Amélie Nothomb: ‘Metafísica de los tubos’
En una tarde de domingo lluviosa y gris como esta, qué mejor lectura que las divertidísimas peripecias autobiográficas de Amélie Nothomb. Esta vez, con una novela sobre su infancia…
Metafísica de los tubos cuenta los primeros tres años de vida de un ser obsesionado por el agua que, disconforme con su entorno, adopta la inerte forma de un tubo como condición existencial. Con la crueldad, el realismo y el peculiar humor al que nos tiene acostumbrados, Amélie Nothomb rememora, a través de una narración que combina filosofía y fontanería, episodios de su infancia japonesa, transcurrida en Osaka. Que la protagonista de esta novela sea un bebé superdotado que opta por vegetar, que se autoproclama Dios y que se niega a manifestar sus emociones hasta que descubre el sentido de la vida en una barrita de chocolate y la muerte en un estanque habitado por repugnantes carpas, constituye un acto de coherencia con un universo literario en el que la obsesión por venerar el paraíso de la infancia es un tema recurrente. Metafísica de los tubos constituye uno de los relatos más autobiográficos de la autora que, al igual que en la inolvidable y aplaudida Estupor y temblores, construye aquí una trama original, de poética anfibia, que vuelve a deslumbrarnos con fogonazos de humor descarnado e impactante.
Si la sinopsis anterior a alguien le tira para atrás por rara o por resultar demasiado loca e incoherente… que no lea este libro. Porque va a encontrar justo lo que se ha explicado: una novela muy corta, con la imaginación y el humor habituales en su autora, y, por qué no decirlo, también con sus momentos más crueles. Nothomb me parece un soplo de aire fresco, con esa voz tan personal, y siempre logra sacarme una gran sonrisa con sus libros.