha y es bastante interesante. Y todo ello con una profundidad que lleva a la reflexión de temas como la esencia de la identidad, el bien y el mal, la culpa y la redención…

Formalmente, la novela es todo un manual sobre estilos narrativos. Tenemos narradores en primera, segunda y tercera persona, narraciones dentro de la narración, novelas dentro de la novela, mezcla de espacios y tiempos (1967 y 2007). Y todo ello fluye de forma muy natural, con cierta maestría incluso. Es innegable su solvencia narrativa. De hecho, la crítica sitúa Invisible entre las mejores novelas de Auster. No sé si puedo estar de acuerdo, porque no soy, ni mucho menos, una experta en la obra austeriana, pero me tomo la afirmación con ciertas reservas, pues, aunque reconozco que es muy buena, me da miedo que todas estas alabanzas vengan dictadas por la editorial de turno; no obstante, quizá me equivoque y puede que sí que la afirmación tenga algo de razón, porque cuando las novelas de Auster acusaron un cierto bajón en la calidad también hubo voces que lo pusieron de manifiesto.

Mi impresión sobre Invisible no puede ser mejor. Me ha parecido una lectura muy recomendable, sobre todo para quienes gusten de las novelas de Auster, seguro que la disfrutan. Y, como ya comenté hace tiempo, no es el primer libro de Auster que leo; podéis encontrar mi opinión sobre Brooklyn follies aquí.