Un libro con ancianos (30 libros)
Hoy tampoco me he matado mucho a pensar y voy a proponer el primer libro con ancianos que se me ha pasado por la cabeza: El abuelo que saltó por la ventana y se largó, de Jonas Jonasson.
Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en el interior de esta se apilan, ¡santo cielo!, millones de coronas de dudosa procedencia. Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin o Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad, está a punto de poner todo el país patas arriba.
La edición en castellano de esta novela llega precedida de un éxito arrollador en toda Europa. Casi dos millones de ejemplares vendidos —de los cuales más de un millón en Suecia, donde fue Libro del Año y Premio de los Libreros— demuestran que estamos ante una rara avis. Jonasson ha urdido una historia extremadamente audaz e ingeniosa, capaz de sorprender constantemente al lector, pero el verdadero regalo es su personaje protagonista, Allan Karlsson, un hombre de un maravilloso sentido común, un abuelo sin prejuicios que no está dispuesto a renunciar al placer de vivir.
No sé si, en realidad, esta es una buena opción. Lo digo porque, aunque me pareció un libro amable y hubo capítulos con los que me reí bastante, justo toda la parte del presente, aquella en la que el protagonista es anciano, me pareció un auténtico puerro (me salté capítulos y todo). La historia del personaje (todo el pasado) es muy divertida, pero la huida en el presente… infumable. Así que no sé si esta es la mejor opción. Pero es el primer título que se me ha ocurrido.
Os toca. ¿Un libro con ancianos? Seguro que vuestras propuestas son mucho más interesantes que la mía… Las espero en los comentarios.
Sin duda, sin duda y sin duda me quedo con La Sonrisa Etrusca que es un libraco no un libro. Me encantó, es muy muy tiempecito y su protagonista es un abuelo italiano del sur al que «obligan» a irse a vivir a Milán.