El libro con tu personaje secundario favorito (30 libros)
Para hoy tengo un personaje genial donde los haya. El personaje secundario que elijo se llama Miss Lunatic y aparece en Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite.
Caperucita es un clásico de la literatura sobre la iniciación a la vida adulta, sobre los peligros a los que tenemos que hacer frente y la exigencia de hacerlo en libertad y soledad.
Carmen Martín Gaite nos recrea magistralmente esta historia y la adapta a la sociedad en la que vivimos, con una Caperucita que es una niña de hoy y que se mueve en un bosque muy diferente (Manhattan), aunque también se encontrará con los personajes del famoso cuento, aquí completamente diferentes: miss Lunatic, Mr Wolf, etc. Al leer Caperucita en Manhattan, uno de los grandes éxitos de la literatura juvenil de los últimos años, se nos proporciona la ocasión de reflexionar sobre nuestro propio mundo, sobre la manera en que nosotros intentamos cada día ser diferentes y sobre cómo ser nosotros mismos en la sociedad en que nos ha tocado vivir.
Miss Lunatic es uno de los personajes con los que se encuentra Sara Allen (la Caperucita de Gaite) en su aventura por el parque en Manhattan. Y es el buen rollo personificado. Miss Lunatic es sabia, hace el bien, es libre, exprime la vida al máximo, se queda con la parte buena de las cosas, es fiel a sí misma y a sus ideales y, además, es feliz. ¿A quién no le gustaría ser Miss Lunatic o, al menos, encontrarse a una Miss Lunatic en la vida? A mí me encantaría…
Miss Lunatic resume su filosofía de vida en un párrafo que, aunque copié en su día en el blog, no me resisto a escribir de nuevo:
Pero ¿a qué llaman vivir? Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permitir que nos humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes hasta cien como hacía el Pato Donald… Vivir es saber estar solo para aprender a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar… y vivir es reírse…
Acabo con esta reflexión (no lo olvidéis: vivir es reírse). Solo diré una cosita que entenderán quienes hayan leído la novela: ¡miranfú! Y ahora, os toca. ¿Vuestros personajes secundarios? Os espero en los comentarios.
¡Qué categoría más difícil! Llevo un rato dándole vueltas y no se me ocurre nada…
Así que voy a hablar de un personaje secundario memorable (de hecho, tiene algo de Ignatius Reilly) que aparece en una novela que he leído hace poco. La novela es La casa lúgubre de Charles Dickens (reseña aquí), y el personaje es lady Jellyby, una mujer obsesionada con ayudar a los negritos en África pero que al mismo tiempo deja que su pobre hija viva entre harapos y muriéndose de sueño y de hambre. La forma en la que Dickens la describe («tenía siempre la mirada perdida, como si a lo lejos estuviera viendo África» o algo semejante) es brutal, con un humor irónico muy suyo.
A veces en estos grandes novelones aparecen personajes así, que son solo apuntes o personajes de fondo, pero que se nos quedan en la imaginación. Me estoy acordando ahora de las novelas de Ohran Pamuk (Nieve y El museo de la inocencia sobre todo), donde también aparecen este tipo de personajes fulgurantes y magníficos…