Hipocorísticos
A pesar de la palabra rara que he elegido como título de la entrada, en realidad hoy vamos a hablar de algo muy común y habitual: nombres y apelativos cariñosos de personas.
Los nombres de persona (es decir, los antropónimos) se ven sometidos a toda suerte de acortamientos, alargamientos y cambios fonéticos como muestra de afecto de nuestros interlocutores. Las formas resultantes se denominan hipocorísticos, término que proviene del verbo griego ὑποκορίζεσθαι, hypokorízesthai, y que significa ‘llamar con caricias’. Para que os hagáis una idea más clara de a qué me estoy refiriendo, os pongo una lista de hipocorísticos con los que me llaman a mí mis amigos: Mo, Mon, Moni (lo odio), Monis, Nis, Monik…
¿Cómo se forman los hipocorísticos? De muy diversas maneras. Se pueden eliminar sílabas tanto al comienzo como al final (Lali por Eulalia, Toni por Antonio, Nico por Nicolás). Se pueden juntar dos nombres (Marisa por María Luisa, Juancar por Juan Carlos). Pueden ocurrir cambios fonéticos más complejos (Lola por Dolores; Curro, Pacho, Quico y más por Francisco; Nacho por Ignacio). Como comprenderéis, las posibilidades y los resultados finales son numerosísimos.
Y, con vosotros, ¿emplean algún hipocorístico? ¿Usáis vosotros alguno? ¿Sabíais que se denominaban así? Os espero en los comentarios…
Ohhhhh! me ha encantado eso de «llamar con caricias». No sabia que se llamaba así y sí a mi me llaman de siempre Dina, pese a que mi nombre tiene una «g» que lo hace sonar atragantado, jeje…Suena mejor y simplifica la pronunciación