Un libro con una gran historia de amor (30 libros)
¿Una gran historia de amor, cautivadora y poderosa? Por supuesto, en El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald.
¿Quién es Gatsby, el personaje que da nombre a uno de los mitos creados por la novela del siglo pasado? Jay Gatsby es un misterio, el hombre que se inventó a sí mismo y ha montado una inmensa fiesta para reconquistar a la deslumbrante Daisy Buchanan, que una vez lo quiso. Nadie sabe de dónde ha salido.
Estamos en la primera hora de la Edad del Jazz, en los felices y cinematográficos años veinte, en Nueva York, tiempo de diversión y emoción, orquestas y tiroteos. Gatsby vive en una fabulosa casa de Long Island, y a sus bailes acude «el mundo entero y su amante», cientos de criaturas a quienes no hace falta invitar, insectos alrededor de la luz del festín. La puerta está abierta y la atracción más enigmática del espectáculo es el dueño de la casa, un millonario que quizá sea un asesino o un espía, sobrino del emperador de Alemania o primo del demonio, héroe de guerra al servicio de su país, los Estados Unidos de América, o simplemente un gángster, un muchacho sin nada que se convirtió en rico. Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie.
En el verano de 1922, buen año para la especulación financiera y la corrupción y los negocios que se confunden con el bandidismo, parece que solo hubo fiestas y reuniones para comer y beber, y que pocas veladas acabaron sin perturbación. Hay amantes que rompen con una llamada telefónica la paz de un matrimonio, y una nariz rota, y un coche que se hunde humorísticamente en la cuneta, y un homicidio involuntario, y un asesinato, pero la diversión recomienza siempre. Jay Gatsby es un héroe trágico que se va destruyendo conforme se acerca a su sueño: la reconquista de una mujer a la que dejó para irse a la guerra en Europa. Quiere cumplir su deseo más inaccesible: recuperar el pasado, el momento en que conquistó a Daisy Buchanan.
La antítesis del desarraigado Gatsby es Tom Buchanan, marido de Daisy. Posee una identidad de hierro, sin discusión, ciudadano de valores sólidos, que cree en la familia, la herencia, el patrimonio y la supremacía de la raza blanca. Tiene una capacidad descomunal para imponerse. Y alrededor de los Buchanan se fraguará un desgraciado pentágono amoroso, quebrado y desigual, como la sociedad de la época, tan igualitaria en sus espectáculos y diversiones democráticas.
Creo que ya lo he contado alguna vez, pero he sido consciente de que El gran Gatsby es un novelón tiempo después de haber leído el libro. Es como si hubiese necesitado un período de reposo antes de darme cuenta de la gran novela que es. Pero, bueno, se daba por hecho: si no, no se consideraría un clásico de la literatura estadounidense… Y, aunque yo me quede con la historia de amor de fondo, reconozco que El gran Gatsby es mucho más: la caracterización de toda una época, en que el dinero, la ambición y la lujuria eran los auténticos protagonistas, representados aquí en las opulentas fiestas ofrecidas por Gatsby, el misterioso Jay Gatsby. Fiestas celebradas para acercar, deslumbrar y reconquistar a su gran amor… Daisy.
No os cuento más, mejor lo leéis. También hay varias versiones cinematográficas… Os recomiendo la de 1974, protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow. ¡Exquisita!
Tras las fiestas de Jay Gatsby (¿no os encantaría ir a una?), vuestro turno para hablar de grandes historias de amor… ¿Qué títulos elegís hoy? Tenéis los comentarios a vuestra disposición…
Hoy también ando tempranera.
Pues mi libro no con una, sino con varias grandes historias de amor es Ensayo sobre la ceguera, de Saramago (o, como diría Esperanza Aguirre, de la señorita Sara Mago). Amor, honestidad, fidelidad y amistad entre el médico y su mujer; amor de la mujer del médico hacia sus compañeros, del de verdad, desde las tripas, del que te hace ser capaz hasta de matar; amor también entre la chica de las gafas y el niño, por el que sacrifica hasta la poca comida que tiene; y, mi preferida, la maravillosa historia de amor entre la chica de las gafas y el viejo.
Aunque la ceguera sea Blanca, éste es, para mi, un oscuro, duro y visceral libro con, a pesar de todas las vilezas que nos muestra, mucho amor. Uno de mis favoritos