David Trueba: ‘Abierto toda la noche’
Llevo unos cuantos días tremendamente triste, por algunas cosas que me están pasando y algunos problemas personales/familiares, de ahí que apenas haya actualizado el blog últimamente. Y de ahí, también, que apenas esté leyendo. Cuando consigo que me entren ganas de leer, todo lo que tengo entre manos es de lo más deprimente y, la verdad, bastante tengo ahora mismo como para, encima, leer cosas tristes. Así que, el otro día, me puse a buscar por las estanterías alguna novela divertida (ya sabéis que no tengo problema en releer). Algo encontré y algo estoy leyendo, aunque no mucho. De todas formas, me topé con la novela de la que os voy a hablar hoy. Como la leí por segunda vez hace poco, no era cuestión de repetir con apenas cuatro meses de diferencia, por lo que volvió a la balda. Pero sí que pensé que podía comentar algo sobre ella en el blog y, así, actualizarlo esta semana al menos una vez. Y hacerlo, además, con una novela de lo más divertida: Abierto toda la noche, de David Trueba.
Como dijo Ambrose Bierce, «el hogar es el único local abierto toda la noche». Y en esta primera novela de David Trueba, el hogar pertenece a los Belitre, una familia tan numerosa como disparatada. Crónica de una educación sentimental, las personas que habitan este libro solo escuchan la voz de su corazón, mientras que la razón guarda un impasible silencio. Y así, el lector seguirá a los Belitre en una sucesión imparable de situaciones de altísima comedia y negro melodrama, con Matías, un niño de doce años que sufre una misteriosa enfermedad mental, un abuelo que en medio de la demencia senil se entrega en cuerpo y alma a la poesía y la religión, y hasta una pareja de desamparados testigos de Jehová que encontrará su casa en la ternura de los Belitre.
Trueba ha recreado con fascinación una estampa de familia que discurre entre momentos mágicos de pura comedia, arrastrando al lector en un imparable deseo de saber más de estos personajes disparatados, divertidos y trágicos. En definitiva, el autor viene a ocupar un lugar muy poco frecuentado por la nueva literatura española.
Me resulta curioso no haber hablado de las novelas de Trueba más que en los retos (en los que, por cierto, Cuatro amigos siempre sale a relucir; también Abierto toda la noche se ha mencionado alguna vez, nos falta Saber perder). Bueno, pues, casualidad, gracias al último reto, recuperé esta novela. Una amiga leyó que me quejaba porque había dejado Cuatro amigos y no había vuelto… y la siguiente vez que quedamos me devolvió esta, que yo ni recordaba que tenía. Genial, porque la releí y me reí cosa mala…
Abierto toda la noche es una novela coral, protagonizada por los miembros de una familia de lo más peculiar. Con unos personajes muy bien dibujados, cada cual más estrambótico que el anterior, vivimos sus peripecias con un cierto estupor, que nos lleva de la risa (mucha risa) al llanto y viceversa.
Lo genial de esta novela (y me parece un gran logro de Trueba) es que, a pesar de las situaciones extremas y los personajes «raros» que la protagonizan, creo que todos sentimos que los Belitre nos son muy cercanos. Porque casi todo el mundo conoce a alguna familia así, rara y loca (a mí, personalmente, me recuerda muchísimo a la de una amiga mía: son cinco hermanos y siempre les pasan cosas extrañísimas); o, incluso, todos, salvando las distancias, pertenecemos a una familia así: con personajes que rozan el esperpento y que se ven envueltos en situaciones que dan para mil anécdotas después.
Y un último apunte: esta es la primera novela de Trueba. Y me parece muy buena. Con un estreno así en el mundo de la literatura, se podía esperar mucho de él después: tengo la sensación de que no ha defraudado en absoluto. Y ahora que ando leyendo y echando vistazos a algunas primeras obras de gente muy joven, creo que es de recibo decir que esta les da bastantes vueltas a la inmensa mayoría.
Hacedme caso y leed Abierto toda la noche si no lo habéis hecho ya (a quienes sí la habéis leído: ¿a que tengo razón?). Les cogeréis cariño a los Belitre. Y os reiréis mucho. Y también, por qué no, quizá soltéis alguna lagrimilla. Os dejo los comentarios abiertos por si queréis decir cualquier cosa, de la novela o de lo que os apetezca. Y si me contáis algo que me haga reír un poco, será muy bienvenido también… 😉
A ver, libros para reírse un poco y no pensar demasiado…
– Sin noticias de Gurb, de Mendoza (me río con casi cualquier libro de Mendoza)
– Spam, de Francisco Castro
Y no te metas mucho conmigo, pero hay momentos gracioso/patéticos en la saga Crepúsculo, en serio.
Un abrazo