¿’Élite’ o ‘elite’?

Amigos al rescate. Hoy, Alcaraván me ayuda como firma invitada con una entrada de lo más interesante (y muy bien documentada). ¡Muchísimas gracias! Ando muy liada con trabajo, pero prometo hacer un esfuerzo por publicar alguna entrada más esta semana. Aquí tenéis el artículo de hoy.

Élite o elite, ¿cuál es la forma correcta? Pues ambas lo son, en efecto; se trata de una de esas palabras biacentuales —hasta 246 voces llega a contar Martínez de Sousa en la última edición del DRAE— que admite la Real Academia y que pueden pronunciarse y escribirse de dos maneras distintas. Así lo encontramos en su lema correspondiente del Diccionario:

élite o elite. (Del fr. élite). f. Minoría selecta o rectora.

Esta doble acentuación se debe al origen francés de la palabra. La voz élite, pronunciada /elít/, se adaptó al castellano como elite —/elíte/—, forma que acogió la Academia. Pero la grafía de la palabra francesa siguió influyendo en mucha gente y su tilde, que tiene una función distinta a la española, se tomó como un indicador de que la palabra era esdrújula. Por eso la pronunciación /élite/ se fue extendiendo cada vez más, hasta el punto de que hoy es élite la grafía que tiene mayor aceptación, incluso entre las personas cultas.

Como hemos visto, la RAE acepta en la actualidad las dos formas. En el DPD hace hincapié, incluso, en que la pronunciación esdrújula es la más extendida. Pero esta postura es relativamente reciente. La primera vez que yo me encontré frente al problema de esta doble acentuación —hace ya unos cuantos añitos—, la Academia tenía una opinión totalmente distinta.

Me encontraba redactando un trabajo de historia cuando me di cuenta de que el corrector automático del Word me subrayaba esta palabra en rojo cada vez que la escribía con tilde. Me extrañó porque yo siempre había escuchado, pronunciado y leído élite; sabía, por otro lado, que el corrector ortográfico no era una herramienta muy fiable. Pero me pudo la curiosidad lingüística, así que agarré el DRAE y busqué la palabra. Me quedé un tanto pasmado al encontrar que, efectivamente, elite se escribía sin tilde. Y no se hacía mención a ninguna otra posible acentuación ni grafía. Se ve que, en este caso, el corrector del Word sí que tenía razón: el diccionario solo la reconocía como forma grave.

Era, aquella, la 21.ª edición, la de 1992. En la siguiente, las cosas cambiaron. En la de 2001, como hemos visto, la Real Academia acepta ya la doble grafía. Y más tarde lo corrobora en el DPD. Como curiosidad, a partir de su versión de 2003, el Word también incluyó las dos formas en su lista de palabras y no detecta ninguna de ellas como error.

De todos modos, la Academia se limita a registrar el fenómeno y a indicar cuál es el uso más extendido. No recomienda ninguna de las dos soluciones. Manuel Seco, en su Diccionario de dudas y dificultades, hace lo mismo y tampoco se pronuncia. Ni la Fundéu, que tan solo dice que ambas formas son hoy correctas, y que se usa mayoritariamente la esdrújula.

Lázaro Carreter, sin embargo, siempre fue de la opinión de escribir y pronunciar la palabra como llana, ya que en francés el acento no tiene función tónica. Algunos otros autores, como Susana Rodríguez-Vida, también comparten esta opinión y son contrarios a optar por una forma no etimológica.

Martínez de Sousa piensa, sin embargo, que por encima de la etimología prevalece el uso. Por eso prefiere considerarla esdrújula, que es la forma generalizada. Suelen seguir esta idea los libros de estilo de los medios de comunicación, como los de El País, La Voz de Galicia o Canal Sur, que recomiendan utilizar la forma generalizada élite.

Resumiendo, vemos que el criterio de la Academia sobre la pronunciación y la escritura de esta palabra ha cambiado en los últimos años. Actualmente, las dos formas, llana y esdrújula, son aceptadas como correctas, aunque la más empleada es la segunda. No obstante, yo creo que lo más importante no es usar una u otra, sino ser consecuentes con el criterio que se elija para no andar mezclando después.