Ricardo Menéndez Salmón: ‘El corrector’

A pesar de que Menéndez Salmón cuenta con varias novelas publicadas, todas con muy buenas críticas, yo no tuve conocimiento de este autor hasta que me topé en una librería con El corrector. De hecho, esta es la tercera novela de una trilogía…

El Corrector

Portada del libro

El jueves 11 de marzo del año 2004 la historia de un país llamado España cambió sin remedio. Esta novela narra cómo vivió aquella terrible jornada y cómo la reconstruyó más tarde sobre el papel un corrector, alguien que, obligado a enmendar los errores ajenos, se tropezó aquel día con una errata imborrable escrita sobre el libro de la realidad.
Concebido como el testimonio de un ciudadano corriente, pero sobre todo como una confesión a los seres que amamos,
El corrector es un homenaje a quienes nos permiten mantener la cordura en tiempos oscuros y una emocionante novela acerca del poder de las distintas formas del amor —la amistad, la paternidad, la sexualidad— como recinto contra las inclemencias de la vida y contra las mentiras del poder.
De este modo, si
La ofensa indagaba en la Segunda Guerra Mundial como escenario de la historia leída e interpretada y Derrumbe se interrogaba a propósito de nuestros miedos a través de la historia presentida o imaginada, El corrector se acerca sin rodeos, desde el implacable yo del narrador, a la historia vivida y protagonizada en primera persona, culminando una serie del mal en nuestro tiempo que ha convertido a su autor, Ricardo Menéndez Salmón, en un nombre indiscutible dentro de la mejor narrativa contemporánea española.

Creo que a estas alturas no hace falta explicar por qué una novela con semejante título me llamó la atención. Tuve una gran curiosidad por ver cómo se retrataba mi oficio en el libro. Y bueno, por poner un poco el dedo en la llaga, ya se podían haber trabajado un poquito más la corrección de la novela, que hay un montón de incorrecciones tipográficas. En la novela en sí, sí que hablan un poquito del trabajo del corrector, así que no tengo queja. Pero claro, esta novela no es eso: es la crónica de cómo vivió el personaje principal el 11M y de las mentiras por parte del Gobierno de turno. Y aquí es donde considero que se queda corto: no he notado la hondura que creo que el tema se merece (quizá por la brevedad del texto en sí). Y lo del amor como refugio de los males, pues tocado también un tanto tangencialmente (o, al menos, esa es la impresión que me quedó). Pero bueno, se lee muy bien y sí que la recomiendo para una tarde (porque, con su extensión, no da para más).