Grados

La expresión de los grados crea numerosos problemas, sobre todo cuando esta se confunde con la de los ordinales…

Se esperan temperaturas de 32° (= treinta y dos grados).
Se esperan temperaturas de 32 °C (= treinta y dos grados Celsius).
Se esperan temperaturas de 89 °F (= ochenta y nueve grados Farenheit).

Como se puede apreciar en los ejemplos anteriores, cuando no se especifica el tipo de grado, el cerito se pega a la cifra (primer caso). Y hay que tener muy en cuenta que eso son grados y no ordinales. Cuando sí se especifica el tipo de grado, hay un espacio entre la cifra y el tipo (°C, °F, etc.); el cerito, en este caso, se pega a la letra que indica el tipo de grado.

Como he apuntado, no hay que confundir grados con ordinales. Por ejemplo:

La oficina está en el piso. ×

La frase se lee de la siguiente manera: «La oficina está en el dos grados piso». Para que diga «segundo», que es lo que realmente pretendemos, ha de escribirse un punto entre el número y el cerito: 2.° piso (segundo piso).

Siendo estrictos, no se utiliza el mismo símbolo para grados y ordinales; el primero es un cerito y el segundo, una o volada (que debe llevar punto delante). Pero, al escribir, muchas veces, se solapan ambos, porque el ojo no siempre puede apreciar la diferencia, sobre todo cuando se utilizan cuerpos de letra muy pequeños. Por ello conviene, al menos, colocar el punto en los ordinales, además de por ser preceptivo, para diferenciar ambas expresiones.