Día de perros
Menudo fin de semana ha hecho por aquí en Euskadi. Frío, lluvia, granizo, un viento fortísimo… Como se suele decir, «días de perros». Pero ¿sabéis de dónde viene y por qué se mete a los pobres chuchos en una expresión con connotaciones negativas? En realidad los perros no pintan nada en este tema. Bueno, un poco, pero no un perro cualquiera. A ver cómo os cuento yo el lío este de los perros.
Vamos a empezar mirando al cielo y buscando dos constelaciones. Primero, Orión. Orión se conoce también como «el gran cazador». ¿Y quién acompaña al cazador? Su perro. Busquemos a su lado la constelación del Canis Maior, o Can Mayor. Vale, aquí está nuestro perro… Os digo desde ya que la expresión tiene que ver con este y no con nuestras mascotas.
Sigamos. Vamos a intentar averiguar ahora a qué perro mitológico hace referencia la constelación del Can Mayor. Tenemos tres posibilidades, os cuento las tres:
- En primer lugar, podría ser, sin más, el perro de Orión, al que colocaron en el cielo junto a su amo porque siempre estaba con él. Ya sabéis, lealtad y fidelidad a prueba de todo.
- También podría tratarse de Lélape, el perro que Zeus regaló a Europa. Fue un perro que corrió un montón de vicisitudes, hasta que acabó en manos de Céfalo. En una de esas aventuras Zeus lo convirtió en piedra y, después, lo colocó en el cielo.
- Por último, podríamos estar ante la perra Mera, cuyos dueños eran Icario y Erígone. Cuando la perrita descubrió los cadáveres de sus dueños, lloró hasta que consiguió atraer gente para que dieran sepultura a los finados. Dionisio la puso más tarde entre las constelaciones.
Bien, pues sabemos que la expresión tiene que ver con la constelación del Can Mayor y que esta puede referirse a tres perros mitológicos; pero aún no se entiende la expresión, ¿no? Sigamos… La estrella más importante de la constelación es Sirio. ¿Y qué pasa con Sirio? Que es una de las estrellas más resplandecientes de todo el firmamento y brilla con especial intensidad justo en los días posteriores al solsticio de verano. Esos días suelen ser los más calurosos del año, son los días caniculares o de canícula. ¿De dónde viene esa canícula? Efectivamente, del Can. Canícula significa ‘perrita’ y señala a Sirio, la estrella por excelencia de la constelación (por cierto, Sirio significa ‘la abrasadora’). Parece que vamos llegando a algo, ¿no?
Los días caniculares, los días de perros, los más calurosos y, por esta razón, en algunas zonas y para mucha gente, los más incómodos del año. Aquí coge su matiz peyorativo la expresión. Sin embargo, nosotros no solemos emplearla en días calurosos, sino en esas jornadas desapacibles por lluvia, viento, etc. Aquí hay varias hipótesis. La primera: ese de perros se empezó a utilizar para denotar lo molesto en general, y por ello amplió su radio de acción y ahora se utiliza con el tiempo meteorológico que nos incomoda. Segunda hipótesis: los días caniculares suelen terminar con tormentas muy abundantes en lluvia y, de ahí, habría pasado a usarse la expresión para los días lluviosos. No sé cuál es la más acertada, quizá haya un poco de ambas, pero lo que es indudable es que el DRAE recoge la expresión de perros con estas dos acepciones: «1. Dicho de un período de tiempo, como un día o una noche: desapacible, de muy malas condiciones meteorológicas. 2. Muy malo, molesto o doloroso».
No sé a vosotros, pero a mí me pareció bastante curiosa la explicación cuando me la contaron. ¿Conocíais el origen de la expresión? ¿La utilizáis? ¿Pensabais que tenía que ver con los animales de alguna forma? Tenéis los comentarios a vuestra disposición.
Justo ahora que creía haber entendido de dónde viene la expresión «día de perros»…
Sábado, 8 h de la mañana, frío, lluvia y viento intenso en Bilbao. Valientes paseantes de perros desafían al tiempo, como cada día del año, caiga lo que caiga: chuzos, truenos o un sol abrasador.
Pensé que se llamaban «días de perros» a aquellos en los que solo los canes y sus sombras osan salir a la calle.
Saludos,